Esto del veraneo, que tanto me gustaba de chaval, me empieza a cargar un poco.
No por ustedes, que seguro merecen un mes largo de ‘dolce far niente’, el placer de no hacer nada que dicen los italianos.
Lo que me mosquea son los políticos, que rara vez dan chapa y no volverán al Congreso hasta avanzado septiembre. Y lo mismo en la Administración y hasta en las sedes de los partidos.
No anda España como para que está panda de mangantes se tumbe panza al sol y sólo se agite si están tibias las cervezas del chiringuito.