El punto preciso está ubicado en la llamada "área motora suplementaria", región que está muy cerca de aquella otra que gobierna en lenguaje, lo que no deja de ser interesante, porque la risa y el lenguaje son consideradas habilidades exclusivas de los seres humanos. Desde luego hay que analizar la risa dentro de un contexto social, ya que se puede comprobar que la risa aparece en circunstancias tan distintas como cuando la persona está nerviosa o también cuando está agradada, o simplemente porque otras personas se ríen. También puede considerarse la risa como un mecanismo que libera emociones contenidas. En todo caso la risa no parece ser controlada por un proceso consciente, ya que muchas veces no se puede suprimir voluntariamente un episodio de risa, como no se puede tampoco controlar un bostezo. Según Provin, "en la risa debe existir un significado muy profundo, enraizado en nuestra naturaleza humana". El tema de la risa le interesa estudiarlo a Provine, al igual que muchos otros comportamientos animales, como puede ser el canto de un pájaro o el aullido de un lobo. En ambos ejemplos, hay centros específicos en el cerebro que regulan este comportamiento, como parece que también existe para la risa. Necesariamente la risa está relacionada con el comportamiento social. Desde luego él hace notar que los episodios de risa son treinta veces más frecuentes en una reunión social que cuando se está solo. Esto lo ha podido comprobar cuando se pasa, en uno y otro caso, un programa de televisión. El mismo chiste provoca una carcajada en el grupo, y no inmuta a un observador solitario. Más aún, el óxido nitroso, el gas de la risa, pierde mucho de su potencia si se aspira estando solo, afirma Willivald Ruth, un psicólogo de la Universidad de Dusseldorf. Por ella se piensa que la risa debe tener algún rol social.