Desde que somos concebidos, nuestros padres y familiares, a veces de forma consciente pero más a menudo inconscientemente, proyectan la vida que deberíamos llevar.
Desde el vientre somos conscientes de las emociones de nuestra madre, y aceptamos como nuestros sus miedos, sus sentimientos de culpa...
Desde pequeños, cargamos un gran peso sobre nuestras espaldas. Nuestra vida está ya limitada antes de haber empezado. Otros han decidido por nosotros nuestro futuro, y nosotros hemos aceptado (hemos heredado) ese proyecto de vida como propio.
Aceptamos también de forma inconsciente los miedos y limitaciones de nuestros padres. Nuestras emociones son las que ellos han sentido mientras nosotros crecíamos.
En esta meditación sanamos todas estas limitaciones que en realidad no nos corresponden; y creamos para nosotros mismos, a través del sentimiento, un nuevo y positivo proyecto de vida.