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  • hace 7 minutos
Cuando yo era estudiante, hace 50 años y en lo que se conoce como tardofranquismo, ser progre no era una opción: era la única manera aceptable de mirar al mundo.

La izquierda era bondad, compasión, justicia; la derecha, atraso, intolerancia, egoísmo.

Y, como tantos, acepté con entusiasmo e ingenuidad la averiada mercancía.

Me garantizaba un lugar en el rebaño y me convertía automáticamente en “buena persona”.

Era cómodo, pero tenía y tiene un precio. Exige cargar con culpas, miedos y una permanente ansiedad.

Para empezar, por ser blanco, heterosexual y occidental, estoy obligado a asumir, privada y públicamente, que mis antepasados fueron culpables de casi todo lo malo, desde la esclavitud al colonialismo, pasando por la guerra o la contaminación.

Aunque tú no hayas colonizado nada y tus ancestros nunca salieran de España para conquistar tierras lejanas, fornicar con las indias o regentar plantaciones de caña de azúcar.

Lo que nunca se mencionaba era que la esclavitud existía mucho antes de Cristóbal Colón, los Reyes Católicos, Hernán Cortés o Pizarro y que fue Occidente quien abolió esa práctica inmoral.

Gran Bretaña prohibió a cañonazos la trata en 1807 y Estados Unidos libró una guerra civil que costó más de 600.000 vidas para acabar con esa lacra.

Ninguna otra civilización ha hecho un esfuerzo comparable.

El segundo gran pecado es el climático. Y tienes que interiorizar, empujado por majaderos como Al Gore o Greta Thunberg, que el Planeta Tierra está al borde del colapso.

El resultado, además de la destrucción del paisaje, son facturas de la luz desorbitadas y mamonadas como la Agenda 2030.

Y como remate, tienes que odiar a tu país, su Historia, sus valores y sus símbolos, empezando por la bandera, además de vituperar —en aras de lo periférico, lo parroquial o lo woke— instituciones que unen o protegen, como la familia, la Patria o el Ejército.

Mostrar orgullo nacional es un crimen moral y debes dar por sentado que todas las culturas, religiones, civilizaciones y sociedades son iguales y respetables.

Lo nuestro —las catedrales góticas, los palacios renacentistas, las plazas barrocas, la tauromaquia, la ópera o los museos— son, desde la óptica progre, una filfa equivalente al velo islámico, el cuscús o la yihad.

Y tener hijos y querer educarlos resulta escasamente o una tendencia cutre.

Los fanáticos del progresismo han convencido a generaciones enteras de los herederos de Occidente de que tener hijos es sospechoso, irresponsable e inmoral. Recitando la letanía de que el mundo está superpoblado, se ha convencido y se sigue convenciendo a millones de pardillos de que los hijos destruyen el Planeta Tierra, la maternidad es opresión y la paternidad un vicio.

Los patéticos resultados de esa línea de pensamiento están a la vista: somos un país de viejos, con las tasas de fertilidad más bajas del mundo y sufrimos un Invierno Demográfico que amenaza nuestra supervivencia.

Pues no… me niego a suicidarme, renunciando a mis raíces.

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00:00Cuando yo era estudiante, hace 50 años largos, en lo que se conoce como tardofranquismo,
00:07ser progre no era una opción, era la única manera aceptable de mirar al mundo.
00:13La izquierda era bondad, compasión, justicia, la derecha atraso, intolerancia y egoísmo.
00:21Y como tantos, como tantos otros de mi generación, acepté con entusiasmo e ingenuidad la averiada mercancía.
00:29Me garantizaba un lugar en el rebaño, es muy importante sentirte parte del grupo, y me convertía automáticamente en buena persona.
00:39Era cómodo, pero tenía y tiene un precio. Exige cargar con culpas, miedos y una permanente ansiedad.
00:47Para empezar, por ser blanco, heterosexual y occidental, estaba y estoy obligado a asumir privada y públicamente
00:58que mis antepasados fueron culpables de casi todo lo malo, desde la esclavitud al colonialismo, pasando por la guerra o por la contaminación.
01:08Aunque tú no hayas colonizado nada y tus ancestros nunca salieran de España, de su pueblo, para conquistar tierras rejanas, fornicar con las indias o regentar plantaciones de caña de azúcar.
01:21Lo que nunca se mencionaba, por ejemplo, era que la esclavitud existía mucho antes de Cristóbal Colón, de los reyes católicos, de Hernán Cortés o de Pizarro,
01:32y que fue Occidente quien abolió esa práctica inmoral.
01:37Gran Bretaña, por ejemplo, y nunca se cita, prohibió a cañonazos la trata de esclavos en 1807.
01:44Y Estados Unidos libró, medio siglo después, una guerra civil que costó más de 600.000 vidas para acabar con esa lacra infame.
01:56Ninguna otra civilización ha hecho un esfuerzo comparable, equivalente.
02:02El segundo gran pecado era, y es, el climático.
02:06Tienes que interiorizar, empujado por majaderos como Algor o Greta Thunberg, que el planeta Tierra está al borde del colapso.
02:14El resultado, además de la destrucción del paisaje, son esas facturas de luz desorbitadas y mamonadas como la Agenda 2030.
02:24Y como remate, si eres proble, tienes que odiar a tu país, a tu historia, sus valores y sus símbolos, empezando por la bandera.
02:34Además de vituperar en aras de lo periférico, de lo parroquiano o de lo woke, instituciones que unen o protegen como son la familia, la patria o el ejército.
02:47Mostrar orgullo nacional es un crimen moral y debes dar por sentado que todas las culturas, religiones, civilizaciones y sociedades son iguales y todas respetables.
02:59Lo nuestro, las catedrales góticas, los palacios renacentistas, las plazas barrocas, la tauromaquia, la ópera o los museos,
03:09son, desde la óptica progre, una filfa equivalente al velo islámico, a la túnica yoxia asiática, al cuscús o a la yihad.
03:20Y tener hijos y querer educarlos resulta, como poco, una tendencia cutre o sospechoso.
03:29Los fanáticos del progresismo han convencido a generaciones enteras de Occidente que tener hijos, por ejemplo, es irresponsable y puede ser inmoral.
03:42Recitando la letanía de que el mundo está superpoblado, se ha convertido y se sigue convenciendo a millones de pardillos de que los hijos destruyen el planeta Tierra,
03:53de que la maternidad es una forma de opresión y que la paternidad es casi un vicio.
03:59Los patéticos resultados de esa línea de pensamiento están a la vista.
04:03Somos, me refiero a España, un país de viejos, con las tasas de fertilidad más bajas del mundo y sufrimos un invierno demográfico que amenaza nuestra supervivencia.
04:17Pues no, miren, yo me niego a suicidarme, renunciando a mis raíces.
04:22Me siento orgulloso de ser miembro de la civilización más avanzada de la historia, creo en la familia, apuesto por ser feliz y no un amargado
04:31y voy a votar a la derecha porque reseteamos España o nos quedamos sin ella.
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