En Moscú, a pesar de las gélidas temperaturas cada vez más rusos, pertenecientes a la clase media, exigen un deshielo político. Que Vladimir Putin abandone el poder.
Y a pesar de que los partidarios del Kremlin argumentan que están mordiendo la mano que les ha dado de comer, muchos señalan que el menú político tiene que cambiar. http://es.euronews.net/
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