Los principales síntomas que muestran las personas con vigorexia son: Baja autoestima. Tendencia a la automedicación. Siguen dietas altas en proteínas y carbohidratos y bajas en grasas, que suelen incluir productos anabólicos y esteroides. Padecen una distorsión de la imagen corporal, y suelen mirarse continuamente al espejo y verse débiles. Se pesan continuamente. Están obsesionados con el culto al cuerpo. Todos los días, dedican su tiempo libre a un entrenamiento exhaustivo. Se aíslan socialmente. Presentan un cuerpo desproporcionado.