El clima de tensión se dio por las declaraciones del ministro de Justicia, Ángel Barchini, quien había dicho días atrás que el policía detenido en el penal por un caso de homicidio, Óliver Lezcano, estaba con paradero desconocido, y que, según fuentes internas, se habría fugado de la prisión o habría sido secuestrado por el clan Rotela, para ser asesinado y hasta “descuartizado”.
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