La Tierra gira sobre sí misma a una velocidad imperceptible para nosotros. Esta velocidad es máxima en el Ecuador, 1600 km/h, y cero en los polos. Una parada repentina de esta rotación equivaldría a un frenado global. Cualquier cosa que cubra la Tierra sería arrancada y barrida de la superficie. La atmósfera, que no puede ser detenida por la velocidad de rotación, generará ráfagas de viento tan poderosas como una bomba atómica. La fricción del aire provocará incendios generalizados y tsunamis gigantescos asolarán las costas del mundo. Si la Tierra se detiene, un año equivaldrá a un día. Sin la fuerza centrífuga, los océanos se moverán hacia los polos norte y sur. El campo magnético de la Tierra disminuirá en intensidad y ya no protegerá suficientemente al planeta de los bombardeos cósmicos. La radiación impedirá que toda la vida se desarrolle, En realidad, la Tierra ya se está ralentizando. Por lo tanto, en 140 millones de años, un día durará 25 horas. Pero la Tierra nunca tendrá tiempo para detenerse.