00:00Ah, los calcetines, los compro en Boyani, la misma tienda que le suministra el vestuario a los cardenales del Vaticano, sí señor.
00:30¡Qué bueno, caray, qué bueno! Es mi pana, Gerald M. Levin, presidente de la Time Warner Inc., invitándome para el puente del 5 de julio a veranear en una de sus mansiones de Aspen, Colorado, o a la de la Bahía de Acapulco.
00:51Bueno, segurito, segurito, que es para venderme alguna de las acciones de su empresa, seguro.
00:57¡Ay, señores! Acabo de ver en mi parabólica el ballet real danés de Copenhague. ¡Qué belleza! Eso sí que es baile, señores. Eso es arte.
01:11Mire, es que hasta en el baile hay diferencias entre nosotros los ricos y los pobres.
01:18Nosotros disfrutamos de los exquisitos movimientos de los bailarines clásicos, seres alados que vuelan por los aires.
01:28En cambio, los pobres cuando bailan se caen de platanazo.
01:31¡Nuestros balletistas danzan en puntillas de pie!
01:38Los pobres lo hacen así como si estuvieran matando cucarachas.
01:41¡No, qué va! Los balletistas danzan con gráciles movimientos.
01:48Los pobres bailan pegados y puliéndole villas.
01:52¡Por favor!
01:53Señores, nuestra pléyade de bailarines tienen nombres como Margot Fontaine, Rudolf Nureyev, Alicia Alonso o Maurice Béjar.
02:06Los que bailan para los pobres son los merengueros, salseros, raperos y vallenateros.
02:12Nos recreamos con los ballets Don Quijote, el lago de los cisnes o la bella durmiente.
02:24Los pobres con el baile del mono, las chicas del can, el santo cachón, la lambada y el baile del perrito.
02:33¡Qué horror!
02:34Es que nosotros los ricos somos amantes del arte de tercícore.
Sé la primera persona en añadir un comentario