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Valle Salvaje capítulo 259 Julio o Rafael La duda hunde a José Luis EnglishMovie cdrama drama engsub chinesedramaengsub movieshortfull
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00:00Avance Valle Salvaje, Julio o Rafael. La duda hunde a José Luis, en el capítulo 259, 22 de septiembre.
00:20El duque vive uno de sus momentos más vulnerables al confesar a Rafael que sospecha que el hijo que
00:26espera Adriana podría no ser de julio en el capítulo 259 del lunes 22 de septiembre.
00:33El alba del lunes 22 de septiembre se cernía sobre el valle salvaje con una engañosa serenidad.
00:40El aire, fresco y cargado con el aroma de la tierra húmeda y el pino, no llevaba consigo ni el más
00:46mínimo presagio de las tormentas que se gestaban en el interior de los corazones que habitaban
00:51aquellas tierras. En la casa grande, el sol matutino se filtraba a través de los imponentes
00:58ventanales, dibujando rectángulos dorados sobre las baldosas de terracota y las nobles maderas
01:03de los muebles, pero esa luz no lograba disipar las sombras que se habían anclado en el alma
01:08de su señor, el duque José Luis de Tobar.
01:12La noche anterior, la celebración por la confirmación de que el embarazo de Adriana seguía su curso
01:18había llenado los salones de un eco de alegría que no se oía desde hacía meses.
01:23Para los criados y los señores por igual, la noticia era un bálsamo, una promesa de continuidad,
01:30la certeza de que la estirpe de los Tobar no se extinguiría con la trágica y prematura
01:35muerte de Julio.
01:37El vino había corrido, las sonrisas, aunque contenidas por el luto reciente, habían sido
01:43sinceras.
01:44Para todos, ese niño no nato era ya un símbolo de esperanza, un pequeño faro en la oscuridad.
01:55Para todos, menos para dos personas, José Luis, el duque, había fingido una emoción
02:01que, si bien en parte era genuina, estaba emponzoñada por una duda monstruosa que crecía
02:06en su interior como una hiedra venenosa, ahogando cualquier brote de felicidad.
02:11Sentía que el legado de Julio, su amado hijo, su heredero, estaba siendo profanado antes
02:19incluso de materializarse.
02:21La otra persona era Bárbara, cuya sonrisa era una máscara de hielo que ocultaba el pánico
02:27y el conocimiento de una verdad devastadora.
02:29Ella sabía, con la certeza absoluta de quien es partícipe del engaño, que la sangre que
02:37crecía en el vientre de Adriana no era la de Julio.
02:42Aquella mañana, el duque se encontraba en su despacho, una estancia solemne revestida
02:47de libros encuadernados en cuero y retratos de ancestros de mirada severa.
02:51Sostenía entre sus manos una copa de brandy, a pesar de la temprana hora.
02:58El licor ambarino temblaba ligeramente, delatando el seísmo que sacudía su mundo interior.
03:05Su mirada estaba perdida en el retrato de Julio que presidía la sala, un óleo magnífico
03:10que había capturado la arrogancia juvenil y el encanto despreocupado de su hijo.
03:14Una punzada, tan afilada y familiar como el primer día, le atravesó el pecho.
03:23Julio, susurró al lienzo, como si el joven pintado pudiera oírle.
03:29Hijo mío, ¿qué han hecho con tu nombre? ¿Con tu memoria?
03:33La alegría de la noche anterior se había convertido en cenizas en su boca.
03:39Cada brindis, cada felicitación, cada mirada de esperanza dirigida a Adriana,
03:44se había sentido como un latigazo.
03:49Veía a la joven viuda, con su palidez y su fragilidad, y ya no veía a la portadora de su nieto.
03:57Veía a una impostora, y peor aún, veía la sombra de su otro hijo, Rafael, proyectándose sobre ella.
04:06La forma en que la miraba, la tensión casi eléctrica que vibraba entre ellos.
04:11No, no era la preocupación de un cuñado.
04:15Era algo más profundo, más antiguo, algo que él, en su ceguera de padre, se había negado a ver.
04:24El sonido de la puerta al abrirse lo sacó de su ensimismamiento.
04:27Era Victoria, su esposa.
04:32Entró con la elegancia calculada que la caracterizaba, su vestido de luto impecable,
04:37su rostro o una máscara de perfecta compostura aristocrática.
04:40José Luis, es temprano para empezar con el brandy.
04:46Dijo, su voz sin inflexiones, pero con un matiz de reproche.
04:53Nunca es demasiado temprano para intentar ahogar a los demonios, Victoria.
04:58Replicó él, con voz ronca.
04:59Se giró para mirarla, y la duquesa pudo ver la tormenta en sus ojos.
05:06No era la pena serena y digna que había llevado durante semanas.
05:12Era algo más salvaje, más oscuro.
05:15Sigues dándole vueltas a lo mismo, ¿no es así?
05:18A la noticia de Adriana.
05:21Deberías estar aliviado.
05:22Es la continuación de nuestro linaje.
05:24José Luis soltó una risa amarga, un sonido que no encajaba en la solemnidad del despacho.
05:32¿Nuestro linaje?
05:33O una farsa muy bien orquestada.
05:35Dejó la copa sobre la mesa con un golpe seco.
05:39Victoria, mírame a los ojos y dime que no lo has pensado.
05:43Dime que no has visto lo mismo que yo.
05:47Victoria se acercó, manteniendo la distancia.
05:50Su rostro permaneció impasible,
05:52pero sus ojos, afilados como cuchillos, lo estudiaban.
05:58No sé de qué hablas.
05:59Veo a una joven que ha perdido a su marido y que, milagrosamente, va a darle un heredero.
06:07Basta de teatro, exclamó él, golpeando la mesa con la palma de la mano.
06:12Contigo no, Victoria.
06:14Has pasado toda tu vida observando, calculando, viendo las debilidades en los demás.
06:19No me digas que no has visto la forma en que Rafael mira a Adriana.
06:24La forma en que ella se estremece cuando él está cerca.
06:29Estaba allí antes de que Julio muriera, y está allí ahora, más fuerte que nunca.
06:33El duque comenzó a caminar por la estancia, como un animal enjaulado.
06:40Su voz se cargó de una angustia que rara vez mostraba.
06:45Anoche, mientras todos celebraban, yo los observaba, Rafael no le quitaba los ojos de encima.
06:51Y ella, ella apenas podía sostenerle la mirada.
06:56Había culpa en sus ojos, Victoria.
07:00Culpa y miedo.
07:01Y él, él la miraba con una posesión, una furia protectora que no le corresponde.
07:08Se detuvo frente a su esposa, su rostro a escasos centímetros del de ella.
07:13Ese niño.
07:13Su voz se quebró.
07:17Ese niño que todos aclaman como el futuro de esta casa.
07:20Tengo el presentimiento terrible, la certeza casi, de que no es de Julio.
07:27De que es de Rafael.
07:29El silencio que siguió fue pesado, denso.
07:32Victoria no parpadeó.
07:35Su mente, fría y analítica, procesó las palabras de su marido,
07:39no como una explosión de dolor, sino como una variable en una ecuación compleja.
07:45El honor de la familia, el ducado, la herencia, son sospechas muy graves.
07:51José Luis, dijo finalmente, su tono glacial.
07:56Una acusación así, sin pruebas, podría destruir lo poco que queda de esta familia.
08:02Las pruebas están en sus miradas, en sus silencios.
08:07Insistió él, desesperado por hacerle compartir su agonía.
08:13Victoria, te lo ruego.
08:15Tú eres más sutil que yo.
08:17Puedes hablar con ella, con las criadas.
08:21Con Bárbara.
08:22Bárbara es su amiga íntima.
08:24Ella debe saber algo.
08:25Averigua la verdad.
08:26Necesito saber la verdad, aunque me mate.
08:31Porque si ese niño no es de Julio,
08:33entonces cada día que pasemos celebrándolo será una profanación a su tumba.
08:39Victoria asintió lentamente, una decisión formándose tras su mirada calculadora.
08:44No lo hacía por la memoria de Julio, ni siquiera por el dolor de su marido.
08:50Lo hacía por el ducado.
08:51Un bastardo ocupando el lugar del heredero era una mancha que no podía tolerar.
08:56Hablaré con quien sea necesario.
09:00Concedió.
09:01Pero tú, José Luis, debes mantener la calma.
09:06No puedes enfrentarte a Rafael con meras sospechas.
09:09Espera, déjame indagar.
09:11Pero José Luis era un hombre de impulsos.
09:14Un torrente de pasiones que, una vez desatado, era difícil de contener.
09:20La semilla de la duda ya era un árbol con raíces profundas,
09:23y la paciencia no era una de sus virtudes.
09:26Mientras tanto, en otra ala de la propiedad, lejos de la opulencia de la casa grande,
09:33la tensión era de una naturaleza diferente, pero igualmente cortante.
09:39Rafael había madrugado, impulsado por una inquietud que no le había dejado dormir.
09:43La mentira de Ana, orquestada por la astuta Úrsula, le pesaba en la conciencia como una losa.
09:54Sabía que la joven criada le había mentido sobre las circunstancias de la muerte de Julio.
09:58Su historia era demasiado pulcra, demasiado ensayada.
10:05La encontró cerca de los establos, mientras daba de comer a las gallinas.
10:09El sol de la mañana iluminaba su rostro, pero no podía ocultar las ojeras violáceas bajo sus ojos ni el temblor de sus manos.
10:18Ana, la llamó Rafael, su voz tranquila pero firme.
10:24La muchacha se sobresaltó, dejando caer un puñado de grano.
10:30Al verle, su rostro se transfiguró por el pánico.
10:33Señorito Rafael, buenos días.
10:36No hay nada de bueno en ellos, Ana.
10:38Y lo sabes, se acercó, su imponente figura bloqueando el sol.
10:46Anoche no pude dormir.
10:49Tu historia, la historia que me contaste sobre la tarde en que murió mi hermano.
10:53Se repetía en mi cabeza.
10:57Y cada vez que lo hacía, sonaba más falsa.
11:00Ana retrocedió un paso, negando con la cabeza.
11:03Yo, yo le dije la verdad, señorito.
11:08El señorito Julio estaba, estaba alterado.
11:11Bebió, discutió con.
11:14¿Con quién discutió?
11:15La interrumpió él, acortando la distancia.
11:18Fuiste vaga en ese punto.
11:21Dijiste con gente.
11:22¿Qué gente, Ana?
11:24¿Estaba Ursula allí?
11:25¿Estaba mi padre?
11:26¿Quién más presenció su estado?
11:29No, no lo recuerdo bien.
11:31Fue todo muy confuso.
11:33Tartamudeó ella, sus ojos buscando una vía de escape.
11:38Rafael bajó la voz, su tono volviéndose peligrosamente persuasivo.
11:42Ana, te conozco desde que eras una niña.
11:47Sé cuando mientes.
11:48Hay algo que te aterroriza, algo que no te atreves a decir.
11:52¿Te ha amenazado Ursula?
11:53¿Te ha obligado a mentir por ella?
11:55Porque si es así, dímelo.
11:59Yo te protegeré.
12:00Te lo juro por la memoria de mi hermano.
12:02Solo quiero saber qué pasó realmente.
12:06¿Se cayó?
12:07¿O alguien le empujó?
12:08Las lágrimas brotaron en los ojos de Ana.
12:11Estaba atrapada entre el miedo a la imponente y manipuladora Ursula y la mirada inquisitiva
12:16y desesperada de Rafael.
12:17Estuvo a punto de quebrarse, a punto de confesar el torbellino de secretos y mentiras que la ahogaban.
12:27Abrió la boca para hablar, para liberar la verdad que la quemaba por dentro.
12:31Ana.
12:32La voz, afilada como el acero, cortó el aire.
12:37Ursula apareció desde la esquina del establo, su rostro o una máscara de fría autoridad.
12:44Caminó hacia ellos con paso decidido, su presencia disipando instantáneamente la intimidad del momento.
12:50¿Se puede saber qué haces aquí, Rafael, importunando a la muchacha tan temprano?
12:57¿No tienes mejores cosas que hacer que atormentar a la servidumbre?
13:02Rafael se giró para encararla, su mandíbula tensa.
13:05No la atormento, Ursula.
13:08Busco la verdad.
13:10Algo que parece que en esta casa es un bien escaso.
13:13Ursula soltó una risita despectiva.
13:15La verdad es que mi hijo, que en paz descanse, era un hombre atormentado que bebió más de la cuenta y tuvo un desgraciado accidente.
13:27Cualquier otra fantasía que estés tejiendo en tu cabeza es producto del dolor y del aburrimiento.
13:34Se colocó al lado de Ana, posando una mano sobre el hombro de la joven.
13:38El gesto parecía protector, pero Ana sintió el frío de sus dedos a través de la tela, una advertencia gélida.
13:45Ana ya te ha contado lo que vio.
13:49Continuó Ursula, su mirada fija en Rafael, desafiante.
13:55Y te agradecería que la dejaras en paz.
13:57Ya has sufrido bastante, todos lo hemos hecho.
14:01Ahora, si nos disculpas, tenemos mucho trabajo que hacer.
14:05Sin esperar respuesta, guió a Ana de vuelta hacia la casa, su mano todavía aferrada a su hombro como una garra.
14:11Rafael se quedó solo, observándolas alejarse.
14:17La frustración y la rabia ardían en su pecho.
14:22Sabía, con una certeza visceral, que Ursula era la guardiana de un secreto terrible.
14:27Y acababa de presenciar cómo reforzaba los barrotes de la jaula de Ana.
14:34La verdad sobre la muerte de Julio estaba más lejos que nunca, y él se sentía impotente.
14:41Más tarde, en la privacidad de la cocina, Ursula se aseguró de que nadie pudiera oírlas.
14:46Se volvió hacia Ana, cuya cara estaba bañada en lágrimas silenciosas.
14:53¿En qué estabas pensando?
14:55Si se o Ursula, su voz un látigo.
15:00¿Ibas a decírselo todo?
15:01¿Ibas a arruinarlo todo por un momento de debilidad?
15:05No puedo más, señora Ursula.
15:07Soy ozo Ana.
15:07El señorito Rafael, sus ojos.
15:12Él solo quiere saber.
15:14Quiere un culpable.
15:15La cortó Ursula.
15:18Y si le das uno, nos arrastrará a todos al fango.
15:22¿Es eso lo que quieres?
15:23¿Acabar en la cárcel?
15:24O peor, escúchame bien, niña estúpida.
15:29Has hecho tu elección.
15:30Te subiste a este barco conmigo, y ahora tienes que remar.
15:36La historia es la que yo te dije.
15:38Julio bebió, se enfadó, se fue al acantilado y se cayó.
15:44Fin de la historia.
15:45Cada vez que Rafael o cualquier otra persona te pregunte, repetirás esas palabras como un rezo.
15:52¿Me has entendido?
15:54Ana, temblando, solo pudo asentir.
15:57Dilo.
15:58Quiero oírte decirlo.
16:00Insistió Ursula.
16:02El señorito Julio, bebió, se enfadó y se cayó.
16:07Repitió Ana, su voz apenas un susurro roto.
16:12Bien, Ursula pareció relajarse un ápice, aunque su mirada seguía siendo dura como el granito.
16:17Ahora sécate esas lágrimas.
16:22La debilidad es un lujo que no podemos permitirnos.
16:25Recuerda nuestro plan.
16:26Tú te mantienes firme en tu historia, y yo me encargaré de que Rafael dirija sus sospechas hacia otro lado.
16:33Le daremos un nuevo misterio en el que pensar, algo que lo aleje de nosotras.
16:41Pero, para eso, necesito que seas fuerte.
16:45La vida de ambas depende de ello.
16:47Ana asintió de nuevo, sintiendo el peso de la mentira aplastarla.
16:51No era solo su vida.
16:55Ursula había conseguido enredarla de tal manera que sentía que la seguridad de su propia familia dependía de su silencio.
17:03Estaba atrapada.
17:04Y la única llave de su celda la tenía la mujer que la miraba con ojos de serpiente.
17:09En su habitación, Adriana se sentía como una prisionera en una torre de marfil.
17:16La alegría de todos por su embarazo era un yugo pesado.
17:21Cada sonrisa, cada palabra de felicitación, era un recordatorio de su engaño.
17:27Se miraba en el espejo y no reconocía a la mujer que le devolvía la mirada.
17:33Sus ojos estaban hundidos, su piel pálida.
17:36El alivio de que su hijo estuviera bien se mezclaba con el terror constante de ser descubierta.
17:43Y luego estaba la propuesta del duque.
17:45Las tierras, una vida de seguridad y riqueza para ella y para su hijo.
17:51El precio era renunciar a Rafael.
17:53Renunciar al único hombre que había amado de verdad, al padre del niño que crecía en su vientre.
18:00Se sentó en el borde de la cama, la carta del duque, con sus términos claros y crueles,
18:05sobre la mesilla.
18:09La había leído una y otra vez.
18:11Era una oferta generosa, casi desesperada.
18:14El duque quería asegurarse de que el nieto que creía de Julio tuviera todo lo que le correspondía,
18:19pero a cambio exigía que el espectro de Rafael desapareciera de sus vidas para siempre.
18:23Podría hacerlo, podría vivir una vida de mentiras, una vida cómoda pero vacía,
18:31sabiendo que había vendido su amor por un puñado de tierra.
18:35El amor por su hijo luchaba contra el amor por Rafael.
18:39Su instinto de supervivencia le gritaba que aceptara,
18:42que se asegurara un futuro, que protegiera a su hijo de la pobreza y el escándalo.
18:47Pero su corazón se rompía en mil pedazos solo de pensar en decirle a Rafael que todo había terminado.
18:56Unos suaves golpes en la puerta la sobresaltaron.
18:59Era él, Rafael, su corazón dio un vuelco.
19:02Adelante, dijo con voz temblorosa.
19:07Rafael entró, cerrando la puerta tras de sí.
19:10Su rostro estaba sombrío, la frustración de su encuentro con Úrsula y Ana todavía visible en sus facciones.
19:19Pero al verla, su expresión se suavizó, reemplazada por una profunda preocupación.
19:24—Adriana, ¿cómo te encuentras? ¿No has bajado a desayunar?
19:30No tenía hambre.
19:31Mintió ella, incapaz de mirarlo a los ojos.
19:36Su mirada se desvió hacia la carta del duque.
19:39Rafael siguió su mirada y supo de inmediato de qué se trataba.
19:44Se acercó y se sentó a su lado en la cama.
19:46—Es por la oferta de mi padre, ¿verdad?
19:50Preguntó suavemente.
19:51Adriana asintió, las lágrimas amenazando con brotar.
19:56Él, insiste, dice que es lo mejor para el niño.
20:01—Que le daría todo, un futuro, a cambio de que nosotros, a cambio de que renunciemos a lo nuestro.
20:07Terminó él, su voz teñida de amargura.
20:12—Adriana, mírame.
20:14Ella levantó la vista, y en sus ojos verdes vio un amor tan profundo y sincero que le dolió físicamente.
20:21—No te precipites, le dijo él, tomando sus manos entre las suyas.
20:27No tomes una decisión basada en el miedo o en sus promesas.
20:32—Conozco a mi padre. Cada gesto de generosidad que ofrece es un anzuelo.
20:36Esas tierras
20:37no son un regalo, son una jaula dorada.
20:42Te la ofrece a cambio de tu libertad, a cambio de nosotros.
20:45—¿Recuerdas lo que le hizo a los aparceros de la Linde Norte?
20:49—Les prometió agua del nuevo canal y luego triplicó el precio del arriendo cuando ya dependían de él.
20:55—Él no da, Adriana.
20:58Él invierte, y siempre espera un retorno.
21:01—¿Pero y nuestro hijo, Rafael?
21:03—sollozó ella, finalmente dejando escapar su angustia.
21:07—¿Qué futuro le espera si se sabe la verdad?
21:11—Seremos repudiados. Él será un bastardo.
21:14—No tendrá nada. El duque me ofrece seguridad.
21:18Rafael apretó sus manos con más fuerza, su mirada intensa.
21:23—Juntos le daremos un futuro. Lejos de aquí, si es necesario.
21:29Lejos de la hipocresía y las mentiras de esta casa.
21:32—Le daremos algo que todo el dinero de mi padre no puede comprar. Padres que se aman y una vida honesta.
21:39—Adriana, por favor, no dejes que te compre. No dejes que nos separe. Lucharemos juntos.
21:47—Te lo prometo, pero necesito que confíes en mí. Que no cedas a su chantaje.
21:53Sus palabras eran un bálsamo para el alma atormentada de Adriana.
21:57Mirándolo, viendo la determinación en su rostro, sintió una oleada de fuerza. Él tenía razón.
22:05Su amor era lo único real en medio de aquel mar de engaños. Aceptar la oferta del duque sería
22:12la traición definitiva, no solo a Rafael, sino a sí misma.
22:16—No lo haré —susurró, con nueva convicción—. No le entregaré lo único que me queda.
22:24—No te entregaré a ti. Rafael la abrazó, un abrazo desesperado y lleno de alivio. La sostuvo
22:32con fuerza, como si temiera que si la soltaba, su padre podría arrebatársela. En ese momento,
22:39en la quietud de la habitación, renovaron su pacto silencioso. Enfrentarían juntos lo que viniera,
22:46sin importar el coste. Pero ninguno de los dos era consciente de que la duda de José Luis ya había
22:53echado a rodar, y estaba a punto de convertirse en una avalancha que amenazaba con sepultarlos a
22:58todos. En las cocinas y los pasillos de servicio de la casa grande, los dramas eran más discretos
23:06pero no menos intensos. Matilde, la cocinera, trabajaba con un nerviosismo que se traducía
23:13en un repiqueteo constante de cuchillos y un desorden inusual en su normalmente impecable dominio.
23:19La amenaza velada de la duquesa Victoria seguía resonando en sus oídos. Sabía que la duquesa
23:26no la perdonaría fácilmente por haberla desafiado, por conocer secretos que no debía.
23:31Atanasio, su marido y el mayordomo de la casa, la observaba con preocupación desde el umbral de la
23:40cocina. Mujer, vas a cortar la cebolla en polvo si sigues así. Dijo, intentando inyectar algo de
23:48ligereza en el ambiente. Matilde se detuvo, apoyando las manos en la encimera. Su respiración
23:56era agitada. No es broma, Atanasio. Conozco a esa mujer, la he servido durante 20 años. Su orgullo
24:05es más grande que esta casa. Y yo se lo he herido. No parará hasta hacérmelo pagar. Ya te he dicho que
24:12no tienes nada que temer. Intentó tranquilizarla él, acercándose y poniendo una mano en su espalda.
24:21El duque te aprecia. Sabe que eres leal. Victoria no se atreverá a hacerte nada abiertamente.
24:26No sin el consentimiento de su marido. ¿Y quién habla de abiertamente? Replicó Matilde,
24:34girándose para mirarlo, sus ojos llenos de un miedo genuino.
24:40Ella no necesita el permiso de nadie para moverse en las sombras. Es capaz de cualquier cosa.
24:47De envenenar mi reputación, de buscar una excusa para echarme, de, de algo peor.
24:53Atanasio, tiene la sangre fría de una serpiente. Cuando te mira, no ves a una persona,
25:01ves a alguien que calcula tu valor y cómo destruirte si te conviertes en un estorbo.
25:07Atanasio suspiró. Sabía que su esposa tenía razón. Conocía la crueldad de la duquesa tan bien
25:12como ella. Pero su papel era mantener la calma, ser el pilar. Estaremos alerta. Prometió. No te
25:21dejaré sola. Y si intenta algo, acudiremos al duque. José Luis podrá ser un hombre de carácter
25:29difícil, pero es justo. Matilde no pareció convencida. El miedo a Victoria era una criatura
25:37fría que se había instalado en su estómago y no tenía intención de marcharse. Sabía que,
25:44en el ajedrez de poder de la casa grande, ella era solo un peón, y la reina tenía muchas formas
25:50de eliminarla del tablero. La propia Victoria, en ese momento, estaba en el salón principal,
25:57en medio de una tensa conversación con Mercedes, la esposa del varón, una mujer de carácter fuerte
26:03que no se dejaba intimidar fácilmente por la jerarquía. «Victoria, me parece una falta de
26:10respeto considerable», decía Mercedes, su abanico marcando un ritmo impaciente contra su palma.
26:16«Los varones de la comarca organizan una fiesta en vuestro honor, para celebrar la buena nueva del
26:23embarazo, para mostraros su apoyo en estos tiempos difíciles». «Y tú simplemente desprecias la
26:30invitación». Victoria la miró con un aire de superioridad apenas disimulado. «No la desprecio,
26:38Mercedes. Simplemente declino. No estamos para fiestas. Aún guardamos luto por Julio».
26:46«¿O ya lo has olvidado? Nadie ha olvidado a Julio», replicó Mercedes, su tono endureciéndose.
26:55«Pero la vida continúa, y la política y las alianzas sociales no se detienen por el luto.
27:00Tu ausencia será interpretada como un desaire, como si los tobar se consideraran por encima de sus
27:07vecinos». «Tu marido necesita aliados ahora más que nunca, y tú te dedicas a enemistarte con ellos
27:15por puro orgullo». «Mi marido tiene los aliados que necesita», dijo Victoria con frialdad. «Y yo no
27:23tengo que justificar mis decisiones ante ti ni ante nadie». «Si quieren mostrar su apoyo,
27:30que lo hagan con su lealtad, no con canapés y música de baile». «Mercedes la miró, incrédula. Tu
27:39arrogancia será tu perdición, Victoria. Estás aislando a José Luis en el momento en que más necesita
27:45la gente». «¿Crees que el apellido Tobal es un escudo impenetrable, pero te equivocas? Es un
27:52estandarte que hay que saber llevar, y tú lo estás arrastrando por el fango de tu propia soberbia».
27:59Con esas palabras, Mercedes se dio media vuelta y salió del salón, dejando a Victoria sola con
28:05una expresión de furia contenida. El reproche la había golpeado donde más le dolía. En su papel
28:13como duquesa y estratega política. Pero admitir un error era algo que su naturaleza le impedía. En
28:20lugar de reflexionar sobre las palabras de Mercedes, su resentimiento se solidificó. El mundo exterior,
28:28con sus estúpidas fiestas y sus exigencias sociales, era una molestia. Su verdadera batalla se libraba
28:37dentro de los muros de la Casa Grande, y su primer objetivo era descubrir la verdad sobre el hijo de
28:42Adriana. Una verdad que usaría para reafirmar su poder, sin importar a quién tuviera que destruir en el
28:50proceso. Lejos de las intrigas palaciegas, en el pueblo, otro tipo de drama, más íntimo pero igual
28:59de doloroso, se estaba desarrollando. Pepa, la joven y vivaz trabajadora, se encontraba en una
29:07encrucijada sentimental que estaba destrozando una de las amistades más sólidas del valle.
29:11Martín y Francisco, amigos desde la infancia, se habían convertido en rivales por su afecto, y la
29:20tensión entre ellos era tan densa que podía cortarse con un cuchillo. Pepa caminaba por la orilla del
29:28río, lanzando piedras planas sobre el agua y viéndolas rebotar antes de hundirse. Cada piedra era un
29:36pensamiento, un sentimiento. Martín era la seguridad, la bondad, un amor tranquilo y constante como el
29:43fluir del río. Francisco era la pasión, la chispa, un fuego que la consumía pero que también amenazaba
29:51con quemarla. Había pasado semanas debatiéndose, sopesando cada palabra, cada gesto, y finalmente,
29:59en la soledad de su corazón, había tomado una decisión. El problema era que el miedo a las
30:08consecuencias la paralizaba. Elegir a uno significaba herir profundamente al otro. Y no solo a él, sino a
30:16la relación entre ellos, una hermandad que había definido sus vidas. Esa tarde, la situación llegó a
30:23un punto crítico en la taberna del pueblo. Martín y Francisco estaban sentados en la misma mesa,
30:29pero un abismo de silencio los separaba. Bebían vino, pero no compartían conversación. Pepa entró,
30:37y las miradas de ambos se clavaron en ella al instante.
30:42Pepa, dijo Martín, su voz teñida de esperanza. Pepa, dijo Francisco, su tono más desafiante, casi
30:50posesivo. Ella se acercó a la mesa, sintiéndose como el premio en una competición que nunca quiso
30:58empezar. Hola a los dos, dijo, su voz más débil de lo que pretendía. Siéntate con nosotros,
31:07ofreció Martín, señalando el espacio a su lado.
31:12O mejor, ven a dar un paseo conmigo, propuso Francisco, levantándose. El aire aquí dentro está un poco
31:19viciado. La indirecta fue clara, la tensión crepito. Martín se levantó también, encarando a su amigo.
31:28Déjala que decida por sí misma, Francisco. No tienes que presionarla. No la presiono,
31:34solo le ofrezco una alternativa a esta.
31:36Agradable velada, replicó Francisco con sarcasmo. Pepa se interpuso entre ellos. Basta ya, los dos,
31:46¿no veis lo que estáis haciendo? Eráis como hermanos. Y ahora, ahora ni siquiera podéis miraros
31:53a la cara. Y todo por mi culpa. No es tu culpa, Pepa, dijo Martín, con más suavidad.
32:00Es que los dos te queremos. Y esto, es insostenible. Pues tiene razón. Afirmó Francisco,
32:09sin apartar la mirada de Martín. Es insostenible, y es hora de que termine. Pepa, tienes que elegir.
32:18Los ojos de ambos hombres estaban fijos en ella, expectantes, suplicantes. El peso de su decisión
32:26la aplastó. Sabía a quién había elegido su corazón. Pero al mirar sus rostros, el del hombre
32:32que amaba y el del amigo que estaba a punto de destrozar, las palabras no le salían.
32:38El miedo a pronunciar el nombre, a hacer el daño irreparable, la dejó muda.
32:43Yo. No puedo. Susurró, con los ojos llenos de lágrimas.
32:49No aquí, no así. Se dio la vuelta y salió corriendo de la taberna, dejando a los dos amigos
32:55solos en un silencio aún más profundo y hostil que antes. Su indecisión, nacida del deseo de no
33:02herir, acababa de causar una herida aún más profunda, dejando que la gangrena de la incertidumbre
33:08y el resentimiento siguiera pudriendo su amistad. De vuelta en la propiedad de los Tobar, una nueva
33:16pieza se movía en el tablero. En la casa pequeña, el hogar de los guardeses Alejo y Luisa, la relativa
33:23paz se vio perturbada por un visitante inesperado, Tomás Requena. Un hombre de negocios, un mercader
33:31con una reputación ambigua y una mirada astuta que parecía ver más de lo que mostraba.
33:38Llegó con la excusa de tener que reunirse con otro comerciante en la zona y, conociendo
33:43la hospitalidad de Mercedes, la varonesa que a menudo se refugiaba allí de las tensiones
33:48de la casa grande, pidió hospedaje por unos días. Mercedes, siempre dispuesta a demostrar
33:55su generosidad en contraste con la frialdad de Victoria, aceptó de inmediato.
34:02Por supuesto, don Tomás, considere esta su casa. Alejo, prepara la habitación de invitados.
34:08Pero mientras Mercedes era todo sonrisas, Alejo y su hija Luisa intercambiaron una mirada
34:15de profunda incomodidad. Conocían a Tomás Requena de antes. Sus negocios no siempre
34:23eran limpios, y su interés por el Valle Salvaje siempre había parecido ir más allá
34:27de la simple compraventa de mercancías. Más tarde, cuando estuvieron solos, Luisa se
34:34enfrentó a su padre. Padre, ¿por qué has aceptado? ¿Por qué la señora Mercedes ha
34:39dejado que ese hombre se quede aquí? ¿Sabes que no es de fiar? Alejo suspiró, su rostro
34:47surcado por la preocupación. No es decisión nuestra, hija. La señora Mercedes es la que
34:54manda aquí. Además, ¿qué podíamos decir? ¿Que no nos gusta su cara? No tenemos pruebas
34:59de nada en su contra. Pero lo sentimos, insistió Luisa, la última vez que estuvo por aquí,
35:07justo antes de. De todo lo que pasó con el señorito Julio, no paraba de hacer preguntas
35:13sobre las tierras, los límites, los derechos del agua. No es un simple mercader. Busca algo,
35:22su presencia aquí, justo ahora. No me gusta nada.
35:25Es como un buitre sobrevolando una casa en duelo. Alejo asintió, compartiendo la inquietud
35:33de su hija. Lo sé, tendremos que vigilarlo de cerca. Mantén los ojos abiertos y los oídos
35:40aguzados. Y sobre todo, no confíes en él. Sea lo que sea que busque Tomás Requena, no
35:47puede ser nada bueno para los Tobar ni para nosotros. La llegada del mercader añadía
35:54a una nueva capa de intriga al ya enrarecido ambiente del valle. Mientras las pasiones,
36:01los miedos y los secretos se arremolinaban en torno al linaje y la herencia, una amenaza
36:06externa y calculadora acababa de instalarse en el corazón de la propiedad, esperando pacientemente
36:11su oportunidad para actuar. El día avanzaba, y con él, la tormenta en el interior de José
36:19Luis crecía hasta alcanzar proporciones huracanadas.
36:24La conversación con Victoria, lejos de calmarlo, lo había agitado aún más. La sugerencia de
36:30su esposa de esperar, de ser sutil, chocaba frontalmente con su naturaleza. Necesitaba
36:38respuestas, y las necesitaba ahora. Buscó a Rafael. Lo encontró supervisando el trabajo
36:44en los viñedos, dando órdenes a los jornaleros con una autoridad que, por un momento, hizo
36:50que el duque sintiera una punzada de orgullo.
36:54Veía en él al hombre que podría haber sido, al líder natural. Pero esa imagen se vio
36:59inmediatamente manchada por la sospecha que lo carcomía.
37:02Rafael, camina conmigo. Dijo, su voz grave, sin dejar lugar a la negativa. Rafael, sorprendido
37:12por el tono de su padre, asintió y lo siguió hacia un sendero más apartado, que serpenteaba
37:17entre las hileras de Vides. El sol de la tarde bañaba el paisaje de una luz dorada, pero
37:24José Luis no veía la belleza que lo rodeaba.
37:26Solo veía la cara de su traición. Caminaron en silencio durante varios minutos. Un silencio
37:34cargado, ominoso.
37:37Rafael podía sentir la furia contenida de su padre, pero no entendía su origen. Finalmente,
37:43el duque se detuvo y se giró para mirarlo.
37:48Su rostro era un mapa de dolor, pena y una rabia que luchaba por salir. La noticia de Adriana.
37:56Del niño, comenzó José Luis, su voz extrañamente frágil. Anoche, mientras todos celebraban,
38:03yo solo podía pensar en julio.
38:07En todo lo que perdió, en lo poco que le queda, Rafael asintió, confundido.
38:12¿A qué te refieres, padre? Le queda su legado.
38:17Su hijo, sí, su hijo, repitió el duque, y la palabra sonó como veneno en su boca.
38:23Su hijo es lo único que nos queda de él. Un pedazo de él que sigue vivo. Una razón para seguir adelante.
38:33Para que su nombre no muera. Se acercó a Rafael, sus ojos escrutando el rostro de su hijo,
38:39buscando una señal, una grieta en su compostura.
38:42Ese bebé, Rafael, es mi única esperanza. Es el ancla que me impide hundirme en la desesperación.
38:52Es la continuación de julio. La sangre de mi sangre.
38:56La vulnerabilidad en la voz de su padre conmovió a Rafael.
38:59Por un instante, vio al hombre roto por el dolor, no al duque autoritario.
39:06Y así será, padre. Dijo, con sinceridad.
39:12Cuidaremos de Adriana y de ese niño. Honraremos la memoria de Julio a través de él.
39:18José Luis lo miró fijamente. La fragilidad desapareció de su rostro,
39:22reemplazada por una intensidad heladora.
39:27Se había despojado de su armadura, se había mostrado vulnerable,
39:31solo para asestar el golpe final.
39:35Su voz, cuando volvió a hablar, fue un susurro que cortó el aire como el filo de una navaja,
39:41directo, brutal y devastador.
39:45Se inclinó hacia adelante, su pregunta cargada con todo el peso de su agonía,
39:49su sospecha y su corazón destrozado.
39:52Pero dime la verdad, Rafael. Mírame a los ojos y júramelo.
39:58¿Ese hijo, es realmente de Julio?
40:02La pregunta quedó suspendida en el aire quieto de la tarde,
40:05entre las vides que habían sido testigos de generaciones de Tobar.
40:10El mundo de Rafael se detuvo. El color desapareció de su rostro,
40:14dejándolo pálido como la cera.
40:18El aliento se le atoró en la garganta.
40:20La pregunta directa, la que había temido en sus pesadillas más oscuras,
40:25la que había intentado evitar a toda costa, acababa de ser lanzada por su propio padre.
40:31Miró a José Luis, y en los ojos del duque no vio una simple duda.
40:36Vio una acusación.
40:38Vio la certeza de un hombre que ya creía conocer la respuesta y solo buscaba la confirmación para desatar el infierno.
40:44El silencio se alargó, pesado, insoportable.
40:49Y en ese silencio, el futuro de la casa Tobar, el destino de Adriana,
40:54la vida de un niño no nato y la relación rota entre un padre y un hijo,
40:59pendían de un hilo tan fino como la verdad que Rafael ahora se veía obligado a confrontar.
41:03La sombra de la duda ya no era una sombra.
41:07Era un abismo que se había abierto a sus pies, amenazando con tragárselos a todos.
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