La ocupación de las plazas de la capital parecen ser ya algo a lo que nos acostumbramos. Años de desidia y corrupción de las autoridades municipales y del Estado Central, mantienen al microcentro como una pequeña ciudad fantasma dentro de otra ciudad. Ayer, Asunción cumplía 484 años de fundación, hoy, sus plazas son verdaderos vertederos humanos de la política criolla.
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