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Leocadia recuerda la muerte de Jana, Manuel renuncia
El capítulo 670 de La Promesa promete emociones desbordantes y giros que dejarán a todos sin aliento. Manuel sorprende con una decisión radical que marcará un antes y un después en su vida, mientras Leocadia se enfrenta a sus propios fantasmas y recuerda con crudeza lo ocurrido la fatídica noche de la muerte de Jana.
En paralelo, Curro sigue la pista de Ángela en una búsqueda desesperada que apunta cada vez más hacia Lorenzo, mientras que Ver ...
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#LaPromesa, #avance, #capítulo, #670Leocadia, #recuerda, #muerte, #JanaManuel, #renuncia
Leocadia recuerda la muerte de Jana, Manuel renuncia
El capítulo 670 de La Promesa promete emociones desbordantes y giros que dejarán a todos sin aliento. Manuel sorprende con una decisión radical que marcará un antes y un después en su vida, mientras Leocadia se enfrenta a sus propios fantasmas y recuerda con crudeza lo ocurrido la fatídica noche de la muerte de Jana.
En paralelo, Curro sigue la pista de Ángela en una búsqueda desesperada que apunta cada vez más hacia Lorenzo, mientras que Ver ...
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00:00Leocadia recuerda la muerte de Yana. Manuel renuncia. El capítulo 670 de La Promesa promete
00:07emociones desbordantes y giros que dejaran a todos sin aliento.
00:13Manuel sorprende con una decisión radical que marcará un antes y un después en su
00:17vida, mientras Leocadia se enfrenta a sus propios fantasmas y recuerda con crudeza lo
00:22ocurrido la fatídica noche de la muerte de Yana.
00:24En paralelo, Curro sigue la pista de Ángela en una búsqueda desesperada que apunta cada
00:31vez más hacia Lorenzo, mientras que Vera y Lope atraviesan el frágil equilibrio entre
00:36la reconciliación y la separación.
00:41Catalina, por su parte, demuestra su fuerza al humillar públicamente al varón de Valladares,
00:46consolidando su liderazgo entre los trabajadores.
00:49Los secretos de Candela, las lágrimas de María Fernández y las tensiones en el palacio
00:57confluyen en un episodio cargado de drama, pasión y verdades ocultas que podrían cambiar el
01:02destino de todos los habitantes de La Promesa.
01:07El sol del amanecer se desperezaba sobre los campos de los pedroches, tiñendo el cielo de
01:12acuarelas anaranjadas y púrpuras.
01:14Pero su belleza era un mero espejismo, una burla cruel a la oscuridad que se cernía sobre
01:19el palacio de La Promesa.
01:22Cada rincón de la imponente mansión, desde las cocinas hasta los más suntuosos salones,
01:28era un hervidero de secretos, de angustias contenidas y de pasiones a punto de estallar.
01:33El aire mismo parecía cargado de una electricidad dominosa, como si presagiara la tormenta que
01:41estaba a punto de desatarse, una tormenta que amenazaba con arrastrarlo todo a su paso.
01:49La decisión de Manuel, un vuelo hacia la incertidumbre, el despacho del Marqués de Luján,
01:55habitualmente un santuario de orden y poder, era ahora el escenario de una tensión casi
01:59palpable. El aroma a cuero y a coñac añejo se mezclaba con el olor a pólvora de una batalla
02:07inminente. Don Alonso, con el rostro surcado por la preocupación y la incredulidad, sostenía
02:16con mano temblorosa una carta. Sus ojos, clavados en su hijo Manuel, buscaban una respuesta, una
02:25retractación, cualquier cosa que negara la fría y afilada realidad de las palabras escritas en
02:31aquel papel.
02:34¿Se puede saber qué significa esto, Manuel? La voz del Marqués era un trueno contenido,
02:40una mezcla de autoridad herida y de genuino desconcierto.
02:46Renunciar a tu cargo en la empresa. ¿Has perdido el juicio? ¿Fundar tu propia compañía? ¿Con qué,
02:51me quieres decir, con sueños y aire? Manuel, de pie frente a él, mantenía una calma que a su padre
03:00le resultaba exasperante. Su porte era el de un hombre que ha cruzado un Rubicón personal y ya
03:07no contempla la vuelta atrás. Sus ojos, habitualmente llenos de una melancólica ensoñación cuando pensaba
03:16en sus aviones, ahora brillaban con una determinación de acero. Significa exactamente lo que has leído,
03:25padre, respondió Manuel, su voz serena pero firme. Significa que he terminado de vivir la vida que tú
03:34y la abuela habéis diseñado para mí. Significa que quiero construir algo propio, algo que nazca de mi
03:42esfuerzo, de mi pasión. No quiero ser una pieza más en el engranaje de los Luján. Quiero ser el
03:51ingeniero de mi propio destino. Ingeniero, no me hables de ingeniería. Estalló Alonso, golpeando la
03:59mesa con el puño. Tu deber es con tu familia, con tu apellido, con el legado que te corresponde. Hemos
04:08luchado durante generaciones para construir lo que tenemos, para mantener nuestro estatus.
04:16¿Y tú pretendes tirarlo todo por la borda por un capricho de aeronauta? No es un capricho, padre.
04:25Es mi vida. La réplica de Manuel fue tajante. Es la única que tengo. Y no pienso pasarla encerrado
04:31en un despacho, firmando papeles que no entiendo ni me importan, mientras mi verdadera vocación se
04:36oxida en un hangar. Mi empresa será de aviación. Diseñaremos y construiremos los mejores aeroplanos
04:45de España. Y lo haré con o sin tu bendición. La conversación se extendió, un doloroso intercambio
04:53de reproches y sueños rotos. Alonso evocaba el sacrificio de sus antepasados, la responsabilidad
05:02del linaje, el fantasma de la ruina que siempre acechaba a las grandes familias. Manuel, por
05:10su parte, hablaba de innovación, de futuro, del rugido de los motores como una sinfonía
05:15de progreso, de la libertad de surcar los cielos. Eran dos mundos, dos épocas, dos visiones
05:24de la vida que chocaban con la violencia de una colisión inevitable.
05:30¿Y qué hay de Leocadia? Intirió de pronto Alonso, buscando un flanco débil en la armadura
05:35de su hijo.
05:39Ella ha invertido en la empresa familiar, ha confiado en nosotros, en ti. ¿Qué le diremos,
05:45que el heredero ha decidido marcharse a jugar a los avioncitos?
05:48Una sombra cruzó el rostro de Manuel. El nombre de Leocadia era un veneno que enturbiaba
05:55cualquier conversación. Sabía que su padre estaba ciego a las manipulaciones de esa
06:02mujer, pero él no. A Leocadia le dirás la verdad, dijo Manuel con frialdad. Que he decidido
06:11tomar mi propio camino. Y si de verdad le importa el futuro de esta familia, debería entenderlo.
06:18Aunque sospecho que sus intereses son mucho más personales, se detuvo, midiendo sus palabras,
06:25consciente de que una acusación directa solo empeoraría las cosas.
06:32Padre, esta decisión está tomada. No hay vuelta atrás. He presentado mi renuncia y es definitiva.
06:41Mañana mismo empezaré a buscar inversores para mi proyecto. Dicho esto, Manuel se dio la vuelta
06:46y caminó hacia la puerta, dejando a su padre sumido en un silencio atronador, con la carta
06:52de renuncia temblando en su mano como la hoja de un árbol en pleno vendaval.
06:58El marqués de Luján, por primera vez en mucho tiempo, sintió que el control de su mundo,
07:03de su familia, de su propio heredero, se le escapaba irremediablemente de las manos.
07:08La decisión de Manuel no era solo una renuncia a un cargo. Era la fractura de una dinastía,
07:17el inicio de una nueva era cuyo desenlace nadie podía prever.
07:23La búsqueda de Ángela. Un laberinto de mentiras. Mientras tanto, en otra ala del palacio,
07:29la desesperación tenía un nombre, Curro.
07:31Cada hora que pasaba sin noticias de Ángela era una nueva vuelta de tuerca en su alma.
07:41Recorría los pasillos como un animal enjaulado, con la mirada febril y el corazón encogido
07:46en un puño helado. Había organizado batidas, interrogado a cada miembro del servicio, explorado
07:55cada rincón de los terrenos de la promesa hasta la extenuación.
07:58Pero Ángela se había desvanecido como el humo, sin dejar más rastro que un vacío
08:05insoportable y un miedo que lo consumía todo.
08:11Su angustia se había transformado en una rabia sorda, una rabia que tenía un único
08:15destinatario, el capitán Lorenzo de la Mata.
08:21La certeza de su culpabilidad era una brasa candente en su pecho, una convicción que crecía
08:26con cada negativa del capitán, con cada sonrisa cínica que le dedicaba.
08:33Acababa de tener otro encontronazo con él en los jardines, y el sabor amargo de la impotencia
08:38aún le quemaba en la garganta.
08:42«Sé que es usted», le había gritado, sujetándolo por la solapa de su impecable chaqueta de montar.
08:47«Deje de mentir, ¿dónde la tiene?»
08:53Le juro por lo más sagrado que si le ha hecho daño.
08:59Lorenzo, con una calma glacial, se había desprendido de su agarre con un gesto de desdén.
09:04«Modera tu tono, muchacho, y tus fantasías, ya te he dicho que no tengo nada que ver con la desaparición de esa doncella.
09:17Quizás simplemente se cansó de ti y se buscó un futuro mejor. Es lo que suelen hacer.
09:22«Miente», replicó Curro, con la voz rota por la desesperación.
09:29«Usted la odia, siempre la ha despreciado.
09:35Esto es una venganza, una forma de hacerme daño a mí.
09:38Tú te das demasiada importancia».
09:40Había zanjado Lorenzo, y en sus ojos brilló un destello de crueldad que geló la sangre de Curro.
09:45«Ahora, si me disculpas, tengo asuntos más importantes que atender que escuchar las divagaciones de un mozo enamorado y desesperado».
09:58Y se había marchado, dejándolo solo con su furia y su miedo.
10:03Curro sentía que se ahogaba.
10:07La pasividad de la guardia civil, la falta de pistas, la actitud de Lorenzo.
10:11Todo se confabulaba para crear una pesadilla de la que no podía despertar.
10:19Cada intento de encontrar a Ángela era como golpear un muro de niebla.
10:23Y en medio de esa niebla, la figura de Lorenzo se agigantaba, proyectando una sombra cada vez más oscura y amenazante.
10:33Su instinto le gritaba que el capitán era el culpable, que estaba jugando con él, disfrutando de su sufrimiento.
10:41Pero no tenía pruebas, solo una certeza visceral que lo carcomía por dentro y una creciente desconfianza que lo aislaba de todos los demás.
10:53Se sentía solo, terriblemente solo en una batalla contra un enemigo invisible y poderoso.
10:58Vera y Lope, el frágil puente del amor.
11:04En el bullicioso y cálido mundo de las cocinas, un pequeño milagro había tenido lugar.
11:12Vera y Lope, tras semanas de malentendidos, de orgullos heridos y de palabras no dichas,
11:18finalmente habían encontrado el camino de vuelta el uno al otro.
11:20La reconciliación había sido dulce, un bálsamo para sus corazones doloridos.
11:29Un abrazo torpe en la despensa, unas lágrimas compartidas y la promesa de no volver a permitir que nada ni nadie se interpusiera entre ellos.
11:39La alegría, sin embargo, era tan frágil como el cristal.
11:43Lope observaba a Vera moverse entre los fogones, con una sonrisa en los labios que no llegaba a sus ojos.
11:50Notaba su preocupación, la sombra que la envolvía cada vez que pensaba en su familia.
12:00El mundo de Vera, un mundo de apariencias, de obligaciones y de un padre autoritario que desaprobaba su amor por un simple cocinero,
12:08seguía siendo un obstáculo tan real como los muros de la promesa.
12:11¿En qué piensas? Le preguntó Lope en voz baja, acercándose a ella mientras pelaba patatas con una concentración casi febril.
12:24Vera suspiró, dejando caer el cuchillo sobre la tabla de cortar.
12:27En todo y en nada, Lope.
12:33Pienso en nosotros, en lo feliz que me haces.
12:36Y luego, luego pienso en mi padre, en lo que dirá, en lo que hará cuando se entere de que hemos vuelto.
12:41Tu padre no tiene por qué dirigir tu vida, Vera, dijo Lope, tomando suavemente su mano.
12:53Eres una mujer adulta, tienes derecho a elegir a quién amar.
12:57Tú no lo conoces, replicó ella, con un temblor en la voz.
13:00Para él, el honor y el apellido lo son todo.
13:06Que su hija se case con alguien del servicio.
13:11Sería una deshonra insoportable.
13:13Haría cualquier cosa para impedirlo.
13:15Cualquier cosa, Lope.
13:19La conversación se interrumpió por la entrada de Simona y Candela,
13:23pero la tensión quedó flotando en el aire.
13:25Lope sentía una profunda inquietud.
13:30Amaba a Vera con toda su alma, pero era consciente del abismo que los separaba.
13:38Él era un hombre humilde, cuyo único patrimonio eran sus manos y su talento para la cocina.
13:46Ella era la hija de una familia acomodada, atrapada en una jaula de oro.
13:50Sus caminos, que tanto les había costado unir, parecían destinados a divergir por una realidad social implacable.
13:59El resto del servicio también notaba la extraña melancolía que rodeaba a la pareja.
14:07Yana, María Fernández, todos veían la alegría de la reconciliación empañada por el miedo al futuro.
14:13Se preguntaban cuánto tiempo podría durar esa felicidad prestada.
14:20¿Cuánto tiempo tardaría el mundo exterior en derribar el frágil puente que Vera y Lope habían construido
14:25con tanto esfuerzo sobre las turbulentas aguas de las diferencias de clase?
14:28Pía y Ricardo, la sombra del mayordomo.
14:35El ambiente en la zona del servicio era opresivo, y gran parte de la culpa la tenía el nuevo mayordomo, don Cristóbal.
14:45Su llegada había supuesto un terremoto.
14:47Con su semblante severo y su vara de medir implacable, había impuesto un régimen de terror silencioso.
14:53Pero para Pía y Ricardo, su presencia era una amenaza directa y personal.
15:01Cristóbal conocía su relación secreta y les había dado un ultimátum.
15:05Uno de los dos debía abandonar la promesa.
15:10La decisión era una tortura.
15:12¿Quién debía sacrificarse?
15:14¿Cómo podían elegir entre su amor y su sustento?
15:16Habían pasado noches en vela, discutiendo en susurros, buscando una salida que no existía.
15:23Finalmente, con el corazón roto, habían aceptado la terrible realidad.
15:30Pero Cristóbal no se conformaba con su sufrimiento.
15:33Parecía disfrutarlo.
15:37Esa mañana, los había convocado a su despacho.
15:40Pía y Ricardo entraron con la cabeza agacha, esperando el golpe de gracia.
15:44Lo que no esperaban era la presencia de Santos, el lacayo trepador y malicioso, que observaba
15:53la escena desde un rincón con una sonrisa de satisfacción.
15:59Señora Adarre, señor Pellicer, comenzó Cristóbal, con su tono gélido habitual.
16:05Veo que finalmente han comprendido la gravedad de su...
16:08Indiscreción, han puesto en entredicho la moralidad de este palacio.
16:14Sin embargo, los marqueses han intervenido y, por ahora, no puedo despedir a ninguno de los dos.
16:23Un hilo de esperanza iluminó los rostros de Pía y Ricardo, pero se extinguió tan rápido como apareció.
16:28No obstante, continuó el mayordomo, esto no significa que su comportamiento vaya a quedar impune.
16:41A partir de hoy, sus responsabilidades serán reasignadas.
16:45Usted, Ricardo, se encargará de la limpieza de las letrinas y de vaciar los orinales.
16:50Y usted, Pía, será la encargada de fregar todos los suelos del palacio, de rodillas, como corresponde.
17:02La humillación era brutal, calculada, pero lo peor fue la mirada de Santos.
17:07Al salir del despacho, con la dignidad hecha a jirones, en la calle se les acercó.
17:12Vaya, vaya, si se o, con un placer perverso en la voz.
17:19Parece que los tortolitos van a tener que ensuciarse un poco las manos.
17:26Si necesitan algún consejo sobre cómo quitar las manchas más, difíciles, no duden en preguntarme.
17:35A fin de cuentas, para eso estamos los compañeros, ¿no?
17:38Para ayudarnos a caer, Santos se alejó, dejando tras de sí una estela de veneno.
17:47Pía y Ricardo se miraron, compartiendo una misma desesperación.
17:51No solo tenían que soportar la tiranía de Cristóbal, sino también el sadismo de Santos,
17:56que, con el beneplácito del mayordomo, había encontrado la oportunidad perfecta para hacer leña del árbol caído.
18:05Su futuro en la promesa se había convertido en un infierno.
18:08Y la resignación era la única y amarga opción que les quedaba.
18:15Candela y Toño.
18:17Remendando el pasado.
18:18La tensión familiar también se cocinaba a fuego lento entre los fogones.
18:22La relación entre Simona y su hijo Toño, recién llegado a la promesa, era un campo de minas.
18:34Años de abandono y resentimiento habían creado un abismo entre ellos que parecía insalvable.
18:39Simona, torpe en sus muestras de afecto, no hacía más que alejarlo con sus intentos de acercamiento.
18:48Y Toño, con el corazón blindado por el dolor del pasado, la rechazaba una y otra vez.
18:56Candela, que quería a Simona como a una hermana, no podía soportar verla sufrir.
19:04Sabía que la única forma de que Toño entendiera a su madre era conociendo toda la verdad, por dolorosa que fuera.
19:10Por eso, aprovechando un momento de calma en la cocina, se acercó al joven.
19:18Toño, puedo hablar contigo un momento, le dijo con dulzura.
19:24El joven asintió, a la defensiva, como siempre que alguien del entorno de su madre se le acercaba.
19:33Sé que es difícil para ti, comenzó Candela, buscando las palabras adecuadas.
19:38Sé que guardas mucho rencor a tu madre.
19:40Y tienes tus razones, pero hay cosas que no sabes, secretos que Simona ha guardado durante años por vergüenza, por dolor.
19:53Secretos que podrían ayudarte a entender por qué hizo lo que hizo.
19:57La curiosidad venció al resentimiento de Toño.
20:02Miró a Candela, y por primera vez, escuchó.
20:05Con la voz entrecortada por la emoción, Candela le abrió su corazón y le reveló el pasado de su madre.
20:10Le habló de la pobreza extrema, del marido maltratador que la convirtió en una sombra de sí misma.
20:19Le contó la historia de cómo, en un acto de desesperación para proteger a sus hijos de aquel infierno,
20:28tuvo que tomar la decisión más desgarradora que una madre puede tomar.
20:32Dejarlos atrás para que tuvieran una oportunidad de sobrevivir, una oportunidad que ella no podía darles.
20:37No te pido que la perdones de la noche a la mañana, Toño, concluyó Candela, con los ojos llenos de lágrimas.
20:49Solo te pido que la escuches, que intentes ver más allá de la mujer que te abandonó y veas a la madre que se sacrificó por ti y por tu hermana.
20:56Dale una oportunidad, dátela a ti mismo.
21:02Toño permaneció en silencio, abrumado por la revelación.
21:08La imagen de su madre, la mujer dura y a veces arisca que conocía, se resquebrajó, dejando al descubierto a una víctima,
21:16a una superviviente de una tragedia que él nunca había imaginado.
21:19Las palabras de Candela habían plantado una semilla de duda en su corazón endurecido,
21:27una pequeña y frágil posibilidad de reconciliación que, por primera vez, no parecía del todo imposible.
21:36La herida seguía ahí, profunda y dolorosa, pero ahora, quizás, podría empezar a sanar.
21:41El corazón roto de María Fernández.
21:47La noche anterior, el servicio había organizado una pequeña fiesta en el pueblo para intentar levantar los ánimos.
21:56Música, baile y un poco de vino para olvidar las penas.
22:00Pero para María Fernández, la fiesta solo había servido para avivar el fuego de su dolor.
22:05Cada canción de amor, cada pareja que bailaba abrazada, era una apuñalada en su corazón.
22:16Porque ella amaba a un hombre que nunca podría ser suyo.
22:19Samuel, el párroco.
22:21Su regreso había sido una mezcla de alegría y agonía.
22:27Lo había visto, había hablado con él,
22:30pero la sotana que vestía era un recordatorio constante de la barrera infranqueable que los separaba.
22:34Él seguía siendo un hombre de Dios, y ella, una simple doncella con un amor imposible.
22:45Tras la fiesta, incapaz de fingir más, se había derrumbado.
22:49Yana la encontró llorando desconsoladamente en su habitación,
22:53un sollozo silencioso y desgarrador que sacudía todo su cuerpo.
22:56No puedo más, Yana, susurró entre lágrimas, aferrándose a su amiga.
23:04No puedo seguir así.
23:08Verle, saber que está tan cerca y a la vez tan lejos.
23:12Me está matando, creí que cuando volviera, todo sería diferente.
23:15Creí que dejaría los hábitos por mí, como me prometió.
23:21María, tienes que ser fuerte, le decía Yana, acariciándole el pelo,
23:26aunque sus propias palabras sonaban huecas ante un dolor tan profundo.
23:30¿Fuerte? ¿Cómo se puede ser fuerte cuando el corazón se te ha roto en mil pedazos?
23:38Replicó María.
23:42Le amo, Yana, le amo más que a mi propia vida.
23:45Y este amor me está consumiendo.
23:47A veces desearía no haberle conocido nunca.
23:49Desearía poder arrancármelo del pecho.
23:55La joven doncella, habitualmente alegre y vivaz, era ahora la viva imagen de la desolación.
24:03El peso de su amor prohibido se había vuelto insoportable.
24:06Se sentía atrapada en una encrucijada sin salida,
24:09amando a un hombre al que la fe le impedía corresponderle plenamente.
24:13Su risa se había apagado, y en su lugar solo quedaba la sombra de un amor que,
24:21por más puro y verdadero que fuera, parecía condenado al fracaso.
24:27La humillación del varón.
24:29En medio de los dramas personales,
24:31la lucha social también libraba su propia batalla en los terrenos de la promesa.
24:38Catalina, convertida en una líder inesperada para los jornaleros,
24:42había decidido que era hora de poner fin a los abusos del varón de Valladares.
24:49El noble, un hombre déspota y cruel,
24:52había estado explotando a sus trabajadores,
24:54imponiendo condiciones inhumanas y negándose a cualquier tipo de negociación.
25:01Apoyada firmemente por los trabajadores,
25:04que veían en ella una esperanza de justicia,
25:06Catalina ideó un plan audaz.
25:08Sabía que al varón lo que más le importaba era su reputación,
25:15su imagen pública ante el resto de la aristocracia.
25:20Y fue ahí donde decidió atacar.
25:22El día de la cacería anual,
25:24un evento que reunía a lo más granado de la nobleza de la comarca,
25:28Catalina y sus trabajadores interrumpieron la celebración.
25:30No lo hicieron con violencia, sino con algo mucho más poderoso, la verdad.
25:38En el momento en que el varón, ufano y altivo,
25:41se disponía a hacer el brindis de honor,
25:43Catalina, flanqueada por hombres y mujeres con el rostro curtido por el sol
25:47y las manos destrozadas por el trabajo, tomó la palabra.
25:50Su voz, clara y firme, resonó en el silencio atónito de los presentes.
25:58Con una elocuencia demoledora, expuso, uno por uno, los abusos del varón.
26:06Habló de los jornales de miseria, de las jornadas interminables,
26:10de las viviendas insalubres,
26:12de los niños que pasaban hambre mientras el varón se daba festines.
26:15No gritó, no insultó, simplemente, narró los hechos,
26:22con la contundencia de la evidencia.
26:27Varios trabajadores, con una valentía recién descubierta,
26:31dieron un paso al frente y corroborraron sus palabras,
26:34mostrando sus manos, sus ropas raídas,
26:36las pruebas vivientes de la explotación.
26:41El varón de Valladares palideció,
26:43intentó negar las acusaciones,
26:45balbuceó excusas,
26:47pero las miradas de sus pares,
26:49una mezcla de sorpresa,
26:50desprecio y vergüenza ajena,
26:52lo silenciaron.
26:56La humillación fue total,
26:58pública y devastadora.
26:59Catalina no sólo había ganado una batalla para sus trabajadores,
27:03había desenmascarado al noble,
27:05destrozando su reputación de una forma que jamás podría reparar.
27:08Había demostrado que la fuerza de la razón y la unidad de los oprimidos
27:14podían ser más poderosas que cualquier título nobiliario.
27:21El varón, derrotado y ridiculizado,
27:24sólo pudo retirarse,
27:25seguido por el murmullo de las críticas y las miradas acusadoras.
27:28Fue una humillación que el noble, sin duda, jamás olvidaría.
27:35El desenlace,
27:36chantaje y memoria.
27:40La noche cayó sobre la promesa,
27:42pero no trajo consigo la paz,
27:44sino el clímax de dos de las tormentas más violentas.
27:50Leocadia,
27:51con el alma en vilo por la desaparición de su hija Ángela,
27:54se encontró con Lorenzo en la biblioteca.
27:59La desesperación la había llevado a aceptar el terrible chantaje del capitán.
28:03¿Lo has pensado bien, Leocadia?
28:05Preguntó Lorenzo,
28:07sirviéndose un coñac con una tranquilidad exasperante.
28:13Soy un monstruo,
28:14susurró Leocadia,
28:16con la voz rota.
28:17Pero haré lo que me pides,
28:18hablaré con Ángela.
28:19La convenceré de que se case contigo,
28:24pero júrame que la liberarás,
28:26que no le has hecho ningún daño.
28:31Te doy mi palabra de caballero,
28:33dijo Lorenzo con una sonrisa que era una mueca.
28:36En cuanto me dé tu bendición y vea que la muchacha está
28:39receptiva,
28:43volverá a casa sana y salva.
28:45Has tomado la decisión correcta,
28:47querida.
28:50Seremos una familia.
28:52Leocadia sintió náuseas.
28:54La idea de entregar a su hija a ese hombre
28:55era como vender su alma al diablo.
29:00Pero el miedo por la vida de Ángela
29:02era más fuerte que su propia repugnancia.
29:05Se sentía acorralada,
29:06sin salida,
29:07una marioneta en manos de un hombre sin escrúpulos.
29:13Mientras Leocadia sellaba su pacto infernal,
29:16en otra parte del palacio,
29:17el capitán de la mata,
29:19no contento con una víctima,
29:21había decidido abrir otra herida.
29:25Se enfrentó a la señora de Figueroa,
29:27la propia Leocadia,
29:29con una acusación brutal,
29:30directa,
29:31como un disparo a quemarropa.
29:33Usted sabe lo que pasó la noche que murió Yana.
29:39Le espetó,
29:40sin preámbulos.
29:41Usted estaba allí.
29:45La vi,
29:46y no hizo nada para evitarlo.
29:48Es tan culpable como el que empuñó el arma.
29:49Las palabras de Lorenzo fueron como una llave
29:54que abre una puerta a largo tiempo
29:56sellada en la mente de Leocadia.
30:01El mundo a su alrededor se desvaneció.
30:03El olor a libros y a madera de la biblioteca desapareció,
30:07reemplazado por el olor metálico de la sangre
30:09y la humedad de la noche.
30:10El presente se disolvió
30:14y fue arrastrada violentamente al pasado,
30:17a esa noche fatídica.
30:21El recuerdo la golpeó con la fuerza de un huracán.
30:24Se vio a sí misma,
30:25escondida detrás de unos matorrales en el jardín,
30:28con el corazón martilleándole en el pecho.
30:33La luna,
30:34pálida y enfermiza,
30:35arrojaba una luz fantasmal sobre la escena.
30:38Vio a Yana,
30:39discutiendo acaloradamente con una figura
30:41a la que no podía poner rostro.
30:43Una silueta oscura contra la luz del palacio.
30:49Las voces eran susurros airados,
30:51fragmentos de frases que el viento se llevaba.
30:54Olló hablar de secretos,
30:55de traiciones,
30:57de una verdad que no podía salir a la luz.
31:02No te lo permitiré,
31:03has llegado demasiado lejos,
31:05nadie puede saberlo.
31:06Y entonces,
31:07el brillo metálico.
31:09Un destello fugaz bajo la luna.
31:13No fue un arma de fuego.
31:15Fue algo más corto,
31:16más íntimo.
31:19Un cuchillo,
31:20un abrecartas.
31:21No podía distinguirlo.
31:23Vio el brazo de la silueta alzarse y caer.
31:25Una,
31:26dos,
31:26tres veces.
31:27El grito de Yana fue un sonido ahogado,
31:33un suspiro de sorpresa y dolor que se perdió en la inmensidad de la noche.
31:36Vio como su cuerpo se desplomaba sin vida sobre la hierba húmeda y vio a la figura oscura inclinarse sobre ella como para asegurarse de que el trabajo estaba hecho antes de desaparecer entre las sombras del palacio.
31:52Leocadia sintió el terror paralizante, el mismo que sintió esa noche.
32:00Quiso gritar, correr, pero sus piernas no respondían.
32:06Estaba clavada al suelo, una espectadora impotente del horror.
32:09Y entonces, la figura, al darse la vuelta, pasó por una franja de luz que se filtraba desde una ventana.
32:19Por un instante, solo un instante, pudo ver el rostro del asesino.
32:24Y el reconocimiento la golpeó con una fuerza tan brutal que la dejó sin aliento.
32:31El recuerdo se hizo añicos, y Leocadia volvió de golpe a la biblioteca.
32:36Jadeaba, con los ojos desorbitados por el horror.
32:39Lorenzo la observaba con una sonrisa triunfante.
32:44Él no sabía lo que ella había visto, pero sabía que había tocado la fibra sensible.
32:52Ahora lo recuerdas, ¿verdad?
32:54Dijo él, saboreando su victoria.
32:57Leocadia no pudo responder.
33:01El rostro que había visto en su memoria, el rostro del asesino de Yana, se había grabado a fuego en su mente.
33:09Era un rostro que conocía muy bien, un rostro que lo cambiaba todo.
33:14La muerte de Yana no había sido como todos pensaban.
33:17Y ella, Leocadia, tenía en sus manos una verdad tan terrible, tan peligrosa, que no sabía si la destruiría a ella o a toda la promesa.
33:31El chantaje de Lorenzo por la mano de su hija se había convertido, de repente, en el menor de sus problemas.
33:37Un nuevo y mucho más aterrador juego acababa de comenzar.
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