Rompí la ley para volverme viral en internet

  • hace 5 años
¡Hola! Soy Jordan. ¿Cuántas veces te arrepentiste de hacer algo, pero no por la razón que esperabas? Cuando esta historia comenzó, tuve la sensación de que las cosas no iban a acabar bien…
En fin, escucha…

Vivo en una pequeña ciudad en Tennessee. No ocurren muchas cosas interesantes, así que mis amigos y yo teníamos que buscar maneras de entretenernos mientras crecíamos. Es un lugar tranquilo y seguro, así que podíamos explorarlo sin problemas después de la escuela o… en lugar de ir a la escuela.
Había muchos lugares que nos gustaban. Como un viejo cementerio que al principio parecía escalofriante, pero que luego resultó ser un gran lugar para pasar el rato.

Entre todos los lugares que conocíamos, había uno que no nos atrevíamos a visitar. Era una mansión desierta al final de la calle Lincoln. Esa zona solía ser un bonito suburbio años atrás, pero muchas personas se fueron, no sé bien por qué. De hecho, nadie lo sabe. Ahora es la parte más deprimente de la ciudad, y hay muchas historias espeluznantes sobre la mansión.

Cuando digo “nosotros”, me refiero a Félix, Jason y yo. Siempre bromeamos y decimos que, si fuéramos personajes de película de terror, Félix sería el raro, Jason el gracioso y yo el que muere primero. Así que no nos atrevíamos ni a acercarnos a la mansión, hasta que descubrimos todo un género nuevo de videos donde las personas tomaban una cámara y entraban a una casa abandonada para explorarla. Es algo muy peligroso, y no sé en qué estábamos pensando… pero finalmente decidimos investigar la mansión de la calle Lincoln. Con una cámara.

Nos llevó un tiempo prepararnos. Teníamos algunos ahorros que reunimos para costearnos una cámara GoPro, queríamos que el video se viera asombroso. Cuatro días después de habernos decidido, nos encontramos en el final de la calle Lincoln, listos para todo.

La mansión era simplemente enorme. Cuatro pisos, y probablemente unos cien cuartos en total. Mientras más nos acercábamos, más sombría se veía. Era como si la casa no quisiera que la molestaran. Esa sensación me espantó un poco, pero Félix y Jason estaban muy entusiasmados, y yo no quería ser el único que se acobardara.

Fui el encargado de llevar la GoPro. A medida que nos acercamos a la mansión, notamos que las ventanas de la planta baja habían sido selladas con maderas y clavos. Tuvimos que trepar a un árbol para alcanzar una ventana del segundo piso, a algunas les faltaba el vidrio. Otra mala señal que se nos presentó fue que la rama que usamos para entrar, que parecía 100% confiable, comenzó a quebrarse cuando Jason se subió a ella. Logró saltar a la ventana a último momento, antes de que se rompiera por completo.
Por fin estábamos adentro. Las habitaciones estaban casi vacías, supongo que las personas que abandonaron la casa se habían llevado consigo la mayoría de los muebles. Pero aún quedaban algunos.

Caminamos lentamente a lo largo de los cuartos con

Recomendada