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#ValleSalvajeRafael #descubre #chal
Rafael descubre el chal ensangrentado de Ana en el Valle Salvaje
La noche del 2 de octubre en Valle Salvaje se tiñe de misterio y desesperación: Rafael, consumido por el pánico tras la desaparición de Ana, halla un chal manchado de sangre que lo lleva a enfrentarse a Úrsula con furia descontrolada. Mientras tanto, José Luis y Victoria preparan la boda estratégica de Irene y Leonardo, sin imaginar que la intriga estalla en cada rincón de la Casa Grande. En paralelo, Luisa cae en la trampa de un c ...
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Transcripción
00:00Rafael descubre el chal ensangrentado de Ana en el Valle Salvaje. La noche del 2 de octubre en
00:16Valle Salvaje se tiñe de misterio y desesperación. Rafael, consumido por el pánico tras la desaparición
00:22de Ana, halla un chal manchado de sangre que lo lleva a enfrentarse a Úrsula con furia descontrolada.
00:30Mientras tanto, José Luis y Victoria preparan la boda estratégica de Irene y Leonardo,
00:35sin imaginar que la intriga estalla en cada rincón de la casa grande.
00:40En paralelo, Luis saca en la trampa de un chantaje peligroso, Adriana toma una decisión que cambiará
00:47su vida, y Martín descubre una verdad oculta que podría alterar el destino de todos.
00:54¿Está Ana realmente muerta o alguien la protege en secreto? ¿Caerá Úrsula por fin en su propia
00:59red de mentiras? ¿Lograrán Adriana y Rafael sellar un pacto que los una contra las sombras
01:04del poder?
01:07Este capítulo promete giros impactantes, revelaciones inesperadas y un clímax donde la verdad amenaza
01:13con derrumbarlo todo.
01:16La noche del 2 de octubre se cernía sobre el Valle Salvaje no como un manto de paz, sino
01:22como un sudario.
01:24El aire, antes cargado del aroma a pino y tierra húmeda, parecía ahora espeso, preñado
01:30de secretos y de un frío que calaba más hondo que el de la propia sierra.
01:35Para Rafael Gálvez de Aguirre, cada ráfaga de viento era un susurro burlón, cada sombra
01:41una aparición macabra que le recordaba la ausencia de Ana.
01:44Su búsqueda había comenzado como una preocupación creciente y se había transformado, con el
01:52paso de las horas, en una espiral de pánico puro.
01:57Recorría los senderos que llevaban al pueblo una y otra vez, con la voz rota de tanto gritar
02:02su nombre.
02:05Los faroles de los mozos que le ayudaban a rastrear eran apenas puntos de luz danzantes
02:09en una inmensidad devoradora.
02:12El recado de Úrsula.
02:14Esa había sido la excusa, la trampa tendida con una sonrisa venenosa.
02:20Y Ana, con su bondad infinita, había caminado directamente hacia ella.
02:26Ana, volvía a gritar, el eco devolviéndole un silencio sepulcral.
02:32La confesión de la doncella resonaba en su mente con la fuerza de un trueno.
02:37Úrsula envenenó a Julio.
02:39La había prometido protegerla, le había jurado que nada malo le ocurriría mientras
02:45él viviera.
02:47Y ahora, esa promesa se sentía como ceniza en su boca.
02:52La impotencia era un nudo en su garganta, una bestia que le desgarraba por dentro.
02:59¿Había cumplido Úrsula su amenaza?
03:01La pregunta no era si podía hacerlo, sino cómo había tardado tanto.
03:05Mientras Rafael se perdía en la oscuridad del bosque y de su propia desesperación, en
03:12la Casa Grande, la vida continuaba su curso con una normalidad casi obscena.
03:16El gran salón, iluminado por el resplandor de decenas de velas en los candelabros de plata,
03:23era un escenario de tensiones veladas y ambiciones desatadas.
03:27José Luis de Aguirre, con una copa de coñac en la mano, observaba el fuego crepitar en la
03:34chimenea, pero su mente estaba lejos, en los pasillos del poder de la corte.
03:38Su inminente entrada en el consejo real, un sueño labrado durante años a base de astucia
03:46y servilismo, estaba al alcance de su mano.
03:51La boda de su hija Irene con Leonardo, el protegido de don Hernando, era la llave maestra que abriría
03:57esa última puerta.
03:58«Todo debe ser perfecto», le decía a Victoria, su esposa, cuya mirada de acero delataba a una
04:06satisfacción gélida. Victoria, más que nadie, anhelaba la consolidación de su estatus. El
04:14matrimonio de Irene no era una unión de amor, sino una transacción estratégica, y ella era la
04:20principal arquitecta. «Lo será, querido. Irene acabará entendiendo cuál es su deber», respondió
04:28Victoria, alisando una arruga inexistente en su vestido de seda.
04:34Pero ambos sabían que la resistencia de Irene era un muro cada vez más alto. La joven se había
04:39negado en rotundo, sus ojos llenos de una determinación que había heredado de su madre,
04:44aunque la usara en su contra. En ese preciso instante, la tensión se materializó con la llegada
04:52de Atanasio, el capataz, cuyo rostro ovigno impasible mostraba una rara turbación.
04:58Se quitó el sombrero con un gesto nervioso. «Señor, disculpe que le moleste a estas horas»,
05:06comenzó, dirigiéndose a José Luis. «Es el joven Rafael, sigue en el bosque,
05:13y hemos encontrado algo». La sangre de José Luis se geló.
05:17«No por la posible suerte de una simple doncella, sino por el escándalo. Un escándalo era lo último
05:25que necesitaba». «¿El qué?», preguntó con voz cortante. «Un chal, el que llevaba la muchacha,
05:32cerca del viejo puente del arroyo». «Estaba, estaba manchado de sangre». La palabra sangre flotó en
05:40el aire del salón, empañando el brillo de la plata y el calor del fuego. Victoria se llevó una mano al
05:47pecho, sus ojos encontrando los de Úrsula, que permanecía de pie en un rincón, con la expresión
05:53de una virgen doliente. El pacto silencioso entre ellas era un abismo de maldad. Habían urdido el plan,
06:01sí, pero la aparición de sangre. Eso añadía una capa de brutalidad que ni siquiera Victoria había
06:09previsto en los detalles. Úrsula debía haber sido más cuidadosa. Mientras tanto, en otra ala de la casa,
06:18Bárbara se deshacía en lágrimas en los brazos de Adriana. La humillación de la fiesta, la forma en
06:25que José Luis había reafirmado el compromiso de Leonardo con Irene, la había destrozado.
06:31Todo ha terminado, Adriana. Lo he perdido para siempre, sollozaba. Adriana, cuya propia alma era
06:40un mar de incertidumbres, acariciaba la espalda de su amiga con una ternura infinita.
06:47La noticia de la desaparición de Ana también la había sacudido. A pesar de los celos que a veces
06:52sentía, a pesar de la compleja red de sentimientos que la unían a Rafael, nunca le había deseado ningún
06:58mal. Y ahora, una decisión crucial pesaba sobre su corazón. La propuesta del duque,
07:06una vida lejos del valle salvaje, una vida de seguridad para ella y para el hijo que esperaba
07:11de Rafael. No digas eso, Bárbara, le dijo con una firmeza que no sentía del todo. El amor de verdad
07:20no se rinde tan fácilmente. Y tú y Leonardo tenéis algo real. Quizás, quizás hay una forma de darle
07:28la vuelta a todo esto. La idea que había comenzado a germinar en su mente era arriesgada, casi una
07:35locura, pero la desesperación de su amiga le daba el coraje para considerarla. Tenemos que demostrarle
07:43a tu padre que este matrimonio con Irene no es solo indeseado, sino imposible. En la cocina, el ambiente
07:51era aún más denso. Matilde, pálida como un fantasma, fregaba una olla con una fuerza desmedida, como si
07:59intentara arrancar de sus manos la suciedad de sus secretos. La amenaza de Victoria había sido clara
08:06como el cristal. Isabel, la otra doncella, la había visto hablar con Martín, el mozo de cuadra, y la
08:13complicidad entre ellos no había pasado desapercibida para la señora de la casa. Victoria le había
08:20ordenado a Isabel que le contara todo, y Matilde sabía que era cuestión de tiempo que su mundo se
08:25viniera abajo. Tengo que decírselo a Martín, le susurró a Pepa, la cocinera, sus ojos llenos de pánico.
08:36Tengo que contarle la verdad. Antes de que Victoria nos destruya a los dos, la verdad era un veneno
08:41que la consumía. Su lealtad dividida, los pequeños favores que le hacía a Martín, las miradas furtivas,
08:48los sentimientos que florecían en un terreno prohibido. Y en la casa pequeña, la oscuridad era
08:55de otra índole. Era la oscuridad de la coacción y el miedo. Tomás, el recién llegado con su sonrisa
09:03encantadora y sus ojos de depredador, había arrinconado a Luisa. Su fachada amable se había
09:11desmoronado, revelando a un chantajista sin escrúpulos. Sabía algo de su pasado, un error
09:19de juventud que podría arruinarla, y lo estaba usando como un arma.
09:23—¿Me ayudarás a entrar en la casa grande esta noche? —le siseó, su aliento fétido en el rostro
09:30de la joven. —Hay una pieza en el despacho de don José Luis, un abrecartas de oro y marfil.
09:37Lo cogerás para mí, o todo el valle sabrá la clase de mujer que eres.
09:41Luisa temblaba, atrapada. Alejo, que había intentado advertirla, que la había mirado con
09:49una preocupación sincera, ahora le parecía un puerto seguro al que no podía acceder.
09:56Lo había acusado de celoso, ciega a la verdadera naturaleza de Tomás. Y ahora estaba sola, obligada
10:03a convertirse en una ladrona. La noticia del chal ensangrentado llegó a Rafael como un golpe
10:10físico. Se arrodilló en el barro, tomando la prenda en sus manos. El tejido era áspero,
10:18húmedo, y el olor metálico de la sangre lo invadió, nublándole la razón.
10:25Era el chal de Ana, se lo había regalado él mismo en la última feria. Un grito desgarrador,
10:30inhumano, brotó de su pecho y se perdió en la inmensidad de la noche.
10:34Era un grito de amor, de rabia y de una pérdida tan profunda que sentía que le partía el alma en
10:42dos. En ese momento, para Rafael, Ana estaba muerta, y solo había un nombre en su mente,
10:50un rostro al que asociar todo su dolor, Úrsula. Se levantó, con el chal apretado en el puño,
10:58y echó a correr hacia la casa grande. No caminaba, volaba sobre el sendero,
11:06impulsado por una furia primigenia. Los mozos que lo acompañaban apenas podían seguir su ritmo.
11:13No iba a esperar al amanecer, no iba a esperar a la guardia civil, iba a enfrentarse a la asesina
11:18de su amor. Adriana lo vio entrar, atravesó el vestíbulo como un torbellino, con los ojos
11:25inyectados en sangre y el rostro desfigurado por el dolor. Ignoró a José Luis, que le gritaba que
11:33se detuviera, y a Victoria, que lo miraba con desprecio. Subió las escaleras de dos en dos,
11:41dirigiéndose directamente a los aposentos de las doncellas. Adriana lo siguió, con el corazón en un
11:48puño. Rafael, espera, le suplicó, pero él no la oía. Abrió la puerta de la habitación de Úrsula de
11:57una patada. La mujer estaba allí, sentada en una silla, rezando un rosario con una falsa piedad que
12:03revolvió el estómago de Rafael. Al verlo, se levantó, adoptando una expresión de sorpresa y
12:11preocupación. Rafael, hijo, ¿qué ocurre? ¿La habéis encontrado? Preguntó con una voz melosa que era pura
12:18ponzoña. Él arrojó el chal ensangrentado a sus pies. La prenda cayó sobre la alfombra como una
12:26acusación silenciosa. ¿Dónde está, Úrsula? Rugió, su voz resonando en la pequeña habitación. Dime qué has
12:35hecho con ella. ¿Asesina? Úrsula retrocedió, fingiendo un pavor que no sentía. Por Dios,
12:44Rafael, ¿cómo puedes acusarme de algo tan terrible? Yo la quería como a una hija.
12:50Mientes, gritó él, acercándose a ella hasta que pudo sentir el frío que emanaba de su cuerpo.
12:58Confesó, me lo contó todo. Sé que envenenaste a mi padre, y ahora la has matado a ella para silenciarla.
13:05La máscara de Úrsula se resquebrajó por un instante. Un destello de puro odio brilló en sus
13:11ojos antes de ser reemplazado de nuevo por la falsa victimización.
13:17¿Estás loco de dolor? ¿No sabes lo que dices? ¿Ana era una muchacha problemática? ¿Se habría
13:22buscado algún enemigo en el pueblo? Fue entonces cuando Adriana entró en la habitación,
13:29seguida de cerca por José Luis y una victoria lívida.
13:32Rafael, por favor, dijo Adriana con voz suave, tratando de calmar la tormenta. La violencia
13:40no resolverá nada.
13:44Ella la ha matado, Adriana, y voy a hacer que lo pague, exclamó él, fuera de sí,
13:50agarrando a Úrsula por los brazos.
13:52Suéltame, insensato, chilló la mujer. José Luis intervino, separando a su hijo de la doncella.
14:03Basta ya, Rafael, has perdido el juicio, no puedes acusar a nadie sin pruebas.
14:08Esto es un escándalo intolerable. La prueba está en el suelo. Replicó Rafael, señalando el chal.
14:19La enviaste a una trampa mortal. La situación había escalado a un punto de no retorno.
14:26La casa grande era un polvorín a punto de estallar. Pero en medio de ese caos,
14:30en la oscuridad del bosque, la verdad era mucho más compleja y aterradora de lo que nadie podía imaginar.
14:38Ana no estaba muerta. Cuando llegó al viejo puente del arroyo, cumpliendo el supuesto encargo de Úrsula,
14:45no encontró a la mujer que se suponía debía entregarle un paquete.
14:50En su lugar, dos hombres corpulentos emergieron de las sombras. No dijeron nada. Uno la sujetó por detrás,
14:57tapándole la boca, mientras el otro la golpeaba.
15:01El dolor fue agudo, cegador. Sintió un líquido caliente correr por su sien.
15:06Su chal se enganchó en una rama y se rasgó. Luchó con la fuerza de la desesperación,
15:13mordiendo la mano que la silenciaba, gritando con todas sus fuerzas antes de que un segundo golpe
15:19la sumiera en la inconsciencia. Pero su grito no se perdió en el viento. Martín, el mozo de cuadra,
15:27volvía a casa por un atajo, con el corazón apesadumbrado tras una tensa conversación con
15:32Matilde en la que ella, entre lágrimas, le había insinuado que estaban en un grave peligro por culpa
15:38de la señora Victoria. Fue entonces cuando escuchó el grito. Un sonido ahogado, femenino, lleno de
15:46terror. Sin pensarlo dos veces, corrió hacia el sonido, armado solo con un recio palo que cogió del
15:53suelo. Lo que vio lo dejó sin aliento. Los dos hombres arrastraban el cuerpo inerte de Ana hacia
16:01la parte más profunda del arroyo. Con un grito de rabia, Martín se abalanzó sobre ellos. Era uno
16:09contra dos, pero la sorpresa y la furia jugaron a su favor. Golpeó al primero en las rodillas,
16:17haciéndole caer. El segundo se volvió hacia él, pero Martín fue más rápido, asestándole un golpe
16:23en el hombro que le hizo soltar a la muchacha. La pelea fue brutal y corta. Eran matones a sueldo,
16:30no guerreros. No esperaban resistencia. Tras un breve y violento intercambio de golpes,
16:38viendo que el mozo no iba a ceder y que sus gritos podían atraer a más gente, los dos hombres huyeron,
16:43desapareciendo en la noche como las alimañas que eran. Martín se arrodilló junto a Ana. Le tomó
16:51el pulso. Era débil, pero estaba ahí. Sangraba por una herida en la cabeza. Sabía que no podía
16:59llevarla a la casa grande. Si alguien allí la quería muerta, llevarla de vuelta sería entregarla a sus
17:04verdugos. Pensó en el médico del pueblo, pero los hombres podían estar vigilando los caminos.
17:13Entonces, recordó la vieja cabaña de caza abandonada, en lo alto de la colina, oculta
17:20entre los árboles. Un lugar que sólo unos pocos conocían, con un esfuerzo titánico,
17:27la levantó en brazos. Ana pesaba poco, era frágil como un pájaro herido, y mientras caminaba a través
17:36de la noche, con la preciosa carga en sus brazos, Martín tomó una decisión.
17:43La protegería. Él y Matilde estaban atrapados en la red de Victoria, pero Ana era inocente.
17:51Salvarla era lo único correcto que podía hacer. La escondería, la cuidaría hasta que se recuperara
17:57y, juntos, encontrarían la forma de exponer a los verdaderos monstruos del valle salvaje.
18:05De vuelta en la casa grande, la tormenta desatada por Rafael había meinado, dejando tras de sí una
18:11calma tensa y precaria. José Luis había ordenado a su hijo que se encerrara en su habitación hasta
18:18que recuperara la compostura, mientras Úrsula, interpretando su papel de víctima a la perfección,
18:24se retiraba a sus aposentos sollozando, no sin antes lanzar una mirada de triunfo a Victoria.
18:31El plan, a pesar del imprevisto de la violencia, había funcionado. Rafael estaba roto, y la única
18:39testigo de su crimen original había sido eliminada. Adriana, sin embargo, no estaba convencida. La
18:47reacción de Rafael, su dolor visceral, era demasiado real. Y la maldad que a veces percibía en los ojos
18:56de Úrsula y Victoria era demasiado palpable. Se acercó a Rafael antes de que entrara en su
19:03cuarto. Rafael, dijo en voz baja, su mano rozando su brazo. No sé qué ha pasado esta noche, pero quiero
19:12que sepas algo. He tomado una decisión. Él la miró, sus ojos vacíos, muertos. No aceptaré la propuesta
19:21del duque, continuó ella, su voz temblando ligeramente. No me iré del valle. Este niño,
19:29nuestro hijo, nacerá aquí, y yo no te dejaré solo en esto. Haremos un pacto, tú y yo, un pacto por amor,
19:37no el amor romántico que quizás ambos anhelamos, sino por el amor a este niño. Seremos sus padres,
19:45juntos. Te apoyaré, te ayudaré a encontrar la verdad y a hacer justicia por Ana. No estás solo.
19:54Las palabras de Adriana fueron un bálsamo en la herida abierta de Rafael. En medio de la oscuridad
20:01más absoluta, ella le ofrecía una luz, un propósito. El futuro de su hijo. La justicia para Ana asintió
20:10lentamente, una lágrima silenciosa rodando por su mejilla. Era un pacto sellado en el dolor, pero un
20:17pacto, al fin y al cabo. Lejos de allí, en la casa pequeña, Luisa se movía como una autómata.
20:24El miedo la impulsaba. Se deslizó fuera de su casa y se dirigió a la casa grande,
20:32aprovechando la confusión reinante. Alejo la vio salir y, con un mal presentimiento,
20:39decidió seguirla a una distancia prudente. Luisa entró en la gran mansión por una puerta
20:46de servicio que siempre dejaban entornada. El corazón le martilleaba en el pecho. Conocía
20:54los pasillos como la palma de su mano. Llegó al despacho de José Luis. La puerta estaba
21:00sin cerrojo. Dentro, el olor a cuero y tabaco la envolvió. Sobre el escritorio de caoba, a la luz
21:07de la luna que se filtraba por el ventanal, brillaba el abrecartas de oro y marfil. Era una pieza
21:15exquisita, pesada, fría al tacto. Cuando sus dedos lo rozaron, la puerta se abrió de golpe.
21:23No era Tomás. Era Alejo. Luisa, no lo hagas, le suplicó en un susurro. ¿Qué te ha obligado a hacer?
21:32Las lágrimas brotaron de los ojos de Luisa. Se derrumbó, confesándole todo entre sollozos.
21:37El chantaje, el miedo, la trampa en la que había caído. Alejo la escuchó con el rostro endurecido
21:46por la rabia. Ese canalla no volverá a molestarte, dijo con una determinación de hierro.
21:54Vamos a tenderle nosotros una trampa a él. Al mismo tiempo, la idea de Adriana para ayudar
22:00a Bárbara comenzaba a tomar forma. Se reunió con Leonardo en secreto en los jardines. El joven
22:07estaba abatido, convencido de que su amor por Bárbara estaba condenado por las ambiciones
22:12de José Luis y la palabra dada a don Hernando. Leonardo, si de verdad amas a Bárbara, tienes que
22:20luchar, le instó a Adriana. Y tengo un plan. Un plan que hará que tu compromiso con Irene sea
22:27insostenible a ojos de todos. Pero necesito que confíes en mí y que seas valiente. El plan era
22:34audaz y peligroso. Harían creer a todos que Irene ya había entregado su corazón y su honra a otro
22:40hombre. Un hombre de una clase social tan inferior que un matrimonio con él sería una deshonra impensable
22:48para la familia Aguirre. Y ese hombre, para que el engaño fuera creíble, tendría que ser alguien de
22:55confianza, alguien dispuesto a arriesgarse. El plan de Adriana era una bomba de relojería social,
23:03pero quizás era la única forma de liberar a Leonardo e Irene y de permitir que el amor verdadero
23:08prevaleciera. Los primeros rayos del alba del viernes 3 de octubre encontraron el valle salvaje
23:15en un estado de agitación silenciosa. En la cabaña abandonada, Martín había logrado limpiar la herida
23:22de Ana y vendarla con un trozo de su propia camisa. Ella había recuperado la conciencia brevemente
23:29durante la noche, desorientada y febril, murmurando el nombre de Rafael. Martín le había dado un poco
23:37de agua y la había calmado hasta que volvió a dormirse. Su determinación se había fortalecido.
23:44Tenía que contactar con Matilde, hacerle saber que Ana estaba viva, y juntos tendrían que ser más
23:51astutos que Victoria. En la casa grande, Rafael se despertó de un sueño intranquilo, pero con una
23:58nueva resolución. El dolor seguía ahí, un peso sordo en su pecho, pero el pacto con Adriana le
24:06había dado un ancla. Ya no era solo un hombre cegado por la venganza, era un futuro padre con
24:14la responsabilidad de proteger a su hijo y de honrar la memoria de la mujer que amaba encontrando la verdad.
24:19Decidió que su primer paso sería investigar el supuesto encargo de Úrsula. ¿A quién se suponía
24:27que debía ver Ana en el pueblo? ¿Qué paquete debía recoger? Cada mentira de Úrsula era un hilo del que
24:32podía tirar hasta que toda su red de engaños se deshiciera. La tensión alcanzó un nuevo pico
24:40durante el desayuno. José Luis anunció oficialmente que los preparativos para la boda de Irene y Leonardo
24:45se acelerarían. Irene, que había sido informada del plan de Adriana, se mantuvo sorprendentemente
24:53serena, lo que desconcertó a sus padres. Su calma era la calma que precede a la tempestad.
25:00Victoria, por su parte, decidió apretarle las tuercas a Matilde. La llamó a sus aposentos
25:07privados. Isabel me ha contado de tus encuentros secretos con el mozo de cuadra. Dijo Victoria,
25:14su voz un susurro gélido mientras examinaba sus uñas perfectamente cuidadas.
25:18Sabes que no apruebo esas familiaridades. La lealtad es un bien muy preciado en esta casa,
25:26Matilde. Y la tuya parece estar dividida. Espero que sepas elegir el bando correcto,
25:34por tu bien y por el de tu hermano. La amenaza era inequívoca. Matilde salió
25:39de la habitación temblando, pero con una claridad terrible. El momento de elegir había llegado.
25:47Ya no podía servir a dos señores. Su lealtad era para su hermano, Martín.
25:53Corrió a buscarlo, desesperada por advertirle, sin saber que él ya se había convertido en el
25:58guardián de un secreto mucho más grande y peligroso. El día avanzó, cargado de conspiraciones
26:05silenciosas. Alejo y Luisa prepararon su trampa para Tomás, citándolo en el pajar con la promesa
26:11de entregarle el abrecarta robado. Bárbara y Leonardo, siguiendo las instrucciones de Adriana,
26:20comenzaron a actuar de forma extraña, distantes en público, pero intercambiando miradas cargadas
26:26de un significado que solo ellos entendían, sembrando la confusión.
26:30Rafael, por su lado, fue al pueblo. Habló con tenderos, con ancianos, con cualquiera que
26:38pudiera haber visto Ana la tarde anterior. Nadie sabía nada de ningún encargo de la
26:44casa grande. La historia de Úrsula era una invención de principio a fin. Esto, más que
26:51ninguna otra cosa, solidificó su certeza. Regresó a la casa con una ira fría y calculadora.
26:57No volvería a explotar. Esta vez, usaría la razón como un arma. Mientras tanto, en la cabaña,
27:05Ana despertó de nuevo. Esta vez, estaba más lúcida. Reconoció a Martín. ¿Dónde? ¿Dónde
27:14estoy? Susurró, su voz débil. Estás a salvo, Ana, le dijo él con suavidad. Te atacaron. Te traje
27:24aquí para protegerte. El recuerdo la golpeó como una ola. El recado, los hombres, el dolor. Y Úrsula,
27:33Rafael. Musitó, las lágrimas llenando sus ojos. Ella, ella lo ha hecho. Úrsula, tienes que avisar
27:41a Rafael. Él cree. Él debe pensar que estoy muerta. Lo sé. Y lo haré. Pero tienes que ser fuerte y
27:50recuperarte. No podemos cometer ningún error. Son peligrosos. El clímax de la jornada llegó al atardecer.
28:00Matilde encontró finalmente a Martín en los establos. Martín, tenemos que irnos. Le dijo,
28:06con la voz entrecortada por la angustia. Victoria lo sabe todo, nos va a destruir.
28:14Calmate, Matilde, respondió él, agarrándola por los hombros.
28:21Las cosas han cambiado. No podemos huir. Ana, Ana está viva. Le contó todo a toda prisa. El ataque,
28:28el rescate, la cabaña. Matilde lo miró, sus ojos abriéndose como platos, una mezcla de terror y
28:37asombro. Ana viva. Era un milagro. Un milagro que lo cambiaba todo. En ese momento, Rafael apareció en
28:46la puerta del establo. Había ido a buscar a Martín, siguiendo una corazonada, queriendo preguntar si había
28:55visto algo inusual la noche anterior. Vio los rostros de los dos hermanos, su agitación, el secreto que
29:03flotaba entre ellos. ¿Qué ocurre? Preguntó Rafael, su mirada penetrante clavándose en ellos. ¿Sabéis algo?
29:15Martín y Matilde intercambiaron una mirada. El momento de la verdad había llegado. Ya no había
29:21vuelta atrás. Fue Martín quien habló, con voz firme y clara. Señorito Rafael. Lo que voy a decirle va a
29:30cambiarlo todo. Ana, no está muerta. Yo la encontré. Está viva. El mundo de Rafael se detuvo. Las palabras
29:38de Martín tardaron un segundo en atravesar la niebla de su dolor. Viva. Ana estaba viva. Una oleada de
29:46alivio tan abrumadora lo recorrió que tuvo que apoyarse en el marco de la puerta para no caer.
29:53La alegría pura, salvaje, era tan intensa como lo había sido la desesperación. ¿Dónde? Fue lo único
30:00que pudo articular. La tengo escondida. A salvo. Pero Úrsula y Victoria. Ellas ordenaron el ataque.
30:09La querían muerta. Ahora todo encajaba. La farsa, la trampa, la sangre. No era un asesinato, sino un
30:18intento de asesinato. Y habían fracasado. El plan se forjó allí mismo, en la penumbra del establo, entre
30:27el olor a heno y a verdad. No podían simplemente hacer aparecer a Ana. Sería su palabra contra la de
30:34Úrsula, y los Aguirre eran demasiado poderosos. Tenían que desenmascararla de una vez por todas,
30:42delante de todos. Y la boda de Irene sería el escenario perfecto para que cayera el telón.
30:49Mientras, en el pajar, la trampa para Tomás se cerraba. Cuando el hombre llegó para recoger su
30:55botín, no encontró a una Luisa asustada, sino a Alejo, acompañado por el padre de la muchacha y dos
31:01jornaleros corpulentos. Tomás fue atrapado, su chantaje expuesto. El hombre fue expulsado del
31:09valle bajo la amenaza de una paliza que no olvidaría si alguna vez volvía a acercarse a Luisa. Por primera
31:16vez en mucho tiempo, Luisa se sintió libre y miró a Alejo con una gratitud que era el germen de un
31:22sentimiento mucho más profundo. La noche de la fiesta de compromiso, la casa grande bulía de
31:29actividad. Invitados importantes, incluyendo a don Hernando, habían llegado de la corte.
31:37Victoria y José Luis estaban radiantes, creyendo tener el futuro en sus manos. Rafael, Adriana,
31:44Bárbara y Leonardo actuaban sus papeles con una maestría consumada. Rafael, el hijo doliente que
31:52empezaba a aceptar la pérdida. Adriana, la futura madre abnegada, a su lado. Leonardo, el novio reticente.
32:02Irene, la novia sumisa. El momento llegó cuando José Luis, con una copa de champán en la mano,
32:08se dispuso a anunciar oficialmente la fecha de la boda. Amigos míos, es para mí un gran honor.
32:16Comenzó. Esperad. Una voz resonó desde la gran escalinata. Todos se giraron. Rafael estaba de pie,
32:26con una expresión sombría. A su lado, Martín. Antes de este feliz anuncio, hay una injusticia que
32:34debe ser reparada. Un crimen que debe ser castigado, dijo Rafael, su voz proyectándose con
32:40una autoridad que silenció a toda la sala. Victoria y Úrsula intercambiaron una mirada
32:47de pánico. Rafael, no es el momento ni el lugar. Si se ojo José Luis, al contrario, padre, es el único
32:57lugar, porque los culpables están en esta sala, replicó Rafael. Todos lloramos la trágica muerte
33:04de Ana, la doncella. Pero, ¿y si les dijera que no fue un accidente? ¿Y si les dijera que fue un
33:09intento de asesinato, ordenado por alguien que temía que Ana revelara un secreto aún más oscuro?
33:17Un murmullo recorrió la sala. Úrsula se puso pálida. Rafael continuó, su mirada fija en ella.
33:26Un secreto como, por ejemplo, que mi padre, don Julio, no murió por causas naturales.
33:32Que fue envenenado lentamente por alguien en quien confiaba ciegamente. La acusación fue tan directa,
33:40tan monstruosa, que el silencio que siguió fue total.
33:46Eso es una calumnia, chilló Úrsula. El muchacho ha enloquecido. ¿De verdad? Dijo Rafael con una
33:53sonrisa gélida.
33:53Entonces, quizás la única persona que puede aclarar todo esto, sea la propia víctima.
34:03Y en ese instante, las grandes puertas del salón se abrieron. Ana entró. Estaba pálida,
34:10con una venda en la cabeza, apoyada en el brazo de Matilde, pero estaba viva.
34:14Erguida, con la mirada fija, no en Rafael, sino en sus verdugos. El impacto en la sala fue sísmico.
34:25Hubo gritos ahogados de asombro. José Luis se quedó boquiabierto. La copa de victoria se
34:30estrelló contra el suelo. Pero la reacción de Úrsula fue la más reveladora. Un grito de puro
34:37terror y de rabia animal escapó de sus labios. Ver a Ana de pie era ver a su propia condena.
34:44Tú. Deberías estar muerta. Siseó, su máscara cayendo por completo, revelando el rostro del
34:50monstruo. Esa confesión involuntaria, nacida del shock, fue el último clavo en su ataúd. Ana,
34:59con una voz débil pero firme, contó toda la historia. La confesión de Úrsula sobre el veneno,
35:05la trampa del falso recado, el ataque de los dos hombres en el puente. Martín corroboró el rescate.
35:13Matilde, llorando, confesó cómo Victoria la había presionado y amenazado para que guardara
35:18silencio sobre sus sospechas. El escándalo fue mayúsculo. Don Hernando, el valedor de José Luis,
35:27miraba la escena con una expresión de absoluto disgusto. Su alianza con la familia Aguirre estaba
35:34acabada. El sueño del consejo real de José Luis se hizo añicos en ese preciso instante.
35:41Victoria, viendo que Úrsula estaba perdida, intentó desmarcarse. Esa mujer es una víbora mentirosa.
35:49Yo no sabía nada de sus locuras. Declaró, intentando salvar su propia piel. Pero la confesión
35:55de Matilde y la mirada de desprecio de todos los presentes la condenaron igualmente.
35:59Su poder se había evaporado. En medio del caos, Leonardo se acercó a Bárbara. Se acabó,
36:08le dijo, tomándola de la mano a la vista de todos. Se giró hacia José Luis y Don Hernando.
36:15Jamás me casaré con Irene. Mi corazón pertenece y siempre pertenecerá a Bárbara.
36:20La guardia civil, que Rafael había hecho esperar discretamente en las inmediaciones,
36:27entró y se llevó a Úrsula detenida. La investigación sobre la muerte de Julio
36:33Gálvez y el intento de asesinato de Ana quedaba oficialmente abierta. Victoria no fue arrestada
36:40esa noche, pero su reputación y su matrimonio estaban destruidos. Estaba atrapada en la jaula
36:47de oro que ella misma había ayudado a construir, ahora despojada de todo poder e influencia.
36:55El final de la noche no fue el de una fiesta, sino el de una liberación. Los días que siguieron
37:01fueron de una calma sanadora. Ana se recuperó por completo bajo los cuidados de Rafael y el
37:07cariño de todos los que la apreciaban. Su amor, forjado en el secreto y probado en la
37:14tragedia, finalmente podía florecer a la luz del día. Se sentaron junto al arroyo,
37:21en el mismo lugar donde casi la habían matado, y él le pidió que se casara con él.
37:28La respuesta fue un sí entre lágrimas de felicidad. Adriana observó su felicidad con
37:33una sonrisa serena. Su pacto con Rafael se había transformado. Ya no era un pacto de
37:40supervivencia, sino de amistad y de familia. El bebé que crecía en su vientre tendría
37:46un padre que lo adoraría y una madre fuerte y en paz. Y también tendría a Ana, una mujer
37:53cuya bondad sería una presencia luminosa en su vida. Encontró su propio final feliz
38:00no en un amor romántico, sino en la madurez, la independencia y la alegría de la maternidad
38:05que se avecinaba. Bárbara y Leonardo comenzaron su nueva vida juntos, lejos de las ambiciones
38:12de su padre. Su amor, antes prohibido, era ahora su mayor fortaleza. Irene, libre del
38:20compromiso forzado, sintió por primera vez que su futuro le pertenecía.
38:27Martín y Matilde, los héroes silenciosos de esta historia, fueron recompensados por su
38:32valentía. Rafael se aseguró de que tuvieran una pequeña granja propia, un lugar donde
38:39pudieran vivir en paz, lejos de las intrigas de los poderosos, su amor fraternal ahora un
38:45lazo inquebrantable de orgullo y lealtad. El valle salvaje había sido testigo de la más
38:52oscura de las traiciones, pero también de la más inquebrantable de las lealtades.
38:57La noche del 2 de octubre había comenzado con un grito de terror ahogado en la oscuridad,
39:04pero su eco se había transformado en un canto a la verdad, la justicia y, sobre todo, al amor
39:10que, como la propia naturaleza del valle, siempre encontraba la forma de abrirse paso, resiliente
39:17y victorioso, incluso después del más crudo de los inviernos.
39:20El sol volvía a brillar sobre el valle, y esta vez, su luz parecía llegar a todos los rincones.
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