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Valle Salvaje Capítulos 283 286 La detención de Luisa AVANCE vallesalvaje EnglishMovie cdrama drama engsub chinesedramaengsub movieshortfull
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00:00La noche cayó con un silencio que parecía preludio de guerra. En la casa grande, José Luis
00:06permanecía solo frente al fuego, recordando cada mentira que lo había sostenido. Victoria,
00:14recluida en su habitación, rezaba como si las oraciones pudieran detener el tiempo.
00:20En la casa pequeña, Mercedes encendía una vela por Luisa, por Bárbara, por todas las mujeres
00:26que el valle había condenado. A lo lejos, los cascos de los caballos se perdían en la oscuridad.
00:33Bárbara y Leonardo huían hacia un destino incierto, llevándose consigo una chispa de esperanza.
00:41Adriana, desde la ventana, observaba su partida con un nudo en la garganta.
00:47«Algún día volverás», susurró al viento, sabiendo que el valle guardaba memoria incluso de los que
00:53se iban. Damaso, mientras tanto, escribía una carta. En ella no había amenazas, solo verdades,
01:03nombres, fechas, traiciones. «El valle no pertenece a los hombres poderosos», escribió. «Sino a quienes
01:11sufren bajo su silencio». Al amanecer, la carta aparecería en el despacho del duque, sellada con
01:19el emblema de Damaso Molina, el sol comenzó a asomarse entre las colinas, iluminando un valle
01:26distinto, dividido, herido, pero más consciente que nunca. Y mientras las campanas del convento
01:34repicaban, Luisa, en su celda, sonrió por primera vez en días. Sentía que algo estaba cambiando,
01:42que la justicia, aunque tardía se acercaba. Entre culpa y esperanza, valle salvaje se preparaba
01:50para renacer. El escándalo estalló como un incendio. Desde el amanecer, el rumor de la detención de
01:58Luisa corrió por todo el valle. En el mercado, en las cocinas, en los establos, todos hablaban de lo
02:06mismo. La criada que había robado a la duquesa. Algunos se escandalizaban. Otros, en voz baja,
02:14decían que algo no encajaba. Pero en la casa grande, el silencio era absoluto. Mercedes entró
02:22al salón principal con el rostro desencajado. José Luis la esperaba, acompañado por Atanasio y dos
02:31miembros de la Santa Hermandad. ¿Qué significa esto?, exigió ella. Luisa no puede estar detenida.
02:40Atanasio, con tono impersonal, extendió el acta de arresto. Fue hallada la talla desaparecida en sus
02:47pertenencias. La evidencia es clara. Evidencia, replicó Mercedes con rabia. Eso es una trampa. José
02:58Luis la miró con gesto cansado. No me gusta esto más que a ti, Mercedes. Pero el valle exige
03:06justicia. Si el objeto estaba en su poder, la ley debe actuar. ¿La ley? Respondió ella,
03:14conteniendo las lágrimas. ¿Desde cuándo la ley en este valle sirve a los inocentes? Antes de que
03:21José Luis pudiera responder, Adriana irrumpió en la sala. Tío, tienes que detener esto, gritó.
03:30Luisa no lo hizo. Baja la voz. Adriana advirtió José Luis, no es momento para sentimentalismos. No son
03:40sentimentalismos, es verdad, replicó ella al borde del llanto. Tomás fue quien robó la talla y todos lo
03:48saben. Atanasio levantó la ceja. ¿Y dónde está ese tal Tomás? Nadie lo ha visto desde ayer. Precisamente
03:58por eso dijo Mercedes. Huyó porque era culpable. El duque la observó con un dejo de duda, pero la
04:07rigidez de la situación lo mantenía inmóvil. Si Tomás reaparece, revisaremos el caso, pero por ahora
04:16la justicia seguirá su curso. Mercedes dio un paso hacia él, con la mirada encendida. Si permites que
04:25esa muchacha pase una sola noche en prisión, José Luis no volveré a pisar tu casa. Él se estremeció
04:33ante el tono de su voz. No amenaces, Mercedes. No es una amenaza, es una promesa, respondió ella antes
04:42de marcharse. En el patio, Pepa lloraba sin consuelo. Francisco la intentaba calmar. Tiene
04:51que haber un modo, decía ella. No pueden dejarla allí. No sobrevivirá entre esos hombres. La Santa
05:00Hermandad no suelta a nadie sin orden directa del duque, respondió Francisco con amargura. Y José Luis no
05:09moverá un dedo hasta tener pruebas. Alejo apareció poco después, con el rostro desencajado.
05:16La vi, exclamó. La llevan camino al convento de las hermanas del arrepentimiento.
05:23¿Qué dices? Preguntó Pepa horrorizada. Sí, José Luis quiere evitar el escándalo, así que ordenó que
05:32la encierren allí por su seguridad. Pero todos saben lo que eso significa. Mercedes los escuchó desde la
05:40galería. Prepárame un caballo. Ordenó. No pienso permitir que la arrastren como a una criminal.
05:50Francisco intentó detenerla. Señora, no puede ir sola. Entonces, ven conmigo, replicó. Pero si no lo
06:00haces, iré de todos modos. Montó sin decir más y cabalgó hacia el camino que llevaba al convento.
06:07En el horizonte, vio el carruaje escoltado por dos guardias. Apretó las riendas y espolió su caballo.
06:17Luisa, gritó acercándose. Aguanta, hija, no te dejaré. El carruaje se detuvo. Los guardias se
06:26interpusieron, pero Mercedes los enfrentó sin miedo. Esa muchacha no es una ladrona, clamó. Si
06:34queréis justicia, buscad a los verdaderos culpables. Uno de los hombres dudó, pero el otro habló con
06:43dureza. Lo siento, señora. Tenemos órdenes. Luisa, desde el interior, miró por la pequeña ventanilla.
06:52Sus ojos se encontraron con los de Mercedes. Gracias, señora susurró, llorando. No me
07:01abandone. Mercedes apretó los puños. Nunca. A ella. Te lo juro. El carruaje siguió su camino,
07:11dejando tras de sí una nube de polvo, y mientras Mercedes lo veía alejarse,
07:16comprendió que el valle acababa de condenar a una inocente y que ella haría lo imposible por
07:23salvarla. La capilla estaba envuelta en un silencio espeso, solo roto por el crepitar de
07:30una vela y el murmullo de una oración quebrada. Victoria Casillas, vestida de negro, arrodillada
07:38frente al altar, rezaba con los ojos cerrados, como si la culpa le pesara más que el mármol bajo
07:44sus rodillas. Llevaba días inquieta, temerosa, sintiendo la mirada invisible de sus pecados
07:51sobre la nuca. El eco de sus propias mentiras la perseguía, pero esa noche lo que escuchó no era
07:59un recuerdo. No reces tanto, Victoria. Ni todos los santos del cielo podrán salvarte. La voz la
08:08congeló. Era grave, familiar, imposible. Victoria giró lentamente, con el rostro descompuesto. A la
08:17luz de las velas, un hombre emergía de las sombras, alto, demacrado, con una cicatriz en el rostro que
08:25el tiempo no había borrado. Sus ojos, ardientes y duros, eran inconfundibles. Damaso, susurró ella,
08:34sin aire. No, tú, tú estás muerto. Él avanzó despacio, con una sonrisa amarga. Eso quisiste creer.
08:45Lo necesitabas, ¿verdad? Ser viuda te convenía. Una mujer libre para casarse con José Luis Casillas y
08:54escalar donde nunca habrías llegado conmigo. Victoria retrocedió, buscando apoyo en el altar.
09:02No fue así. Tú desapareciste. ¿Te creí muerto? ¿Muerto? Repitió él con ironía. Me diste por muerto
09:11porque fue más cómodo que buscarme. Porque sabías que tu nuevo matrimonio te haría duquesa. Ella se
09:19llevó las manos al rostro. ¿No sabes lo que sufrí? Damaso le interrumpió con una carcajada seca.
09:27¿Sufriste? ¿Tú? Mientras yo yacía medio muerto en las minas, tú te paseabas con sedas y joyas.
09:34Pero no vine a reprocharse. Vine a recordarte que sigo vivo y que tu mentira también lo está.
09:43Victoria dio un paso atrás, temblando. ¿Qué quieres? ¿Dinero? ¿Silencio?
09:50No, Victoria dijo él, acercándose hasta quedar frente a ella. Quiero lo que me quitaste,
09:57mi nombre, mi honor y tu miedo. Ella intentó mantener la compostura, pero las lágrimas se
10:05desbordaron. Por favor, Damaso, si José Luis se enterra, ¿temes por tu esposo o por ti? Preguntó
10:13con sarcasmo. No te preocupes, aún no diré nada, pero te daré tiempo para decidir qué versión de la
10:22verdad vas a contarle, porque si no lo haces tú, lo haré yo. Dicho esto, se volvió y caminó hacia
10:31la puerta. La penumbra lo devoró antes de que Victoria pudiera pronunciar palabra. Durante
10:38largos minutos permaneció inmóvil. Luego cayó de rodillas con un gemido ahogado. Las lágrimas corrían
10:46sin control, mezcladas con la certeza de que su vida acababa de cambiar. Damaso, el hombre que había
10:54enterrado en su memoria y en su conciencia, había regresado. En el altar, la vela titiló y la llama
11:03proyectó su sombra distorsionada sobre la pared. Parecía una burla divina. Victoria alzó la vista,
11:11temblando. Dios mío, susurró. ¿Por qué ahora? Pero no hubo respuesta. Sólo el sonido de la puerta
11:22cerrándose detrás de ella y el eco lejano de unos pasos que se desvanecían en la oscuridad del valle.
11:30Victoria regresó al palacio cuando el cielo comenzaba a clarear. Caminaba con paso vacilante,
11:37envuelta en su chal oscuro, y su mente era un torbellino de miedo y desesperación. A cada sombra
11:46le parecía ver el rostro de Damaso, a cada susurro del viento, su voz grave, burlona, recordándole que
11:53su pasado había vuelto para destruirla. Entró en silencio por la galería principal. Isabel,
12:00la gobernanta, la vio llegar y notó su palidez. —Señora, ¿se encuentra bien? —preguntó alarmada.
12:09—No me hables —respondió Victoria sin detenerse. —Nadie debe saber que he salido.
12:16Cruzó el pasillo con paso apresurado, subió las escaleras y se encerró en su habitación.
12:22El espejo le devolvió una imagen que casi no reconocía. El maquillaje corrido, los ojos rojos,
12:30la piel ceniza. Se quitó el chal y lo arrojó al suelo, derrumbándose sobre la cama. Por primera
12:37vez en años, Victoria Casillas sintió pánico. No el miedo de perder una joya o un sirviente,
12:44sino el terror puro de quien ve tambalear su vida entera. Si Damaso hablaba, su matrimonio con
12:51José Luis quedaría invalidado, el escándalo sería devastador. En un valle donde los rumores bastaban
13:00para condenar, la duquesa perfecta se convertiría en una impostora. Se levantó de golpe, caminando de
13:08un lado a otro. —Tengo que pensar, tengo que controlarlo —murmuraba. Sabía que Damaso no había
13:16regresado por amor ni por justicia. Había vuelto por venganza, y si conocía al hombre que había sido,
13:24sabría jugar con su miedo hasta hacerla suplicar. Unos golpes suaves en la puerta la hicieron
13:30sobresaltarse. —¿Quién es? —preguntó, ocultando el temblor en su voz. —Soy oraspondi u
13:39José Luis. —¿Puedo pasar? Ella respiró hondo y se apresuró a limpiarse el rostro antes de abrir.
13:46—Te levantaste temprano —dijo él, mirándola con sospecha. —No estabas en tu habitación cuando
13:54pasé anoche. —¿Dónde estabas? Victoria forzó una sonrisa. En la capilla no podía dormir.
14:04—Necesitaba rezar. José Luis la observó con detenimiento, percibiendo algo extraño. Y desde
14:13cuando te reconciliaste con Dios, ella apartó la mirada. —No impicis, José Luis. No todo en la vida
14:23es estrategia ni poder. También tengo conciencia. Él dio un paso hacia ella. —Conciencia o miedo,
14:32te conozco demasiado bien, Victoria. Cuando rezas, es porque algo te aterra. Ella fingió indignación,
14:41aunque su corazón latía desbocado. —¿Insinúas que te miento? —dijo, forzando las lágrimas.
14:49—¿Eres ingusto? Solo intento ser una buena esposa. José Luis, desconcertado, bajó la voz.
14:58—No estoy insinuando nada. Pero últimamente te siento distante. ¿Pasa algo que debas saber?
15:07Victoria lo miró directamente a los ojos y por primera vez en años le sonrió con dulzura.
15:13—No, querido. —Nada. Solo estoy cansada. Él la sintió, aunque sin convencerse.
15:23—Descansa entonces. Te necesito, Clara. Hernando vendrá a discutir los límites de las tierras y no
15:32quiero que te muestres frágil delante de él. —No te preocupes —respondió ella, acariciándole la
15:39mano. Si eres la misma de siempre. Cuando José Luis se marchó, Victoria cerró la puerta y dejó caer
15:47la máscara. Su respiración volvió a volverse agitada. Caminó hacia la ventana y observó el valle. A lo
15:57lejos, un jinete avanzaba lentamente por el camino. ¿No necesitó ver su rostro para saber quién era?
16:05—¿No te atrevas a venir aquí? —Tamazo susurró entre dientes. —No te atrevas. Pero en el fondo sabía que era
16:15demasiado tarde. Los muertos del pasado siempre encontraban la forma de volver. En el corazón del
16:23valle, lejos del lujo del palacio, Luisa preparaba sus cosas en silencio. Las primeras luces del amanecer
16:30se filtraban por la ventana, tiñendo de oro las paredes humildes de su habitación. Junto a la cama,
16:38un pequeño baúl contenía lo poco que poseía. Un par de vestidos, un rosario y una carta sin terminar.
16:46¿Había decidido marcharse del valle? ¿No podía más? Mientras doblaba una blusa, escuchó unos pasos en el
16:54corredor. La puerta se abrió lentamente y Alejo apareció con su sombrero en la mano, el gesto
17:02preocupado. —¿Así que es cierto? —dijo con voz baja. —¿Te vas sin despedirte?
17:10Luisa se volvió hacia él, intentando mantener la calma. —No tengo elección, Alejo. Este valle me ha dado
17:19más penas que alegrías. Y ya no puedo quedarme donde solo soy, señalada. Él avanzó unos pasos,
17:27con los ojos brillantes. —No digas eso. Aquí también hay quienes te quieren, quienes darían
17:34la vida por ti. Luisa bajó la mirada. —¿No basta con eso? Después del robo de la talla,
17:42todos me miran como si fuera una ladrona. Aunque no lo digan, lo piensan. ¿Yo no replicó Alejo con
17:51fuerza? Nunca lo pensé, ni por un segundo. Ella lo miró, y en su rostro apareció una tristeza dulce.
18:01—Eres un buen hombre, Alejo, pero mi destino no está aquí. Él respiró hondo, acercándose un paso más.
18:11—Entonces déjame cambiarlo. —Quédate conmigo. —No como sirvienta ni como sombra.
18:19—Quédate a mi lado. —Podemos empezar de nuevo.
18:24Luisa lo observó, sorprendida por la intensidad de sus palabras. —¿Hablas en serio?
18:31—Más que nunca respondió. —No te prometo riqueza, pero sí respeto,
18:36y un lugar donde nadie te juzgue. Las lágrimas brotaron en los ojos de ella. Por un instante,
18:44la posibilidad de un futuro sin miedo la conmovió, pero enseguida apartó la mirada.
18:50—No puedo, Alejo. —No mientras mi nombre esté manchado.
18:55—No quiero arrastrarte conmigo. —Él tomó sus manos con delicadeza.
19:00—Tu nombre no está manchado, Luisa. Es el valle el que está ciego. Pero si te vas,
19:08le estarás dando la razón. Ella cerró los ojos, temblando. —¿No entiendes?
19:15Este lugar no perdona. Ni a las mujeres, ni a los pobres. Alejo apretó su mano.
19:23—Entonces luchemos juntos. —No huyas.
19:28Por un momento, el silencio los envolvió. El sol se filtró entre las cortinas y bañó sus rostros.
19:37Luisa lo miró, con el corazón dividido entre el amor y el miedo.
19:42—Déjame pensarlo —dijo finalmente.
19:45—Pero prométeme una cosa. Si decido irme, no me busques. Alejo asintió, aunque sus ojos decían lo contrario.
19:56—Si te vas, rezaré por ti todos los días. Pero si te quedas, lucharé por ti, aunque me cueste la vida.
20:03—Eres un hombre bueno, Alejo. Y en otro tiempo, quizá hubiera sido feliz contigo.
20:14Antes de que él respondiera, un ruido lo sobresaltó.
20:19Alguien había pasado corriendo por el pasillo.
20:22Francisco asomó la cabeza por la puerta.
20:26—Luisa gritó.
20:27—La señora Mercedes te está buscando. Dice que vayas al palacio de inmediato.
20:35Luisa palideció.
20:37—¿Qué pasa?
20:39—No lo sé, respondió Francisco, jadeando.
20:43—Pero parece grave.
20:45Alejo le tomó la mano una vez más, con el corazón encogido.
20:50—Ten cuidado.
20:52Luisa asintió.
20:53—Salió de la casa con paso rápido, sin imaginar que ese sería el último amanecer que vería como mujer libre.
21:02Mientras Luisa se apresuraba hacia la casa grande, en otro extremo del valle, Tomás preparaba su huida.
21:11En la penumbra de su taller, con las manos manchadas de barro y sangre seca,
21:15observaba el pequeño envoltorio que reposaba sobre la mesa.
21:20La talla robada, aquella pieza maldita, que todos buscaban y que Victoria reclamaba con furia, ahora sería su venganza.
21:29—No querías escucharme.
21:32Luisa murmuró con una sonrisa amarga.
21:35—No quisiste entender que nadie en este valle es inocente, pues ahora sabrás lo que es caer desde la gracia.
21:42Tomás envolvió la talla en una tela raída y la guardó en un saco.
21:48Su mente calculaba cada paso.
21:51Sabía que Alejo la amaba, que Mercedes la protegía y que José Luis jamás permitiría otro escándalo dentro del palacio.
21:59Por eso su golpe sería perfecto.
22:02Ni cuchillo, ni palabra.
22:03Era solo una mentira bien colocada.
22:07Cuando cayó la noche, esperó tras los establos.
22:11La bruma se arrastraba entre los árboles, cubriendo su sombra.
22:16Desde allí, vio a Luisa cruzar el patio.
22:19Cargando una cesta de ropa limpia, caminaba distraída, sin sospechar nada.
22:25Tomás esperó a que se alejase y se coló por la puerta trasera, moviéndose con la precisión de un ladrón.
22:34En la habitación de servicio, abrió el baúl de la joven y colocó el envoltorio cuidadosamente entre sus ropas.
22:41La madera del baúl crujió y por un instante temió ser descubierto, pero el silencio lo amparó.
22:51Cerró el cofre y se quedó unos segundos mirándolo, satisfecho.
22:56El valle necesita culpables y tú serás la perfecta, susurró.
23:02Antes de marcharse, lanzó una última mirada a la casa grande, con los ojos ardiendo de resentimiento.
23:09Todos ustedes creen que el poder los protege, dijo, con una carcajada amarga, pero el poder es solo barro con hombre.
23:19Se escabulló entre la oscuridad y se perdió por los caminos.
23:23Rumbo a las montañas, cuando los primeros gallos cantaron, Tomás ya había desaparecido,
23:30dejando atrás un silencio preñado de tragedia.
23:34Al amanecer, la rutina parecía normal.
23:37Mercedes se reunió con José Luis para discutir los preparativos del nuevo evento en la hacienda.
23:44Irene y Adriana visitaban a Bárbara, que poco a poco recuperaba las fuerzas.
23:51Nadie imaginaba la tormenta que estaba a punto de desatarse.
23:55Luisa, ajena a todo, regresó a su cuarto para terminar de ordenar sus cosas,
24:01pero al abrir el baúl, notó algo extraño.
24:05El saco no era suyo.
24:08Lo abrió y un escalofrío la recorrió al ver la figura tallada, envuelta en la tela sucia.
24:14—¡Dios mío! —susurró, soltándola de golpe.
24:18En ese instante, la puerta se abrió con violencia.
24:23Isabel y dos miembros de la Santa Hermandad entraron sin previo aviso.
24:28—¡Deténganla! —gritó Isabel.
24:31—¡Ahí está la prueba!
24:33—Luis retrocedió.
24:35—¡Instrídula!
24:37—No, no sé qué hace eso aquí.
24:40Alguien me lo puso.
24:42Los hombres no la escucharon.
24:44Uno de ellos sacó una cuerda y le ató las manos.
24:49Por orden del duque y la Santa Hermandad dijo uno.
24:54¿Queda arrestada por robo y profanación de propiedad noble?
24:58Luisa lloraba, implorando que la creyeran.
25:02—No, fui yo, lo juro.
25:04No fui yo.
25:06Pero Isabel, con el rostro severo, solo murmuró.
25:10—¡Que tu conciencia te juzgue, muchacha!
25:13La arrastraron fuera del cuarto mientras los sirvientes se agolpaban en el pasillo, murmurando.
25:21Pepa cayó de rodillas al verla pasar.
25:24—¡No puede ser!
25:26Luisa es inocente.
25:28Nadie respondió.
25:29El eco de los pasos de la Santa Hermandad resonó en la casa como un presagio.
25:36Esa mañana, el valle despertó con una nueva historia en boca de todos.
25:42La muchacha humilde, la protegida de Mercedes, había traicionado a la familia,
25:48y aunque pocos lo creyeron, nadie se atrevió a defenderla abiertamente.
25:53La trampa de Tomás había sido perfecta.
25:57El día siguiente, amaneció gris.
26:00Como si el propio valle compartiera el luto,
26:04la noticia del arresto de Luisa había golpeado a todos.
26:08Pero no con la misma fuerza.
26:10En el palacio, José Luis se mostraba más tenso que nunca.
26:15A solas con Atanasio, repasaba los informes del caso
26:19mientras bebía lentamente su café, sin probar bocado.
26:23La gente empieza a murmurar, dijo Atanasio, ajustándose los lentes.
26:28Dicen que el duque encarcela a los inocentes
26:31mientras los verdaderos culpables huyen.
26:34José Luis suspiró con fastidio.
26:38El pueblo siempre necesita un villano, Atanasio.
26:42Y cuando no lo encuentra, lo inventa.
26:45Pero en este caso, señor, el villano podría no ser un invento, replicó el hombre.
26:52Hay testigos que vieron a Tomás merodeando el palacio la noche del robo.
26:57José Luis levantó la vista.
26:59¿Y por qué no lo dijiste antes?
27:02Porque nadie quiso escuchar.
27:05Hernando se encargó de cerrarles la boca con dinero.
27:09El duque se puso de pie, lanzando la servilleta sobre la mesa.
27:12¿Qué tiene que ver Hernando con esto?
27:16Todo dijo Atanasio con voz grave.
27:19¿El marqués odia a Mercedes y sabe que herir a una de sus protegidas es herirla a ella?
27:26José Luis lo miró con incredulidad.
27:29¿Insinúas que esto fue una trampa?
27:32No lo insinúo, señor.
27:34Lo afirmo.
27:35Mientras tanto, en la casa pequeña, Adriana y Rafael preparaban una estrategia desesperada.
27:43Si logramos hablar con el juez local, quizá podamos ganar tiempo, dijo Rafael, extendiendo un mapa sobre la mesa.
27:52¿Tiempo?
27:53Replicó Adriana.
27:55Lo que necesitamos es justicia.
27:58Esa muchacha no ha hecho nada malo.
28:02Rafael tomó su mano con suavidad.
28:05Lo sé, pero tenemos que ser astutos.
28:09José Luis no se moverá por compasión, pero sí por política.
28:14Si logramos demostrar que el escándalo afecta a su nombre, entonces tendrá que intervenir.
28:20Adriana lo miró con esperanza.
28:23¿Y cómo piensas hacerlo?
28:24En ese momento, Mercedes entró al salón, agotada, cubierta de polvo.
28:36No lo lograréis, dijo con voz cansada.
28:40Tomás se ha ido.
28:43Pregunté en las posadas y en los caminos.
28:46Nadie lo ha visto desde hace dos días.
28:50Rafael apretó el puño.
28:52Entonces iremos más lejos.
28:55Iré a buscarlo yo mismo.
28:58No intervino, Mercedes.
29:00Si te vas, Hernando, sabrá que sospechamos de él.
29:04Debemos actuar desde dentro.
29:07La conversación fue interrumpida por un golpe en la puerta.
29:11Era Isabel, con una carta sellada con el emblema del duque.
29:16Mercedes la abrió y leyó en voz alta.
29:18Por orden de la santa hermandad, la acusada Luisa quedará recluida indefinidamente en el convento del Valle Santo hasta nueva instrucción.
29:29Cualquier intento de interferir será considerado desacato.
29:33Adriana rompió en llanto.
29:35¿Eso significa que no saldrá jamás?
29:39Mercedes se sentó lentamente, con los ojos cerrados.
29:43No mientras el duque siga creyendo en esa farsa, Rafael la observó con firmeza.
29:50Entonces lo enfrentaremos.
29:54Si José Luis no escucha razones, lo obligaremos a ver la verdad.
29:59Horas después, Rafael se presentó en el despacho del duque.
30:03José Luis, sorprendido por su osadía, lo recibió con gesto severo.
30:08¿Qué haces aquí?
30:11Vengo a hablar de Luisa, respondió Rafael.
30:15Es inocente, y usted lo sabe.
30:19José Luis se cruzó de brazos.
30:22No tengo pruebas para creerlo.
30:25¿Y desde cuándo la justicia de este valle necesita pruebas para castigar a los pobres?
30:30Replicó Rafael, desafiante.
30:32Usted, mejor que nadie, sabe que esto no es un error.
30:37¿Es una conspiración?
30:39El silencio se volvió insoportable.
30:42Finalmente, José Luis Jablú.
30:45Si dices la verdad, tendrás que demostrarla.
30:49Lo haré, dijo Rafael.
30:51Pero cuando todo salga a la luz,
30:54recuerde que fue usted quien permitió que una inocente fuera condenada.
30:59El duque lo observó marcharse.
31:02Por primera vez, en mucho tiempo, sintió el peso de sus decisiones.
31:07El sol caía sobre el valle teñido de un tono rojizo,
31:12como si presintiera el desastre.
31:15En la casa pequeña, Bárbara descansaba en silencio,
31:18ajena al bullicio que el arresto de Luisa había provocado.
31:22Su semblante había recuperado algo de color,
31:26pero sus ojos seguían opacos,
31:28como si en ellos habitara una tristeza sin fondo.
31:32Leonardo la visitó esa tarde,
31:35y al verla, el corazón se le encogió.
31:37Estás más tranquila, dijo con voz baja, acercándose.
31:43Pero pareces lejos.
31:45Bárbara lo miró con una mezcla de ternura y resignación.
31:49Estoy donde debo estar, Leonardo.
31:53En silencio, como siempre,
31:56él se sentó a su lado, tomando su mano.
31:59No digas de eso, no mergues cargar con tanto dolor.
32:05El dolor no se elige, respondió ella.
32:09Solo se aprende a convivir con él.
32:11Por unos segundos, ninguno habló.
32:15Solo el tic.
32:17Tac del reloj llenaba el cuarto.
32:20Leonardo respiró hondo.
32:23Sabía que ya no podía seguir ocultando lo que sentía.
32:26Bárbara, necesito preguntarte algo,
32:30y quiero que me digas la verdad.
32:33Ella lo observó, inquieta.
32:35¿Qué cosa?
32:37Él bajó la mirada, temiendo su propia pregunta.
32:41¿El hijo que esperas es mío?
32:44El silencio se hizo tan espeso
32:47que ambos pudieron oír sus propios latidos.
32:50Bárbara cerró los ojos y asintió lentamente.
32:54Sí, pero eso no cambia nada.
32:58Leonardo se quedó sin aire.
33:01¿Cómo puedes decir eso?
33:03Cambia todo.
33:05No, Leonardo replicó ella con serenidad.
33:08Lo único que cambiaría sería tu vida,
33:11y no pienso condenarte.
33:13Él se levantó, agitado.
33:15No hables así.
33:18No me importa lo que piense el valle,
33:20ni lo que diga mi padre.
33:23Si es nuestro hijo, lo asumiré.
33:26Bárbara negó con suavidad.
33:29Tú no entiendes.
33:31Ya estás comprometido con Irene,
33:33y ella no merece sufrir más.
33:35No puedo casarme con una mujer
33:38a la que no amo,
33:39replicó con desesperación.
33:42Y yo no puedo ser la causa de tu ruina,
33:45dijo ella,
33:46conteniendo las lágrimas.
33:48No quiero que vivas de rodillas por mi culpa.
33:51Leonardo se acercó,
33:53tomándola del rostro.
33:55No llegas de eso.
33:57Lo que siento por ti
33:58es lo único verdadero que tengo.
34:00Ella se estremeció bajo su toque,
34:04pero apartó la mirada.
34:06Entonces demuéstralo,
34:08dejándome ir.
34:10En ese instante,
34:11Adriana apareció en la puerta,
34:13con los ojos enrojecidos.
34:16Perdón, murmuró.
34:19No quería interrumpir.
34:21Bárbara se recompuso,
34:23secando las lágrimas con rapidez.
34:26Fen, Germana,
34:28no pasa nada.
34:29Adriana entró despacio
34:32y se sentó junto a ellas.
34:34La casa está llena de rumores,
34:36dijo.
34:38La gente habla de Luisa,
34:40pero pronto hablarán de ti.
34:43Ya lo hacen,
34:44susurró Bárbara.
34:45Y con razón.
34:47¿He cometido errores?
34:49Adriana le tomó la mano.
34:52No, no los llamemos errores.
34:54Llamémoslos valentía,
34:57porque amar en este valle,
34:58Bárbara siempre ha sido
35:00un acto de rebeldía.
35:02Leonardo bajó la cabeza.
35:04No puedo dejar que esto
35:06se convierta en un escándalo.
35:09Debemos marcharnos.
35:11¿Marcharnos?
35:12Repitió Adriana,
35:14alarmada.
35:14Sí,
35:16he pensado en ello toda la noche.
35:20Bárbara necesita empezar lejos de todo esto.
35:23Yo puedo llevarla a la ciudad,
35:25conseguir un refugio seguro
35:27antes de que sea demasiado tarde.
35:30Bárbara lo miró,
35:31asustada.
35:33¿Y tu padre?
35:34¿Y tú compromisó?
35:35Mi padre ya me perdió hace tiempo.
35:39Respondió con voz firme.
35:41¿Y en cuanto al compromiso,
35:43Irene merece la verdad?
35:46Adriana los miró con los ojos
35:47llenos de lágrimas.
35:50Si se van,
35:51el valle los perseguirá
35:52hasta el fin del mundo.
35:54Entonces,
35:55que lo haga,
35:56dijo Leonardo.
35:58Pero no pienso abandonar
36:00a la mujer que amo
36:01ni al hijo que llevo en el alma.
36:04Bárbara lo miró en silencio
36:05y por primera vez en semanas
36:07una chispa de esperanza
36:09cruzó su rostro.
36:12Leonardo
36:12susurró.
36:15Si dices la verdad,
36:16que sea hasta el final.
36:18El amanecer siguiente
36:19llegó envuelto en un aire denso,
36:22casi respirable,
36:23En el horizonte,
36:25el sol apenas lograba
36:26abrirse paso
36:27entre las nubes bajas
36:28que cubrían el valle.
36:31La casa grande
36:31amaneció más tensa que nunca,
36:34sirvientes murmurando
36:35en los pasillos,
36:36órdenes contradictorias
36:38y la presencia de Damaso,
36:40ese fantasma del pasado,
36:42que ahora caminaba
36:43por los terrenos del palacio
36:44como si nunca hubiera estado ausente.
36:48Victoria
36:49lo observaba
36:50desde la ventana de su habitación.
36:51Llevaba toda la noche
36:54sin dormir.
36:55En sus manos,
36:56la cruz que había besado
36:57mil veces
36:58ya no representaba fe,
37:00sino miedo.
37:02Damaso había regresado
37:03para reclamar
37:04lo que ella había usurpado
37:06y no había manera
37:07de silenciarlo
37:08sin mancharse
37:09aún más las manos.
37:11La puerta
37:11se abrió de golpe.
37:13José Luis
37:14entró
37:15con el rostro
37:16endurecido.
37:17¿Qué significa esto?
37:19Preguntó,
37:20arrojando sobre la cama
37:22una carta sellada.
37:24Me dicen que Damaso Molina
37:26ha regresado al valle
37:27y que exige hablar conmigo.
37:30Victoria se estremeció.
37:32¿No lo escuches,
37:34José Luis?
37:35Está loco.
37:36Ha venido a destruirnos.
37:39¿Destruirnos?
37:40Repitió él
37:41con una risa amarga.
37:42¿Por qué habría de hacerlo
37:44si, según tú,
37:46murió hace años?
37:48Ella bajó la cabeza,
37:50incapaz de sostener
37:51su mirada.
37:53Fue un error,
37:54un error que creí enterrado.
37:57José Luis
37:57la tomó por los hombros
37:58con una mezcla
38:00de furia y desconcierto.
38:02¿Me mentiste?
38:03¿Todo este tiempo
38:04me has hecho vivir
38:05un matrimonio nulo?
38:07Maldita sea,
38:08Victoria,
38:10me hiciste compartir
38:11tu mentira
38:11frente a todo el valle.
38:14Ella rompió en llanto.
38:16¿Lo hice por amor?
38:17¿José Luis?
38:19¿No sabes
38:20lo que sufrí con él?
38:22No, Victoria,
38:24replicó él con frialdad.
38:25¿Lo hiciste por ambición?
38:28¿Y ahora
38:29ese fantasma
38:30va a cobrarse la deuda?
38:32Mientras tanto,
38:34en la casa pequeña,
38:35Mercedes recibía
38:37una visita inesperada.
38:39Rafael,
38:39el joven
38:41llegaba con el rostro pálido,
38:43cargado de noticias.
38:45Tía,
38:46las cosas
38:47están desmoronando,
38:49dijo con urgencia.
38:50José Luis
38:51ha perdido el control.
38:53Damaso
38:53amenaza
38:54con revelar
38:55la verdad
38:55sobre Victoria
38:56y el marqués
38:58Hernando
38:58está usando
38:59el escándalo
39:00de Luisa
39:00para provocar
39:01una guerra de poder.
39:02Mercedes
39:04lo escuchó
39:05en silencio.
39:07Lo sabía.
39:08Este valle
39:09se alimenta
39:10de la desgracia
39:10de las mujeres.
39:12Rafael
39:12asintió
39:13con amargura.
39:15He hablado
39:16con el juez.
39:17Dice
39:18que la única
39:18forma
39:19de liberar
39:19a Luisa
39:20es si José Luis
39:21retira formalmente
39:23los cargos,
39:24pero en este caos
39:25no escuchará
39:26a nadie.
39:28Entonces
39:28hablaremos
39:29con Damaso,
39:30dijo Mercedes,
39:32poniéndose
39:32de pie.
39:34Si él
39:34quiere venganza,
39:35quizás
39:36podamos cambiar
39:36su objetivo.
39:38Aquel mismo día,
39:39en la plaza principal,
39:41la tensión
39:42era palpable.
39:43La gente
39:44se congregaba
39:45frente al palacio,
39:47murmurando
39:48sobre los escándalos
39:49que caían
39:50uno tras otro
39:50como piedras.
39:52La duquesa
39:53no es duquesa.
39:54El hijo
39:55del marqués
39:56huye con una bastarda.
39:58La criada ladrona
39:59va a ser azotada.
40:01El valle
40:01era una hoguera
40:02y cada lengua
40:03era una chispa más.
40:05En medio
40:06del tumulto,
40:07Leonardo
40:07y Bárbara
40:08se preparaban
40:09para marcharse.
40:11Sus manos
40:11se entrelazaron
40:12con nerviosismo.
40:14¿Estás segura?
40:15Preguntó él.
40:17No tengo
40:18otra opción,
40:19respondió ella.
40:21Si me quedo,
40:22destruiré
40:23a todos
40:23los que amo.
40:24Si me voy,
40:26al menos
40:27mi hijo
40:27tendrá
40:28una oportunidad.
40:30Leonardo
40:30le acarició
40:31el rostro.
40:32Entonces
40:33nos éramos
40:34yuntos.
40:35Pero antes
40:36de que pudieran
40:36montar
40:37los caballos,
40:38un grupo
40:38de jinetes
40:39apareció
40:40desde el camino
40:41del convento.
40:42Rafael
40:43y Adriana
40:43los acompañaban.
40:45Esperen,
40:46gritó Adriana.
40:48No se vayan.
40:50Bárbara
40:50la miró
40:51con lágrimas
40:51en los ojos.
40:53Hermana,
40:54no puedo
40:55quedarme.
40:56Si puedes,
40:58respondió Adriana.
41:00José Luis
41:00va a caer
41:01y con él
41:03caerá
41:03todo lo que
41:04nos oprime.
41:05Pero si te vas,
41:07habrás ganado
41:08la libertad
41:08y perdido
41:09el hogar.
41:11Bárbaro
41:11Votzilú.
41:13Leonardo
41:13la miró
41:14en silencio,
41:16sabiendo
41:16que esa decisión
41:17definiría
41:18su destino.
41:18El valle
41:20ya no es hogar
41:21para nadie,
41:22Adriana dijo
41:23finalmente.
41:25¿Sólo para
41:25los fantasmas?
41:27Partieron
41:27sin mirar
41:28atrás.
41:29El viento
41:30levantó
41:31polvo
41:32cubriendo
41:32sus huellas
41:33mientras el sonido
41:35de los cascos
41:35se alejaba.
41:37Esa tarde,
41:38cuando el sol
41:39cayó sobre el valle,
41:41Damaso
41:41se presentó
41:42ante Mercedes.
41:44Su voz
41:44sonó firme,
41:46casi solemne.
41:46No vine
41:48por venganza,
41:49sino por justicia.
41:51El valle
41:51se ahoga
41:52en mentiras
41:53y alguien
41:54debe decir
41:54la verdad.
41:56Mercedes
41:56lo miró
41:57fijamente.
41:59Entonces
41:59que sea
42:00una verdad
42:00que no destruya,
42:02sino que libere.
42:04Damaso
42:04asintió,
42:06haré
42:06lo que pueda,
42:08pero cuando
42:08amanezca,
42:10valle salvaje
42:10ya no será
42:11el mismo.
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