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⚰️ En el Capítulo 241 de Valle Salvaje, la tragedia sacude a todos: el Valle queda marcado por el dolor y la pérdida.
Las lágrimas corren, los secretos salen a la luz y cada familia enfrenta las consecuencias de una desgracia que lo cambia todo.

Mercedes intenta sostener a los suyos en medio del sufrimiento, Adriana busca consuelo entre tanta oscuridad, Rafael carga con la culpa y Victoria, fría e implacable, aprovecha la tragedia para reforzar su poder.

⚠️ ¿Crees que el Valle podrá levantarse después de esta tragedia?
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#ValleSalvaje #Capítulo241 #Tragedia
Transcript
00:00The chapter 241 of Valle Salvaje opened the third episode with a devastating turn,
00:09the death of Julio. What began with tensions family, rivalities juveniles and
00:17confesions amorosas, was in a tragedy that reconfigured by completely the
00:22tablero de poder Martín y Francisco. Enfrentados por Pepa, pactaron una tregua
00:31frágil. Mientras Bárbara y Leonardo reavivaban un vínculo que parecía
00:37condenado a romperse, en paralelo Luisa y Alejo recibieron con lágrimas la
00:44noticia de la pérdida, a la que se sumó la humillación de José Luis al prohibirles
00:50asistir al funeral en la casa grande, las reacciones fueron dispares. Adriana
00:57trataba de mantener la calma. Rafael asumía su nuevo rol como heredero y Úrsula
01:04fingía un dolor que no sentía, saboreando en secreto el éxito de su plan. Ana, atrapada
01:14en el dilema moral de su complicidad, se debatía entre callar o confesar, mientras
01:21la amenaza de perder a su madre enferma la obligaba a permanecer en silencio, con Julio
01:28fuera del camino. José Luis y Victoria vieron la oportunidad de consolidar su poder en Rafael
01:35y Adriana, pero el valle no olvidará que la muerte llegó durante un brindis y que bajo
01:43la superficie de duelo aún arde la verdad. Úrsula movió los hilos de la tragedia. El
01:50futuro de Pedrito y el control de las tierras siguen siendo el centro de la intriga. Así,
01:56Valle Salvaje entra en una nueva etapa marcada por el luto, la traición y la lucha por el poder,
02:07recordando que en estas tierras ningún secreto permanece enterrado para siempre. El amanecer en
02:13Valle Salvaje estuvo marcado por un silencio solemne. La muerte de Julio había dejado una huella
02:21imborrable en todos los que habitaban la casa grande y la casa pequeña. Las campanas de la
02:28iglesia repicaron anunciando el duelo, mientras los criados se movían con cautela, temiendo el
02:36más mínimo error en un ambiente cargado de tensión. José Luis, en su despacho, repasaba mentalmente las
02:46consecuencias de la tragedia, a diferencia del resto de la familia. Su semblante no reflejaba dolor,
02:54sino cálculo. Para él, la desaparición de Julio no era solo una desgracia, sino también una
03:04oportunidad. El heredero natural del ducado ahora sería Rafael, el único de sus hijos con suficiente
03:12legitimidad para continuar la estirpe. Victoria entró al despacho. Con el rostro iluminado por la
03:20satisfacción de quien ve confirmados sus planes, ahora lo tienes todo más sencillo, dijo en voz
03:26baja. Rafael es fuerte, pero sigue siendo tu hijo. ¿Podrás manejarlo si sabes dónde apretar? José Luis
03:37asintió. Aunque en su interior reconocía que Rafael no sería tan fácil de manipular como Julio,
03:45aún así, la idea de mantener el poder en la familia le resultaba tranquilizadora. Mientras tanto,
03:54Adriana se mantenía firme junto a Rafael, había perdido a Julio, un hombre que a pesar de todo le
04:02había mostrado cariño y hasta había querido protegerla. Su muerte la golpeaba profundamente,
04:10pero también despertaba en ella un nuevo sentimiento, la necesidad de resistir contra
04:16la opresión de José Luis y Victoria. En los pasillos, Pedrito escuchaba en silencio los rumores de los
04:25adultos. Su inocencia se enfrentaba a la crudeza de la realidad. Con Julio muerto, su propia vida volvía
04:34a estar en riesgo. Sabía que José Luis y Victoria lo consideraban un estorbo, un obstáculo en el camino
04:42de sus ambiciones. Y aunque era un niño, comprendía que debía cuidarse más que nunca. Mercedes, en la casa
04:52pequeña, encendió una vela en memoria de Julio. Había recibido la noticia de que no podría asistir al
05:00funeral, pero eso no la detuvo de rendir su propio homenaje. Con el rostro iluminado por la llama,
05:09susurró una oración, prometiendo que jamás olvidaría al joven. Alejo, a su lado, contenía las
05:19lágrimas. La prohibición de José Luis lo consumía, pero la determinación en sus ojos era clara. No
05:28permitiría que la memoria de su hermano se ensuciara con las mentiras del duque. En la casa grande,
05:36Úrsula fingía un luto profundo. Caminaba por los pasillos vestida de negro, con el rostro abatido y
05:44las manos entrelazadas. Como si el dolor la hubiese arrasado por completo. Nadie sospechaba que detrás de
05:52ese disfraz se ocultaba la mente calculadora que había cambiado el curso de la historia. Ana, en cambio,
06:01no podía soportar el peso del secreto. Cada vez que veía a su señora lamentarse en público,
06:07sentía que la garganta se le cerraba. El galeno confirmó lo que todos esperaban. Julio había muerto
06:14de manera súbita durante el brindis. Nadie quiso indagar más. Y las sospechas se ahogaron en el
06:22silencio colectivo. Solo Ana conocía la verdad. Y su miedo la mantenía encadenada al pacto infernal
06:29con Úrsula, con la campana del funeral sonando en la distancia. El vallentero comprendió que la
06:37tercera temporada de sus vidas comenzaba bajo una sombra aún más oscura. Julio se había marchado.
06:46Rafael heredaba un peso inmenso. Adriana se convertía en objetivo de nuevas intrigas. Y Pedrito
06:54seguía siendo la clave de un futuro incierto. El valle estaba marcado por la tragedia. Y la muerte
07:01de Julio se convirtió en el eje alrededor del cual girarían nuevas conspiraciones, alianzas y
07:09traiciones. La tensión en la casa pequeña había alcanzado un punto insoportable. Martín, que apenas
07:19comenzaba a recomponer los lazos con Matilde, se sintió traicionado una vez más. La reconciliación
07:26que habían vivido parecía haber sido un espejismo, pues ahora la desconfianza volvía a interponerse
07:33entre ellos. Matilde había cometido un error imperdonable a los ojos de su hermano. Y Francisco
07:41no tardó en aprovechar la oportunidad para intervenir. Recuerda, Martín le dijo Francisco
07:49con voz seria. El único hermano que tienes de verdad soy yo. Matilde ya te ha demostrado varias
07:57veces que no puedes confiar en ella. Martín lo miró con los ojos llenos de rabia y tristeza. Sabía que
08:05había algo de verdad en esas palabras, pero dolía escucharlas. Durante años había guardado la esperanza
08:13de que su hermana cambiara, de que la lealtad familiar pesara más que los resentimientos. Sin
08:20embargo, cada vez que parecía tenderse un puente, algo lo derrumbaba. Matilde, consciente del daño que
08:30había causado, intentó justificarse. No quise hacerte daño. Martín, pensé que lo que conté a Isabel no era
08:40importante. No era tu decisión, la interrumpió él. Con voz temblorosa de indignación, una y otra vez me
08:50deja solo. Primero con los tíos. Ahora, delante de Isabel, ¿qué más tienes que hacer para demostrarme
08:58que no te importo? El silencio que siguió fue sofocante. Matilde bajó la cabeza, incapaz de
09:06responder. Mientras Francisco posaba una mano en el hombro de Martín, no desperdicies más tu energía en
09:15quien no la merece. ¿Yo estaré aquí para ti? Aquellas palabras, aunque buscaban consuelo,
09:23escondían también un veneno sutil. La intención de distanciar a Martín de Matilde de manera definitiva,
09:32Francisco sabía jugar con las debilidades emocionales, y su estrategia era clara. La
09:39relación entre los tres se convirtió en un campo minado. Martín se debatía entre el dolor de la
09:46traición y la necesidad de sostener un lazo familiar. Matilde, consumida por la culpa,
09:54intentaba sin éxito acercarse a su hermano. Y Francisco, astuto, consolidaba su posición como
10:04el aliado indispensable, aunque su mirada delataba que su interés iba más allá de la fraternidad,
10:11quería dominar el espacio emocional de Martín para manipularlo a su antojo. Una tarde, en la
10:20cocina de la casa pequeña, Matilde intentó hablar nuevamente con su hermano. Martín dijo en voz baja,
10:29con los ojos humedecidos, no quiero perderte, lo que hice fue un error. Lo sé. Pero, Martín la
10:40interrumpió. Con el rostro endurecido, tus errores siempre me cuestan caro. Ya no sé si puedo confiar
10:48en ti. Francisco, que escuchaba desde el umbral, intervino con una sonrisa apenas disimulada. No
10:58necesitas a nadie más. Martín, somos tú y yo. Lo demás solo trae problemas. El peso de sus palabras,
11:09cayó como un martillo sobre el corazón de Matilde, sintió que estaba perdiendo a su hermano poco a
11:16poco. Mientras Francisco se adueñaba del lugar que le correspondía, esa noche, Martín salió a caminar
11:25bajo el cielo estrellado. Sus pensamientos eran un torbellino. La decepción hacia Matilde, la aparente
11:34lealtad de Francisco y el dolor de sentirse siempre al borde de la soledad, quiso creer que aún había
11:42esperanza de recuperar a su hermana. Pero la sombra de la desconfianza era demasiado grande. En el silencio
11:50del valle, el murmullo del viento parecía recordarle que la familia es tan fuerte como su eslabón más débil.
11:59Y en ese momento, el eslabón estaba roto. El amanecer trajo un momento de calma pasajera en la
12:07casa pequeña, pero pronto esa paz se quebró. Francisco buscó a Martín en el establo, donde el joven
12:16trabajaba reparando unas herramientas. La tensión del día anterior aún flotaba en el aire y ambos sabían
12:24que había un tema pendiente. ¿Pepa? Martín empezó Francisco. ¿Apoyándose contra la puerta?
12:33No podemos seguir así. ¿Nos enfrentamos por Pepa como si ella fuera un trofeo? ¿Y eso está destrozando
12:43lo que tenemos? Martín levantó la vista. Con el ceño fruncido. ¿No es un trofeo? Francisco es una
12:53mujer que merece respeto, pero no puedo negar lo que siento por ella. Francisco suspiró, bajando el
13:01tono. Yo también la quiero. Y lo sabes. Pero antes que nada somos hermanos, o al menos lo más parecido
13:11que tengo a uno. ¿No pienso perderte por una ilusión? Las palabras sorprendieron a Martín. Durante
13:19días había visto en Francisco un rival. ¿Alguien dispuesto a pisotearlo para quedarse con Pepa? Sin
13:27embargo, esa confesión sonaba sincera. ¿Estás diciendo que debemos dejarla de lado? Preguntó con
13:35incredulidad. Estoy diciendo que debemos pactar, respondió Francisco con firmeza. Dejemos de luchar
13:43por ella. Si el destino quiere. ¿Será para alguno de los dos? Pero no permitamos que nos divida. Nuestra
13:53relación está por encima de cualquier mujer. Martín guardó silencio. El eco de esas palabras resonaba
14:01en su interior. No era fácil renunciar a la esperanza de conquistar a Pepa. Pero entendía que
14:09la rivalidad estaba erosionando la única fraternidad que tenía en ese momento, finalmente asintió. Aunque
14:17con cierta resignación. Está bien. No quiero seguir peleando contigo. Francisco le dio una palmada en la
14:26espalda. Sonriendo. Así debe ser. Pase lo que pase. Somos hermanos. El pacto trajo un respiro momentáneo.
14:38Pero la fragilidad del acuerdo era evidente. Ambos sabían que los sentimientos no se borran con
14:45palabras. Y que la presencia de Pepa seguiría siendo un recordatorio constante de lo que habían
14:52decidido enterrar. Mashtor de. Pepa apareció en el patio. Ajena a la conversación que habían tenido,
15:01saludó. Saludó a ambos con su simpatía habitual. Sin notar las miradas tensas que intercambiaban a sus
15:08espaldas. Francisco las siguió con los ojos. Y Martín apretó los puños. Recordándose a sí mismo que había
15:18aceptado el pacto esa noche. Al calor de la hoguera. Martín reflexionó sobre lo sucedido. ¿Podía realmente dejar de
15:28lado lo que sentía por Pepa? ¿O el acuerdo con Francisco era solo una tregua condenada a romperse
15:34tarde o temprano? El valle parecía observarlos en silencio. Como si supiera que esa promesa de
15:41fraternidad pendía de un hilo. El destino pondría a prueba a los dos. Y la decisión de renunciar a
15:49Pepa no sería tan fácil como habían proclamado. Bárbara había pasado la noche en vela. Dando
15:57vueltas a las palabras de Leonardo, su ultimátum seguía retumbando en su mente. ¿O lo besaba y
16:05continuaban con su historia de amor? ¿O lo suyo llegaba a su final? El orgullo le decía que debía
16:12alejarse, que ya había sufrido demasiado, pero el corazón la traicionaba con recuerdos de caricias,
16:22de promesas y de momentos en que se sintió más viva que nunca. Al amanecer salió al jardín buscando aire.
16:32Pedrito la observaba desde lejos, preocupado. Había sido él quien, días atrás, le había
16:41aconsejado que no prolongara el sufrimiento. Si había oportunidad de volver con Leonardo, debía
16:50aprovecharla. Si no, olvidarlo. Pero la indecisión de su hermana era evidente y en sus ojos se reflejaba
17:00la lucha interna que libraba. Leonardo, por su parte, no aguantó la espera. Se presentó en la casa con
17:09paso firme, decidido a obtener una respuesta. Cuando la encontró, la tensión se palpaba en el aire.
17:19Bárbara Gishu, mirándola directamente a los ojos. No puedo seguir así. O me dejas entrar en tu vida de
17:28nuevo. O me marcho para siempre. Ella lo contempló. Con las manos temblorosas. No es justo. Leonardo
17:39susurró. No es justo que te quiera tanto y que, aún así, no logre olvidarte. La confesión quebró la
17:49distancia entre ellos, Leonardo se acercó, alargando la mano hacia la suya. Entonces no me olvides. No luches
17:59contra lo que sientes. Yo tampoco puedo vivir sin ti. Las lágrimas rodaron por las mejillas de Bárbara.
18:08Durante semanas, había intentado convencerse de que lo correcto era alejarse. Pero en ese instante
18:14comprendió que la fuerza de su amor era más grande que cualquier razonamiento. He intentado
18:20olvidarte, dijo con la voz rota. Pero me es imposible. Leonardo la abrazó con fuerza, como si temiera
18:30perderla en ese mismo segundo. Y ella, por fin, se permitió corresponderle. No era una reconciliación
18:40definitiva. Pero sí un primer paso hacia ese acercamiento que tantos deseaban y que tanto
18:48habían pospuesto. Desde la ventana, Pedrito observó la escena. Su rostro reflejaba alivio. Aunque
18:58también cierta preocupación. Sabía que el amor podía ser hermoso, pero también peligroso. Sobre todo,
19:07en un valle lleno de intrigas y secretos como aquel, el rumor de la reconciliación no tardó en llegar a
19:14oídos de Irene. La noticia la sacudió como un golpe seco. Había discutido tantas veces con Bárbara.
19:24Y esta vez, no por un malentendido menor, sino por un motivo que manchaba su conciencia. Ella misma
19:32había cruzado un límite con Leonardo. Sentía que la suciedad de su culpa no podría borrarse. Aunque
19:40la sonrisa de Bárbara volviera a brillar, mientras tanto, Bárbara se dejaba llevar por la ilusión,
19:48caminaba junto a Leonardo por el jardín, recordando lo que era sentirse querida sin reservas. Sus dudas
19:56no desaparecieron del todo. Pero al menos había decidido dejar de luchar contra lo que el corazón
20:03le dictaba. Esa tarde, cuando se despidieron, Leonardo le tomó la mano con solemnidad.
20:12Prometo que esta vez no fallaré. Si me aceptas,
20:17seré el hombro que merez. Bárbara lo miró,
20:21con un destello de esperanza en sus ojos. Espero que así sea. Leonardo, porque no creo resistir otro
20:30a Dios, el valle fue testigo de ese acercamiento. Un hilo de luz en medio de la oscuridad que se
20:39cernía sobre la casa grande. Sin embargo, todos sabían que en valle salvaje ningún amor estaba
20:46a salvo de los secretos ni de la ambición. La tarde caía lentamente sobre el valle cuando Luisa,
20:54nerviosa, esperaba en la entrada de la casa pequeña. Había pasado el día con un nudo en el estómago
21:02desde que se confirmó la tragedia ocurrida en la casa grande. El eco del brindis envenenado seguía
21:09retumbando en la memoria de todos y la noticia se había esparcido como pólvora. Julio había muerto,
21:18Luisa no sabía cómo encontrar las palabras para contárselo alejo, lo esperaba sentada en un banco
21:24de madera. Mirando fijamente la vereda por donde él solía regresar tras trabajar en las tierras,
21:30sus manos se entrelazaban una y otra vez. Temblorosas, el pequeño Evaristo dormía en el
21:39interior, ajeno aún a la tormenta que sacudía a su familia. Finalmente, la silueta de Alejo apareció
21:49a lo lejos. Caminaba cansado, con las ropas manchadas de tierra, pero al ver el rostro de
21:57Luisa se detuvo en seco, el pánico lo atravesó de inmediato. ¿Qué sucede? Luisa preguntó.
22:06Apresurando el paso, ¿le ha ocurrido algo al niño? Luisa negó con la cabeza. Incapaz de
22:14articular palabra, sus ojos se llenaron de lágrimas mientras Alejo la sujetaba por los
22:20hombros, buscando desesperado una respuesta. Dímelo ya, exclamó. Con la voz quebrada,
22:30Luisa respiró hondo y, entre solosos, pronunció las palabras que no quería decir. Es Julio,
22:40ha muerto. El silencio posterior fue brutal. Alejo sintió que el mundo se le desplomaba,
22:47su hermano, con quien había compartido risas, discusiones y secretos. Ya no estaba. La incredulidad
22:58lo paralizó. No, no puede ser, susurró, apartándose unos pasos. ¿Cómo sucedió? Luisa lo miró con los
23:09ojos empañados. Fue durante el brindis. Nadie entiende bien lo que pasó. Pero se desplomó delante
23:18de todos. Alejo se dejó caer de rodillas en el suelo, golpeando con los puños la tierra seca. La
23:27rabia y el dolor lo consumían. Maldita sea, ni siquiera me dejaron estar allí, gritó. Su voz
23:36quebrándose en un lamento, Luisa corrió a abrazarlo, intentando calmarlo. Lo sé. Alejo. Lo sé. Pero
23:48tienes que ser fuerte. Él apoyó el rostro en el hombro de ella, dejando que las lágrimas corrieran
23:55libremente. Durante unos minutos permanecieron así, unidos en un abrazo que contenía más dolor del que
24:04podían soportar, cuando por fin logró levantarse. Alejo preguntó con la voz endurecida. ¿Y el funeral
24:12cuándo será? Luisa dudó antes de responder, consciente de que lo que iba a decir sería un nuevo
24:21golpe. José Luis ha decidido que tú y Mercedes no asistáis. Alejo se quedó helado. Sintiendo como
24:31la indignación le ardía en las venas. ¿Nos prohíbe despedirnos de Julio? Rogió. Ese hombre no tiene alma.
24:40Luisa intentó tranquilizarlo. Pero el dolor era demasiado profundo. Alejo sabía que el control de
24:47José Luis sobre sus vidas parecía no tener límite. Ahora no solo había perdido a su hermano,
24:54sino también el derecho de llorarlo dignamente. Esa noche, mientras el pequeño Evaristo dormía,
25:04Alejo permaneció en vela junto a la ventana. Sus pensamientos eran un torbellino de dolor y furia.
25:12Recordaba a Julio en los momentos de infancia. Sus palabras de aliento, incluso sus debilidades.
25:20Y ahora, todo eso se había esfumado en un instante. El valle entero hablaba de la tragedia.
25:30Pero para Alejo la herida era personal. Imposible de curar, miró hacia el cielo estrellado y juró que
25:39algún día le haría justicia a su hermano. Porque si José Luis pretendía silenciar su dolor,
25:45él se encargaría de gritarlo con actos. La noticia de la muerte de Julio se extendió como un río
25:54desbordado por todo el valle. Pero lo que más indignó a todos fue la decisión de José Luis con la
26:01frialdad que lo caracterizaba. Prohibió que Alejo y Mercedes asistieran al funeral. Aquella
26:09prohibición cayó como una loza sobre sus corazones, pues no solo perdían a un ser querido, también se
26:18les negaba el derecho de despedirse. Mercedes recibió la noticia en la casa pequeña. Estaba
26:25ya devastada por la partida de Bernardo rumbo a Milán y ahora se le sumaba la ausencia definitiva
26:33de Julio. Se dejó caer en una silla con el rostro entre las manos. ¿Qué clase de hombre es capaz de
26:42hacer algo así? murmuró con voz quebrada. Alejo, de pie junto a la ventana, apretaba los puños hasta
26:52clavarse las uñas en la piel. Un hombre sin alma. Tía respondió con furia. Julio era mi hermano y
27:02ahora pretende arrebatarnos hasta el consuelo de llorarlo. Mercedes levantó la vista y en sus ojos
27:10se veía un brillo de impotencia. Él cree que puede controlarlo todo, pero no podrá quitarnos nuestros
27:17recuerdos. Alejo, Julio vivirá en nosotros. Aunque no nos dejen estar en su entierro, el muchacho bajó la
27:27cabeza. Intentando contener las lágrimas, el dolor era insoportable. Pero al mismo tiempo crecía en él
27:37una determinación silenciosa, la de resistir en la casa grande. La atmósfera era distinta. José Luis
27:47caminaba por los pasillos con la seguridad de quien cree haber dado un golpe maestro. En su mente,
27:55la muerte de Julio era una oportunidad para reorganizar su poder. Rafael se convertiría en
28:02el heredero natural. Y aunque era menos manipulable que Julio, el duque confiaba en su capacidad de
28:10doblegarlo con el tiempo. Victoria, siempre al acecho. Se reunió con él en el salón.
28:19¿No temes que la gente del valle critique tu decisión? Preguntó. Con su tono venenoso,
28:26José Luis esbozó una sonrisa fría. ¿Qué me importa lo que piensen? Mientras yo gobierne estas tierras,
28:34nadie me desafiará. Ni siquiera en un funeral. La mirada de Victoria brilló de satisfacción. El dolor
28:43ajeno no era más que otra herramienta para mantener la estructura del poder en la casa pequeña. Sin
28:51embargo, la herida se profundizaba. Mercedes encendió una vela en honor a Julio y la colocó sobre la mesa.
28:59Alejo la acompañó en silencio. Y juntos guardaron un minuto de recogimiento. ¿No era un funeral oficial?
29:10Pero en ese gesto sencillo encontraron la fuerza para mantenerse unidos. ¿Descansa en paz? Julio
29:18susurró Mercedes. Aunque nos hayan negado a despedirte, tu luz seguirá aquí. Alejo la miró con
29:27respeto. En el rostro de su tía encontró el ejemplo de dignidad que necesitaba para resistir.
29:35Mientras tanto, los rumores corrían por el pueblo. Algunos consideraban injusto que Mercedes y Alejo
29:44quedaran excluidos. Otros temían la reacción de José Luis si llegaban a cuestionarlo. El valle entero
29:52estaba dividido entre el miedo y la indignación. En la soledad de su cuarto, Alejo juró en silencio que
30:00nunca olvidaría lo que José Luis les había hecho. La rabia lo acompañaría en cada paso, transformándose
30:08en un motor que lo impulsaría a proteger a los suyos. La prohibición del funeral no fue solo una
30:15humillación. Fue un recordatorio brutal de que en valle salvaje, el poder del duque podía arrebatar
30:22incluso el derecho más sagrado, el de llorar a los muertos. El ambiente en la casa grande era
30:29sofocante. La noticia de la muerte de Julio se había sentado como un velo oscuro sobre todos y cada
30:37rincón parecía impregnado de un silencio pesado. El galeno iba y venía, murmurando diagnósticos que
30:46nadie escuchaba del todo. El cuerpo de Julio había sido trasladado y la familia se reunió en el gran
30:55salón, donde la tensión se palpaba en cada mirada. Úrsula entró de repente, con los ojos rojos y la
31:05respiración agitada, se golpeaba el pecho con teatral desesperación, gimiendo como si el dolor
31:12la hubiese atravesado de lleno. —¡Dios mío! —¡Julio! —gritó. Lanzándose hacia un sillón, ¿cómo pudo suceder?
31:24Algunos criados se miraron en silencio. Sabían que en sus lamentos había algo forzado, pero nadie se
31:32atrevía a decirlo. Úrsula continuó con su representación, alzando las manos al cielo y
31:39repitiendo frases entrecortadas. —No entiendo. Todo iba bien. Y de pronto se desplomó. Edriana,
31:50que se encontraba cerca, cerró los ojos con fuerza. La falsedad en el tono de su prima le erizaba la piel
31:59con calma. Aunque con un cansancio evidente, se acercó a ella. —¡Basta! —Úrsula dijo con voz
32:09firme. —Tos gritos no ayudan. Todos estamos sufriendo. El salón quedó en silencio. Rafael puso una mano en
32:19el hombro de Adriana. Apoyándola en su gesto, Úrsula, al verse expuesta, fingió un desmayo ligero,
32:30recostándose contra el respaldo del sillón, José Luis. En cambio, observaba la escena con frialdad.
32:39Para él, la muerte de Julio no representaba un golpe, sino una posibilidad. Había perdido a un hijo.
32:51Sí, pero ganaba una nueva pieza en su juego de poder. Rafael se convertía en heredero directo del
32:58ducado. Victoria tenta a la reacción de todos. Se permitió intervenir con su habitual veneno.
33:06Quizá lo mejor sea esperar a que el galeno nos dé un veredicto claro. No sirve de nada buscar culpables
33:15ni entregarnos a la histeria. Las palabras, aunque razonables en apariencia, escondían la intención
33:24de mantener el control del relato. Sabían que en aquel salón había secretos y que la verdad podía ser
33:32más peligrosa que la propia muerte. Adriana tomó aire y se obligó a mantener la serenidad. Sentía
33:40que la situación se le escapaba de las manos. La sombra de José Luis y Victoria se alargaba sobre
33:46Rafael. Úrsula fingía un dolor que no sentía. Y Ana, la doncella, estaba demasiado callada. En los
33:57pasillos, Ana escuchaba los lamentos desde lejos. Con las manos apretadas contra el delantal, el
34:05recuerdo de las gotas entregadas a Úrsula, la atormentaba. No sabía si debía confesarlo o callar
34:12para siempre. Cada vez que escuchaba la voz fingida de su señora, un escalofrío le recorría el cuerpo.
34:20En el salón, la tensión volvió a crecer. Algunos miembros de la familia murmuraban. Otros contenían
34:30las lágrimas. Rafael se mantenía de pie. Con la mirada fija en el suelo, como si tratara de
34:38encontrar una respuesta en la madera, Adriana apretó su mano. «Debemos mantenernos unidos», le susurró.
34:47«Se nos debidemos. Ellos ganarán», el joven asintió. Aunque en su interior sabía que la unión era cada
34:57vez más difícil, la muerte de Julio no solo había dejado un vacío emocional, sino que había abierto
35:05la puerta a intrigas y sospechas que corroían a todos. Úrsula, recostada en el sillón, observaba a
35:15Adriana con un rencor silencioso, aunque fingiera dolor por la muerte de Julio. En su interior sentía
35:23una extraña satisfacción su plan. En apariencia, había salido como esperaba, Adriana seguía viva.
35:33Sí, pero más debilitada que nunca, el reloj de pared marcó las horas con un sonido metálico que
35:42resonó en el ambiente lúgubre. Nadie sabía qué ocurriría después, pero todos intuían que aquella
35:50tragedia era solo el inicio de un nuevo capítulo de enfrentamientos en Valle Salvaje. En la penumbra
35:57del pasillo, Ana reunió el valor suficiente para acercarse a Úrsula. La doncella había pasado toda
36:05la tarde escuchando los lamentos fingidos de su señora y la culpa ya no le dejaba respirar. Cuando
36:14finalmente la encontró sola en su habitación, cerró la puerta tras de sí con un gesto tembloroso.
36:21Señorita, tenemos que hablar, dijo. Con la voz entrecortada, Úrsula, que se miraba en el espejo
36:31mientras acomodaba su peinado, giró lentamente hacia ella. ¿Qué quieres ahora? Ana preguntó con
36:41frialdad. El plan, Ana tragó saliva. El plan era darle un susto a Adriana. Eso me dijiste. Pero
36:50Julio ha muerto. ¿Qué ha pasado? Los ojos de Úrsula brillaron con una chispa de arrogancia. Caminó
36:59hacia la doncella con paso firme y la observó de arriba abajo. No ha pasado nada, respondió con calma
37:07perturbadora. Todo salió como debía salir. Ana se llevó las manos al pecho. Horrorizada. ¿Cómo puede
37:16decir eso? Julio está muerto. Usted misma me aseguró que nadie perdería la vida. La sonrisa
37:24de Úrsula se ensanchó apenas. Escúchame bien. Ana. Julio se convirtió en un problema cuando decidió
37:34ayudar a Rafael y a Adriana a escapar. Si yo quiero un lugar en este valle. No puedo permitir que se
37:42marchen juntos como si nada. Así que sí. Cambié el plan. Julio debía pagar por traicionar a su sangre.
37:52La doncella dio un paso atrás, con el corazón latiéndole a mil por hora. Entonces, no fue un
38:00error. No replicó Úrsula con voz cortante. Fue una decisión. Y si quieres salvar a tu madre,
38:08te conviene callar y seguir a mi lado. Ana sintió que el suelo se le movía bajo los pies. Había
38:16confiado, aunque con miedo, en que todo era una farsa. Un escarmiento. Pero la confesión de Úrsula la
38:27golpeaba como un mazazo. Había sido cómplice de un asesinato. Y si alguien descubre la verdad,
38:34se atrevió a preguntar. Úrsula arqueó una ceja. Nadie lo hará. El valle cree que fue un accidente. Y si
38:45alguien se atreve a sospechar, me encargaré de que pague. Ana bajó la cabeza. Sintiendo que las lágrimas le
38:55nublaban la vista. Su conciencia le gritaba que debía hablar. Pero el recuerdo de su madre enferma la
39:03mantenía encadenada. Entonces, ¿me está pidiendo que guarde silencio para siempre? Úrsula se inclinó
39:11hacia ella y le susurró al oído. No te lo pido. Ana, te lo ordeno. La doncella salió de la habitación
39:21tambaleándose. El pasillo se le antojó interminable. Y cada sombra parecía un recordatorio
39:30de su culpa. Sabía que la verdad podía salvar el honor de Julio. Pero también sabía que si hablaba,
39:38perdería su madre y quizás su propia vida. Mientras tanto, en la sala principal, Adriana
39:47trataba de recomponerse, había percibido desde el principio que en la tragedia había algo turbio.
39:54Pero no tenía pruebas. Rafael, a su lado, intentaba mantenerla firme. Aunque en el fondo también
40:05desconfiaba de lo que se había dicho sobre el brindis, la muerte de Julio, lejos de cerrar una
40:12etapa, habría una grieta aún más grande. Y en el corazón del valle, dos mujeres cargaban con un
40:21secreto atroz. Una por haber planeado el crimen y la otra por haber colaborado sin querer en su
40:29ejecución. El eco de la confesión de Úrsula resonaba como una sentencia. Nada en Valle Salvaje
40:36volvería a ser igual.
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