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  • hace 3 meses
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Transcripción
00:00Avance semanal de Valle Salvaje, estás en mis manos. Julio cambia las reglas del 28 al 1 de agosto.
00:19Lunes, 28 de julio. Ecos de una amenaza y la sombra de la duda. El sol del lunes ascendió
00:26perezosamente sobre el valle, como si temiera iluminar las intrigas que se habían tejido durante
00:31la noche. En la casa pequeña, el pánico inicial había dado paso a una tensa calma. El desconocido
00:39no había pronunciado palabra. Simplemente había depositado al niño en una cuna improvisada,
00:47había hecho una leve inclinación de cabeza y se había marchado con la misma celeridad fantasmal
00:51con la que llegó, dejando tras de sí un reguero de miedo y un centenar de preguntas sin respuesta.
00:59¿Era un aviso de José Luis? ¿Un peón en un juego que aún no comprendían? La incertidumbre
01:04era un veneno que comenzaba a correr por las venas de la familia.
01:09Mientras tanto, en la casa grande, otros fuegos ardían con igual o mayor intensidad.
01:14El embarazo de Adriana se había convertido en el epicentro de todas las estrategias,
01:21un arma de doble filo que todos deseaban blandir. Julio, cuyo rostro se había convertido en una
01:27máscara de serena ambigüedad, buscó a Rafael en la biblioteca. El aire olía a cuero viejo y a
01:34secretos. Rafael, tenemos que hablar. Comenzó Julio, su voz era un murmullo medido, casi un susurro.
01:45Se sirvió una copa de brandy, pero no la bebió. Solo la sostuvo, mirando el líquido ámbar como si
01:51contuviera las respuestas. Rafael lo miró desde el otro lado de la habitación, con los brazos cruzados
01:59y una expresión de impaciencia. La diplomacia de su hermano empezaba a carcomerle los nervios.
02:06Habla, entonces. No tengo todo el día. Es sobre Adriana. Y sobre ti, Julio se acercó. Sus pasos
02:16eran silenciosos sobre la alfombra persa. Este embarazo, lo cambia todo. No es solo un niño. Es
02:24el futuro heredero de José Luis, el futuro de esta casa. Y tú, con tu cercanía, la estás poniendo en
02:33una situación imposible. Rafael soltó una risa amarga, un sonido áspero que arañó el silencio.
02:41¿Yo? ¿O es Úrsula quien la está asfixiando? ¿Es ella quien la amenaza día y noche? ¿Y qué haces tú,
02:47Julio? ¿Qué haces tú, que eres su marido? Hago lo que debo hacer para protegerla. Replicó Julio,
02:54su calma imperturbable era casi insultante. Y lo que debes hacer tú, por el amor que dices
03:02tenerle, es alejarte. Dale espacio. Dale paz. El médico ha dicho que necesita tranquilidad. Tu
03:10presencia constante, esta tensión, es un riesgo para ella y para el bebé. Si de verdad la amas,
03:18demuéstralo desapareciendo de su vida por un tiempo. Jamás, dijo Rafael, su voz vibrando con
03:25una furia contenida. Dio un paso adelante, acortando la distancia entre ellos. Eran el
03:32día y la noche, el fuego y el hielo. No voy a renunciar a ella. Menos ahora, cuando más me
03:40necesita. No la dejaré sola con sus miedos y con una víbora como Úrsula rondando. Y mucho menos la
03:48dejaré sola contigo y tu cobardía. Julio ni se inmutó. Sus ojos grises se encontraron con los de
03:54su hermano. No es cobardía, Rafael. Es estrategia. A veces, la mejor forma de ganar una guerra es una
04:03retirada a tiempo. Piénsalo, por ella. Se dio la vuelta y salió de la biblioteca, dejando a Rafael
04:11hirviendo en una mezcla de rabia e impotencia. Las palabras de Julio, tan lógicas y tan venenosas,
04:19habían dado en el blanco. Y si tenía razón, y si su amor, en lugar de un refugio, se había convertido
04:26en una jaula para Adriana. Poco después, Julio se encontró con Úrsula en los jardines. Ella lo
04:34esperaba, impaciente, con el veneno a flor de piel. Y bien, le espetó ella. ¿Has hablado con tu
04:42hermanito? ¿Le has dejado claro que debe apartarse de mi camino? Le he advertido que no siga por esa
04:48senda, respondió Julio, con el mismo tono neutro. Y a ti te advierto lo mismo, Úrsula. Ten cuidado,
04:57Rafael y Adriana están más unidos que nunca. Son capaces de cualquier cosa para proteger lo que
05:04tienen. No subestimes la fuerza de su desesperación. Úrsula sonrió, una sonrisa torcida y sin alegría.
05:13¿Desesperación? Lo que yo veo es un hombre que es mío y una usurpadora que no sabe cuándo rendirse.
05:19No te preocupes por mí, Julio. Sé perfectamente cómo jugar mis cartas. Y tú deberías recordar
05:26de qué lado estás. Se alejó, contoneándose, dejando a Julio con una expresión que por primera
05:33vez delataba algo más que simple calma. Era una sombra, un destello de algo mucho más oscuro y
05:41calculado. En otro rincón del valle, en la casa del capataz, Leonardo daba vueltas como un animal
05:48enjaulado. La carta que había escrito con Irene, una confesión torpe y dolorosa sobre
05:55su desliz, seguía guardada en el bolsillo de su chaqueta.
05:58Cada vez que se acercaba a Bárbara, las palabras se le morían en la garganta. La culpa era una
06:06piedra en su pecho.
06:07¿Todavía no se lo has dicho? Le preguntó Irene esa tarde, mientras supervisaban el trabajo en los
06:14establos. Leonardo negó con la cabeza, pasándose una mano por el pelo. No puedo, Irene. No encuentro
06:23el momento, ni las palabras. Cada vez que la miro, tan feliz, tan ilusionada con nuestra boda. Me siento
06:32el peor de los hombres. El tiempo se acaba, Leonardo. Le advirtió ella con suavidad. Bárbara no es tonta.
06:43Ya está empezando a sospechar. Me ha preguntado por qué estás tan extraño, tan distante.
06:48Lo sé, y me está volviendo loco. Se detuvo y la miró, sus ojos suplicantes. ¿Qué hago?
06:58Irene suspiró. Había un dolor profundo y resignado en su mirada. Pronto lo entenderá todo. Dijo,
07:04aunque no estaba claro si intentaba consolarlo a él o a sí misma. Solo dale un poco más de tiempo. A
07:12veces, la verdad necesita encontrar su propio camino. Mientras tanto, un movimiento inesperado
07:19sacudía los cimientos de la guerra entre las dos grandes familias. Victoria, en un gesto que
07:26desconcertó a todos, solicitó una reunión con Bernardo. Se encontraron en el linde de sus tierras,
07:34en terreno neutral. Bernardo? Dijo Victoria. Su porte era el de una reina, pero su voz denotaba
07:41un cansancio genuino. Esta guerra nos está destruyendo a todos. A ti, a mí, a nuestros
07:49hijos. Propongo una tregua. Bernardo la observó con cautela. Años de traiciones y golpes bajos le
07:57habían enseñado a desconfiar de cualquier gesto de paz proveniente de la casa grande. ¿Una tregua?
08:03¿Por qué ahora, Victoria? Porque veo a mis hijos volverse en mi contra. Porque veo como este odio
08:11consume todo lo bueno que queda en el valle. Porque temo que cuando esta guerra termine,
08:16no quede nada por lo que luchar. Demos un paso atrás, hablemos. Sus palabras sonaban sinceras,
08:24y Bernardo, a pesar de sí mismo, sintió que debía considerarlo. Sin embargo, al volver a casa y
08:33contárselo a Mercedes, la matriarca de los Galvez lo miró con escepticismo.
08:39No te fíes, Bernardo. Le advirtió. Su voz era dura como el granito. Esa mujer no da un paso sin un plan.
08:49Detrás de esa oferta de paz se esconde una nueva trampa. Quieren algo. Siempre quieren algo.
08:54La tensión en el ambiente era tan densa que se podía cortar. Y fue en medio de esa atmósfera
09:01cargada que Adriana decidió visitar la casa pequeña. Necesitaba el calor de su familia,
09:08un respiro del aire viciado de la casa grande. Pero apenas cruzó el umbral, un sudor frío le
09:16recorrió la espalda y el mundo empezó a dar vueltas a su alrededor. Adriana, ¿estás bien?
09:22Preguntó Pepa, corriendo a su lado. Adriana se agarró al marco de la puerta, su rostro pálido
09:28como la cera. No sé, me siento, mareada. El pánico se apoderó de la pequeña estancia. ¿Estaba en riesgo
09:38el bebé? ¿O era solo el peso de la angustia que finalmente le pasaba factura? Nadie podía olvidar
09:44que Victoria, por orden expresa de José Luis, había insistido en enviar a una comadrona para
09:49vigilar el embarazo. Una comadrona que Adriana se negaba a recibir, viéndola como una espía más del
09:56duque. Y mientras el miedo se cernía sobre el futuro heredero, en la casa grande, una nueva figura hacía
10:04su aparición. Amanda, la madre de Leonardo, llegaba al valle. Era una mujer elegante, de sonrisa
10:14serena y mirada inteligente, el polo opuesto al autoritario don Hernando. Su llegada fue un bálsamo
10:21para Leonardo, un recordatorio de que no todo en su vida era conflicto y culpa. Pero Amanda no solo
10:29había venido a ver a su hijo, había venido a conocer el lugar y a la gente que estaba cambiando
10:33su vida para siempre, sin saber que su presencia se convertiría en una pieza clave en el tablero de
10:39ajedrez de Valle Salvaje. Martes, 29 de julio. Treguas frágiles y un corazón que se detiene. La
10:48mañana del martes trajo consigo un aire de cambio. La propuesta de tregua de Victoria había calado en
10:55Bernardo. A pesar de las advertencias de Mercedes, él sentía que era una oportunidad que no podían
11:01dejar pasar. Sus propios hijos, los Galvez de Aguirre, estaban cada vez más distanciados de su
11:09padre, anhelando una solución que pusiera fin a un conflicto que los había marcado desde la cuna.
11:16Lo intentaré, le dijo Bernardo a Mercedes, con una determinación que rara vez mostraba.
11:22Hablaré con José Luis, nos reuniremos, si hay una mínima posibilidad de paz, tengo la obligación de
11:31explorarla. Por nuestros hijos, Mercedes lo observó en silencio, no compartía su optimismo, pero respetaba
11:40su decisión. Sabía que la guerra los había desgastado a todos, y quizás, solo quizás, su esposo tenía
11:49razón. El encuentro se pactó para esa misma tarde, un cara a cara entre Bernardo y José Luis, los dos
11:58patriarcas, los dos titanes cuyo odio había dado forma al valle durante décadas. La atmósfera estaría
12:06cargada de desconfianza, cada palabra sería un arma potencial, pero por primera vez en mucho tiempo, existía
12:13la esperanza de un diálogo. Sin embargo, mientras las casas rivales intentaban un precario acercamiento,
12:21la salud de Adriana se desplomaba de forma alarmante. La tensión de los últimos días, el chantaje
12:28constante de Úrsula, el silencio ambiguo de Julio y la pasión prohibida por Rafael habían creado un
12:34cóctel emocionalmente letal. Se negaba a comer, apenas dormía y rechazaba con vehemencia a la matrona
12:42enviada por José Luis, a quien consideraba un agente del enemigo. Fue el pequeño Pedrito quien la
12:49encontró. Había ido a su habitación para llevarle un vaso de agua con limón, su remedio para todo.
12:56La puerta estaba entreabierta, ¿Adriana? murmuró, asomando la cabeza. La vio en el suelo, junto a la
13:04mecedora, inmóvil. El vaso de agua se estrelló contra el suelo de madera, rompiéndose en mil
13:12pedazos, un sonido agudo que fue el preludio de un grito de pánico infantil. Adriana, ayuda,
13:19mi hermana no se mueve. El grito de Pedrito resonó por toda la casa grande, un alarido de
13:25terror que geló la sangre de todos. Rafael fue el primero en llegar, seguido de un Julio cuyo rostro,
13:33por primera vez, perdió su compostura para dar paso a una mueca de puro espanto.
13:40Apartaos, rugió Rafael, levantando a Adriana en brazos. Estaba inconsciente, su piel fría y su
13:47respiración, peligrosamente superficial. La llevó hasta la cama, gritando órdenes, pidiendo un médico,
13:56agua, aire. El desmayo, mucho más grave que el del día anterior, actuó como un electrochoque.
14:04La guerra, la tregua, las intrigas, todo quedó en un segundo plano. Lo único que importaba era la
14:12joven y la frágil vida que llevaba dentro. José Luis, al enterarse, montó en cólera,
14:19no por afecto, sino por el riesgo que corría su anhelado heredero. En medio de este caos,
14:26la llegada de Amanda, la madre de Leonardo, se sintió como un ancla en la tormenta.
14:34Leonardo la recibió en la entrada de la finca, y el abrazo que se dieron fue largo y lleno de
14:39significado. Madre, qué alegría tenerte aquí. No podía esperar más, hijo mío, dijo ella,
14:48acariciándole la mejilla. Sus ojos, amables pero perspicaces, lo examinaron de arriba abajo.
14:57Te noto cansado, Leonardo. Preocupado. La relación entre ellos era un remanso de paz en comparación con
15:06la tirantez que definía el trato de Leonardo con su padre. Con Amanda, él podía ser vulnerable.
15:14Han sido días complicados, madre. Muy complicados. Lo imagino, este valle parece un lugar donde las
15:21emociones corren tan profundas y turbulentas como el río. Observó ella, mirando a su alrededor.
15:28Pero no he venido solo a verte a ti. Me has hablado tanto de ella. Quiero conocer a la mujer que ha
15:35logrado lo que ninguna otra. Robarte el corazón. Quiero conocer a Bárbara. La mención de Bárbara
15:43hizo que Leonardo sintiera una punzada de culpa aún más aguda. La presencia de su madre, de la mujer
15:51que más respetaba en el mundo, lo obligaba a mantener una farsa que cada día se le hacía más
15:56pesada. Su llegada, pensada como un bálsamo, se convertía en una nueva presión. Amanda no era
16:05una simple visitante. Era una observadora inteligente, y Leonardo sabía que no podría
16:10ocultarle sus tormentos por mucho tiempo. Su estancia en Valle Salvaje prometía ser mucho
16:17más que una simple visita familiar. Sin saberlo, había llegado para ser testigo y, quizás,
16:24jueza, de los secretos más oscuros de la casa grande.
16:30Miércoles, 30 de julio, ultimátums y el juego sucio del duque. El sol del miércoles encontró
16:37a Valle Salvaje en un estado de calma tensa. Adriana había recuperado la conciencia durante
16:43la noche. La matrona, finalmente aceptada a regañadientes ante la gravedad de la situación,
16:49le había impuesto un reposo absoluto y una serie de cuidados estrictos.
16:55Debes priorizar a tu hijo, Adriana. Le había dicho la mujer, con una voz firme pero no exenta
17:01de amabilidad. Este niño no entiende de guerras ni de odios. Solo necesita que su madre esté
17:08fuerte y tranquila. Por su bien, debes intentar llevarte bien con su abuelo. Al menos, por ahora,
17:16Adriana escuchó en silencio, con la mano sobre su vientre.
17:21Las palabras de la matrona resonaban con una lógica aplastante. Quizás era hora de dejar
17:27de luchar contra todo y contra todos, y centrarse en la pequeña vida que dependía enteramente de ella.
17:32La tregua temporal causada por el susto de Adriana, sin embargo, no aplicaba a todos los frentes.
17:41El conflicto más personal y virulento, el que enfrentaba a Rafael y a Úrsula,
17:47estaba a punto de alcanzar su punto de ebullición.
17:51Para Rafael, Úrsula era la única y directa responsable del colapso de Adriana. Su veneno,
17:58instilado día a día, la había llevado al límite. Y él no estaba dispuesto a tolerarlo ni un segundo
18:05más. La encontró en el invernadero, arrancando con saña las hojas secas de unas orquídeas.
18:12La violencia de sus gestos delataba su frustración. Se acabó, Úrsula, dijo Rafael, su voz era baja,
18:20pero cortante como un cuchillo. Se había plantado frente a ella, bloqueándole la salida. Ella se
18:29giró, intentando recomponer su máscara de arrogancia. ¿De qué hablas ahora, Rafael? Si vienes a culparme
18:37por el desmayo de tu amante, Teahor. He dicho que se acabó, la interrumpió, su voz subiendo de
18:44volumen, cargada de una furia que había estado reprimiendo durante semanas. Se acabó tu chantaje,
18:52se acabaron tus amenazas. No voy a ceder más. No me importa lo que hagas. No me importa lo que digas.
18:59Si quieres contar la verdad, hazlo. Si quieres gritar a los cuatro vientos que Adriana y yo nos amamos,
19:05adelante. Prefiero enfrentar el escándalo, el destierro, la ira de mi padre. Prefiero enfrentar
19:14cualquier cosa antes que verte destruirla lentamente. ¿Me has oído, cualquier cosa? Se
19:20acercó tanto que Úrsula pudo sentir el calor que emanaba de su rabia. Estaba acostumbrada a ver a los
19:27hombres suplicar, negociar, temer. Pero nunca había visto esa mirada en Rafael. Era la mirada de un
19:36hombre que ya no tenía nada que perder, y eso lo hacía infinitamente más peligroso.
19:40¿Estás loco? Siseó ella, aunque por primera vez, su voz tembló ligeramente. Arruinarías tu vida.
19:50¿Y la suya? Nuestra vida ya está arruinada gracias a ti, replicó él. Al menos, si todo sale a la luz,
19:59podremos enfrentarlo juntos.
20:00Libres de ti, así que esta es tu última oportunidad, Úrsula. Aléjate de ella, aléjate de mí. O juro por
20:10lo más sagrado que seré yo quien lo cuente todo. Y créeme, no te gustará mi versión de la historia.
20:18Rafael se mantuvo en su sitio, mirándola fijamente, desafiándola. Y en ese instante,
20:23por primera vez, Úrsula comprendió. No era un capricho, no era una simple aventura. Lo que unía
20:31a Rafael y a Adriana era real. Tan real que estaban dispuestos a inmolarse juntos en la hoguera antes
20:38que vivir separados. La magnitud de ese amor la golpeó con la fuerza de una revelación, y por un
20:46segundo, sintió una punzada de algo parecido a la derrota. Pero Úrsula no era de las que se rendían.
20:54Si la fuerza bruta no funcionaba, cambiaría de táctica. Ablandó su expresión, sus ojos se llenaron
21:01de una falsa tristeza. Rafael. Yo no quería esto. Murmuró, su voz ahora era suave y quebradiza.
21:09Solo, solo te amo. Y el dolor me ciega. Quizás, quizás tiene razón. He ido demasiado lejos.
21:21Lo siento. Rafael no se creyó ni una palabra, pero su ultimátum estaba sobre la mesa.
21:29Se dio la vuelta y se marchó, dejándola sola entre las flores. Úrsula lo vio alejarse y una
21:35sonrisa calculadora se dibujó en sus labios. No, no se rendiría. Solo necesitaba tiempo. Ganar
21:44tiempo para encontrar una nueva grieta en la armadura de su amor. Mientras esta batalla se
21:50libraba, otra mucho más sucia se gestaba en la mente de José Luis. El duque había aceptado la
21:57tregua con Bernardo, pero era una mera formalidad. En su tablero de ajedrez, había piezas que debían
22:03ser eliminadas sin contemplaciones. Y una de esas piezas era la relación entre su hijo Alejo y esa
22:11criada, Luisa. La idea de que el pequeño Evaristo, un bastardo que podría llevar su sangre, creciera
22:18bajo el ala de los Galvez de Aguirre era una afrenta insoportable a su linaje. José Luis no se manchaba
22:26las manos. Para eso tenía dinero y hombres sin escrúpulos. Esa misma tarde, en una taberna polvorienta
22:33en las afueras del pueblo, se reunió con un matón de rostro curtido y manos como mazas.
22:41Quiero que le dé un susto a una mujer, dijo el duque. Su voz era un susurro gélido mientras
22:46depositaba un fajo de billetes sobre la mesa. Se llama Luisa, trabaja en la casa pequeña de los
22:53Galvez. El matón asintió, recogiendo el dinero sin hacer preguntas.
23:00Quiero que entienda que hay lugares donde no debe estar y personas con las que no debe
23:05relacionarse. Continuó José Luis, sus ojos brillando con una crueldad infinita.
23:10No la mates, no la dejes marcada de forma permanente. Solo, asústala, que sienta el
23:17miedo en los huesos. Que sepa que si no obedece, la próxima vez no habrá tanta clemencia. Era la
23:25misma táctica que había usado en el pasado, la misma que había aterrorizado a Raimunda y Atanasio.
23:32Un método brutal, cobarde, pero efectivo. El duque se recostó en su silla, satisfecho.
23:41Estaba dispuesto a llegar hasta donde fuera necesario para purgar cualquier amenaza a su
23:45poder y a su sangre. Mientras todos hablaban de paz y treguas, él afilaba sus cuchillos en la
23:52oscuridad, listo para hacer sangrar a sus enemigos de la forma más dolorosa posible.
23:58El peligro acechaba a Luisa, una sombra oscura que se cernía sobre ella, sin que nadie, y menos
24:05que nadie el valiente alejo, pudiera sospecharlo. Jueves, 31 de julio. La línea de sangre. El
24:14jueves amaneció con un cielo plomizo, un reflejo perfecto del ánimo que imperaba en el valle.
24:19La tregua entre las casas era una farsa frágil que nadie se creía, y la calma en la casa grande era
24:28sólo la quietud que precede al terremoto. Rafael, agotado por la tensión y la confrontación con
24:35Úrsula, buscó refugio en el único lugar donde encontraba paz, al lado de Adriana.
24:42La encontró despierta, mirando por la ventana con una expresión perdida. Se sentó en el borde
24:48de la cama, tomando su mano con delicadeza. ¿Cómo te encuentras? le preguntó, su voz era un susurro.
24:57Mejor, respondió ella, sin apartar la vista del paisaje.
25:01Asustada, he estado pensando mucho, Rafael, en todo. Hicieron un balance silencioso de su
25:09situación, de la encrucijada en la que se encontraban. Y fue entonces cuando Adriana,
25:17por primera vez, verbalizó la duda que había comenzado a anidar en su corazón como una serpiente.
25:23Hasta ahora, había confiado en Julio. Dijo, su voz apenas audible. Creía que nos apoyaba,
25:31que su neutralidad era una forma de protegernos.
25:36Pero, ya no estoy tan segura. Rafael apretó su mano. Yo nunca he confiado en él. Empiezo a entender
25:44por qué. Continuó Adriana, girando finalmente su rostro hacia él.
25:51Había una nueva lucidez en su mirada, una claridad dolorosa. ¿Por qué no frena a Úrsula? ¿Por qué
25:57permite que su chantaje continúe día tras día? Dice que lo hace para protegerme, pero
26:01su pasividad solo le da a ella más poder.
26:05A veces me pregunto, ¿está realmente de mi lado? ¿O simplemente le falta el valor para
26:11enfrentarla? O, titubeó, ¿la idea era demasiado monstruosa para expresarla del todo? ¿O está
26:17implicado de alguna manera? La pregunta quedó flotando en el aire, terrible y plausible. Fuera
26:25cual fuera la respuesta, ambos llegaron a la misma conclusión. Se miraron a los ojos,
26:32y en esa mirada sellaron un pacto mudo, más fuerte que cualquier palabra.
26:36No voy a dejarte, dijo Rafael con una ferocidad silenciosa. Y yo no voy a renunciar a ti, respondió
26:46ella. No me importa lo que cueste, no nos van a separar. Esa declaración de amor y desafío
26:54fue su ancla en medio de la tormenta. Pero no sabían que, en ese mismo instante, la tormenta
27:02estaba a punto de desatarse en su forma más violenta. Luisa volvía de hacer un recado
27:08en el pueblo. El camino hacia la casa pequeña era solitario, flanqueado por árboles que
27:13proyectaban largas y ominosas sombras en el atardecer. Estaba pensando en Alejo, en el
27:21futuro que estaban tratando de construir ladrillo a ladrillo contra la voluntad del duque.
27:25Una sonrisa se dibujó en su rostro. De repente, un hombre salió de entre los árboles.
27:36Era corpulento, con una cara que parecía tallada en piedra. Luisa se detuvo en seco,
27:41su corazón dando un vuelco.
27:45Buenas tardes, dijo ella, intentando que su voz sonara firme, aunque un escalofrío le recorría
27:51la espalda. El hombre no respondió, simplemente avanzó hacia ella, con una sonrisa cruel en los
27:59labios. Luisa retrocedió instintivamente. ¿Qué quiere? No tengo dinero. No quiero tu dinero,
28:08bonita, gruñó él. Solo vengo a darte un mensaje de parte de alguien importante. Un consejo. Hay hombres
28:16con los que no deberías juntarte. Y hay niños que no deberías criar. El terror paralizó a Luisa.
28:24Comprendió al instante. José Luis intentó correr, pero el hombre fue más rápido. La agarró por el
28:32brazo, su fuerza era brutal. La arrastró hacia la espesura del bosque. Luisa gritó, pero él le tapó
28:40la boca con una mano sucia. Te dije que era solo un susto. Siseo en su oído. Así que no me obligues a
28:48hacer algo que no quiero. Solo tienes que escuchar y obedecer. Aléjate de Alejo. Aléjate de ese
28:56bastardo. O la próxima vez, este paseo por el bosque no terminará tan bien para ti. La empujó con fuerza
29:04contra un árbol. El golpe le sacó el aire. El hombre la miró una última vez, con desprecio,
29:10y luego desapareció entre la maleza tan rápido como había aparecido. Luisa se quedó allí, temblando,
29:18sin poder respirar, con el eco de sus amenazas resonando en su cabeza. No supo cuánto tiempo
29:26pasó hasta que pudo moverse. Magullada y aterrorizada, corrió hacia la casa pequeña,
29:31tropezando y cayendo, con las lágrimas nublándole la vista. Alejo la encontró en el umbral, sucia,
29:40con la ropa rasgada y el rostro surcado de pánico. Luisa, por Dios, ¿qué te ha pasado? Gritó,
29:48corriendo a abrazarla. Ella se derrumbó en sus brazos, sollozando. Ha sido un hombre, en el camino,
29:57me ha dicho, que me aleje de ti. Alejo no necesitó oír más. La expresión de horror en su rostro se
30:05transformó en una máscara de furia pura, una rabia volcánica que nunca antes había sentido.
30:11El miedo, el respeto, la obediencia filial, todo se hizo cenizas en un instante. Solo había una idea
30:19en su mente, un nombre. Mi padre, dijo, su voz era un gruñido gutural. Se separó de Luisa, la dejó en
30:29los brazos seguros de Pepa y Matilde, y sin decir una palabra más, se dirigió como una exhalación hacia
30:35la casa grande. No corría, volaba sobre la tierra, impulsado por una ira justa y asesina, irrumpió en la
30:44biblioteca del duque sin anunciarse. José Luis estaba allí, leyendo, la viva imagen de la calma
30:52aristocrática. Levantó la vista, sorprendido por la violenta entrada de su hijo. ¿Qué son estas formas,
31:00Alejo? No me hables de formas, desgraciado. Rugió Alejo, cruzando la habitación y plantándose frente
31:08al escritorio de su padre. Golpeó la superficie con el puño, haciendo saltar los libros. Has atacado
31:15a Luisa. José Luis arqueó una ceja, su rostro una máscara de fría indiferencia. ¿De qué demonios
31:23estás hablando? ¿Te has vuelto loco? No te hagas el inocente conmigo. Gritó Alejo, su rostro a centímetros
31:31del de su padre. La vena de su cuello latía con violencia. Sé que has sido tú. Has enviado a uno
31:38de tus matones a asustarla, a amenazarla. Igual que hiciste con otros antes. Controla tu lengua,
31:46muchacho. ¿Estás acusando a tu padre de una barbaridad? Tú no eres mi padre. Escupió Alejo,
31:53y esas palabras, una vez pronunciadas, rompieron algo irreparable entre ellos.
31:57Un padre no hace lo que tú haces. Un padre no destruye la felicidad de su hijo. Un padre no ataca
32:05a una mujer indefensa. Eres un monstruo, un cobarde, y te juro, te juro por mi vida, que si vuelves a
32:14acercarte a ella, si le tocas un solo pelo, me olvidaré de que llevas mi sangre y te mataré con mis
32:20propias manos. El silencio que siguió fue atronador. José Luis lo miraba, no con miedo,
32:27sino con una furia helada. Había cruzado una línea de la que no había retorno. Alejo,
32:34el hijo obediente, el hijo leal, había muerto en esa biblioteca. En su lugar había un hombre
32:42dispuesto a todo por defender a la mujer que amaba. Mientras el odio se desataba en la biblioteca,
32:48en otra parte de la casa, la calma reinaba. Amanda conversaba amigablemente con Bárbara,
32:55conociendo a su futura nuera. Su presencia era un bálsamo, pero también una presión constante
33:01sobre Leonardo, que observaba la escena con el corazón en un puño. La brecha entre la imagen
33:08que su madre tenía de él y la horrible realidad de sus actos se hacía cada vez más insondable.
33:13La calma, como tantas veces en Valle Salvaje, era sólo el preludio de una nueva y devastadora
33:20tormenta. Viernes, 1 de agosto. Estás en mis manos, el último día de la semana llegó envuelto
33:29en una atmósfera gélida. La guerra abierta entre la casa grande y la casa pequeña había cesado,
33:35pero en su lugar se había instalado algo peor. Una guerra fría, un pulso silencioso y estratégico
33:42entre José Luis y Bernardo. La confianza, si alguna vez existió, estaba muerta y enterrada. El
33:51enfrentamiento entre Alejo y su padre había dejado una herida purulenta que infectaba cada rincón de
33:56la casa grande. En el otro extremo del tablero, el conflicto amoroso seguía su curso inexorable.
34:03Úrsula, tras el ultimátum de Rafael, había optado por la vigilancia.
34:10Se movía por la casa como una sombra, observando cada gesto, cada mirada entre Rafael y Adriana.
34:18Su obsesión se había vuelto más afilada, más peligrosa. Esa tarde, su paciencia se agotó.
34:27Oculta tras una cortina del salón principal, presenció una escena que hizo que la sangre le
34:32hirviera en las venas. Rafael había entrado en la habitación donde Adriana reposaba. No se dijeron
34:39nada. Él simplemente se arrodilló a su lado, tomó su mano y la besó con una ternura infinita.
34:48Adriana le devolvió una sonrisa, una sonrisa de amor y complicidad que era un universo cerrado
34:53en el que Úrsula nunca tendría cabida. Fue demasiado. La visión de esa intimidad silenciosa,
35:02de ese amor inexpugnable, desató su furia. Salió de su escondite y, ciega de rabia, fue en busca de la
35:11única persona que, en teoría, tenía el poder de separarlos. Julio. Lo encontró en su despacho,
35:19revisando unos papeles de la finca. Entró sin llamar, cerrando la puerta a sus espaldas con un
35:25golpe seco. No puedo más, Julio. Exclamó. Su voz era un siseo venenoso. Están juntos, ahí dentro,
35:36delante de mis narices, amándose como si tú no existieras. ¿Vas a hacer algo de una vez o seguirás
35:42escondiendo la cabeza como un avestruz? Julio levantó la vista de sus papeles, su expresión
35:49era tranquila, casi aburrida. ¿Y qué quieres que haga, Úrsula? Que actúes como lo que eres. Su marido,
35:57le gritó ella, acercándose a su escritorio. Tienes el poder de separarlos. Échalo de la casa.
36:05Prohíbele verla. Haz algo. Me prometiste que me ayudarías a recuperarlo. Julio dejó la pluma sobre
36:12el escritorio con una lentitud deliberada. Se reclinó en su silla y la miró. Pero esta vez,
36:19no había neutralidad en sus ojos. Había algo nuevo, algo duro, frío y calculador.
36:26Una calma que era mucho más aterradora que cualquier grito. Tienes razón, Úrsula. Dijo,
36:33su voz era suave como la seda, pero afilada como el acero. Tienes toda la razón. He sido demasiado
36:40pasivo. He mirado hacia otro lado durante demasiado tiempo. Es hora de intervenir. Úrsula sintió una
36:48oleada de triunfo. Por fin, sabía que entrarías en razón. Oh, sí. Continuó Julio, una levísima
36:56sonrisa dibujándose en sus labios. Voy a intervenir. Pero no como tú crees. Se levantó
37:04lentamente y caminó alrededor del escritorio hasta quedar frente a ella. Úrsula retrocedió un paso,
37:12instintivamente. El cambio en su actitud era tan radical que la descolocó por completo.
37:19Verás, Úrsula, durante todo este tiempo me has estado presionando, chantajeando,
37:25utilizando como un peón en tu juego. Has asumido que mi silencio era debilidad. Has asumido que no
37:32tenía agallas. Pero te equivocabas. Se inclinó hacia ella. Su voz bajó a un susurro gélido que
37:39le erizó la piel. Yo también sé jugar. Y tengo motivos más que suficientes para devolverte cada
37:47una de tus jugarretas con intereses. Sé cosas de ti, Úrsula. Conozco tus secretos. Conozco tus
37:55miedos. He observado, he escuchado y he callado. Pero se acabó. La próxima vez que amenaces a
38:02Adriana, la próxima vez que te acerques a Rafael, la próxima vez que intentes manipularme. No seré
38:09yo quien sufra las consecuencias. Serás tú. La cogió suavemente por la barbilla, obligándola a mirarlo
38:18a los ojos. Su sonrisa se ensanchó, pero no tenía nada de amable. Era la sonrisa de un depredador que
38:26acababa de acorralar a su presa. A partir de este momento, las reglas cambian. Ya no me controlas. Ya
38:34no tienes ningún poder sobre mí. Al contrario, estás en mis manos. Úrsula se quedó paralizada, su rostro
38:42una máscara de incredulidad y miedo. El hombre pasivo y cobarde que creía conocer había desaparecido,
38:49reemplazado por un estratega frío y amenazante. Por primera vez en mucho tiempo, sintió pánico.
38:57El juego había dado un vuelco total, y ella ya no era la jugadora. Era la pieza. Mientras esta bomba
39:05de relojería explotaba en el despacho, en la casa del capataz, la presencia de Amanda seguía alterando
39:11el curso de los acontecimientos. Leonardo, bajo la atenta y cariñosa mirada de su madre,
39:19se sentía incapaz de confesarle a Bárbara la verdad sobre Irene. Mantener las apariencias se
39:25había convertido en su principal prioridad. Irene, siempre leal, siempre a su lado, le ofreció una
39:32salida, una tentación peligrosa. Leonardo le dijo en un momento a solas, esta situación te está
39:41destrozando. Quizás, quizás esa carta nunca deba llegar a manos de Bárbara.
39:48Él la miró, confundido. ¿Qué quieres decir? Lo que pasó entre nosotros. Fue un error.
39:56Un momento de debilidad. No significó nada, ¿verdad? Sus palabras eran una pregunta,
40:02pero también una súplica. Si es así, ¿por qué remover el pasado? ¿Por qué causar un dolor
40:09innecesario? A veces, la mejor forma de proteger a quien amas es con el silencio.
40:17Destruye la carta, olvídalo, y sé feliz con ella. La propuesta era una vía de escape fácil,
40:23una forma de enterrar su culpa para siempre. Pero Leonardo sabía que los secretos enterrados
40:30en Valle Salvaje tenían la mala costumbre de volver a la vida, como fantasmas hambrientos.
40:38La semana terminaba así, con todos los frentes en su punto más delicado. La guerra entre las casas
40:44se había transformado en una partida de ajedrez mortal. La rabia de Alejo había trazado una línea de
40:51sangre entre él y su padre, una línea que podría tener consecuencias irreversibles.
40:57Y el cambio radical de Julio había despojado a Úrsula de todo su poder, dejándola a merced de
41:03un hombre cuya verdadera naturaleza apenas comenzaba a revelarse. El sol se ponía sobre
41:10Valle Salvaje, tiñendo el cielo de tonos rojos y púrpuras, como una herida abierta.
41:15El silencio que cayó sobre la tierra no era de paz, sino de expectación. El poder había cambiado de
41:24manos, las alianzas se habían roto y nuevas amenazas se perfilaban en el horizonte. La guerra
41:31estaba lejos de terminar. Simplemente, había entrado en una fase nueva y mucho más aterradora.
41:37La pregunta ya no era quién ganaría, sino quién sobrevalaría.
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