Rosalía, proyectó la portada de su nuevo disco, Lux, en las pantallas gigantes de la plaza y de la Gran Vía de Madrid, después de anunciarlo por sorpresa en redes sociales. La acción, pensada como un golpe de efecto para promocionar su nuevo trabajo, provocó un colapso temporal en la zona y la presencia de centenares de seguidores que acudieron al llamamiento. Lo que comenzó como una jugada de marketing brillante ha terminado, sin embargo, generando un conflicto institucional: el Ayuntamiento de Madrid ha abierto una investigación para determinar si la cantante contaba con los permisos necesarios para organizar el acto.
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