El incidente tuvo lugar este sábado, durante un acto de acogida organizado por el colectivo LGTBI en la Iglesia de Santa María la Real, en Sevilla. Como cada mes, el padre Javier presidía la eucaristía destinada a acompañar y dar espacio a los creyentes LGTBI que participan activamente en la comunidad cristiana. La celebración transcurría con normalidad hasta el momento posterior a las lecturas, cuando un joven comenzó a increpar al sacerdote por tener colocada una bandera del orgullo en la mesa del altar, elemento que para el grupo anfitrión simboliza apertura, inclusión y respeto. La persona que protagonizó el altercado pertenece a la asociación ultracatólica Orate, conocida en la ciudad por promover actos de corte tradicionalista. Días antes, este mismo joven había solicitado celebrar en el templo una misa dedicada a rendir homenaje a los falangistas fallecidos durante la Guerra Civil. Sin embargo, la comunidad dominica responsable de la iglesia rechazó la petición al considerar que tenía un contenido marcadamente político y que no encajaba con el carácter pastoral y acogedor del espacio. La reacción vecinal no se ha hecho esperar. Muchos residentes del barrio, que conocen de primera mano las jornadas de puertas abiertas y las liturgias participativas realizadas en el templo, aseguran no entender lo sucedido. Para ellos, estas iniciativas —anunciadas además de forma pública en redes sociales— son un ejemplo claro de integración y convivencia pacífica entre diferentes sensibilidades dentro de la fe.
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