Los niños víctimas de abusos sexuales sienten culpa, miedo y vergüenza, por eso casi nunca cuentan la pesadilla que están viviendo... pero sí suelen manifestar ciertos síntomas, como desgana, tristeza, pocas ganas de hablar de algunas cosas...En la mayoría de los casos, los abusadores pertenecen al entorno más cercano. Suelen preparar el terreno, ofreciendo regalos al niño y ganándose su confianza. Es importante que el niño tenga una educación sexual adecuada, que sepa que hay ciertas cosas que nadie le puede hacer, y que tenga confianza con sus padres para acudir a ellos si tiene algún problema. Cuando por fin lo cuentan, es importante que sientan que les creen y les apoyan. Llegado el momento, hay que buscar ayuda especializada, cortar todo contacto con el presunto abusador y denunciarlo, porque es posible que otros niños estén sufriendo los mismos abusos.
