Los TIGI son entidades muy complejas asociadas con intenso malestar e insatisfacción (Becerra, 2003). En este sentido, cobra importancia la detección precoz y el tratamiento integral, ya que mejora la calidad de vida, la comorbilidad psiquiátrica y la disforia de género (HBIGDA, 2001). Sin embargo, no se debe perder de vista que solamente una minoría de TIGI se mantienen en la edad adulta , dificultando con ello el establecimiento de un diagnóstico definitivo en la adolescencia (Kreukels y Cohen-Kettenis, 2011). Los argumentos a favor de los tratamientos médicos precoces se postulan partiendo de que el TIG en la adolescencia se mantenga en la vida adulta. El tratamiento hormonal interfiere en el desarrollo puberal pleno, evitando el sufrimiento que supone para el adolescente el desarrollo de sus características sexuales secundarias (Cohen-Kette - nis, Delemarre-van der Waal y Gooren, 2008). Además, favorecería que en un futuro algunas ci - rugías sean menos invasivas e incluso innecesarias. Por lo tanto, el tratamiento hormonal precoz repercutiría positivamente en su bienestar psicológico y en su funcionamiento social. La WPATH señala que retrasar o contener las intervenciones médicas en los adolescentes con TIG puede prolongar la disforia de genero, y contribuir al desarrollo de una apariencia física que favorezca el abuso y la estigmatización (WPATH, 2011). Los manuales de clasificación diagnóstica son uno de los instrumentos utilizados como guías para realizar el proceso de diagnóstico previo a la intervención terapéutica. El objetivo del presente artículo es describir, analizar y reflexionar sobre el diagnóstico de TIGI a través de las distintas versiones de estos manuales.