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  • 10/07/2025

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00:00O livro dorado em perigo e o plan secreto de Martina.
00:03Em capítulo 634 de La Promesa, o destino de muitos se escreve, ou se borra,
00:09entre líneas de traição, justiça e secretos a ponto de estallar.
00:14O viernes 11 de julio, a finca se convierte em um tablero de ajedrez
00:19onde cada movimento pode ser definitivo.
00:23Catalina continua sua cruzada por uma justiça social que incomoda a os poderosos,
00:27enfrentando com firmeza não só ao varão de Valladares,
00:31mas incluso a sua própria sangue.
00:34O que ela não sabe é que, a suas espaldas,
00:38Martina e Jacobo han começado a teixer uma rede de intrigas para detener seu avance.
00:43Cueste o que cueste.
00:46En hora, ainda marcada por seu tenso choque com Leocadia,
00:49confia em Manuel,
00:50que começa a ver que integrar ela no será tão sencillo como esperava.
00:54Mientras tanto, Cristóbal Ballesteros endurece seu controle sobre o serviço,
01:01imponendo vigilancia directa sobre Petra, que hierve de rabia em silencio.
01:08Ricardo celebra o regreso de Santos,
01:10mas sua alegria se vê empaixada quando é relegado ao papel de ajuda de cámara.
01:15E nos rincones mais escuros da casa,
01:18Curro descubre detalhes sobre o temido passado de Ballesteros,
01:21temendo que seu linaje ilegítimo o coloque na mira de um novo inimigo.
01:28Leocadia e Angela vuelven a enfrentarse com cuchillos verbales afilados,
01:32esta vez por o escândalo do puñetazo ao marquês de Andújar,
01:35cujas consequências poderiam incendiar a paz já frágil do palacio.
01:39Pero o mais inquietante sucede na casa dos duques de carril.
01:44Lope, sem saberlo, estrecha lazos con Federico mentre a libreta dorada.
01:50Ese misterioso cuaderno que podría cambiarlo todo.
01:53Está a punto de desaparecer.
01:54Para sempre.
01:57Quien logrará adelantarse aos próximos movimentos?
02:00Podrá Catalina resistir a traición de sua própria prima?
02:03E se perderá o livro dorado antes de que revele seus secretos?
02:06Todo isto e máis, en el explosivo capítulo 634 de La Promesa.
02:12El alba del viernes 11 de julio se derramaba sobre os tejados de La Promesa
02:17como unha promesa de oro e silencios.
02:20El aire, aun fresco por el relente de la noche,
02:24transportaba el aroma del romero y la tierra húmeda de los jardines,
02:27un perfume que se colaba por las ventanas abiertas de los dormitorios nobles
02:31y se mezclaba con el olor a cera e a leña quemada en los pasillos del servicio.
02:36Era un día que, en su superficie, parecía idéntico a todos los demás,
02:41regido por el tintineo de las campanillas y el murmullo de las tareas cotidianas.
02:48Pero, bajo esa pátina de normalidad,
02:50las corrientes subterráneas de la ambición,
02:53el miedo y la revancha fluían con una fuerza inusitada,
02:56amenazando con quebrar la frágil paz del palacio.
02:58En el despacho que una vez perteneció a su padre y que ahora sentía como su propia piel,
03:06Catalina de Luján estaba inclinada sobre una pila de libros de cuentas y mapas de la finca.
03:12La luz de la mañana iluminaba las motas de polvo que danzaban en el aire
03:15y se posaba sobre su cabello recogido,
03:18destacando el gesto de concentración casi feroz de su rostro.
03:21No era la contabilidad lo que la absorbía,
03:25sino la visión de un futuro diferente para esas tierras.
03:29Un futuro donde los jornaleros no fueran meros siervos intercambiables,
03:34sino socios en la prosperidad de la finca.
03:37Un sistema de cooperativa, de participación en los beneficios,
03:42una idea tan radical y revolucionaria que sonaba herejía en los oídos de la aristocracia.
03:46Sus dedos recorrieron el borde de un papel donde había esbozado la distribución de las nuevas parcelas de cultivo.
03:57Sentía el peso de la responsabilidad, pero también una oleada de euforia.
04:02Era una lucha justa.
04:05Era, simplemente, lo correcto.
04:07Sabía que su padre, don Alonso, la observaba con una mezcla de orgullo y pavor,
04:12atrapado entre el amor por su hija y el temor a las convenciones sociales que siempre habían regido su vida.
04:20Sabía que su madrastra, Cruz, la consideraba una amenaza,
04:24una excéntrica peligrosa cuyas ideas de igualdad ponían en riesgo el mismísimo fundamento de su estatus.
04:31Y lo sabía, sobre todo, porque las miradas de soslayo y los silencios tensos en la mesa del desayuno
04:37eran más elocuentes que cualquier palabra.
04:39La puerta del despacho se abrió sin la cortesía de un golpe previo.
04:46El varón de Valladares, un hombre cuya presencia parecía absorber la luz y el aire de cualquier estancia,
04:52entró con la arrogancia de quien se sabe dueño del mundo.
04:57Su bastón de empuñadura de plata golpeó suavemente el suelo de madera.
05:01Catalina.
05:02Su voz era un ronroneo grave, teñido de una condescendencia que a ella le erizaba la piel.
05:07Te encuentro de nuevo enterrada en papeles.
05:11Una dama de tu posición debería preocuparse más por las flores de los jarrones que por el abono de los campos.
05:19Catalina levantó la vista lentamente, dejando que el silencio se estirara.
05:24No iba a permitir que la intimidara.
05:27Le sostuvo la mirada, sus ojos claros desprovistos de cualquier atisbo de su misión.
05:31Varón, buenos días también para usted.
05:36Me temo que las flores, por bellas que sean, no llenan los estómagos de las familias que trabajan nuestras tierras.
05:45El abono, en cambio, sí.
05:47El varón esbozó una sonrisa que no llegó a sus ojos.
05:50Se acercó a la mesa, apoyando las manos sobre los planos de Catalina, un gesto de posesión.
05:58Una filosofía muy poética, querida, pero ingenua.
06:02Los jornaleros son lo que son porque así lo ha dispuesto Dios y la naturaleza de las cosas.
06:06Necesitan una mano firme que los guíe, no una socia que les dé alas para soñar con imposibles.
06:14Tus ideas son peligrosas, siembran el descontento, la insubordinación.
06:20¿Peligrosas para quién, exactamente?
06:22Replicó Catalina, poniéndose en pie para estar a su altura, aunque él le sacara una cabeza.
06:27Su voz era tranquila, pero afilada como el acero.
06:33¿Para ellos, que verían mejorada su miserable existencia?
06:37¿O para nosotros, que tendríamos que renunciar a una pequeña porción de nuestra desmedida opulencia?
06:42Lo que usted llama el orden de las cosas a mí me parece una injusticia perpetuada por el miedo.
06:48El varón se hirguió, su rostro ensombreciéndose.
06:52La falsa amabilidad se había desvanecido.
06:54Cuida tus palabras, muchacha.
06:58Estás jugando con fuego.
06:59No solo desafías a tu familia, sino a toda una clase social.
07:04A la estructura que sostiene este país.
07:07Hay límites que no deben cruzarse.
07:09Y tú estás bailando sobre ellos con un entusiasmo suicida.
07:14Te lo advierto por tu bien.
07:16Abandona esta locura.
07:17Le agradezco su preocupación, varón.
07:20Dijo Catalina, su voz goteando un sarcasmo helado.
07:24Pero mis principios no están en venta.
07:27Ni se amedrentan ante amenazas veladas.
07:29Ahora, si me disculpa, tengo trabajo que hacer.
07:33Un trabajo que, a diferencia de las visitas de cortesía, sí produce beneficios reales.
07:39Por un instante, la furia brilló en los ojos del varón.
07:44Una promesa de violencia contenida.
07:48Pero era demasiado astuto para perder la compostura.
07:51Con un gesto lento, retiró las manos de la mesa y se enderezó.
07:54Como quieras, pero recuerda mis palabras cuando tus buenas intenciones te estalen en la cara.
08:03Y lo harán.
08:05Dio media vuelta y salió del despacho, cerrando la puerta tras de sí con una fuerza contenida que hizo vibrar los cristales de la ventana.
08:12Catalina se quedó de pie, el corazón latiéndole con fuerza.
08:18No por miedo, sino por la adrenalina del enfrentamiento.
08:23Sabía que acababa de ganarse un enemigo poderoso.
08:26Pero lejos de acobardarla, la reafirmaba en su convicción.
08:29La batalla acababa de empezar.
08:33Mientras Catalina libraba su guerra a plena luz del día, en los rincones sombríos de la promesa se tejía otra contienda.
08:40Una de susurros y miradas cómplices.
08:44Martina y Jacobo se habían encontrado en la biblioteca.
08:47Un lugar que a esa hora de la mañana solía estar desierto.
08:52El olor a cuero viejo y a papel era el único testigo de su conspiración.
08:55Se habían colocado junto a una de las altas estanterías, fingiendo buscar un libro, una excusa frágil para su cercanía.
09:04No podemos permitir que siga adelante.
09:07Musitó Jacobo, su voz apenas audible.
09:10Sus ojos, habitualmente cargados de una indolencia calculada, ahora brillaban con una urgencia real.
09:17Si Catalina convierte la promesa en una especie de comuna de campesinos felices, el valor de la finca se desplomará.
09:25Nuestros intereses, se verán gravemente perjudicados.
09:29Completó Martina, pasando un dedo por el lomo de un libro sin verlo realmente.
09:36Su rostro era una máscara de serena preocupación, pero por dentro, su mente trabajaba a una velocidad vertiginosa.
09:42Lo sé, he intentado razonar con ella.
09:47Es como hablar con una pared.
09:49Está cegada por su idealismo.
09:53No ve las consecuencias prácticas, el daño que puede hacernos a todos.
09:57Hacernos a todos.
09:58Repitió Jacobo con una media sonrisa cínica.
10:01Seamos sinceros, Martina.
10:05Nos preocupa el daño que pueda hacernos a nosotros.
10:08A nuestro futuro.
10:10A la herencia que nos corresponde.
10:13Martina le dirigió una mirada afilada.
10:15A veces, la franqueza de Jacobo era imprudente.
10:20Los detalles de nuestras motivaciones son irrelevantes.
10:23El objetivo es el mismo.
10:25Hay que detenerla.
10:25Pero no podemos enfrentarnos a ella directamente.
10:30Es cerca como una mula y un enfrentamiento abierto solo la haría redoblar sus esfuerzos
10:34y nos pondría en el punto de mira de Alonso.
10:37Que, a su pesar, la apoya.
10:41Entonces, ¿qué propones?
10:43Preguntó Jacobo, acercándose un poco más.
10:45El perfume de Martina le llegó.
10:47Una fragancia sutil y costosa.
10:51Un sabotaje.
10:53Algo más sutil.
10:54Respondió ella.
10:55Su mente estratégica desplegándose.
11:00Catalina necesita el apoyo de los jornaleros para que su plan funcione.
11:04Siembra la discordia entre ellos.
11:07Un rumor bien colocado.
11:09Una duda sobre sus verdaderas intenciones.
11:12Hazles creer que su justicia social es en realidad una trampa para exigirles más trabajo
11:16por menos recompensa.
11:20Jacobo la miró con admiración.
11:22Eso es brillante.
11:23Y cruel.
11:24Me gusta.
11:24Hay que contactar con alguno de los capataces.
11:29Alguien resentido, o ambicioso.
11:31Alguien a quien podamos comprar con unas cuantas monedas y la promesa de un futuro favor.
11:35Él será nuestra voz en los campos.
11:40Esparcirá la semilla de la desconfianza.
11:42Conozco al hombre perfecto.
11:43Conozco al hombre perfecto.
11:44Conozco al hombre perfecto.
11:44Conozco al hombre perfecto.
11:44Conozco al hombre perfecto.
11:44Dijo Jacobo, sus labios curvándose en una sonrisa de auténtico placer.
11:48Lorenzo, el capataz de las viñas del sur.
11:53Siempre se ha quejado de los luján estará encantado de ayudarnos a cambio de un incentivo.
11:58Perfecto.
12:00Concluyó Martina, apartándose de la estantería y adoptando de nuevo un aire casual.
12:06Ocúpate tú, y sé discreto.
12:10Nadie debe saber que estamos detrás de esto.
12:12Para el mundo, solo seremos dos primos preocupados por el bienestar de nuestra familia.
12:18Se miraron un instante más.
12:21Un pacto sellado en el silencio polvoriento de la biblioteca.
12:26Eran dos depredadores que habían identificado a su presa y comenzaban a acercarla.
12:30Moviendo sus piezas en la sombra.
12:32Convencidos de la justicia de su propia y egoísta causa.
12:36El plan para frenar a Catalina estaba en marcha.
12:40El zumbido de un motor rompió la paz de la mañana en el hangar.
12:45Manuel de Luján, con las manos manchadas de grasa y la mente perdida en cálculos de aerodinámica,
12:51trabajaba en el motor de su aeroplano.
12:54El hangar era su santuario.
12:56El único lugar donde podía escapar de las tensiones del palacio y ser simplemente el mismo.
13:01Enora, la joven y talentosa ingeniera francesa que había llegado para revolucionar su proyecto,
13:09lo observaba desde la entrada.
13:13Se mordisqueaba el labio, indecisa.
13:15Finalmente, carraspeó para llamar su atención.
13:18Manuel, puedo hablar contigo un momento.
13:23Manuel levantó la cabeza, sorprendido.
13:25La expresión preocupada de Enora borró de inmediato la concentración de su rostro.
13:32Dejó las herramientas a un lado y se limpió las manos con un trapo.
13:36Claro, Enora.
13:36¿Qué ocurre?
13:40Pareces, contrariada.
13:42Ella se acercó, rodeando el fuselaje del avión.
13:46Sus manos se retorcían nerviosamente.
13:48Es sobre Leocadia.
13:50He tenido un encuentro con ella esta mañana.
13:54Bueno, un enfrentamiento, más bien.
13:57Manuel frunció el ceño.
13:59Conocía bien el carácter espinoso de Leocadia, la doncella personal de su madre,
14:04pero no entendía qué podía tener contra Enora.
14:07¿Un enfrentamiento?
14:09¿Por qué?
14:10Enora suspiró, una mezcla de frustración y desconcierto en su mirada.
14:15No lo sé con certeza.
14:17Fui a la cocina por un vaso de agua.
14:20Ella estaba allí, con otras sirvientas.
14:23En cuanto entré, se hizo el silencio.
14:26Un silencio hostil, Manuel.
14:28Me miró de arriba abajo como si fuera una alimaña que se hubiera colado en la casa.
14:32Hizo una pausa, reviviendo el momento.
14:37Intenté ser amable.
14:39Le di los buenos días.
14:40Me respondió con un monosílabo, sin apartar esa mirada de desprecio.
14:44Luego, empezó a hablar en voz alta, pero claramente para que yo la oyera.
14:51Dijo algo sobre extranjeras advenedizas que vienen a perturbar el orden y mujeres que no
14:55conocen su lugar.
14:56A Manuel se le endureció la mandíbula.
15:00La insolencia de Leocadia era una cosa, pero su crueldad era otra muy distinta.
15:07No tienes que escuchar esas impertinencias, Enora.
15:10Lo sé, pero...
15:11Fue muy incómodo.
15:15Me dejó muy claro que no me quiere aquí.
15:17Que no soy bienvenida.
15:18Siento que mi presencia en este proyecto.
15:20Que mi integración aquí no va a ser fácil por su culpa.
15:23Me hace sentir, como una intrusa.
15:27La vulnerabilidad en la voz de aquella mujer habitualmente tan segura y profesional conmovió
15:32a Manuel.
15:35Vio más allá de la ingeniera brillante y descubrió a una joven sola en un país extranjero,
15:40enfrentándose a una hostilidad que no merecía.
15:45Escúchame, dijo, acercándose a ella y bajando la voz, su tono volviéndose protector.
15:50Tú no eres ninguna intrusa.
15:55Eres la pieza más importante de este proyecto.
15:57Eres mi socia.
16:00Y esta es tu casa tanto como la mía mientras trabajes aquí.
16:04Leocadia es una mujer amargada y leal a mi madre, lo que a menudo la convierte en su eco.
16:08No dejes que sus palabras te afecten.
16:13Es difícil, Manuel.
16:15El ambiente en el palacio ya es bastante tenso.
16:19Lo sé, pero no estás sola, ¿de acuerdo?
16:21Yo estoy de tu parte.
16:23Hablaré con quien sea necesario para que te traten con el respeto que mereces.
16:26Y si Leocadia vuelve a molestarte, quiero que me lo digas inmediatamente.
16:33No voy a tolerar que nadie te haga sentir mal.
16:37La sinceridad y la calidez en los ojos de Manuel fueron un bálsamo para Enora.
16:42Asintió, una pequeña sonrisa tímida asomando a sus labios.
16:45Gracias, Manuel, de verdad.
16:49No hay nada que agradecer.
16:51Somos un equipo, ¿recuerdas?
16:53Ahora, olvidemos a esa arpía.
16:56¿Me ayudas con la calibración del nuevo carburador?
17:00Necesito tu cerebro francés para descifrar estas instrucciones.
17:04El ambiente se aligeró, la tensión se disipó,
17:08reemplazada por la camaradería y la pasión compartida por su proyecto.
17:11Pero la sombra de la advertencia de Enora permaneció.
17:17La integración no iba a ser fácil.
17:20Las viejas estructuras de la promesa se resistían con uñas y dientes a cualquier elemento nuevo,
17:26ya fuera una idea de justicia social o una brillante ingeniera extranjera.
17:31En el corazón neurálgico del servicio, el gran vestíbulo de la planta baja,
17:37Cristóbal Ballesteros había reunido a todo el personal.
17:39Su presencia imponía un silencio denso y expectante.
17:44Desde su llegada como nuevo mayordomo,
17:47había insuflado un aire de disciplina militar que contrastaba con la familiaridad,
17:51a veces caótica, del antiguo régimen de Ricardo.
17:56Ballesteros paseó su mirada fría y analítica por los rostros congregados.
18:00Criados, doncellas, mozos, cocineras,
18:04todos mantenían la espalda recta y la vista al frente.
18:06Su mirada se detuvo finalmente en una persona.
18:11Petra Arcos.
18:12Petra, la doncella personal de la marquesa,
18:15la mujer que durante años había ostentado un poder extraoficial casi tan grande como el del propio mayordomo,
18:21le sostuvo la mirada con un desafío apenas disimulado.
18:24Se creía intocable, protegida por su lealtad inquebrantable a Doña Cruz.
18:31Tengo una nueva directriz que comunicar.
18:33Anunció Ballesteros, su voz resonando en el silencio.
18:38Afecta a la organización del trabajo de las doncellas de la familia.
18:42Hubo un murmullo casi imperceptible entre las criadas.
18:44Petra arqueó una ceja, curiosa pero no alarmada.
18:50A partir de este mismo instante, continuó Ballesteros, y sus ojos no se apartaron de los de Petra.
18:57La señora Arcos me informará directamente de todos y cada uno de sus movimientos.
19:01Antes de subir a los aposentos de la marquesa, vendrá a mi despacho.
19:07Al terminar, volverá a informarme.
19:11Cualquier encargo, cualquier recado, cualquier salida de esta casa, por breve que sea,
19:16deberá ser supervisada y autorizada personalmente por mí.
19:22El aire se geló.
19:23La declaración era tan directa, tan específica, que no cabía duda de su intención.
19:28No era una norma general.
19:32Era un misil teledirigido contra la autonomía y el poder de Petra.
19:37El rostro de Petra pasó del desafío a la incredulidad.
19:40Y de ahí a una ira sorda que le tiñó las mejillas de un rojo intenso.
19:46Era un ataque directo, una humillación pública.
19:49La estaba tratando como a una novicia recién llegada,
19:52no como a la gobernanta de facto que había sido durante años.
19:55Sintió la mirada de las otras criadas sobre ella,
20:00una mezcla de sorpresa, miedo y, en algunos casos, mal disimulada satisfacción.
20:07Abrió la boca para protestar, para apelar a su estatus, a la marquesa.
20:12Pero la mirada de Ballesteros, dura como el granito, la detuvo en seco.
20:16Su actitud firme, casi marcial, no dejaba el más mínimo resquicio para la discusión.
20:25Había una advertencia implícita en sus ojos.
20:28Desafíame y te arrepentirás.
20:30Petra, por primera vez en mucho tiempo, sintió el sabor amargo del miedo.
20:34Este hombre era diferente, no era como Ricardo,
20:39a quien podía manejar con una mezcla de desdén y familiaridad.
20:44Ballesteros era un enigma,
20:46un hombre con una autoridad que parecía emanar de un lugar mucho más profundo y oscuro
20:50que el simple título de mayordomo.
20:54Sabía, con una certeza que le geló la sangre,
20:57que enfrentarse a él podría costarle no solo su puesto,
21:00sino todo lo que había construido en la promesa.
21:05Bajó la cabeza, un gesto mínimo de acatamiento que le costó un esfuerzo sobrehumano.
21:12Como ordene el señor mayordomo, murmuró, su voz ahogada por la rabia.
21:17Ballesteros asintió, satisfecho.
21:21Su mirada barrió al resto del servicio una última vez.
21:24Pueden volver a sus tareas.
21:27El grupo se disolvió en un murmullo contenido.
21:31Petra se quedó inmóvil un instante, temblando de furia.
21:34La guerra había sido declarada, y ella era el objetivo.
21:39Pero no se rendiría.
21:41En la soledad de su mente, ya empezaba a trazar su contraataque.
21:46Ballesteros no sabía con quién se estaba metiendo.
21:49Para Ricardo, el antiguo mayordomo,
21:51la jornada fue una montaña rusa de emociones que lo dejó exhausto y desorientado.
21:56La primera noticia llegó a media mañana, en el despacho de Ballesteros.
22:02Ricardo había acudido con el corazón encogido, esperando una nueva reprimenda.
22:09En cambio, Ballesteros lo miró con su habitual expresión impenetrable y le habló de Santos,
22:14el lacayo que había sido despedido por su implicación en el desafortunado incidente de la intoxicación.
22:19He revisado el caso de Santos, dijo Ballesteros sin preámbulos.
22:26Considerando su arrepentimiento y las circunstancias atenuantes, he decidido readmitirlo.
22:33Volverá a su puesto mañana mismo.
22:35Sé que usted intercedió por él.
22:37Ricardo sintió una oleada de alivio tan intensa que casi se tambalea.
22:40La culpa por el despido de Santos, un buen muchacho arrastrado por las malas influencias,
22:48le había pesado en la conciencia.
22:52Señor, no sabe cuánto se lo agradezco, dijo con sinceridad.
22:57Es una decisión justa.
23:00Santos es un buen trabajador, solo cometió un error.
23:04La justicia y la disciplina deben ir de la mano, Ricardo, respondió Ballesteros con aire sentencioso.
23:10Pero una segunda oportunidad, cuando es merecida, forma parte de una buena gestión.
23:19Por un momento, Ricardo pensó que quizás había juzgado mal al nuevo mayordomo.
23:24Quizás, bajo esa coraza de hierro, había un hombre razonable.
23:30La alegría, sin embargo, duró poco.
23:33Justo cuando se disponía a salir, Ballesteros lo detuvo.
23:36Una cosa más, Ricardo.
23:40Sí, señor, ha habido una reorganización de las tareas.
23:44El marqués requiere una atención más personalizada.
23:49Su salud es delicada y necesita alguien de confianza a su lado constantemente.
23:54Ricardo asintió, sin comprender a dónde quería llegar.
23:56A partir de hoy, usted dejará sus funciones actuales como primer lacayo.
24:03He decidido que su experiencia y su lealtad a la familia serán mejor aprovechadas en otro puesto.
24:11El corazón de Ricardo comenzó a latir con una premonición funesta.
24:15Usted será el nuevo ayuda de cámara personal del marqués de Luján.
24:18Las palabras cayeron como piedras en un pozo.
24:23Ayuda de cámara, un ballet, era una degradación en toda regla.
24:28Pasar de ser el mayordomo, el jefe de todo el servicio,
24:31aprimer lacayo ya había sido un golpe devastador.
24:34Pero esto, esto era una humillación definitiva.
24:39Ser el sirviente personal de don Alonso, ayudarlo a vestirse, a calzarse, a asearse.
24:45El título de mayordomo había sido la arquitectura de su identidad durante décadas.
24:52Era el respeto, la autoridad, ayuda de cámara sonaba a servilismo,
24:56a una intimidad forzada que le revolvía el estómago.
24:59Entiendo, logró decir, aunque la palabra se le atascó en la garganta.
25:06Su rostro, habitualmente jovial, se había convertido en una máscara de aflicción.
25:13Estoy seguro de que desempeñará sus nuevas funciones con la máxima diligencia.
25:18Concluyó Ballesteros, dándolo por zanjado.
25:22Ricardo salió del despacho sintiendo que el suelo se abría bajo sus pies.
25:26La alegría por la readmisión de santos se había evaporado, dejando un residuo amargo de humillación.
25:34Caminó por los pasillos que una vez había gobernado, sintiéndose un fantasma.
25:39Cada saludo respetuoso de un compañero era ahora una apuñalada.
25:44La jornada, que había comenzado con un rayo de esperanza,
25:48se había teñido del gris ceniza de su propio y amargo destino.
25:51El miedo, como una niebla fría, comenzó a deslizarse en el corazón de Curro.
25:58Todo empezó con una conversación a media voz que escuchó entre dos lacayos en el patio de servicio.
26:05Hablaban del nuevo mayordomo, de su rigidez, pero también de su pasado.
26:10Una palabra, un nombre, resonó en los oídos de Curro y se clavó en su mente.
26:15Carvajal y Cifuentes.
26:18Más tarde, buscando a Yana, la encontró en la zona de lavaderos.
26:22Con la excusa de preguntarle por un recado, la llevó a un rincón más apartado.
26:29Yana, he oído algo sobre Ballesteros.
26:32Dijo en voz baja, su rostro pálido.
26:34¿Es cierto lo que dicen?
26:36¿Qué sirvió al duque de Carvajal y Cifuentes?
26:38Yana lo miró, y la gravedad en sus ojos fue toda la confirmación que Curro necesitaba.
26:47Sí, Curro, es cierto, fue su hombre de confianza durante muchos años, el duque de Carvajal y Cifuentes.
26:53El nombre era sinónimo de crueldad y poder sin escrúpulos.
26:59Un hombre temido en toda la región, conocido por su desprecio hacia cualquiera que no fuera de su misma sangre azul y, especialmente, por su trato brutal hacia aquellos de origen incierto o ilegítimo.
27:12Un sudor frío recorrió la espalda de Curro.
27:14Su propia y terrible verdad, el secreto que ardía en sus entrañas, de repente se sintió como una soga alrededor de su cuello.
27:23Era un bastardo, el hijo ilegítimo del marqués de Luján.
27:27Un hecho que lo convertía en una abominación a los ojos de hombres como el duque.
27:33Y ahora, el hombre de confianza de ese monstruo paseaba por los pasillos de la promesa, ostentando un poder casi absoluto sobre el servicio y, por extensión, sobre él.
27:45¿Crees que él, lo sabe?
27:47Preguntó Curro, su voz apenas un susurro tembloroso.
27:50¿Sobre mí, sobre mi origen?
27:53No lo sé, Curro.
27:55No creo.
27:57Intentó tranquilizarlo Yana, aunque ella misma sentía una punzada de inquietud.
28:03Pero debemos ser extremadamente cuidadosos.
28:06Ballesteros no es como los demás.
28:08Observa todo.
28:10Lo analiza todo.
28:11Pero las palabras de Yana no lograron calmar el terror que se había apoderado de él.
28:15Curro empezó a ver amenazas en cada sombra.
28:21La mirada calculadora de Ballesteros ya no parecía la de un simple mayordomo imponiendo orden, sino la de un inquisidor buscando una presa.
28:28Y qué presa más fácil que él, un joven sin la protección completa de un apellido, una mancha en el linaje de los Luján.
28:37Empezó a temer que su mera existencia lo convirtiera en un objetivo.
28:43Si Ballesteros descubría su secreto, lo utilizaría en su contra, lo expondría, o peor aún, trataría de eliminar el problema como sin duda su antiguo amo, el duque, habría hecho sin pestañear.
28:55El miedo, irracional o no, se instaló en su pecho.
29:01Cada vez que veía la figura alta y severa de Cristóbal Ballesteros, Curro sentía que su condición de bastardo lo señalaba como un cordero en un mundo de lobos.
29:12El escándalo, una vez desatado, es como un incendio en un campo seco.
29:17Se extiende con una rapidez incontrolable, devorando la paz a su paso.
29:21La noticia del puñetazo que el joven marqués de Andújar había recibido en el club de campo, un incidente que la familia Luján había intentado sofocar, ya era el comidillo de todo el servicio.
29:35Y como suele ocurrir, los rumores habían magnificado los hechos, convirtiendo una disputa en una batalla campal y una afrenta en una declaración de guerra entre familias.
29:44En la cocina, el epicentro de los chismes de la promesa, la tensión era palpable.
29:52Leocadia, con su lengua afilada y su lealtad fanática a la marquesa, estaba defendiendo a ultranza el honor de la familia, aunque eso supusiera retorcer la verdad.
30:02Es una calumnia, declaraba en voz alta, mientras pulía una bandeja de plata con una furia contenida.
30:12Seguro que fue ese marquesito de Andújar quien provocó, nuestros señores jamás iniciarían una pelea.
30:19Ángela, la cocinera, una mujer de carácter pragmático y poco dada a los dramas de los señores, resopló mientras amasaba con fuerza.
30:26Pues el rumor que corre por el pueblo no dice lo mismo, Leocadia.
30:33Dicen que el señorito Manuel perdió los estribos por defender a la francesa Esa.
30:39El comentario fue como echar gasolina al fuego.
30:42Leocadia dejó la bandeja con un golpe seco sobre la mesa.
30:47La francesa, escupió la palabra como si fuera veneno.
30:50Ya sabía yo que esa mujer solo traería problemas.
30:53Además, desde que puso un pie aquí, no ha hecho más que alterar la paz de esta casa.
30:59No creo que sea justo culparla a ella.
31:01Intervino Simona, intentando poner paz.
31:05Los hombres y sus orgullos son los que se pelean.
31:07No le echemos la culpa a una muchacha que solo hace su trabajo.
31:13Tú no entiendes nada, Simona.
31:15Replicó Leocadia, girándose hacia Ángela, a quien consideraba la instigadora.
31:20Y tú, Ángela, deberías tener más cuidado con lo que dices.
31:26Estás esparciendo chismes que dañan la reputación de los señores.
31:31Ángela dejó la masa y se limpió las manos en el delantal, enfrentándose a Leocadia.
31:38Yo no esparzo nada, solo digo lo que se oye en el mercado.
31:41Y lo que oigo es que la promesa está en boca de todos, y no para bien.
31:45Quizás si la señora marquesa se preocupara menos de las apariencias y más de lo que de verdad ocurre bajo su techo, no tendríamos estos escándalos.
31:57El insulto velado a doña Cruz fue la gota que colmó el vaso.
32:01Insolente, chilló Leocadia.
32:03¿Cómo te atreves a insinuar algo así de la señora?
32:08Tú solo eres una cocinera, conoce tu lugar.
32:12Y tú eres una doncella, no la reina de Shaba.
32:15Le espetó Ángela, perdiendo la paciencia.
32:20Y mi lugar está aquí, dando de comer a toda esta casa, incluidos los señores que tanto defiendes y las víboras como tú.
32:27El enfrentamiento escaló, sus voces llenando la cocina, atrayendo las miradas curiosas de otros miembros del servicio.
32:37Era más que una simple discusión, era el reflejo de las fracturas que recorrían la promesa.
32:44La tensión entre los señores se filtraba hacia abajo, envenenando las relaciones, avivando viejas rencillas y creando un ambiente irrespirable donde cualquier chispa amenazaba con provocar una explosión.
32:58El puñetazo al marqués de Andújar no era más que un síntoma de una enfermedad mucho más profunda que corroía los cimientos del palacio.
33:07Lejos del nido de víboras en que se había convertido la promesa, en el suntuoso pero melancólico palacio de los duques de Carril, Lope había encontrado un inesperado remanso de paz.
33:19Su trabajo como cocinero personal del duque Federico le estaba brindando una oportunidad que nunca habría imaginado.
33:27Pero más allá de lo profesional, estaba forjando un vínculo genuino con aquel hombre atormentado.
33:34Esa tarde, mientras le servía un té en la biblioteca, Federico, en un raro momento de vulnerabilidad, le había abierto su corazón.
33:42Le había hablado de su hermana pequeña, desaparecida hacía muchos años. Su voz, habitualmente autoritaria, se quebró al recordarla.
33:52Describió su risa, su pasión por los libros y la música, el vacío inmenso que su ausencia había dejado en su vida y en la de su familia.
34:04Lope, cuya naturaleza empática era tan grande como su talento culinario, lo escuchó con una atención y un respeto profundos.
34:11Sintió el dolor de aquel hombre como si fuera propio. Lo lamento muchísimo, señor duque, dijo con sinceridad.
34:22No puedo ni imaginar un dolor semejante. Federico lo miró, y por primera vez, Lope no vio a un duque, sino a un hermano que sufría.
34:30Gracias, Lope, eres un buen muchacho, a veces, hablar de ella. Es la única forma que tengo de mantener vivo su recuerdo.
34:42Este lazo que se estrechaba entre ellos hacía que la misión secundaria de Lope en aquel palacio fuera aún más frustrante.
34:48Llevaba semanas buscando discretamente la famosa libreta, el pequeño cuaderno de recetas de su amigo Salvador, que, según todos los indicios, había acabado en manos de la hermana del duque antes de su desaparición.
35:04Ese cuaderno no sólo contenía recetas, era el último vínculo tangible de Salvador con su pasado, la clave para un posible reencuentro con su familia.
35:12Lope se lo había prometido, la encontraría, pero la búsqueda había sido infructuosa.
35:22El palacio era un laberinto de recuerdos y objetos, y la libreta parecía haberse desvanecido como la propia hermana del duque.
35:31Mientras Lope recogía la bandeja del té, Federico se levantó y se acercó a un gran baúl de madera oscura que descansaba en un rincón de la biblioteca.
35:39Lo abrió con una llave que sacó de su bolsillo, el olor a naftalina y a tiempo detenido flotó en el aire.
35:49Todo esto era de ella, dijo Federico con voz ahogada, señalando el contenido del baúl, vestidos de niña, un lazo de seda, un par de zapatillas de baile, y una pila de libros y cuadernos.
36:01Lope observó la escena con una tristeza respetuosa, ajeno por completo al tesoro que tenía ante sus ojos.
36:11Su mente estaba en el dolor de su patrón, no en su propia búsqueda.
36:15Federico comenzó a sacar los objetos uno por uno, su rostro una máscara de agonía.
36:20Mis padres, quieren que me deshaga de todo. Dicen que es la única forma de pasar página.
36:29Que aferrarse a esto es una tortura inútil. Sus manos temblaban, quizás tengan razón.
36:36Quizás ha llegado el momento de dejarla ir, de convertir los recuerdos en cenizas.
36:40Con un movimiento brusco, casi violento, Federico agarró una pila de cuadernos del baúl.
36:49Su mirada estaba perdida, vidriosa. Caminó hacia la gran chimenea de mármol donde aún danzaban las últimas brasas de un fuego matutino.
36:59Quizás solo el fuego pueda purificar este dolor. Murmuró, más para sí mismo que para Lope.
37:04Y allí, en la parte superior de esa pila de cuadernos que la mano temblorosa del duque sostenía sobre el hogar,
37:13había un pequeño libro de tapas de cuero desgastado, con un delicado cierre dorado.
37:20El libro dorado, la libreta de recetas de Salvador, el objeto que Lope había buscado con tanto ahínco.
37:26Estaba a punto de desaparecer, a punto de ser consumido por las llamas, destruido por el dolor de un hombre que no sabía lo que sostenía.
37:37Y Lope, el único que podía reconocerlo, el único que comprendía su verdadero valor,
37:42estaba allí, a escasos metros, observando la escena con una compasión ciega,
37:47completamente ajeno a la tragedia inminente que estaba a punto de presenciar,
37:51sin sospechar que el objetivo de su promesa estaba a punto de convertirse en humo y cenizas ante sus propios narices.
37:59El tiempo se detuvo, la mano del duque se inclinó sobre el fuego,
38:03el libro dorado se tambaleó, a un segundo de caer al olvido.
38:06¡Gracias!
38:12Legenda por Sônia Ruberti

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