Barcelona ha movilizado un amplio dispositivo de la Unidad Militar de Emergencias (UME) con el objetivo de frenar la propagación de un brote de peste porcina que afecta la 'zona cero' del parque de Collserola. Más de 150 militares de la UME se han desplegado este martes para rastrear sobre el terreno en búsqueda de jabalíes muertos. La coordinación de esta emergencia se lleva a cabo desde el centro de mando de Torreferrussa, en Santa Perpètua de Mogoda (Barcelona). El delegado del Gobierno en Cataluña, Carlos Prieto, destacó la celeridad de la respuesta militar, señalando que los efectivos se han movilizado en "tiempo exprés" después de que la Generalitat solicitara apoyo. Inicialmente, la previsión era de 75 efectivos, pero la cifra aumentó a 117 y actualmente supera los 150 militares especializados. A este contingente se suman 75 agentes de la Guardia Civil, dedicados a establecer puntos de control estáticos. La misión principal es evitar que este patógeno, altamente resistente, se extienda más allá del perímetro afectado. Para lograrlo, se han establecido zonas de seguridad rigurosas. Prieto ha insistido en que "Es importantísimo que sean perímetros seguros", en referencia al cierre de acceso al espacio natural de Collserola, abarcando un primer radio de seis kilómetros y uno secundario de veinte kilómetros. Según el teniente coronel Joaquín Núñez, coordinador de los medios militares de la UME, el rastreo se realiza por cuadrículas. Los miembros de la UME ya están desplegados —actualmente en unos veinte equipos, una cifra que podría variar— para rastrear "minuciosamente" el perímetro en búsqueda de jabalíes muertos. Esta labor se lleva a cabo durante el día en equipos mixtos, colaborando directamente con los Agentes Rurales. Por la noche, la UME activará su unidad de drones equipados con infrarrojos para localizar a los animales. Una vez hallados, el protocolo exige extraerlos de forma segura, transportar las muestras para el análisis y su posterior destrucción. La resistencia del patógeno exige medidas extremas de bioseguridad. Por ello, el dispositivo ha establecido estaciones de descontaminación. Estas estaciones garantizan que los vehículos y las personas que abandonan la zona cero no transporten el patógeno en lugares como las ruedas o la suela de los zapatos, lo que podría facilitar su expansión.
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