La historia de la India no solo refleja una de las civilizaciones más antiguas, sino también una sociedad dividida por su sistema de castas, que sigue marginando a los dalits. Históricamente relegados a las peores condiciones de vida, víctimas de una discriminación sistémica basada en creencias religiosas y estigmas sociales. A pesar de los avances modernos, los dalits siguen enfrentando violencia y exclusión. Sin embargo, su lucha ha persistido, especialmente en recientes victorias como las luchas campesinas contra modelos de desarrollo impuestos por instituciones como el FMI, el Banco Mundial y la OMC. Según la ONU, la discriminación hacia los dalits es un grave problema de derechos humanos. Su resistencia es un ejemplo de resiliencia inquebrantable, y su lucha por la justicia sigue siendo un faro de esperanza para las generaciones futuras.
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