Y Pablo Iglesias, las cosas hay que decirlas, es un alumno aventajado a la hora de aplicar ese principio fundamental de la hoz y el martillo, el de hacer lo que yo diga, no lo que yo haga.
El cofundador de Podemos siempre ha tenido a bien dar lecciones a los demás españoles sobre el lugar al que deberían de acudir los niños a estudiar.
Tanto es así, que no hace mucho tiempo atrás el podemita se largó este alegato en favor de la educación pública:
A los niños que vienen de familias con menos recursos no les admiten en los colegios privados. Porque papá y mamá que quieren llevar al niño al colegio privado super especial, no quieren que haya niños gitanos, ni quieren que haya niños que son hijos de migrantes marroquíes, ni de migrantes ecuatorianos, ni de gente de clase obrera en general. Por eso llevan a los niños al privado, porque no quieren que se mezclen con los niños de clase obrera. Entonces no hay libertad. El problema es que lo que algunos quieren es una educación para ricos, que se lo pueden permitir, donde el porcentaje de niños rubitos a los que sus padres van a poder aprender, mandar a aprender inglés a Irlanda a los veranos, es el 100% de los alumnos, y encima quieren que la clase trabajadora que paga impuestos les pague ir a esos colegios.
Pues bien, el bonito discurso de Pablo Iglesias no aplica para sus hijos.
El defensor a ultranza de la escuela pública, tal y como publica 'La Razón' este 10 de septiembre de 2025, va a llevar a sus vástagos a un exclusivo colegio de Las Rozas.
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