#LaPromesa #avance #capítulo
Catalina desata tormenta, Vera rompe con Lope
El capítulo 674 de La Promesa llega cargado de emociones intensas y giros inesperados. La impactante confesión de Catalina sobre su venganza contra el barón de Valladares provoca un terremoto familiar que amenaza con manchar para siempre el honor de los Luján. Alonso, preocupado por el futuro de su hija, intenta contener las consecuencias, mientras Leocadia la enfrenta con dureza.
En paralelo, la dulce reconciliación de Curro y Ángela se ve empañada ...
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Catalina desata tormenta, Vera rompe con Lope
El capítulo 674 de La Promesa llega cargado de emociones intensas y giros inesperados. La impactante confesión de Catalina sobre su venganza contra el barón de Valladares provoca un terremoto familiar que amenaza con manchar para siempre el honor de los Luján. Alonso, preocupado por el futuro de su hija, intenta contener las consecuencias, mientras Leocadia la enfrenta con dureza.
En paralelo, la dulce reconciliación de Curro y Ángela se ve empañada ...
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00:00Catalina desata tormenta, Vera rompe con Lope. El capítulo 674 de La Promesa llega cargado
00:07de emociones intensas y giros inesperados. La impactante confesión de Catalina sobre
00:13su venganza contra el varón de Valladares provoca un terremoto familiar que amenaza
00:17con manchar para siempre el honor de los Luján. Alonso, preocupado por el futuro de su hija,
00:25intenta contener las consecuencias, mientras Leocadia la enfrenta con dureza.
00:31En paralelo, la dulce reconciliación de Curro y Ángela se ve empañada por la
00:35sombra de Lorenzo, cuyo crimen sigue sin pruebas que lo delaten.
00:41Entretanto, Martín acepta un sacrificio público para salvar la reputación del
00:45marquesado, y Manuel logra al fin tender puentes con su padre. Pero nada resulta
00:52tan desgarrador como la decisión de Vera, quien, cansada de ser juzgada por su
00:56pasado, rompe definitivamente con Lope. ¿Será este el final de su historia de amor,
01:03o solo el inicio de un nuevo capítulo lleno de dolor y esperanza?
01:09Un episodio que promete emociones al límite, tensiones familiares, pasiones prohibidas y
01:14revelaciones que lo cambiarán todo. El aire en la promesa se había vuelto denso, casi
01:21irrespirable, cargado con el peso de una confesión que había estallado como una bomba
01:25de relojería en el corazón mismo de la familia Luján. El silencio que siguió a las palabras
01:32de Catalina no era un silencio de paz, sino el preludio de una tormenta, la calma tensa
01:37que precede al caos.
01:38Cada rincón del majestuoso palacio parecía absorber la onda expansiva de su revelación,
01:45las paredes susurrando el nombre del varón de Valladares y el eco de una venganza consumada
01:50en las sombras. Para Catalina, sus acciones habían sido un acto de justicia poética,
01:57una deuda saldada con la memoria de su madre, un golpe certero contra la tiranía y el mal
02:02que el varón representaba. En su mente, había restaurado un equilibrio cósmico, arrancando
02:09de raíz una mala hierba que amenazaba con ahogar el legado de su familia. Pero la justicia,
02:16como una espada de doble filo, a menudo corta a quien la empuña, y Catalina estaba a punto
02:21de descubrir que el precio de su particular retribución sería mucho más alto de lo que
02:25jamás había anticipado. Su acto, concebido en la soledad de su dolor, se había convertido ahora
02:33en un problema público, una mancha que amenazaba con extenderse sobre el nombre de los Luján y
02:38arrastrarlos a todos a un abismo de consecuencias impredecibles. Alonso, el marqués de Luján,
02:46sentía el peso del mundo sobre sus hombros. La confesión de su hija le había caído como una losa.
02:52No era sólo la audacia del acto, ni la moralidad cuestionable de la venganza,
02:59era el peligro tangible y presente que ahora se cernía sobre ellos.
03:04Vagaba por su despacho, una jaula dorada de libros y recuerdos, incapaz de encontrar la calma.
03:12El coñac en su copa temblaba con el pulso de su ansiedad. Miraba por la ventana, pero no veía los
03:18cuidados jardines de la promesa. Veía un tribunal, veía titulares en los periódicos, veía el rostro
03:24desfigurado por el desprecio de la aristocracia a la que pertenecían. Ha cruzado una línea, se repetía
03:31a sí mismo en un murmullo ronco. No era la línea entre el bien y el mal, esa era una discusión
03:37filosófica para otro momento. Era una línea mucho más pragmática y peligrosa. La línea que separa la
03:45discreción del escándalo, la protección del peligro. Catalina, en su ímpetu justiciero,
03:53había puesto una diana en la espalda de toda la familia. Alonso temía, con un pavor que le helaba
03:59las entrañas, que éste fuera un camino sin retorno. ¿Cómo protegerla ahora? ¿Cómo contener el daño?
04:07Su amor de padre luchaba una batalla campal contra su deber como marqués, y en ese conflicto,
04:12sentía que estaba perdiendo en ambos frentes. Mientras Alonso se ahogaba en sus preocupaciones,
04:20Leocadia, cuya lealtad a la familia era tan fiera como su temperamento, no estaba dispuesta a andarse
04:25con rodeos. No sentía la compasión de un padre, sino la indignación de una guardiana del honor
04:32familiar. Encontró a Catalina en la biblioteca, intentando buscar refugio entre las páginas de un
04:40libro que no podía leer, sus ojos fijos en una palabra sin verla. Se puede saber en qué estabas
04:47pensando, la voz de Leocadia fue un latigazo en el silencio, desprovista de cualquier calidez.
04:55Catalina levantó la vista, sus ojos, normalmente brillantes y llenos de determinación,
05:01ahora estaban nublados por la incertidumbre. Hice lo que tenía que hacer,
05:06era justicia. Justicia. Leocadia soltó una risa amarga, un sonido áspero y carente de alegría.
05:15¿Llamas justicia a poner en riesgo el nombre y el futuro de esta casa? ¿A arrastrarnos a todos
05:20por el fango por una vendetta personal? Eso no es justicia, es egoísmo. Él destruyó a mi madre,
05:27destruyó parte de esta familia. Replicó Catalina, su voz ganando fuerza, aferrándose a la convicción de
05:34su causa. Y tú, con tu imprudencia, podrías destruir lo que queda de ella. Contestó Leocadia,
05:43acercándose, su presencia imponente llenando el espacio entre ellas.
05:49No has pensado ni por un segundo en las consecuencias. En tu padre, en tus hermanos,
05:54en cada persona que vive bajo este techo y cuyo destino está ligado al del marquesado.
05:58Tu acto de justicia podría dejarnos a todos en la ruina. El rostro de Catalina palideció.
06:07Las palabras de Leocadia eran crueles, pero resonaban con una verdad incómoda que había
06:12intentado ignorar.
06:15Yo solo quería. No me importa lo que querías. La interrumpió Leocadia, su voz bajando a un
06:21siseo furioso. Me importa lo que has hecho. Has abierto la caja de Pandora, Catalina, y rezo para
06:29que no seamos todos devorados por los demonios que has liberado. La confrontación dejó a Catalina
06:36temblando, no de miedo, sino de una desoladora sensación de aislamiento. La certeza que la había
06:43impulsado se resquebrajaba, reemplazada por la duda y el remordimiento. Quizás Leocadia tenía razón,
06:51quizás su búsqueda de justicia no había sido más que un acto de soberbia, un grito en el vacío que
06:56ahora amenazaba con provocar una avalancha. La noticia, como era de esperar, no tardó en filtrarse
07:04más allá de los muros del despacho del marqués. La tensión se podía cortar con un cuchillo, para mitigar
07:12el inminente desastre de relaciones públicas, la maquinaria de control de daños de la familia se
07:17puso en marcha, y la primera víctima sacrificial fue Martina. En una reunión tensa y formal, con Alonso
07:25presidiendo con el rostro sombrío y cruz observando con una mirada calculadora, se le comunicó su nuevo
07:31deber. Martina, querida, comenzó Alonso, su voz sonando forzada, antinatural. Como sabes, la situación,
07:42con Catalina ha puesto a la familia en una posición delicada. Martina asintió, sintiendo un nudo en el
07:49estómago. Sabía que nada bueno podía salir de una conversación que empezaba con ese tono.
07:56Necesitamos reforzar nuestra imagen pública. Continuó Cruz, tomando las riendas con su habitual
08:01pragmatismo acerado. Demostrar nuestro compromiso con la comunidad, con las obras de caridad. Distraer la
08:10atención, por así decirlo. Por eso, hemos decidido que aceptarás el puesto que te ofrecieron en el
08:18patronato de la milagrosa. Martina se quedó sin aliento. El patronato era un nido de víboras, un
08:25grupo de damas de la alta sociedad que pasaban más tiempo compitiendo en hipocresía y chismes que
08:30ayudando a los necesitados. Era lo último que deseaba en el mundo. Pero, tía, yo no. No es una
08:39sugerencia, Martina. Es una necesidad. La cortó Alonso, su tono no admitía réplica. Eres joven,
08:48encantadora y tienes la posición adecuada. Tu presencia allí será un bálsamo para nuestra
08:54reputación. Harás esto por la familia. Martina bajó la mirada, sintiéndose atrapada. Una vez
09:01más, su vida, sus deseos, eran secundarios al bienestar y la imagen del marquesado. Era un peón
09:09en su tablero de ajedrez, movido para proteger a la reina. Asintió con la cabeza, una sumisión amarga
09:16que le supo a ceniza en la boca. Como digáis, por la familia, la decisión, aunque necesaria,
09:24la llenó de un profundo resentimiento. Se sentía como si estuviera siendo castigada por los pecados
09:31de su prima, obligada a sonreír y acodearse con gente que despreciaba para limpiar una mancha que
09:36ella no había causado. La reputación de los Luján se revitalizaría a costa de su propia felicidad. Lejos
09:45del epicentro del terremoto familiar, en un rincón más tranquilo y apartado del palacio,
09:50Curro y Ángela encontraron un oasis de paz en medio del caos. Su reencuentro fue un susurro de
09:57ternura en un mundo que gritaba de tensión. Se encontraron en el jardín, bajo la sombra de un
10:02roble centenario, donde las miradas indiscretas eran menos probables. No necesitaron muchas palabras
10:09al principio. El simple acto de tomarse de la mano, el calor de la piel de Ángela contra la de
10:15Curro, fue suficiente para comunicar todo el miedo, el alivio y el amor que habían acumulado.
10:22Curro la trajo hacia sí, y en ese abrazo, Ángela finalmente se permitió derrumbarse un poco,
10:28soltando el aliento que parecía haber estado conteniendo desde el secuestro.
10:32—Estás aquí —murmuró ella contra su pecho, su voz ahogada por la emoción. —Estás a salvo.
10:42—Estamos a salvo —la corrigió él suavemente, acariciando su cabello. Juntos, disfrutaron de ese
10:49momento de intimidad, un bálsamo para sus almas heridas. Hablaron en voz baja, compartiendo los
10:56detalles de los horrores que habían vivido por separado. Curro le contó sobre la oscuridad,
11:03el miedo, la incertidumbre. Ángela le habló de la angustia de la espera, de la impotencia,
11:09de las noches en vela imaginando lo peor. Pero incluso en la calidez de su reencuentro,
11:16una sombra se proyectaba sobre ellos, una presencia invisible pero palpable que enfriaba el aire.
11:21—La sombra de Lorenzo. Fue él, Ángela. Estoy seguro —dijo Curro, su voz endureciéndose al
11:29pronunciar el nombre de su padre. —La forma en que me hablaron los secuestradores,
11:35las cosas que sabían. Sólo él podría haberlo orquestado. —Lo sé, mi amor,
11:43yo también lo siento aquí —respondió Ángela, colocando una mano sobre su corazón.
11:47—Pero sentirlo no es suficiente. No tenemos nada, Curro. Ni una sola prueba. La frustración
11:56era un veneno que se mezclaba con su alivio. Sabían la verdad, pero estaban atados de pies y
12:03manos. Lorenzo seguía moviéndose libremente por el palacio. Su sonrisa cínica y su actitud
12:08arrogante eran una tortura constante. Cada vez que se cruzaban con él en un pasillo,
12:14sentían un escalofrío. Era como vivir con un monstruo que todos los demás veían como un
12:20hombre. —¿Qué hacemos? —preguntó Curro, su voz teñida de desesperación. —No podemos seguir
12:27así, viviendo con este miedo, sabiendo que podría volver a intentarlo en cualquier momento.
12:34—Tenemos que ser más listos que él —dijo Ángela, su mirada encendiéndose con una
12:39determinación feroz. Observaremos, escucharemos, esperaremos a que cometa un error, porque lo
12:47cometerá. Los hombres como él, consumidos por su propia arrogancia, siempre acaban tropezando.
12:56Y cuando lo haga, estaremos allí para verlo caer. Su pacto silencioso, sellado con una mirada,
13:02les dio una nueva fuerza. Su amor ya no era solo un refugio, sino también un arma. Juntos,
13:11se sentían capaces de enfrentar la oscuridad que Lorenzo representaba, aunque el miedo siguiera
13:16siendo un compañero constante en su relación, un recordatorio perpetuo de que su felicidad
13:21pendía de un hilo muy frágil. En medio de las crecientes fracturas dentro de la familia,
13:28una grieta, al menos, comenzaba a cerrarse. La crisis de Catalina tuvo un efecto secundario
13:35inesperado. Obligó a Alonso y a su hijo, Manuel, a dejar de lado sus propias disputas y a encontrar
13:41un terreno común. Durante semanas, la tensión entre ellos había sido palpable, una lucha de poder y de
13:50expectativas no cumplidas. Manuel, con su pasión por los aviones y su deseo de forjar su propio
13:58camino, a menudo chocaba con la visión más tradicional y anclada al deber de su padre.
14:05Se encontraron en el despacho de Alonso, el mismo lugar donde el marqués se torturaba con sus
14:10preocupaciones. Pero, esta vez, el ambiente era diferente. No había reproches en el aire,
14:17solo un cansancio compartido y una necesidad mutua de apoyo.
14:23Padre, comenzó Manuel, rompiendo el silencio. Sé que las cosas han estado difíciles entre nosotros.
14:31Alonso suspiró, un sonido profundo y agotado. Se pasó una mano por la cara, y por un momento,
14:37Manuel no vio al imponente marqués de Luján, sino simplemente a un padre abrumado.
14:42—Difíciles es un eufemismo, hijo —respondió Alonso, su voz carente de la habitual autoridad.
14:52—He sido duro contigo, he intentado imponerte un camino que quizás no es el tuyo. Y yo no he sido
14:57justo contigo —admitió Manuel. —He visto tus responsabilidades como una carga que querías
15:05ponerme encima, en lugar de entender el peso que tú mismo llevas.
15:08—Lo que ha pasado con Catalina, me ha hecho ver las cosas de otra manera. Fue una conversación
15:16larga y honesta, quizás la más honesta que habían tenido en años.
15:22Hablaron de sus sueños, de sus miedos, de sus frustraciones. Manuel habló de la libertad
15:28que sentía en el cielo, de su necesidad de ser más que un simple heredero.
15:31—Alonso habló de su terror a fallar, a no ser capaz de proteger a su familia y su
15:38legado. Al final, llegaron a un entendimiento. Forjaron un pacto, no de padre a hijo, sino
15:46de hombre a hombre. Establecieron límites. Alonso respetaría el tiempo y la pasión de
15:54Manuel por la aviación, entendiendo que era una parte esencial de quién era. A cambio,
16:01Manuel se comprometería más con sus deberes en la promesa, no como una obligación impuesta,
16:06sino como una elección consciente para ayudar a su padre y a su familia.
16:12—Tus cielos son tuyos, Manuel —dijo Alonso, poniendo una mano en el hombro de su hijo.
16:17—Pero recuerda que tus raíces están aquí, en esta tierra, con nosotros. No lo olvidaré,
16:26padre —respondió Manuel, y por primera vez en mucho tiempo, la sonrisa que compartió con
16:31su padre fue genuina, desprovista de tensión. Hicieron las paces, no era una solución mágica
16:38a todos sus problemas, pero era un comienzo. Un paso necesario para reconstruir los puentes
16:44que se habían quemado entre ellos y para recuperar una armonía familiar que se necesitaba más
16:49desesperadamente que nunca. La reconciliación de padre e hijo fue un pequeño rayo de luz en
16:56la creciente oscuridad que envolvía a los Luján. Mientras la nobleza lidiaba con sus dramas de alto
17:03vuelo, en las entrañas del palacio, en el ajetreado mundo del servicio, se desarrollaban historias
17:09paralelas de amor, miedo, esperanza y desamor, no menos intensas por su aparente humildad.
17:17Pía Adarre, la ama de llaves, y Ricardo Pellicer, el mayordomo, se habían convertido en expertos
17:23en robar momentos. Sus sueños de un futuro juntos eran un jardín secreto que cultivaban
17:30en susurros y miradas fugaces. En la tranquilidad de la despensa o en un pasillo vacío al final
17:36del día, hablaban de una vida lejos de la promesa, una vida sencilla donde no tuvieran que esconder su
17:42amor. Una pequeña casa, Pía, le susurraba Ricardo, su voz una caricia. Con un jardín para que cultives
17:52tus hierbas. Y sin campanas que nos llamen, sin señores a los que servir. Solo nosotros. Pía sonreía,
18:00y en su sonrisa se reflejaba toda la esperanza de un futuro mejor. Suena como el paraíso,
18:08Ricardo. Pero su paraíso estaba amenazado por un demonio muy real, Cristóbal.
18:14El antiguo mayordomo, ahora relegado pero aún presente, no perdía oportunidad para acosarla.
18:23Sus comentarios eran venenosos, sus miradas lascivas, su cercanía una violación del espacio
18:29y la paz de Pía. Ella sentía su presencia como una mancha de aceite en agua limpia,
18:36una amenaza constante que le recordaba que su felicidad era frágil. Un día, mientras Pía
18:42revisaba el inventario de la lencería, Cristóbal apareció de la nada, bloqueando la puerta.
18:50Señora Adarre, dijo con su falsa amabilidad, su sonrisa no llegando a sus ojos fríos.
18:55Siempre tan diligente, es una cualidad admirable en una mujer. Disculpe, don Cristóbal,
19:04tengo trabajo que hacer, respondió Pía, su tono profesional pero con un borde de acero.
19:11Oh, no deje que la interrumpa, dijo, dando un paso más cerca. Solo quería asegurarme de que todo
19:18estuviera en orden. De que usted estuviera en orden, sería una lástima que algo le ocurriera,
19:24¿no cree? Alguien tan, valiosa. La amenaza era velada, pero inconfundible. Pía sintió un escalofrío
19:32recorrer su espalda. Sabía que él disfrutaba de su miedo, que se alimentaba de su incomodidad.
19:39Ricardo era su protector, pero no podía estar a su lado a cada segundo.
19:46El acoso de Cristóbal era una nube negra que se negaba a disiparse, amenazando con descargar
19:51una tormenta sobre sus sueños. Para complicar aún más las cosas, la relación entre Ricardo
19:58y Petra Arcos se había deteriorado hasta convertirse en una guerra fría. Petra, cuya
20:05lealtad a Cruz era absoluta y cuya aversión por Pía era legendaria. Veía en Ricardo a
20:10un traidor. Cada interacción entre ellos estaba cargada de una tensión eléctrica.
20:17¿Ha revisado ya la plata para la cena de esta noche, pellicer? Le espetó Petra en la cocina,
20:22su voz tan afilada como un cuchillo.
20:26Todo está bajo control, señora Arcos, respondió Ricardo con una calma glacial, sin apartar la
20:32vista de la lista que estaba revisando. Más le vale. La marquesa espera la perfección,
20:39no como otros, que se conforman con la mediocridad y las distracciones indecorosas, dijo Petra,
20:45lanzando una mirada significativa en dirección a la oficina de Pía.
20:51Ricardo apretó la mandíbula. Mi vida personal no afecta a mi trabajo, como tampoco debería
20:56hacerlo la suya. Ahora, si me disculpa, tengo responsabilidades que atender, no tiempo que
21:03perder en chismes maliciosos. El choque de voluntades entre el mayordomo y la doncella
21:10personal de la marquesa creaba una atmósfera tóxica en el área de servicio. Era una lucha
21:17de poder, de lealtades y de rencores personales que añadía otra capa de complejidad al ya de
21:22por sí complicado ecosistema de la promesa. En otro rincón de este micromundo, un vínculo
21:29diferente florecía, uno nacido de la amabilidad y el cuidado. María Fernández se despertó con
21:36un dolor de cabeza palpitante y un vago recuerdo de la noche anterior. La fiesta, el alcohol,
21:43las risas que se habían vuelto demasiado ruidosas. Se había excedido, y la vergüenza la consumía.
21:48Pero junto a la vergüenza, había un recuerdo más claro. El de Samuel, el nuevo ayuda de cámara,
21:56ayudándola a llegar a su habitación, trayéndole un vaso de agua, asegurándose de que estuviera
22:01bien con una delicadeza que la sorprendió. Lo encontró más tarde, puliendo unas botas con
22:08una concentración metódica. Samuel, dijo en voz baja. Él levantó la vista, y una sonrisa amable
22:16iluminó su rostro. ¿Cómo se encuentra la cabeza, señorita Fernández?
22:23María se sonrojó, mucho mejor, gracias a ti. Quería, quería darte las gracias por lo de anoche.
22:31Fui una tonta, y tú fuiste muy amable, no tiene nada que agradecer. Cualquiera en mi lugar habría
22:37hecho lo mismo, dijo él, restándole importancia. No, no es verdad, insistió ella. Otros se habrían
22:46reído o me habrían dejado a mi suerte. Tú me cuidaste. El gesto de Samuel, tan simple y tan humano,
22:53había significado mucho para María. En un lugar donde a menudo se sentía juzgada o invisible,
23:00su atención desinteresada había sido un regalo. Se quedaron hablando un rato más, y María descubrió
23:08un alma gentil y una mente aguda detrás de la fachada tranquila de Samuel. Esa conversación,
23:15nacida de una noche de excesos, fortaleció el vínculo que comenzaba a formarse entre ellos.
23:22Abrió la puerta a una nueva conexión, a la posibilidad de encontrar algo genuino y sincero
23:27en medio del drama y la intriga que los rodeaba. Nuevas emociones compartidas comenzaban a brotar,
23:34tímidas pero prometedoras, como las primeras flores de la primavera. Mientras tanto, el amor,
23:42o al menos la ilusión de él, impulsaba a Toño a soñar a lo grande. Su relación con Enora se había
23:50convertido en el centro de su universo. Cada sonrisa de ella, cada conversación compartida,
23:55lo elevaba a un estado de euforia que nunca antes había conocido. Estaba completamente enamorado,
24:03y en su mente, el siguiente paso era tan claro como el agua. Se lo confió a Salvador, su amigo,
24:11mientras ayudaban a preparar el comedor para el almuerzo.
24:13Voy a pedírselo, salva, dijo Toño, sus ojos brillando con una emoción incontenible.
24:23Salvador casi deja caer una pila de platos. ¿Pedirle el qué, un día libre? No, hombre,
24:29matrimonio, exclamó Toño en un susurro emocionado. Le voy a pedir a Enora que se
24:35case conmigo. Salvador lo miró con una mezcla de asombro y preocupación.
24:42¿No crees que es un poco? Pronto, lleváis juntos lo que dura un suspiro. Cuando lo sabes,
24:48lo sabes, replicó Toño, su romanticismo inmune a cualquier duda.
24:54Ella es la mujer de mi vida. Quiero pasar cada día que me queda a su lado. Ya estoy pensando en
24:59cómo hacerlo, en el anillo. Su ilusión era contagiosa, pero quizás un poco ingenua. Más
25:06tarde, buscó a Enora, su corazón latiendo con la fuerza de sus planes. La encontró en el lavadero,
25:14sus manos sumergidas en la espuma. Enora, tenemos que hablar, dijo, su seriedad delatando la importancia
25:20de sus palabras. Ella se secó las manos y lo miró con curiosidad. ¿Qué ocurre, Toño? Pareces a punto
25:28de estallar. Él tomó sus manos entre las suyas. Lo que tenemos, es especial, nunca he sentido nada
25:35igual. Y he estado pensando, en nuestro futuro, juntos, para siempre. Enora, más prudente y quizás
25:43más consciente de la velocidad a la que se movían las cosas, sintió una punzada de pánico mezclada
25:49con ternura. Vio la pregunta formándose en los ojos de Toño antes de que pudiera pronunciarla.
25:57Toño, espera, dijo suavemente, deteniéndolo. Yo también siento que esto es especial.
26:05Mucho, pero... Todo está yendo muy rápido. Mi vida ha cambiado por completo en muy poco tiempo.
26:11Necesito, necesito tiempo para asimilarlo todo. Para respirar, la decepción fue visible en el
26:18rostro de Toño, pero el cariño en la voz de Enora suavizó el golpe. No era un no, era un aún no,
26:26tiempo, repitió él, probando la palabra. Claro. Tómate todo el tiempo que necesites,
26:34te esperaré. Ella le sonrió, agradecida por su comprensión. Pero la petición de Enora dejó a
26:42Toño en un limbo de incertidumbre. Su sueño de un futuro inmediato y feliz tendría que esperar,
26:48sometido a la prueba del tiempo y a la prudencia de la mujer que amaba. Y entonces, estaba Vera.
26:55Vera, que llevaba el peso de su pasado como un manto invisible pero increíblemente pesado.
27:00Su amor por Lope era real, profundo y apasionado. Era un faro de luz en una vida que había conocido
27:08demasiadas sombras. Pero esa misma luz, a veces, parecía proyectar sombras aún más oscuras sobre
27:16las cicatrices que intentaba ocultar. Estaba harta, harta de sentir que caminaba sobre un campo de minas,
27:24harta de la mirada de reojo de Lope cuando alguien hacía una referencia velada a su vida anterior.
27:31Harta de la tensión en sus hombros, de la forma en que su sonrisa se volvía forzada cada vez que el
27:36tema de la confianza surgía entre ellos, directa o indirectamente. No era que Lope la juzgara
27:43abiertamente, rara vez lo hacía. Era algo más sutil, más doloroso. Era la ausencia de una fe ciega,
27:51la presencia de una duda latente, un fantasma que se sentaba a la mesa con ellos cada día.
27:56Sentía que Lope la amaba a pesar de su pasado, no con su pasado incluido. Y esa distinción,
28:04para Vera, era un abismo insalvable. Cada día acumulaba más sufrimiento, pequeñas heridas
28:11que se sumaban a las antiguas hasta que el dolor se hizo insoportable. La decisión creció en ella
28:18lentamente, como una planta amarga, hasta que finalmente floreció, inevitable y dolorosa.
28:26Tenía que cortar de raíz, por él, y sobre todo, por ella. Lo encontró en la cocina,
28:32al final de un largo día.
28:33El aire estaba lleno del aroma del pan recién horneado, un olor a hogar que,
28:39irónicamente, se sentía como una mentira. Lope estaba amasando, sus manos fuertes y
28:47capaces cubiertas de harina. Al verla, su rostro se iluminó con esa sonrisa que a Vera le había
28:52robado el corazón. Mi amor, dijo, su voz cálida, llegas justo a tiempo para probar esto, pero Vera no
29:01sonrió. Su expresión era tan seria, tan llena de una resolución sombría, que la sonrisa de Lope se
29:09desvaneció al instante. Dejó la masa y se limpió las manos, acercándose a ella con preocupación.
29:18Vera, ¿qué pasa? ¿Estás bien? Lope, tenemos que hablar, dijo ella, y las cuatro palabras más temidas
29:26en cualquier relación quedaron suspendidas en el aire, pesadas como el plomo.
29:32La llevó a un rincón más apartado, lejos de las miradas curiosas de los pocos mozos de cocina que
29:37quedaban. El corazón de Lope comenzó a latir con fuerza, un tambor de pánico en su pecho.
29:45Me estás asustando, confesó él. Vera respiró hondo, reuniendo todo el coraje que poseía. Levantó
29:53la vista y lo miró directamente a los ojos, esos ojos que tanto amaba. No puedo seguir así,
30:00Lope, así como, no te entiendo, ¿he hecho algo mal? Dímelo y lo arreglaré, lo juro.
30:08Y ese era el problema. Lope siempre estaba dispuesto a arreglarlo, pero lo que estaba
30:13roto, Vera sentía, era algo fundamental, algo que ninguna promesa podía reparar.
30:18No es algo que hayas hecho hoy o ayer. Explicó ella, su voz temblando a pesar de sus esfuerzos
30:25por mantenerla firme.
30:27Es, todo, es mi pasado, siempre está entre nosotros, como un muro invisible. Siento que
30:35nunca podrás confiar en mí del todo. Siento que siempre seré la chica con un secreto,
30:41la que tiene que demostrar constantemente que es digna de tu amor, de tu confianza.
30:45Eso no es verdad, Vera, te amo, dijo Lope, su voz teñida de desesperación, extendiendo
30:53la mano para tocarla. Vera dio un paso atrás, y el gesto fue más elocuente que cualquier
31:00palabra. Le dolió a él como una bofetada.
31:04Yo también te amo, Lope, te amo tanto que me duele respirar, y precisamente por eso tengo
31:09que hacer esto. No puedo seguir haciéndome este daño, y no puedo seguir pidiéndote a
31:16ti que cargues con el peso de mis sombras.
31:20No es justo para ninguno de los dos. Las lágrimas comenzaron a brotar de los ojos de Vera, traicionando
31:26la calma que intentaba proyectar. Cada vez que me miras de cierta manera, cada vez que
31:32dudas, aunque sea por un segundo, una parte de mí se rompe.
31:35Y ya no me quedan suficientes pedazos para seguir rompiendo. Lope estaba devastado.
31:45Las palabras de Vera eran como cuchillos, y cada una se clavaba más hondo que la anterior.
31:52Se sentía impotente, completamente perdido. Pero podemos superarlo. Juntos, el amor lo
31:58supera todo. Suplicó, su voz rota.
32:01A veces el amor no es suficiente. Susurró Vera, y esa frase fue la sentencia final.
32:10Sonaba a verdad, a una verdad terrible y definitiva. Necesito encontrar una manera de vivir conmigo
32:16misma, con mi pasado, por mi cuenta.
32:20Y no puedo hacerlo si constantemente siento que te estoy decepcionando. Puso fin a su relación
32:25allí mismo, en el corazón de la cocina que había sido testigo de tantos de sus momentos felices.
32:32Fue un acto de una crueldad necesaria, una amputación para evitar que la gangrena de la duda y el
32:37resentimiento los consumiera a ambos.
32:41Lo siento, Lope, de verdad que lo siento. Dijo, su voz apenas un hilo. Se dio la vuelta y se marchó,
32:48dejando a Lope de pie, solo, en medio de la harina y el calor de los hornos, con el corazón hecho
32:54añicos. Se quedó mirando el espacio vacío donde ella había estado. Incapaz de moverse, de respirar,
33:02de pensar. El olor a pan ya no era reconfortante. Ahora olía a pérdida. Vera caminó por los pasillos
33:10del servicio, ciega por las lágrimas. La pregunta que había estado evitando ahora resonaba en su
33:18cabeza con una claridad ensordecedora. ¿Y ahora qué? ¿Volvería a su casa? ¿A esa vida que había
33:24dejado atrás? La libertad que buscaba al romper con Lope se sentía, en ese momento, exactamente igual
33:30que el más absoluto y aterrador de los abandonos. Había cortado su ancla, y ahora estaba a la deriva en
33:38un mar de incertidumbre, con el eco de un amor perdido como única y dolorosa compañía.
33:45El viernes en la promesa no había sido solo un día más. Había sido un día de terremotos y réplicas,
33:51de confesiones y confrontaciones, de frágiles treguas y dolorosas rupturas.
33:58Las vidas de señores y sirvientes, tan distintas y a la vez tan inextricablemente unidas, se habían
34:04tensado hasta el límite. Y mientras la noche caía sobre el palacio, las consecuencias de cada decisión,
34:12de cada palabra y de cada lágrima, apenas comenzaban a desplegarse, prometiendo un amanecer
34:17lleno de nuevas y aún más inciertas batallas.
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