Debido a su entonación dificultosa y a que consideraban que su sonido era algo siniestro, en el Medievo se le denominaba diabolus in musica (el diablo en la música) y se consideraba un intervalo prohibido que había que evitar a toda costa. La primera prohibición expresa fue la de Guido de Arezzo, quien en su sistema hexacordal hizo del si una nota diatónica, que en el caso de la escala de fa, se convertirá en si♭, con el fin de evitar el tritono. En la música antigua, la Iglesia sostenía la idea de que el Diablo se colaba en la música a través de este intervalo. Para evitar esto, a la hora de componer, se prescindía del uso del si (la “sensible”, el séptimo grado de la escala) pues era un sonido que incitaba a la formación de la quinta disminuida o tritono.