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#avance #capítulo #665Enora
Enora bajo sospecha: Manuel descubre su plan oculto
El próximo capítulo de La Promesa (lunes 1 de septiembre, episodio 665) promete sacudir los cimientos del palacio con giros inesperados. Manuel empieza a desconfiar seriamente de Enora, cuya insistencia en que venda la empresa despierta preguntas inquietantes: ¿qué oculta realmente?

Mientras tanto, Catalina, Martina y Jacobo contienen la respiración a la espera de noticias de Adriano y el barón, cuya visita al campo se alarga peligrosamente. L ...
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Transcript
00:00Enora bajo sospecha, Manuel descubre su plan oculto. El próximo capítulo de La Promesa,
00:16lunes 1 de septiembre, episodio 665, promete sacudir los cimientos del palacio con giros
00:23inesperados. Manuel empieza a desconfiar seriamente de Enora, cuya insistencia en que Venda la empresa
00:32despierta preguntas inquietantes, ¿qué oculta realmente? Mientras tanto, Catalina, Martina
00:40y Jacobo contienen la respiración a la espera de noticias de Adriano y el varón, cuya visita
00:45al campo se alarga peligrosamente. Lorenzo no cesa en su plan contra Curro y lo acorrala
00:54usando la muerte de Llana como arma, obligándolo a revelar más de lo que debería. En los pasillos
01:03del servicio, la tensión también se intensifica. Unos traman un frente común contra Cristóbal,
01:09Petra sigue conspirando con Leocadia y Ángela se convence de que el capitán es un hombre
01:14capaz de todo, incluso de matar. Entre secretos, sospechas y alianzas al borde
01:22del colapso, el capítulo culmina con una confesión que puede cambiarlo todo.
01:30¿Hasta dónde llegará la verdad cuando cada movimiento puede ser el último paso en falso?
01:36El sol del primer día de septiembre caía a plomo sobre los vastos campos de La Promesa,
01:41una pátina dorada y perezosa que parecía burlarse de la creciente inquietud que se había instalado
01:47en los corazones de sus habitantes. El aire, denso y cargado con el aroma de la tierra seca
01:55y las últimas flores del verano, vibraba con una tensión casi palpable, un zumbido sordo de secretos
02:01a punto de estallar y de temores que se negaban a permanecer en la oscuridad.
02:05En el gran salón, el majestuoso reloj de pie marcaba el paso de las horas con una solemnidad
02:13implacable, cada tic-tac un martillo diminuto golpeando contra los nervios de quienes esperaban.
02:22Catalina, con la espalda rígida y la mirada fija en el sinuoso camino de grava que se perdía
02:27entre los árboles, sentía como la ansiedad le anudaba las entrañas. A su lado, Martina
02:35intentaba mantener una compostura que no sentía, sus dedos jugueteando sin cesar con un delicado
02:41abanico de nácar, mientras que Jacobo, de pie junto a la ventana, no disimulaba su creciente
02:46impaciencia, paseando su mirada del camino al reloj y del reloj a las caras preocupadas
02:51de sus compañeras. Esperaban a Adriano. Había partido al alba, con una determinación en
03:00el rostro que a Catalina le había infundido tanto orgullo como pavor.
03:07Su misión era delicada. Acompañar al varón de Valladares en un recorrido por las tierras,
03:13mostrarle la realidad del trabajo de los jornaleros, la dureza del campo bajo el sol de justicia,
03:18y, con suerte, ablandar el corazón del inversor o, al menos, hacerlo entrar en razón.
03:27Era una jugada audaz, un intento de apelar a una humanidad que no estaban seguros de que
03:33el varón poseyera.
03:37«Debería haber vuelto para el almuerzo», murmuró Martina, su voz apenas un susurro
03:42que se perdió en la inmensidad del salón. «Lo prometió. El varón no es un hombre que
03:50se rija por promesas ajenas», replicó Jacobo, su tono agrio como el vino picado.
03:58«Es un hombre que disfruta sintiendo el poder, haciendo esperar a los demás. Estará regodeándose,
04:03viendo hasta dónde llega nuestra paciencia». «O quizás Adriano ha logrado interesarle de
04:11verdad», dijo Catalina, aunque sus propias palabras le sonaban huecas.
04:18Se obligó a infundirles una convicción que no sentía. Quizás están discutiendo los detalles,
04:24las mejoras. Adriano es persuasivo.
04:26Sabe cómo hablarle a la gente, cómo llegar a ellos, pero en el fondo de su mente, una
04:34imagen mucho más siniestra luchaba por salir.
04:40Imaginaba al varón, con su sonrisa condescendiente y sus ojos fríos como el acero, paseando por
04:46los campos no con interés, sino con el desdén de un conquistador.
04:50Imaginaba a Adriano, solo, intentando argumentar contra un muro de arrogancia y codicia.
05:02El sol ya había comenzado su lento descenso hacia el horizonte, tiñendo el cielo de tonos
05:07anaranjados y púrpuras, y con cada minuto que pasaba, el nudo en el estómago de Catalina
05:12se apretaba un poco más.
05:13¿Y si no era solo un juego de poder? ¿Y si algo le había ocurrido? La vastedad de
05:21las tierras, que normalmente le infundía una sensación de libertad y pertenencia, ahora
05:27se le antojaba un laberinto amenazador, un lugar donde un hombre podía desaparecer sin
05:32dejar rastro.
05:36Mientras tanto, en la biblioteca, se libraba una batalla muy diferente, una guerra silenciosa
05:42y psicológica que no necesitaba de campos abiertos ni de la luz del sol.
05:49Lorenzo, el capitán, había acorralado a Curro, no físicamente, por supuesto, su método
05:56era mucho más refinado y cruel.
06:00Estaba sentado en una de las butacas de cuero, con una copa de coñac en la mano, cuya luz
06:05ambarina se reflejaba en sus ojos calculadores.
06:11Curro, de pie frente a él, parecía un animalillo atrapado en los faros de un coche, pálido,
06:17sudoroso, con la mirada saltando de un lado a otro como si buscara una vía de escape inexistente.
06:23El aire estaba viciado por el olor a cuero viejo, a papel y al humo del cigarro que Lorenzo
06:31había fumado antes.
06:35El silencio que el capitán dejaba caer entre sus preguntas era más pesado que cualquier
06:39acusación.
06:40Él tuvo la culpa, el capitán, él mató a Doña Llana.
06:47Lorenzo repitió las palabras por enésima vez, saboreándolas, retorciéndolas como un
06:52cuchillo en la herida abierta de Curro.
06:57Esas fueron las últimas palabras de ese desgraciado Lacayo antes de que se lo llevaran.
07:05Unas palabras curiosas, ¿no te parece?
07:08Moribundo, asustado, y sin embargo, su último aliento fue para culparme a mí.
07:16Hizo una pausa, tomando un sorbo de su coñac.
07:19Ahora, dime, Curro, ¿de dónde sacaría un simple mozo una idea tan elaborada?
07:25¿Quién le metió esa ponzoña en la cabeza?
07:30Curro tragó saliva, el sudor le perlaba la frente y le bajaba por la sien.
07:35Sentía la boca seca, pastosa.
07:37Cada vez que Lorenzo repetía la acusación, era como si la voz del Lacayo muerto resonara
07:45en sus propios oídos.
07:46Recordaba su rostro ensangrentado, la desesperación en sus ojos, y la verdad que había detrás de su mentira.
07:56No lo sé, tío, ya te lo he dicho, no sé nada, mintió, pero su voz tembló, despojando a la negación de toda credibilidad.
08:08Lorenzo sonrió, era una sonrisa desprovista de alegría, un simple estiramiento de los labios que no llegaba a sus ojos.
08:18Dejó la copa sobre la mesa con un chasquido seco y se levantó. Lento, depredador.
08:26Se acercó a Curro, rodeándolo como un tiburón a su presa.
08:32No me tomes por idiota, muchacho, siseó, su voz bajando a un susurro amenazante que erizó el vello de la nuca de Curro.
08:40Sé que estás metido en esto hasta el cuello. Tu nerviosismo, tu manera de evitar mi mirada, todo te delata.
08:53Estabas muy unido a Yana, ¿verdad? Y después de su trágico accidente, te has convertido en un manojo de nervios y secretos.
09:04Se detuvo justo delante de él, invadiendo su espacio personal. Curro podía oler el coñac en su aliento.
09:10Esa acusación no nació de la nada. Salió de alguna parte. Salió de alguien que quería desviar la atención.
09:22Alguien que quizás sabe más de lo que dice. Alguien como tú. La mención de Yana fue un golpe bajo, directo al corazón.
09:32El dolor, siempre latente, se avivó con una intensidad insoportable.
09:36La imagen de su sonrisa, el recuerdo de su risa, la sensación de su mano en la suya, todo se agolpó en su mente, mezclado con la visión espantosa de su cuerpo sin vida.
09:48Y la culpa, la culpa que lo carcomía por dentro, la culpa por no haberla protegido, por no haber visto venir la tragedia.
09:58Yo no tuve nada que ver. Insistió Curro, pero esta vez su voz se quebró. No he dicho que tuvieras que ver.
10:11He dicho que sabes algo. Lorenzo se inclinó, su rostro a centímetros del de Curro.
10:16Y vas a contármelo. Vas a contarme cada pequeño detalle, cada sospecha, cada conversación que tuviste con ella antes de que muriera.
10:30Vas a vaciar esa cabecita tuya de todos los secretos que la están pudriendo por dentro.
10:34Porque si no lo haces, la sonrisa depredadora volvió. Si no lo haces, me encargaré personalmente de que todo el mundo crea que la acusación de ese lacayo era cierta.
10:50Que fui yo, y entonces, descubriré quién le mandó mentir y por qué. Y cuando lo haga, te aseguro que desearás no haber nacido.
10:58La verdad, Curro, tiene una forma muy peculiar de salir a la luz. Y hoy, saldrá por tu boca.
11:10El ultimátum quedó suspendido en el aire, denso e irrevocable. Curro se sintió atrapado, sin salida.
11:19La presión en su pecho era tan intensa que apenas podía respirar. Sabía que Lorenzo no bromeaba.
11:28Era un hombre que cumplía sus amenazas. Y el miedo, un miedo frío y paralizante, comenzó a ganarle la batalla a su lealtad y a su dolor.
11:39En las entracias de la casa, en el mundo del servicio, la atmósfera no era menos opresiva.
11:48La llegada del nuevo mayordomo, Cristóbal, había sido como una racha de viento helado en pleno verano.
11:54Su disciplina férrea, su mirada escrutadora y su habilidad para sembrar la discordia habían enrarecido el ambiente hasta hacerlo casi irrespirable.
12:05En un rincón de la cocina, aprovechando un breve receso, un pequeño grupo se había reunido en un cónclave clandestino.
12:18Rómulo, con su semblante siempre serio ahora surcado por una profunda preocupación, presidía la reunión improvisada.
12:25A su lado estaba Empia, cuya calma exterior ocultaba una mente analítica y alerta, y Mauro, cuya juventud e idealismo a menudo chocaban con la dura realidad de su posición.
12:38No podemos seguir así. Comenzó Mauro, su voz un murmullo urgente. Nos está volviendo los unos contra los otros.
12:52Hoy ha elogiado el trabajo de Lope delante de Salvador solo para humillarlo después por una nimiedad.
12:57Ayer, le dio a Candela una tarea que sabía que le correspondía a Simona. Son pequeñas cosas, pequeños venenos que nos inyecta cada día para destruir la confianza entre nosotros.
13:14Mauro tiene razón. Asintió Pía, su mirada clara y directa. Divide y vencerás. Es la táctica más antigua y efectiva.
13:23Si permanecemos aislados, seremos presas fáciles. Uno por uno, nos quebrará o nos hará marchar.
13:35Debemos presentar un frente común. Actuar como uno solo. Si nos equivocamos, nos equivocamos juntos.
13:43Si nos defendemos, nos defendemos juntos. Rómulo suspiró, pasándose una mano cansada por el rostro.
13:54La idea era noble, pero conocía demasiado bien las complejidades y las debilidades del alma humana.
14:03Un frente común requiere una lealtad absoluta. Y me temo que eso es algo de lo que ya no podemos presumir.
14:08Como si sus palabras la hubieran invocado, Petra apareció en el umbral de la cocina, una sonrisa meliflua en los labios y una cesta de ropa limpia en los brazos.
14:21La conversación se cortó en seco. El silencio que se instaló fue tenso, acusador.
14:32Petra pareció no notarlo, o más bien, fingió no notarlo con una maestría consumada.
14:37Vaya, qué caras tan largas. Dijo con una falsa jovialidad. ¿Algún problema del que deba enterarme?
14:47El señor Cristóbal es muy exigente. Sí, pero solo busca la excelencia.
14:52Deberíamos estar agradecidos de tener a alguien que elefe el nivel de la promesa.
15:02Dejó la cesta sobre la mesa y se acercó al grupo, sus ojillos curiosos intentando descifrar el ambiente.
15:08Estábamos simplemente comentando lo cansados que estamos todos. Dijo Pia, su voz tan suave como el terciopelo, pero con un filo de acero oculto.
15:23El calor de estos días es agotador. Oh, sí, el calor.
15:28Con vino Petra, aunque su mirada decía que no se había creído ni una palabra.
15:32Bueno, es importante mantenerse hidratado. Y leal. La lealtad es lo más importante en una casa como esta.
15:44Saber quiénes son tus amigos. Y quiénes no.
15:47Con esa última frase, lanzada como un dardo envenenado, se dio la vuelta y se marchó, su caminar contoneante una proclamación de su propia importancia.
15:56El pequeño grupo se quedó en silencio, la certeza de la traición flotando entre ellos como un miasma tóxico.
16:09Rómulo intercambió una mirada sombría con Pia. Petra era el eslabón débil, la puerta abierta por la que el enemigo ya se había colado.
16:17Su frente común tenía una grieta antes siquiera de haberse formado. No muy lejos de allí, en una pequeña sala de costura, Ángela sentía un tipo de miedo mucho más visceral y personal.
16:34Sus manos, normalmente ágiles y precisas con la aguja, temblaban tanto que tuvo que dejar el bordado sobre su regazo.
16:41Cada vez que escuchaba los pasos firmes del capitán Lorenzo en el pasillo, su corazón daba un vuelco doloroso.
16:53No era un miedo abstracto al hombre de poder, sino el terror específico de quien conoce la oscuridad que se esconde detrás de una fachada de encanto y autoridad.
17:01Ella había visto de lo que era capaz. Años atrás, en otro lugar, había presenciado un accidente que no tenía nada de accidental.
17:15Había visto la frialdad en los ojos de Lorenzo, la ausencia total de remordimiento, y la escalofriante habilidad con la que había manipulado los hechos para salir indemne, incluso elogiado por su valentía.
17:26Sabía que era un hombre sin escrúpulos, un hombre para quien una vida humana no era más que un obstáculo a eliminar si se interponía en su camino.
17:41Y ahora, ese hombre vivía bajo el mismo techo, comía en la misma mesa que los señores a los que servía, y la observaba con una intensidad que le helaba la sangre.
17:50Recordaba la investigación posterior a aquel suceso, el Consejo de Guerra. Lorenzo había sido brillante.
18:02Había mentido con una convicción tan absoluta que había hecho que la verdad pareciera una fantasía ridícula.
18:07Lo había visto destruir reputaciones, retorcer testimonios, seducir a sus superiores con su lógica impecable y su carisma arrollador.
18:22Había salido de aquello no solo libre, sino reforzado. Y eso, para Ángela, era lo más aterrador de todo.
18:29Un hombre capaz de matar era peligroso. Un hombre capaz de matar y convencer al mundo de su inocencia era un monstruo.
18:42La puerta se abrió y entró Lope, con una bandeja con una taza de tila. Te he visto pálida, Ángela.
18:52He pensado que esto te sentaría bien. Ella le dedicó una sonrisa temblorosa, agradecida.
18:59Gracias, Lope. Eres muy amable. ¿Es por el nuevo mayordomo? Nos tiene a todos en vilo.
19:10Ángela negó con la cabeza. Su miedo era más antiguo, más profundo. Miró a Lope, debatiéndose si debía compartir su carga.
19:18Pero, ¿qué podía hacer él? Solo se pondría en peligro. Tenemos que irnos de aquí. Susurró, casi para sí misma.
19:29Este lugar, este lugar ya no es seguro. Lope frunció el ceño, confundido. ¿Irnos? ¿A dónde? Ángela, esta es nuestra casa.
19:41Las casas a veces se convierten en trampas. Replicó ella, su mirada perdida en los recuerdos.
19:53Y yo no pienso quedarme a que las paredes se me caigan encima. En el despacho principal, Manuel se enfrentaba a su propio dilema, una intriga empresarial que cada vez adquiría tintes más personales y desconcertantes.
20:05Frente a él, Enora, su socia, le sonreía con esa mezcla de profesionalidad y familiaridad que también sabía manejar.
20:20Era una mujer atractiva, inteligente, y hasta ese momento, había sido una aliada inestimable en su aventura aeronáutica.
20:28Pero desde hacía unas semanas, su insistencia en un tema concreto había empezado a rozar la obsesión.
20:40Manuel, piénsalo bien. Decía, su voz modulada y persuasiva, mientras señalaba una serie de cifras en los informes que había extendido sobre el escritorio.
20:50La oferta es excepcionalmente generosa. Nos permitiría salir con un beneficio sustancial y evitar los riesgos del mercado.
21:03La competencia se está volviendo feroz. Es el momento perfecto para vender.
21:08Manuel frunció el ceño, estudiando los papeles sin verlos realmente.
21:12Sus pensamientos estaban en otra parte. No lo entiendo, Enora. Hace dos meses, hablabas de expandirnos, de nuevos prototipos.
21:27Decías que estábamos en la cresta de la ola. ¿Qué ha cambiado tan drásticamente?
21:31Ha cambiado que he sido realista. Replicó ella sin perder la compostura.
21:39El entusiasmo es necesario para empezar, Manuel, pero el pragmatismo es lo que te permite sobrevivir.
21:48He hablado con mis contactos, he analizado las tendencias. Si no vendemos ahora, en un año podríamos estar arrepintiéndonos de no haber aceptado una oferta que vale la mitad.
21:57Sus argumentos eran lógicos, impecables en la superficie. Pero había algo en su mirada, una urgencia, una tensión apenas perceptible en la comisura de sus labios, que a Manuel no le cuadraba.
22:16Nadie más está vendiendo. Contraatacó él, apoyándose en el respaldo de su silla y cruzando los brazos.
22:23Nuestros competidores directos están invirtiendo, no retirándose. ¿Por qué íbamos a ser nosotros los únicos en abandonar el barco?
22:33¿Por qué somos los más listos? exclamó ella, con un destello de impaciencia. ¿Por qué vemos la tormenta antes de que llegue?
22:46Manuel, confía en mí. Esto es lo mejor para ambos. Piensa en lo que podrías hacer con todo ese dinero.
22:52Libertad, tiempo para tu familia, para la promesa, para lo que de verdad importa.
23:03La mención a su familia fue un golpe calculado. Pero en lugar de convencerlo, disparó todas sus alarmas.
23:09¿Por qué ese empeño? No era solo una diferencia de estrategia empresarial, era algo personal.
23:20Sentía como si lo estuviera empujando hacia un precipicio, sonriendo y asegurándole que el fondo estaba cubierto de plumas.
23:27¿Qué ocultaba en hora? ¿Qué la movía realmente? ¿Deudas? ¿Una amenaza? ¿O era ella la amenaza?
23:36La duda, una vez plantada, comenzó a echar raíces profundas y venenosas en su mente.
23:44Cada palabra suya, cada gesto, se volvía sospechoso.
23:48La confianza, pilar fundamental de su asociación, se estaba desmoronando,
23:52y Manuel se dio cuenta de que estaba tratando con una desconocida.
23:59Al mismo tiempo, en otra parte de la casa, se estaba forjando una alianza de sombras.
24:07Cristóbal, el mayordomo, escuchaba con atención a Leocadia, la doncella personal de la marquesa,
24:14cuya lealtad a su señora solo era superada por su ambición y su desprecio por el resto del servicio.
24:19Petra es útil, pero es un instrumento tosco, decía Leocadia, su voz baja y sibilante.
24:30Es fácil de manipular porque su rencor es más grande que su inteligencia.
24:35Te traerá chismes, rumores, pequeñas traiciones.
24:39Pero no subestimes al resto. ¿A quién te refieres en concreto?
24:46Preguntó Cristóbal, su rostro impasible como una máscara de cera.
24:53A Pia Adarre, Leocadia pronunció el nombre con una mezcla de respeto a regañadientes y animadversión.
24:59No es como las demás. Es lista, es discreta y, lo más importante, cuenta con el favor de los señores, especialmente del marqués.
25:14La escuchan. Petra puede ser un peón, pero Pia es una reina en el tablero del servicio.
25:19No se dejará intimidar y no caerá en trampas obvias. Si intentas enfrentarte a ella directamente, perderás.
25:31Los señores la protegerán. Cristóbal asintió lentamente, procesando la advertencia.
25:40Había notado la tranquila autoridad de Pia, la forma en que los demás la buscaban para pedir consejo.
25:49La había subestimado, considerándola simplemente una empleada eficiente.
25:54¿Y qué sugieres? Preguntó.
25:59Sugiero que tengas cuidado. Respondió Leocadia.
26:03Gánate su confianza si puedes, aunque lo dudo.
26:08Si no, aíslala, desacréditala, pero no con ataques frontales, sino con susurros, sembrando la duda en la mente de los marqueses.
26:19Haz que parezca que comete pequeños errores, que su juicio ya no es el que era. Es un trabajo de paciencia y sutileza.
26:30Con Petra puedes usar el hacha, pero con Pia necesitarás el estilete. La conversación confirmó la naturaleza de su alianza.
26:38Una red de espionaje y manipulación diseñada para consolidar su propio poder dentro de la promesa.
26:43Cristóbal entendió que para controlar el servicio, primero debía neutralizar a su líder no oficial.
26:52Y Pia Adarre acababa de convertirse en el principal objetivo de su silenciosa guerra.
26:59El amor, o lo que quedaba de él, también se enfrentaba a sus propias batallas.
27:08En los jardines, bajo la sombra de un ciprés centenario,
27:12Vera intentaba una vez más romper el muro de negación que Federico había construido a su alrededor.
27:17Desde que ella había tomado la valiente y dolorosa decisión de denunciar a su propio padre por sus negocios turbios y peligrosos,
27:27la relación entre ellos se había vuelto frágil, tensa.
27:33Federico, tienes que entenderme.
27:36Le suplicaba, su voz cargada de una emoción que él se negaba a corresponder.
27:40No lo hice para hacerte daño a ti, ni a él.
27:46Lo hice porque era lo correcto.
27:48Sus negocios, las fábricas, las condiciones en las que trabajan sus empleados.
27:53Es inhumano.
27:56La gente arriesga su vida cada día por un jornal de miseria.
28:00Los accidentes no son accidentes, son consecuencias directas de su avaricia.
28:04Federico la miraba, pero su expresión era dura, cerrada.
28:12El conflicto entre su amor por Vera y la lealtad filial lo estaba destrozando por dentro,
28:17y había elegido la lealtad como escudo.
28:22Es mi padre, dijo.
28:24Su voz ronca.
28:25Cometió errores, sí, pero es mi padre, y tú lo entregaste.
28:29Lo traicionaste, a él y a mí.
28:34¿Y qué hay de la verdad?
28:36¿Qué hay de la justicia?
28:37Replicó Vera, su desesperación creciendo.
28:43¿Acaso eso no importa?
28:44Hubieras preferido que siguiera callada, sabiendo que en cualquier momento podría ocurrir una
28:49desgracia mayor.
28:50¿Que muriera gente por mi silencio?
28:53¿Esa es la clase de persona que quieres que sea?
28:55Quiero a la mujer de la que me enamoré, contestó él, con amargura.
29:03No a una justiciera que pone sus principios por encima de las personas que la quieren.
29:10Mis principios son lo que soy, exclamó ella, sintiendo como las lágrimas le quemaban los ojos.
29:16Y pensé que tú, de todas las personas, lo entenderías.
29:23Pensé que verías que lo hice a pesar del dolor que me causaba, porque no había otra opción.
29:31No se trata de elegir entre él y yo, se trata de elegir entre lo que está bien y lo que está mal.
29:36Pero Federico negó con la cabeza, inamovible.
29:42Para él, ella había elegido.
29:44Había elegido el mundo por encima de su familia.
29:49Se dio la vuelta, incapaz de seguir mirándola, y comenzó a alejarse.
29:54Federico, por favor.
29:56Gritó ella.
29:57El amor, descubrió, no siempre era suficiente para construir un puente sobre un abismo de lealtades enfrentadas.
30:27El sol era ya una brasa rojiza en el horizonte cuando el sonido de un carruaje acercándose por el camino de grava rompió la quietud de la tarde.
30:37En el salón, Catalina, Martina y Jacobo se pusieron en pie de un salto, sus corazones latiendo con una mezcla de alivio y pavor.
30:48Corrieron hacia la entrada principal justo cuando el carruaje se detenía.
30:52La portezuela se abrió y de él descendió el varón de Valladares, solo.
30:57Se ajustó el sombrero y se sacudió el polvo del abrigo con una calma exasperante.
31:04Miró a los tres rostros ansiosos que lo escrutaban y esbozó una sonrisa que no llegó a sus ojos.
31:09Buenas tardes. Dijo, su voz untuosa. Un día de campo de lo más. Instructivo. ¿Dónde está Adriano? Preguntó Catalina, su voz afilada por la angustia, incapaz de andarse con rodeos.
31:25El varón arqueó una ceja, fingiendo sorpresa. ¿Adriano? Ah, sí, el joven entusiasta.
31:37Decidió quedarse un poco más. Dijo que quería hablar con algunos de los jornaleros en privado, sin la presencia de un terrateniente como yo.
31:45Hizo una pausa, disfrutando del efecto de sus palabras. Un joven con mucha iniciativa.
31:56Quizás demasiada para su propio bien. La implicación velada, la amenaza sutil, cayó como una losa sobre ellos.
32:03No había ocurrido nada, pero al mismo tiempo, había ocurrido todo. Adriano no estaba con él.
32:15Estaba solo, en algún lugar de sus vastas y ahora amenazadoras tierras. La espera no había terminado. Simplemente se había transformado en una nueva y más oscura forma de tortura.
32:26La confianza que habían depositado en la misión de Adriano se había evaporado, reemplazada por un miedo helado.
32:38El varón no había cedido. Simplemente, les había mostrado quién tenía el control.
32:46Y mientras el crepúsculo se cernía sobre la promesa, envolviéndola en sombras púrpuras, la batalla en la biblioteca llegaba a su punto culminante.
32:56Curro estaba al límite de sus fuerzas. La presión implacable de Lorenzo, la manipulación psicológica, el constante recordatorio de la muerte de Yana, habían demolido sus defensas una por una.
33:13Estaba exhausto, aterrorizado y ahogado en un mar de culpa y dolor. Lorenzo lo observaba, sabiendo que estaba a punto de romperse.
33:21Dio el golpe de gracia, su voz ahora suave, casi compasiva, lo que la hacía aún más siniestra.
33:33Sé que te sientes solo, curro. Sé que llevas una carga demasiado pesada para ti. La muerte de Yana, te está consumiendo.
33:41Pero guardar secretos es como beber veneno y esperar que el otro muera. Libérate.
33:51Cuéntamelo, ayúdame a limpiar mi nombre, y quizás, solo quizás, puedas empezar a perdonarte a ti mismo.
33:58Fue la palabra perdonarte la que finalmente lo quebró. Las lágrimas, que había estado conteniendo con todas sus fuerzas, brotaron de sus ojos.
34:09Un sollozo desgarrador sacudió su cuerpo. Se derrumbó en la silla más cercana, cubriéndose el rostro con las manos.
34:22No fui yo, gimió entre sollozos. Yo no quería. Lorenzo se sentó frente a él, inclinándose hacia adelante, su rostro una máscara de intensa concentración.
34:32No había triunfado. Simplemente había llegado al siguiente paso de su plan. Lo sé, muchacho.
34:44Sé que no fuiste tú. Ahora, dime, dime todo lo que sabes. Desde el principio, Ikurro, roto y desesperado por encontrar un alivio a su tormento, empezó a hablar.
34:55Las palabras salieron de su boca en un torrente incontenible, una confesión caótica y febril.
35:07Habló de sus sospechas, de las extrañas conversaciones que Jana había tenido en sus últimos días, de su miedo a alguien de la casa, un miedo que nunca había llegado a nombrar.
35:17Habló del diario de Jana, de las páginas arrancadas, de la sensación de que ella había descubierto algo terrible, algo que la había sentenciado a muerte.
35:32Habló de la manipulación de las pruebas del accidente, de los pequeños detalles que no cuadraban, de las miradas, de los silencios.
35:39Le contó a Lorenzo todo, cada sospecha, cada miedo, cada pieza del rompecabezas que él y Jana habían intentado armar.
35:53Vació su alma, mostrando todas sus cartas, creyendo ingenuamente que al compartir su carga, ésta se haría más ligera.
36:00Lorenzo escuchaba en silencio, sin interrumpir, su mente afilada como un bisturí, ordenando la información, encajando las piezas, viendo los patrones que el joven, cegado por el dolor, no podía ver.
36:20No sentía compasión por Curro, sólo veía una herramienta, una fuente de información que acababa de agotarse.
36:26Cuando Curro finalmente se cayó, exhausto y vacío, el silencio que llenó la biblioteca fue diferente.
36:40Ya no era pesado y opresivo, era un silencio frío, clínico, el silencio de una trampa que acaba de cerrarse.
36:50Curro levantó la vista, buscando en los ojos de su tío una pizca de comprensión, de alivio.
36:56Pero lo que encontró le geló la sangre, vio el brillo del triunfo, la mirada calculadora de un jugador de ajedrez que acaba de poner al rey de su oponente en jaque mate.
37:08En su desesperación, Curro había cometido el error fatal, le había entregado a su enemigo más despiadado todas las armas que tenía.
37:21Lo había puesto sobre la pista correcta, le había revelado el alcance de sus conocimientos y, lo peor de todo, le había mostrado su propia vulnerabilidad.
37:30Se había colocado a sí mismo en el centro de un tablero de juego mucho más peligroso de lo que jamás había imaginado, en una clara y aterradora desventaja.
37:41La confesión no lo había liberado, lo había sentenciado.
37:47Y mientras la noche caía definitivamente sobre la promesa, Curro comprendió, con una claridad espantosa, que acababa de cavar su propia tumba.
37:56El peso del silencio había sido reemplazado por el terror de la palabra.
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