¿Alguna vez te has mirado al espejo más tiempo de lo normal? ¿Has localizado una arruga nueva? ¿Te ves con más peso? En otras palabras, ¿has sentido que tu cuerpo está cambiando? Es algo normal, pero también puede ser espeluznante. El cine de terror lleva años experimentando con este miedo y yendo más allá de lugares como cementerios, bosques o casas embrujadas (las cuales nos encantan) con el fin de convertir el cuerpo humano en el escenario del horror. La piel, los huesos, los órganos… todo se transforma, retuerce y deteriora de un modo que deja de ser reconocible.
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