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  • 15/6/2016
Los rayos N fueron una forma hipotética de radiación descrita por el físico francés Prosper-René Blondlot en 1903, inicialmente confirmada por otros, pero posteriormente descubierta como ilusoria. En 1903, Blondlot, un distinguido físico que era uno de los ocho físicos correspondientes a la Academia de Ciencias de Francia,1 anunció su descubrimiento mientras trabajaba en la Universidad de Nancy intentando polarizar rayos X. Percibió cambios en el brillo del destello eléctrico en el entrehierro localizado en el rayo X que fotografió, que posteriormente atribuyó a una nueva forma de radiación, llamándolos rayos N por la Universidad de Nancy. Blondlot, Augustin Charpentier, Arsène d'Arsonval y aproximadamente otros 120 científicos en 300 artículos publicados.1 afirmaron que eran capaces de detectar rayos N emanando de la mayoría de las sustancias, incluyendo el cuerpo humano con las peculiares excepciones de que no eran emitidas por la madera verde y algunos metales tratados. La mayoría de los investigadores de la época usaron la luz percibida de una superficie fosforescente de oscura como "detectores", aunque el cambio de brillo era más un fenómeno fisiológico que un cambio en el nivel de iluminación. Los físicos Gustave le Bon y P. Audollet junto con Carl Huter incluso afirmaron haberlos descubierto por su cuenta, llevando a la comisión de la Academia Francesa de Ciencias a decidir la prioridad. El "descubrimiento" alborotó el interés internacional y muchos físicos trabajaron para replicar los efectos. Sin embargo, notables físicos como Lord Kelvin, William Crookes, Otto Lummer y Heinrich Rubens fueron incapaces de ello. Siguiendo su propio fracaso, auto-descrito como "perdida de toda la mañana", el físico americano Robert W. Wood, quien tenía la reputación de "refutador" de sinsentidos durante este periodo, fue persuadido por la revista británica Nature a viajar al laboratorio de Blondlot en Francia para investigar más. Wood sugirió que Rubens debería ir ya que había sido el más avergonzado cuando el Kaiser Guillermo II de Alemania le pidió que repitiera los experimentos franceses, y después de dos semanas tuvo que informar de su fracaso. Sin embargo, Rubens sentía que sería mejor que fuera Wood, ya que Blondlot había sido más educado al responder muchas de sus preguntas.

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