No se traga la fingida indignación de Gabriel Rufián.
Rafa Latorre, en su editorial del 17 de noviembre de 2025, en 'La Brújula' (Onda Cero), analizó la comparecencia del ya expresidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón (PP), en la comisión de investigación de la DANA en el Congreso de los Diputados.
El periodista no dudó en afirmar que, si bien el político popular aún no ha explicado algunos puntos oscuros sobre qué hizo en los primeros momentos de la riada, lo que se estaba persiguiendo era una competición por ver quién soltaba el improperio más grande:
Carlos Mazón se está yendo pero aún le quedan algunos trámites desagradables en su despedida, como esta comparecencia en la Comisión de investigación del Congreso que no ha servido para aclarar nada, y que se ha convertido en una competición por ver qué diputado insultaba con más saña al pronto ex presidente de la Generalitat.
Mazón no quiere aclarar qué hizo en la media hora de sombra de su enésima versión. Y tampoco es capaz de explicar por qué prolongó su sobremesa durante horas y horas y se comportó de una manera tan frívola en un día tan trágico. Él sigue aduciendo ignorancia respecto de la gravedad del problema, pero había cientos de llamadas colapsando en el 112 que permitían intuir que no era momento para paseos y menos para sobremesas.
Latorre recalcó que la dimisión de Mazón era innegable, pero también afeó la postura 'aprovechategui' de políticos como Gabriel Rufián:
Es innegable que la dimisión es la forma que hay en política de asumir la responsabilidad de una gestión nefasta. El caso está judicializado y veremos si la juez encuentra motivos para que tenga que responder ante un tribunal. Ahora bien, ha habido diputados que no se van a conformar con nada, porque de ello depende su lucimiento y utilizan con enorme alegría palabras como psicópata u homicida. Se ha desatado una muy desagradable carrera por usurpar políticamente el dolor de las víctimas y mostrarse cruel con un hombre dimitido cuyo destino está en manos de la justicia. En esto, nadie como Gabriel Rufián. El que se presenta como el líder aseadito de una nueva izquierda.
Y criticó que con los cadáveres aún saliendo a la superficie y buscando a los desaparecidos, el interés de políticos como el portavoz de ERC estuviese fijado en el asalto a RTVE:
Es más fácil llamar asesino a alguien que reconocer los propios errores o pedir perdón por los propios insultos a las víctimas. Seguramente Rufián pretenda hacernos olvidar que la mañana siguiente a la tragedia con los cadáveres flotando en la Albufera no quiso perderse el reparto del Consejo de Administración de RTVE. No fuera a ser que el duelo le hiciera perder a Esquerra su asiento en el Consejo. No era el Ventorro, pero al menos ya existía una plena conciencia de la catástrofe. Y aún así, primó lo que primó. La más baja política.
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