Unos 10.000 agricultores de toda Alemania paralizaron las principales carreteras de dicho país, en protesta a las medidas adoptadas por el gobierno del canciller Olaf Scholz. Las medidas se refieren a la supresión de la exención del impuesto sobre maquinaria agrícola y gradualmente también al de la bonificación sobre el diésel agrícola. Los transportistas por su parte se quejan del aumento de los peajes y de los precios del CO2.
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