En medio de un ambiente marcado por la frialdad diplomática y las tensiones, surgieron momentos de cordialidad y risas. Pedro Sánchez y Donald Trump se estrecharon la mano y compartieron una broma durante el saludo que tuvo lugar en la ceremonia de firma del plan de paz para Gaza. Sobre la alfombra roja, el presidente de Estados Unidos aguardaba la llegada de los distintos líderes, que accedían por su lado izquierdo. Al acercarse el presidente español, ambos se dieron la mano manteniendo cierta distancia inicial mientras intercambiaban comentarios. Trump tiró del brazo de Sánchez, gesto que provocó risas entre ambos. Esta actitud distendida fue una constante del mandatario estadounidense con otros dirigentes, aunque en el caso de Sánchez la relación sigue marcada por el desacuerdo en torno a la negativa de España a destinar el 5 % del PIB a Defensa. "Comienza la era de oro para Israel y Oriente Próximo", proclamó Donald Trump, quien se convirtió en el cuarto presidente de Estados Unidos en pronunciar un discurso ante el Parlamento israelí. La intervención tuvo lugar justo antes de que partiera hacia Egipto para firmar un histórico acuerdo de paz. La acogida que recibió en Jerusalén fue tan multitudinaria que, probablemente, Trump lamentó que no fuera la cámara legislativa israelí la encargada de otorgar el Premio Nobel de la Paz. Tanto el primer ministro, Benjamin Netanyahu, como el líder de la oposición, Yair Lapid --ambos elogiados personalmente por el mandatario estadounidense--coincidieron en señalar que Trump merece el galardón por haber logrado la tregua que permitió el regreso de los rehenes a Israel.
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