Los diputados independentistas firmaron a pesar de todo la declaración y fue precisamente Mireia Boya, la encargada de leer la parte del documento que proclamaba la independencia, aunque ella misma delataba con su expresión lo absurdo de lo que es solo un gesto, que se queda en el aire, sin validez jurídica. Ni tan siquiera se publicará en el diario oficial de sesiones de la Generalitat. Justo después de la firma se reunieron con el Govern para darles un ultimatum: O hacen efectiva la independencia en treinta días, o abandonan el Parlament, y advierten además de que la presión en las calles continuará. Sin los votos y el apoyo de la CUP, Junts Pel Sí se quedaría sin mayoria, es decir, un gobierno abocado al fracaso en todas sus iniciativas, lo que supondría convocar obligatoriamente elecciones. -Redacción-
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