El anciano entró en esta entidad bancaria armado con una pistola de juguete y entregó una nota a uno de los empleados en la que exigía el dinero. El arma consiguió intimidar a los trabajadores que no dudaron en darle el botín. Al los pocos minutos salía de la sucursal con 5300 euros en sus manos pero no llego muy lejos.
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