JOSE LUIS RODRIGUEZ(ESPERA EN MI )

  • hace 11 años
¿Continuará Dios perdonándote, si cometes el mismo pecado una y otra vez?"

Respuesta: Para responder mejor a esta pregunta, vamos a ver dos poderosos pasajes de la Escritura. El primero se encuentra en el libro de Salmos: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones.” (Salmo 103:12). Uno de los trucos más efectivos que Satanás aplica en los cristianos, es convencernos de que nuestros pecados realmente no son perdonados, a pesar de la promesa de la Palabra de Dios. Si realmente recibimos a Jesús como Salvador por fe, y aún tenemos ese inquietante sentimiento de si hay o no un perdón real, podemos estar bajo un ataque demoníaco. Los demonios odian ver que la gente sea rescatada de sus garras, y tratan de plantar semillas de duda en nuestra mente acerca de la realidad de nuestra salvación. En su vasto arsenal de trucos, una de las mayores herramientas de Satanás es recordarnos constantemente nuestras transgresiones pasadas, las cuales él usa para “probar” que no es posible que Dios pudiera perdonarnos o restaurarnos. Los ataques del diablo representan un verdadero reto para nosotros, para impedir que simplemente descansemos en las promesas de Dios y confiemos en Su amor.

Pero este salmo nos dice que Dios no solo perdona nuestros pecados, sino que los quita totalmente de Su presencia. ¡Esto es algo muy profundo! Sin lugar a dudas, este es un concepto difícil de comprender para nosotros, y por eso es tan fácil que nos preocupemos acerca del perdón, en vez de simplemente aceptarlo. La clave reside en simplemente renunciar a nuestras dudas y sentimientos de culpabilidad, y descansar en Su promesa de perdón.

Otro pasaje está en 1 Juan 1:9, “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” ¡Que increíble promesa! Dios perdona a Sus hijos cuando pecan, si solo vienen a Él en una actitud de arrepentimiento y piden ser perdonados. La gracia de Dios es tan grande, que puede limpiar al pecador de su pecado, para convertirlo en un hijo de Dios, y en consecuencia, es tan grande, que aún cuando tropecemos, aún así podemos ser perdonados.

En Mateo 18:21-22, leemos, “Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.” Probablemente Pedro estaba pensando que estaba siendo generoso. En vez de vengarse con igual retribución de una persona que había pecado contra él, Pedro sugiere darle al hermano algún margen de maniobra, digamos, hasta siete veces. Pero a la octava vez, el perdón y la gracia se agotarían. Pero Cristo desafía las reglas de economía de la gracia que sugiere Pedro, al decir que el perdón es infinito para aquellos que realmente lo buscan. Esto solo es posible por la infinita gracia de Dios, la cual es hecha posible a través de la sangre derramada de Cristo en la cruz. Debido al poder de SALVACION

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