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  • 17/5/2014
Serbia mira con pavor al cielo tras sufrir las peores inundaciones en más de ciento veinte años. Numerosas localidades están con el agua al cuello y al menos tres personas han muerto. Ocho mil han tenido que ser evacuadas y ciento treinta y cinco mil hogares se han quedado sin suministro eléctrico. El primer ministro, Aleksandar Vucic, no tiene palabras:

“El daño ocasionado es de proporciones bíblicas y eso sin hablar de la pérdida de vidas humanas. Todo viene por la crecida del río Sava. Nunca en la historia de Serbia se había visto una catástrofe natural similar”.

La situación no es mucho mejor en Bosnia Herzegovina, donde se han registrado al menos cuatro víctimas mortales. Ambos países han pedido ayuda a la comunidad internacional. Para colmo de males, las previsiones meteorológicas auguran una nueva jornada de fuertes lluvias.

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