El tiempo no es constante en nuestra memoria: se expande y se contrae y los recuerdos se concentran en períodos concretos. A este hecho se le llama efecto reminiscencia… Una pequeña treta de la memoria que hace la mayoría de los recuerdos se acumulen alrededor de la época cuando se tiene 20 años. Pues este fenómeno no es consecuencia de la edad, ni quiere decir que los adultos estamos cada vez más bajo la influencia del estrés y alucinamos cosas, es un hecho comprobado y se llama efecto reminiscencia.
Todos percibimos el tiempo según las vivencias individuales, este acelara de manera subjetiva . Es normal que los momentos de mayor gozo y alegría parezcan durar un suspiro y los más duros sean eternos e interminables.
Sucede porque el cerebro mide los períodos mediante impulsos eléctricos que controlan la percepción del mundo por lo cual vivenciamos el tiempo de 3 maneras diferentes:
Extremadamente lento: cuando pasamos por una mala situación.
En simultaneidad: junto con el tiempo que marca el reloj.
Fugazmente: todo pasa más rápido cuando hacemos algo automáticamente o en el dormir. De aquí proviene la sensación de que los años vuelan a medida que crecemos.
En el vídeo habla Douwe Draaisma un catedrático de Historia de la Psicología en la Universidad de Groningen, explica que nuestro cerebro interpreta los períodos de tiempo según la intensidad y la cantidad de recuerdos, por eso mientras más memorias tengamos más rápido pasan las horas y esto se vivencia con más fuerza a partir de los 50 años.
Todos percibimos el tiempo según las vivencias individuales, este acelara de manera subjetiva . Es normal que los momentos de mayor gozo y alegría parezcan durar un suspiro y los más duros sean eternos e interminables.
Sucede porque el cerebro mide los períodos mediante impulsos eléctricos que controlan la percepción del mundo por lo cual vivenciamos el tiempo de 3 maneras diferentes:
Extremadamente lento: cuando pasamos por una mala situación.
En simultaneidad: junto con el tiempo que marca el reloj.
Fugazmente: todo pasa más rápido cuando hacemos algo automáticamente o en el dormir. De aquí proviene la sensación de que los años vuelan a medida que crecemos.
En el vídeo habla Douwe Draaisma un catedrático de Historia de la Psicología en la Universidad de Groningen, explica que nuestro cerebro interpreta los períodos de tiempo según la intensidad y la cantidad de recuerdos, por eso mientras más memorias tengamos más rápido pasan las horas y esto se vivencia con más fuerza a partir de los 50 años.
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Aprendizaje