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#ValleSalvajeAdriana #rechaza #JoséLuis
Adriana rechaza a José Luis y desata la guerra en Valle
El despacho de José Luis se convirtió en un campo de batalla donde el amor, la ambición y la traición se enfrentaron cara a cara. En un movimiento tan retorcido como desesperado, José Luis lanzó sobre la mesa una proposición inimaginable: casarse con Adriana para transformar la guerra en una dinastía. Pero lo que él presentó como “protección” fue recibido como el más cruel de los chantajes.

Mientras tanto, Rafael descubría grietas en el si ...
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Transcripción
00:00Adriana rechaza a José Luis y desata la guerra en Valle. El despacho de José Luis se convirtió
00:15en un campo de batalla donde el amor, la ambición y la traición se enfrentaron cara a cara.
00:21En un movimiento tan retorcido como desesperado, José Luis lanzó sobre la mesa una proposición
00:27inimaginable, casarse con Adriana para transformar la guerra en una dinastía. Pero lo que él presentó
00:35como protección, fue recibido como el más cruel de los chantajes. Mientras tanto, Rafael descubría
00:44grietas en el silencio de Úrsula, enfrentándola directamente por la muerte de su tío Julio.
00:51Cada palabra, cada gesto de ella la delataba más, y en la sombra del poder, el nombre de Victoria
00:57surgía como la mente maestra de un crimen envuelto en veneno y mentiras. La tensión explota,
01:04Adriana rechaza la oferta con una dignidad feroz, declarando la guerra, Rafael promete desenmascarar
01:11a las culpables, e Isabel, junto a Francisco, empieza a armar el rompecabezas de un asesinato
01:17disfrazado de infarto. Y en el corazón de todo, Martín, el sirviente aterrorizado que
01:24lo vio todo, se convierte en la pieza clave de un destino que amenaza con derrumbar a los
01:29del monte. ¿Aceptará Martín arriesgarlo todo por la verdad? ¿Podrán Adriana y Rafael
01:36vencer la red de mentiras de José Luis y Victoria? ¿O Valle Salvaje arderá en una guerra sin retorno?
01:44No te pierdas esta entrega donde las máscaras caen, los secretos salen a la luz y el amor se
01:49mide contra el poder más oscuro. El aire en el despacho de José Luis era denso, casi
01:56irrespirable, cargado con el peso de generaciones de secretos y ambiciones. Adriana sentía cada
02:04molécula de oxígeno como una partícula de plomo en sus pulmones. Frente a ella, José Luis, con su
02:12falsa compostura de hombre de negocios acorralado, acababa de lanzar sobre la mesa una propuesta que
02:18no era una oferta, sino una bomba de tiempo envuelta en seda. No eran tierras, no era dinero,
02:26no era un acuerdo comercial. Era algo infinitamente más perverso, más íntimo.
02:33Cásate conmigo, Adriana. Había dicho, y las palabras todavía flotaban entre ellos, venenosas y absurdas.
02:40Une tu apellido al mío. Convirtamos esta guerra en una dinastía. Juntos, seremos dueños no sólo de
02:49valle salvaje, sino de todo lo que la vista alcanza. La deuda quedará olvidada, borrada como si nunca
02:57hubiera existido. Tu familia estará a salvo, bajo mi protección. Bajo la protección de los del monte.
03:04Adriana lo miró, y por un instante el shock fue tan profundo que no pudo sentir nada más.
03:11Era como si el mundo se hubiera detenido. El tic-tac del gran reloj de pared en la esquina
03:17sonaba como el martillo de un juez sentenciando una locura. Luego, el estupor dio paso a una oleada
03:24de incredulidad, que rápidamente se transformó en una furia helada, tan fría y afilada como un estilete.
03:31Una risa amarga, un sonido que no reconoció como suyo, escapó de sus labios. ¿Protección? Repitió,
03:41su voz un susurro peligroso. ¿Llamas protección a encadenarme a ti? ¿A comprar mi apellido y mi
03:48vida para saldar una deuda que tú y tu familia crearon? Eres aún más despreciable de lo que
03:53jamás imaginé, José Luis. José Luis no parpadeó. Su desesperación era un animal enjaulado, y lo
04:02hacía más peligroso, no más débil. Se inclinó sobre la mesa de caoba, su rostro una máscara de
04:10intensidad. No seas ingenua, Adriana. ¿Crees que tienes otra opción? Mi madre está furiosa. Victoria
04:19no se detendrá ante nada para destruiros. ¿Cree que sois una plaga, una afrenta al legado de mi
04:27padre? Ella quiere la guerra. Yo te ofrezco la paz. Una paz con un precio, sí, pero una paz al fin y al
04:36cabo. Piensa en tus hermanos. Piensa en el futuro. ¿O prefieres luchar una batalla que no puedes ganar,
04:43solo por orgullo? ¿Solo por él? El veneno en la última pregunta era evidente. Él, Rafael,
04:52el nombre resonó en la mente de Adriana, un ancla en medio de la tormenta. Pensar en Rafael le dio la
04:59fuerza que necesitaba. Mi orgullo y el amor de mi familia no están en venta. Dijo, poniéndose de
05:06pie con una dignidad que la hizo parecer más alta, más imponente. Y mi respuesta es no. Prefiero arder
05:14en el infierno a convertirme en tu esposa. Busca otra manera de salvar tu patético pellejo, porque
05:20no será a mi costa. Y dile a tu madre que nos veremos en esa guerra que tanto anhela. Tal vez
05:27se sorprenda de quién sangra primero. Sin esperar respuesta, Adriana se dio la vuelta y salió del
05:33despacho, cerrando la puerta con una fuerza que hizo temblar un retrato de Julio del Monte en la
05:38pared. Mientras caminaba por el largo pasillo de la mansión, sentía los ojos de la casa sobre ella,
05:46los susurros de los fantasmas de un pasado que ahora era su presente. La guerra había sido declarada.
05:54Mientras tanto, en otra ala de la casa, el aire era igualmente gélido, pero por una razón diferente.
06:00Úrsula sentía que el suelo bajo sus pies se había convertido en hielo quebradizo.
06:07La pregunta de Rafael, lanzada con una calma devastadora, seguía rebotando en las paredes
06:13de su cráneo. ¿Por qué mataste a Julio? Se llevó una mano al pecho, intentando calmar el
06:21galope desbocado de su corazón. Había logrado zafarse de él con una mezcla de indignación y
06:26lágrimas de cocodrilo, acusándolo de haber sido envenenado por las mentiras de Adriana,
06:31pero sabía que la semilla de la sospecha ya había germinado. Y Rafael no era un hombre que dejara
06:38las cosas a medias. ¿De dónde lo sacó? ¿Cómo puede saberlo? Susurraba para sí misma,
06:44caminando en círculos en la soledad de su habitación.
06:46Su mente febril repasaba cada momento, cada conversación. ¿Había cometido un error? ¿Había
06:54dejado un cabo suelto? No. Había sido cuidadosa. El veneno, la dosis, la oportunidad, todo había sido
07:03planeado por Victoria con una precisión quirúrgica. Ella solo había sido el instrumento. Un instrumento
07:10que ahora corría el riesgo de ser descartado y destruido. La idea de que Adriana estuviera
07:16detrás de esto la consumía. Esa mujer había llegado para desenterrar el pasado y arruinarlo
07:21todo. Primero, le había robado a Rafael. Ahora, amenazaba con robarle la libertad. El miedo,
07:30un sentimiento que Úrsula despreciaba, comenzó a enroscarse en su estómago como una serpiente.
07:36Tenía que hacer algo. Tenía que desacreditar a Adriana, destruirla antes de que ella la
07:43destruyera. Y para eso, necesitaba un aliado. O mejor dicho, necesitaba asegurarse de que sus
07:51aliados no la traicionaran. Su primer pensamiento fue Victoria, pero un instinto le dijo que Victoria
07:59la sacrificaría sin dudarlo si eso servía a sus propósitos. No, necesitaba algo más. Necesitaba
08:08un seguro. Un recuerdo fugaz cruzó su mente. El día de la muerte de Julio. La merienda, ella sirviendo
08:16el té, y unos ojos asustados que la observaban desde el quicio de la puerta de la cocina. Martín,
08:23él la calló. Él la había visto. No había dicho nada, nunca. Pero la forma en que la miraba desde
08:29entonces. Siempre con miedo, con una especie de conocimiento culpable. Si Rafael estaba investigando,
08:38tarde o temprano llegaría a los sirvientes. Tenía que llegar a Martín primero. Rafael no había creído
08:45ni una palabra de la actuación de Úrsula. Su negación había sido demasiado vehemente. Sus
08:53lágrimas demasiado calculadas. La pregunta no había sido una simple puñalada en la oscuridad. Era la
08:59primera jugada en una partida de ajedrez que pensaba ganar. Estaba convencido de su culpabilidad,
09:06pero necesitaba pruebas. Pruebas irrefutables. Salió al jardín, buscando el aire fresco para aclarar
09:14sus ideas. El sol de la tarde bañaba el valle en tonos dorados y anaranjados, una belleza serena
09:20que contrastaba brutalmente con la tormenta que se gestaba en su interior. Sabía que enfrentarse
09:27a Úrsula había sido un riesgo. Ahora ella estaría en alerta, probablemente destruyendo cualquier
09:32evidencia que pudiera quedar. Su instinto le decía que ella no había actuado sola. Úrsula era ambiciosa
09:40y manipuladora, pero el asesinato a sangre fría de un hombre como Julio del Monte requería una
09:45frialdad y una audacia que no encajaban del todo con ella. Alguien más tenía que estar detrás. Alguien
09:53con más poder, con más que ganar. El nombre de Victoria del Monte apareció en su mente, oscuro y
09:59ominoso. Siempre había sido la sombra detrás del trono, la que movía los hilos. Fue entonces cuando
10:07vio a Adriana saliendo de la casa principal, su rostro pálido pero sus ojos encendidos con una
10:13determinación feroz. Sus caminos se cruzaron cerca de la fuente del patio. Por un momento,
10:20solo se miraron, comunicándose sin palabras. En sus ojos, él vio la misma resolución que sentía
10:28en su propio corazón. José Luis me ha hecho una proposición. Dijo ella, su voz baja y tensa.
10:37Rafael sintió una punzada de celos irracionales, que aplastó de inmediato. ¿Qué quería? Adriana
10:44soltó una risa sin alegría. Matrimonio, para unir a las familias y acabar con la guerra. Rafael se quedó
10:52sin palabras. La audacia de José Luis era tan grande como su cobardía. Pudo ver la humillación y la ira
10:59en el rostro de Adriana, y un deseo protector surgió en él, tan intenso que casi le dolía.
11:06¿Qué ha respondido? Preguntó, aunque ya sabía la respuesta. Le he dicho que prefiero el infierno.
11:12Y que la guerra acaba de empezar. Una sonrisa sombría pero genuina se dibujó en los labios de
11:20Rafael. Esa es la mujer de la que me enamoré. Se acercó a ella, acortando la distancia que los
11:28separaba. El mundo a su alrededor pareció desvanecerse. Solo existían ellos dos, el murmullo
11:36del agua de la fuente y la promesa silenciosa de que enfrentarían juntos lo que viniera.
11:42He hablado con Úrsula. Dijo Rafael en voz baja. La he acusado directamente de la muerte
11:48de mi tío. Los ojos de Adriana se abrieron de par en par. Y... ha mentido, por supuesto.
11:56Pero la he asustado. Una persona asustada comete errores. Y yo estaré allí para verlos.
12:03Adriana, no estamos solos en esto. Isabel también está investigando. No confía en la versión
12:10oficial. Está obsesionada con un detalle. Nadie en el servicio recuerda quién sirvió
12:15la merienda el día que Julio murió. Es como si alguien hubiera borrado sus memorias. Adriana
12:22asintió, procesando la información. Alguien con el poder suficiente para aterrorizarlos
12:29hasta el silencio. Victoria. Exacto. Confirmó Rafael. Úrsula pudo haber sido la mano. Pero
12:37Victoria fue el cerebro. Tenemos que demostrarlo. Pero debemos ser más listos que ellos. No más
12:45confrontaciones directas por ahora. Debemos movernos en las sombras. Adriana lo miró. Una
12:53nueva esperanza mezclándose con su determinación. Juntos. Juntos. Repitió él. Y en esa única
13:02palabra sellaron un pacto más fuerte que cualquier contrato o amenaza. En la cocina, la tensión
13:09era un ingrediente más en el guiso que se cocinaba a fuego lento. Isabel, con su porte de matriarca
13:17tranquila pero observadora, había reunido a los sirvientes con el pretexto de organizar
13:22los horarios de la semana siguiente. Sin embargo, su verdadera intención era otra. Francisco estaba
13:30a su lado, actuando como su fiel escudero. Sus sospechas sobre Martín habían crecido. El
13:38joven Lacayo estaba pálido. Sus manos temblaban ligeramente y evitaba la mirada de todos. Y
13:45por eso, es importante que recordemos bien nuestras tareas, especialmente en eventos pasados, para
13:51no cometer los mismos errores. Decía Isabel, su voz suave pero con un matiz de acero.
13:58Por ejemplo, sigo sin poder recordar un detalle tonto de hace unas semanas. El día que el señor
14:05Julio nos dejó. ¿Quién de vosotros sirvió el té en el salón? Mi memoria me falla. Un silencio
14:12pesado cayó sobre la cocina. Los sirvientes se miraron unos a otros, incómodos. Nadie habló. Era la
14:20misma reacción que Isabel había obtenido en sus intentos anteriores. Miedo. Un miedo palpable. Nadie
14:28lo recuerda. Señora Isabel. Dijo una de las cocineras. Una mujer mayor llamada Carmen.
14:34Martín. Ese día fue un caos. Pero Isabel no apartaba la vista de Martín. El joven estaba
14:43sudando a pesar del fresco de la estancia. Justo en ese momento, Irene, la doncella personal de
14:50Victoria, entró en la cocina. Su presencia siempre imponía a una cierta autoridad delegada. Vio a Martín
14:59y sus labios se curvaron en una sonrisa condescendiente. Martín, la señora Victoria quiere que te encargues
15:07de limpiar la platería del comedor privado. Quiere que brille como un espejo. Dijo, su tono dejando
15:15claro que era una orden inapelable. Luego, se acercó a él y le susurró algo al oído, algo que nadie más
15:23pudo escuchar, pero cuya reacción fue visible para todos. Martín se puso aún más pálido, si eso era
15:31posible. Asintió rígidamente, sin decir una palabra, y salió de la cocina casi corriendo.
15:39La pregunta de Irene, fuera cual fuera, lo había destrozado. Francisco e Isabel intercambiaron una
15:47mirada. Aquello confirmaba sus sospechas. Martín sabía algo, y la gente de Victoria lo estaba
15:54utilizando para mantenerlo callado. Más tarde, Francisco encontró a Martín en el pequeño cuarto
16:01donde se guardaban los productos de limpieza. Estaba apoyado contra la pared, respirando con
16:09dificultad, como si acabara de correr una maratón. ¿Qué te pasa, muchacho? Preguntó Francisco con una
16:17voz más amable de lo que pretendía. Estás más blanco que una sábana. ¿Qué te ha dicho Irene? Martín
16:25negó con la cabeza, sin mirarlo. Nada, señor Francisco, solo cosas del trabajo. No me mientas,
16:33Martín. Llevas semanas así. Atormentado. Sea lo que sea que te oprime, hablarlo te hará bien. Somos
16:43tus amigos. Fue entonces cuando Pepa entró, buscando a Francisco. Vio la escena y la preocupación
16:50se dibujó en su rostro. Se acercó a Martín, su instinto protector activado. Martín, estás bien. Al
16:59verla, la coraza de Martín pareció agrietarse. La miró con una angustia tan profunda que a Pepa
17:06se le encogió el corazón. Quería decirle la verdad. Quería gritar que estaba atrapado en una
17:13red de mentiras y amenazas, que había visto algo terrible y que el miedo por la seguridad de su
17:18familia en el pueblo lo estaba consumiendo vivo. Pero las palabras de Victoria resonaban en su cabeza.
17:24Si abres la boca, tu madre y tus hermanos pagarán las consecuencias. El valle tiene una memoria muy
17:32larga para los traidores. Con un esfuerzo sobrehumano, se recompuso. Miró a Pepa, y luego a
17:40Francisco, que la observaba con una devoción innegable. Tomó la decisión más dolorosa de su vida.
17:47He hecho bien en elegir a Francisco. Le había dicho a Pepa el día anterior. Ahora tenía que reforzar
17:54ese muro entre ellos para protegerla. Estoy bien. Mintió, su voz sonando hueca. Solo estoy cansado.
18:03Pepa, Francisco es un buen hombre. Él te cuidará mejor que nadie. Haced vuestra vida. No os preocupéis
18:11por mí. Se alejó de ellos, dejándolos solos y con más preguntas que respuestas. Pepa sintió un dolor
18:19agudo en el pecho. Sabía que Martín le estaba ocultando algo grave. No era indiferencia lo que
18:26veía en sus ojos, sino un sacrificio. Adriana se reunió con sus hermanos, Daniel y Sofía, en la
18:33pequeña casa de invitados que ahora ocupaban. Les contó la verdad sobre la propiedad de Valle
18:40salvaje, mostrándoles los documentos que su padre había guardado durante años.
18:46La revelación fue un terremoto. Entonces, ¿todo esto es nuestro? Susurró Sofía, incrédula.
18:55Legítimamente, sí. Confirmó Adriana. Pero los del monte no lo entregarán sin luchar.
19:00Luego, les contó la propuesta de matrimonio de José Luis. Daniel, impulsivo y protector,
19:09se levantó de un salto, con los puños apretados. Ese miserable. Lo mataré. ¿Cómo se atreve
19:16a? Calmate. Daniel. Lo interrumpió Adriana.
19:22La violencia es lo que ellos esperan. Quieren que cometamos un error, que les demos una excusa
19:28para aplastarnos. No les daremos ese gusto. Lucharemos, pero con inteligencia. Les explicó
19:36el plan que había esbozado con Rafael. Investigar la muerte de Julio, encontrar pruebas contra
19:42Victoria y Úrsula, y usar esa verdad como un arma para desmantelar el poder de los del
19:47monte desde dentro. Victoria es la que quiere la guerra. Dijo Adriana, su voz firme. Cree
19:55que somos la única amenaza. Pero la verdadera amenaza para ella es la verdad de lo que le
20:01hizo a su propio marido. Y nosotros vamos a sacarla a la luz. Por primera vez desde que
20:07llegaron al valle, los tres hermanos se sintieron unidos por un propósito común, una fuerza
20:13que iba más allá de la simple supervivencia.
20:15Eran los herederos legítimos de esas tierras, y lucharían por ellas. La noche cayó sobre
20:23valle salvaje, pero nadie durmió en paz.
20:28Úrsula, consumida por el pánico, decidió que no podía esperar. Se escabulló de la casa
20:34principal y se dirigió hacia las dependencias del servicio.
20:37Martín. Sabía que era arriesgado, pero tenía que asegurarse del silencio de Martín. Lo encontró
20:44cerca de los establos, terminando sus últimas tareas.
20:49Lo arrinconó en la oscuridad, su voz un siseo venenoso. Tú y yo tenemos que hablar, Martín.
20:57El joven se sobresaltó, el miedo paralizándolo. Señorita Úrsula, yo no he dicho nada, se lo
21:04juro. Más te vale. Replicó ella, acercándose más, su perfume caro mezclándose con el olor
21:12a heno y a miedo. Rafael está haciendo preguntas, está husmeando donde no le llaman. Si se acerca
21:19a ti, si te pregunta cualquier cosa sobre la tarde en que murió don Julio. Tú no viste
21:26nada, ¿entendido? Estabas en el pueblo visitando a tu madre. Pero, yo no. ¿Entendido?
21:34Insistió, su mano aferrando su brazo con una fuerza sorprendente. Sí, señorita.
21:42Entendido. Bien, porque si se me ocurre pensar que has hablado, o que piensas hablar, las
21:48consecuencias no serán solo para ti.
21:52Tu familia es muy vulnerable, ¿verdad? Un accidente puede ocurrirle a cualquiera.
21:56Úrsula lo soltó y se perdió en la noche, dejando a Martín temblando, no de frío, sino
22:03de puro terror. Pero no estaban solos, oculto detrás de una pila de fardos de heno, Rafael
22:10lo había visto y oído todo. No había podido escuchar las palabras exactas, pero la imagen
22:17de Úrsula amenazando a un sirviente aterrorizado era toda la confirmación que necesitaba. Úrsula
22:24estaba ocultando algo, y Martín era la clave. Ahora sabía a quién tenía que presionar.
22:32Pero no lo haría con amenazas. Lo haría con protección. Al día siguiente, el plan de
22:37Rafael y Adriana se puso en marcha. Mientras Adriana se mantenía visible, desafiante pero
22:44serena, proyectando una imagen de confianza que desconcertaba a Victoria y José Luis,
22:50Rafael se movía en un segundo plano.
22:54Esperó el momento oportuno. Encontró a Martín solo, mientras éste llevaba leña a la cocina.
22:59Se interpuso en su camino, su expresión seria pero no amenazante. Martín, necesito hablar contigo.
23:09Y no tienes que tener miedo. Martín intentó esquivarlo. No tengo nada que decir, señor Rafael.
23:18Anoche vi a Úrsula amenazándote. Dijo Rafael directamente. El joven se detuvo en seco,
23:24el rostro desencajado. Sé que te está obligando a guardar silencio sobre algo que viste el día que
23:30murió mi tío. No te voy a pedir que me lo cuentes. Te voy a ofrecer mi protección. A ti y a tu familia.
23:40Martín lo miró con los ojos llenos de duda y desesperación. ¿Qué clase de protección? Ellos
23:45son los dueños de todo. El poder de mi familia no se basa en la justicia, sino en el miedo,
23:52explicó Rafael. Pero ese poder se está desmoronando. Hay cosas que están a punto
23:58de salir a la luz. Si estás del lado de la verdad, cuando todo esto termine, estarás a salvo. Si
24:06sigues protegiéndolos, te hundirás con ellos. Te doy mi palabra, Martín. Nada le pasará a tu
24:14familia. Francisco e Isabel también te ayudarán. Pero tienes que confiar en nosotros. Rafael vio la
24:22lucha interna en los ojos del joven. La lealtad forzada por el miedo contra el deseo de hacer lo
24:29correcto. Piénsalo, Martín. Cuando estés listo, búscame. Pero no esperes demasiado. El tiempo se
24:38acaba. Rafael se fue, dejando a Martín con una decisión imposible que, por primera vez, parecía
24:45tener una salida. Mientras tanto, Isabel continuaba su propia investigación. Con la ayuda de Francisco,
24:53habían empezado a revisar discretamente los registros de la finca. Facturas, pedidos, inventarios. Buscaban
25:02algo fuera de lo común en los días previos a la muerte de Julio. Fue Francisco quien lo encontró.
25:10Un recibo de la farmacia del pueblo. Un pedido inusual para un tónico cardíaco muy específico
25:15y potente, recetado para una de las yeguas más viejas del establo que sufría de arritmias.
25:23Lo extraño era que el pedido había sido recogido no por el veterinario ni por el encargado de los
25:28establos, sino por Irene, la doncella personal de Victoria. Este medicamento, murmuró Francisco,
25:37leyendo las contraindicaciones. En dosis altas, en un humano, podría causar un fallo cardíaco fulminante.
25:45Y sus síntomas serían muy similares a los de un infarto natural, especialmente en alguien con la
25:51condición de don Julio. Isabel sintió un escalofrío. ¿Crees que...? Creo que tenemos nuestra arma homicida.
26:00Dijo Francisco, su rostro sombrío. Ahora solo tenemos que conectar el arma con la mano que la
26:07usó. La presión estaba surtiendo efecto. Victoria, al ver que Adriana no solo había rechazado la
26:15propuesta de José Luis sino que además actuaba con una confianza desafiante, empezó a sospechar que
26:21sabían más de lo que aparentaban. Se volvió paranoica, viendo conspiraciones en cada esquina.
26:29Su ira se centró en Úrsula, su eslabón más débil. Convocó a Úrsula a la biblioteca, un lugar que
26:37solía ser el santuario de Julio y que ahora era el centro de operaciones de Victoria.
26:41Rafael te ha confrontado. Dijo Victoria, sin preámbulos. No era una pregunta. Úrsula palideció.
26:52¿Cómo lo sabe? Tengo ojos y oídos en todas partes, querida. La pregunta es, ¿qué le dijiste?
27:01Nada, lo negué todo, por supuesto. Le dije que a Adriana le estaba llenando la cabeza de mentiras.
27:06Victoria la estudió con sus fríos ojos de reptil. Tu pánico te delata, Úrsula. Eres un desastre andante.
27:16Has puesto todo en riesgo por tu incapacidad para controlar tus emociones. Rafael no se detendrá.
27:23Y si tú caes, no pienses ni por un segundo que dudaré en cortarte de raíz para salvarme a mí misma.
27:28El miedo de Úrsula se convirtió en resentimiento. Estaba cansada de ser el peón de Victoria,
27:36de recibir todas las amenazas sin ningún beneficio.
27:41Yo hice lo que tú me ordenaste. Replicó, su voz temblando de rabia contenida. Tú me diste el frasco.
27:50Tú me dijiste que era solo un sedante fuerte para asustarlo,
27:53para que cambiara de opinión sobre los nuevos documentos que había firmado.
27:59Nunca me dijiste que era un veneno letal. Victoria se abofeteó. La bofetada resonó en la silenciosa biblioteca.
28:08Insolente. Siseo, no olvides quién te sacó del barro. Te di una vida que nunca podrías haber soñado.
28:14Y puedo quitártela con la misma facilidad. No te equivoques, Úrsula. En esta historia,
28:22solo hay una reina y muchas piezas prescindibles. Asegúrate de seguir siendo útil. Deshazte de
28:29cualquier prueba. Y, sobre todo, cierra la boca.
28:34Úrsula salió de la biblioteca con la mejilla ardiendo y el alma helada. La amenaza de Victoria
28:39había sido el empujón final. Ya no se trataba de salvar su posición en Valle Salvaje. Se trataba
28:47de salvar su propia vida. Y se dio cuenta de que su única salvación no era el silencio,
28:53sino una confesión controlada. Si podía entregar a Victoria a cambio de su propia libertad,
29:00o al menos de una sentencia reducida, lo haría. Pero necesitaba una prueba. Algo que demostrara
29:07que Victoria era la autora intelectual. Y recordó algo. El frasco, después de usarlo,
29:14el pánico la había superado y, en lugar de deshacerse de él como Victoria le había ordenado,
29:20lo había escondido. Lo había envuelto en un paño y lo había metido en el fondo de un viejo joyero que
29:27nunca usaba. Era su única carta, su seguro de vida. El momento decisivo llegó esa misma noche.
29:35Martín, después de una agonizante lucha interna, tomó una decisión.
29:42El miedo a Victoria era inmenso, pero la promesa de protección de Rafael y, sobre todo,
29:48la idea de liberar su conciencia y poder mirar a Pepa a los ojos de nuevo, pesaron más.
29:53Francisco lo llevó inmediatamente al despacho, donde Rafael y Adriana estaban revisando los
30:09documentos de la propiedad. Isabel se unió a ellos. Cerraron la puerta, con voz temblorosa al
30:17principio, pero ganando fuerza a medida que hablaba, Martín les contó todo.
30:24Yo estaba en el pasillo de servicio, junto a la puerta de la cocina. Vi a la señorita Úrsula.
30:32Estaba muy nerviosa. Llevaba la tetera. Se detuvo un momento, miró a su alrededor y sacó un frasquito
30:38de su delantal. Vertió unas gotas en la taza de Don Julio, que siempre era la de porcelana azul. Pero
30:46no estaba sola. En la sombra del comedor, junto a la puerta que da al jardín, estaba Doña Victoria.
30:54No dijo nada. Solo la observaba. Y cuando la señorita Úrsula terminó, Doña Victoria asintió
31:02levemente. Fue una mirada. No sé cómo describirla. Fría, satisfecha. Luego, la señorita Úrsula llevó
31:10la bandeja al salón. Yo me quedé paralizado. Más tarde, ese mismo día, Doña Victoria me encontró. Me dijo
31:19que había visto que yo los había visto. Y me amenazó. Me dijo que si hablaba, mi familia sufriría.
31:26El relato de Martín fue como la pieza final de un rompecabezas macabro. Todo encajaba. El veneno
31:34del caballo. Dijo Francisco, mostrando el recibo que había encontrado. Recogido por Irene, la doncella
31:43de Victoria. La amenaza de Úrsula anoche. Añadió Rafael. Estaba desesperada por mantenerte callado.
31:53Adriana miró a Rafael. Tenemos el testimonio. Tenemos el posible origen del veneno. Pero sigue
32:00siendo la palabra de un sirviente contra la de la mujer más poderosa del valle. Necesitamos algo
32:07más. Algo físico. Fue entonces cuando un golpe suave sonó en la puerta. Francisco abrió con
32:15cautela. Era Pepa. Su rostro estaba pálido y llevaba algo envuelto en un paño. No sé qué es esto. Dijo,
32:24mirando a Martín. Pero te vi. Te seguí esta tarde hasta la habitación de la señorita Úrsula. Entraste
32:31cuando ella no estaba. Te vi salir con esto. Martín estaba tan preocupada. ¿Qué está pasando? Martín la
32:40miró, su rostro una mezcla de arrepentimiento y alivio. Lo siento, Pepa. No quería involucrarte.
32:49Tomó el objeto y lo desenvolvió sobre el escritorio. Era un joyero. Lo abrió. Dentro,
32:56envuelto en un pañuelo de seda, había un pequeño frasco de cristal oscuro, casi vacío.
33:04Rafael lo tomó con cuidado. Coincidía con la descripción del tónico cardíaco del recibo de la
33:09farmacia. No puede ser, susurró Martín. Yo no tomé esto. Yo no. Una idea terrible y brillante se formó
33:18en la mente de Rafael. Miró a todos en la habitación. Úrsula se dio cuenta de que Martín era su cabo
33:26suelto. Y Victoria la ha amenazado. Está desesperada. ¿Y si está intentando incriminar a Martín? ¿Y si
33:34plantó esto en su habitación para que lo encontraran y lo culparan a él? No. Intervino Pepa, defendiendo a
33:43Martín. Él no lo tenía. Yo lo vi entrar en la habitación de Úrsula. Lo vi buscar frenéticamente. Y luego
33:51lo vi salir con el joyero. Él lo encontró allí. La verdad de la situación cayó sobre ellos con una
33:57claridad brutal. Úrsula no había plantado la prueba. Martín, en un acto de desesperación y buscando
34:06protegerse, había ido a la habitación de Úrsula, sabiendo que ella debía tener la prueba en alguna parte.
34:14Había robado el joyero con el frasco, su propio y peligroso seguro, Martín. Dijo Rafael, su voz
34:21llena de una nueva admiración. Has sido más valiente de lo que crees. Nos has dado el arma del
34:27crimen. Ahora lo tenían todo. El testimonio, el motivo, la herencia y las tierras, el arma y la prueba
34:36física. Era el momento de dar el jaque mate. Planearon la confrontación final para la cena de
34:44esa noche. La atmósfera en el gran comedor era opresiva. Victoria presidía la mesa, altiva y
34:52vigilante. José Luis parecía nervioso, lanzando miradas furtivas a Adriana, quien permanecía impasible.
35:01Úrsula apenas probaba su comida, su rostro una máscara de ansiedad. Justo cuando el postre
35:09iba a ser servido, Rafael se puso de pie.
35:11Antes de continuar, dijo, su voz resonando en el silencio. Creo que es hora de aclarar algunos
35:20asuntos pendientes.
35:21Concretamente, la verdadera causa de la muerte de mi tío Julio, un murmullo recorrió la
35:29mesa. Victoria lo fulminó con la mirada. ¿Qué estupidez estás diciendo, Rafael? Tu tío murió
35:37de un infarto. O fue un envenenamiento disfrazado de infarto, replicó Rafael, su mirada fija en
35:45Úrsula. Úrsula se encogió en su silla, el color abandonando su rostro. Esto es un ultraje,
35:53intervino José Luis. Estás acusando. Estoy acusando a Úrsula de haber vertido veneno en
36:00el té de mi tío, continuó Rafael, impasible. Un veneno que le fue proporcionado. Se hizo un
36:08silencio sepulcral. Todos los ojos se volvieron hacia Úrsula, quien comenzó a temblar visiblemente.
36:16No, es mentira, él miente, gritó, su voz aguda y estridente. Es Adriana, ella lo ha manipulado.
36:25¿De verdad, Úrsula? Dijo Adriana, hablando por primera vez, su voz tranquila pero cortante.
36:33¿O es que tienes miedo de que la verdad salga a la luz? En ese momento, la puerta del comedor se abrió.
36:39Francisco entró, seguido por Isabel y un aterrorizado pero decidido Martín. Martín tiene algo que decir,
36:48anunció Rafael. Victoria se puso de pie de un salto. ¿Qué significa esto? Guardias, saquen a este hombre
36:56de aquí. Pero nadie se movió. La autoridad en la voz de Rafael mantenía a todos paralizados. Con los ojos
37:06de todos fijos en él, Martín, con voz clara, relató lo que había visto. Describió a Úrsula con el frasco y
37:15a Victoria observando desde las sombras, asintiendo. Miente, es un sirviente resentido, comprado por
37:24estos advenedizos, gritó Victoria, su compostura finalmente rota. ¿Miente sobre esto también? Preguntó
37:33Rafael y en un movimiento dramático, colocó el pequeño frasco de veneno y el recibo de la farmacia
37:39en el centro de la mesa. Úrsula ahogó un grito al ver el frasco. Era su seguro. ¿Cómo lo tenían?
37:46Miró a Martín con odio, creyendo que él se lo había robado para incriminarla.
37:53La traición, real o imaginada, fue la gota que colmó el vaso. Su instinto de supervivencia se
38:00apoderó de ella. Fue ella, chilló, señalando a Victoria con un dedo tembloroso. Fue Victoria,
38:07ella me obligó, me dijo que era un sedante. Juró que solo lo haría enfermar. Dijo que Julio iba a
38:15cambiar el testamento, que les iba a devolver las tierras a la familia de Adriana. Dijo que teníamos
38:22que detenerlo. Yo no quería matarlo. Fue ella, siempre fue ella. El mundo de Victoria del Monte
38:29se derrumbó en ese instante. El testimonio del testigo ocular, la prueba física y la confesión de
38:35su cómplice la habían acorralado. Su rostro se contorsionó en una máscara de furia y odio puro.
38:43Miró a su hijo, José Luis, buscando apoyo, pero él solo la miraba con horror, dándose cuenta de la
38:49monstruosidad de la que su madre era capaz. Tú, siseó Victoria, mirando a Adriana. Tú y tu maldita
38:58familia. Habéis destruido todo. Tú destruiste todo cuando elegiste el asesinato en lugar de la
39:05justicia. Respondió Adriana con calma. La escena que siguió fue caótica. José Luis, en un intento
39:14de salvar lo poco que quedaba de su nombre, fue quien llamó a la Guardia Civil. Victoria no se
39:21resistió. Caminó fuera de la mansión que había gobernado con puño de hierro, su rostro impasible,
39:27derrotada pero no arrepentida. Úrsula, llorando histéricamente, fue escoltada también, su confesión
39:36sellando el destino de ambas. Epílogo, un nuevo amanecer en Valle Salvaje. Pasaron varias semanas.
39:45El escándalo sacudió la región, pero la verdad, por fe a que fuera, había actuado como un bálsamo
39:52purificador. Con Victoria y Úrsula enfrentando a la justicia, y José Luis completamente desacreditado
40:00y ocupado en salvar los restos de su imperio, un nuevo orden comenzó a establecerse en Valle Salvaje.
40:08Los documentos de propiedad fueron validados. La finca, la casa, todo, fue devuelto a sus
40:14legítimos dueños, los hermanos Soler. Adriana, Daniel y Sofía se pararon en el porche de la
40:22casa principal, mirando el vasto y hermoso valle que se extendía ante ellos. Era suyo, la lucha
40:30había terminado. Martín fue aclamado como un héroe. Liberado de su carga, se convirtió en un
40:36hombre nuevo. Una tarde, se acercó a Pepa con una humildad y sinceridad que ella nunca le había
40:43visto. Le explicó todo, el miedo, las amenazas, el sacrificio que había intentado hacer para
40:52protegerla. Pepa lo escuchó, y cuando terminó, simplemente tomó su mano. Su historia juntos no
41:01había terminado, apenas estaba comenzando. Isabel y Francisco, ahora los pilares de la gestión de la
41:08finca, supervisaban la transición con una eficiencia y lealtad inquebrantables. Su vínculo, forjado en la
41:17investigación y el peligro, se había convertido en un afecto profundo y respetuoso.
41:24Una tarde, mientras el sol comenzaba a ponerse, tiñendo el cielo de colores imposibles, Rafael
41:30encontró a Adriana junto al viejo roble en la colina que dominaba el valle. Habían pasado por el
41:37fuego juntos y habían salido más fuertes. Mira esto, Rafael, dijo ella, su voz llena de asombro.
41:46Es más hermoso de lo que jamás soñé. No tan hermoso como la mujer que lo gobierna, respondió él, parándose a su lado.
41:53Se quedaron en silencio por un momento, simplemente absorbiendo la paz. La guerra había terminado.
42:04El mal había sido castigado. La justicia había prevalecido. Era un final casi demasiado perfecto
42:10para ser verdad. Adriana, dijo Rafael, volviéndose hacia ella y tomando sus manos. Hubo una propuesta
42:18de matrimonio en esta casa hace unas semanas. Una propuesta de negocios, vacía y horrible. Me
42:25gustaría hacer otra. Se arrodilló frente a ella, sobre la hierba húmeda por el rocío de la tarde.
42:33Sacó una pequeña caja de su bolsillo. No contenía un diamante ostentoso, sino un anillo simple,
42:39con una pequeña piedra azul, del color del cielo del valle al amanecer.
42:43Adriana Soler, has luchado, has sufrido y has vencido. Me has enseñado lo que significa la
42:51verdadera fuerza y el verdadero amor. No quiero ser el dueño del valle a tu lado. Quiero ser tu
42:58compañero, tu esposo, tu amigo. Quiero construir un futuro contigo, aquí, en nuestra casa. ¿Te casarías
43:07conmigo? Las lágrimas que llenaron los ojos de Adriana esta vez no eran de rabia ni de dolor,
43:14sino de una alegría tan inmensa que sentía que su corazón iba a estallar.
43:19Sí, susurró, su voz quebrada por la emoción. Sí, Rafael, mil veces, sí. Él le puso el anillo y se
43:28levantó para besarla. Fue un beso que selló el final de una era de oscuridad y el comienzo de una
43:35de luz. El sol se ocultó por completo, dejando paso a un cielo lleno de estrellas, cada una una
43:42promesa de un futuro brillante. Juntos, dueños de su destino y de su amor, Adriana y Rafael miraron
43:50hacia su hogar. El valle ya no era salvaje. Por fin, era libre.
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