00:00Aquí comienza un minuto para pensar, un minuto para reflexionar sobre su futuro y su eternidad, junto al pastor y profesor Rodolfo Cabrera.
00:21¿Usted sabía que Jesús es enviado? Y el enviado está sujeto a la voluntad del que lo envió, o sea, la del Padre.
00:35Y Jesús, como enviado, vino con un propósito fundamental, es salvar a la humanidad.
00:43Pero van rodeadas varias cosas de las razones por las cuales debe salvar la humanidad, y algunas de ellas hemos visto.
00:51Él vino para traer vida, Él vino para traer el mensaje, Él vino para deshacer las obras del diablo, Él vino a buscar lo que se había perdido.
01:01Pero también dentro de esas razones por las cuales Cristo vino, lo encontramos en Juan capítulo 5, versículo 30.
01:09No puedo yo hacer nada por mí mismo, sino oigo, así juzgo, y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre.
01:24Quiere decir que Él no hacía su voluntad, sino la del que le envió, y le envió con esa tarea.
01:33Entonces me está diciendo aquí algunas cosas que quiero remarcarle.
01:37Uno de los propósitos por lo cual vino es para someter su voluntad a la voluntad del Padre.
01:45Él no hacía lo que Él quería en su voluntad humana, sino en el propósito divino.
01:52Y en ese propósito era rescatarnos, salvarnos.
01:57Esto me demuestra cuán grande, cuán maravilloso es el gran amor de Dios para con nuestras vidas, para contigo y para conmigo.
02:05Entonces esa es una de las grandes verdades que me deja este texto.
02:11Pero la segunda gran verdad, y muy llamativa, Él dice, no puedo hacer nada por mí mismo.
02:18Yo no puedo.
02:19Quiere decir que la voluntad del Padre era tan poderosa, tan manifestada en la vida de Cristo,
02:28tan gloriosa que Él no podía hacer nada, sino solamente hacer la voluntad del que le envió.
02:37Esto humanamente es inexplicable.
02:41Podríamos explicarlo en el sentido espiritual, y que realmente así lo era en Cristo Jesús.
02:46Él sometió de tal manera que no podía hacer nada.
02:51No podía hacer su voluntad, pero tampoco podía pecar.
02:56Tampoco podía desviarse ni un solo instante, sino ir en el camino el Padre le envió que transite.
03:07Esto es una gran demostración del amor de Dios y la sujepción para que seamos salvos.
03:14Jamás podremos, mientras estemos en esta vida, imaginarnos y comprender la inmensidad de este gran amor,
03:21de cómo Jesús sometió su voluntad, cómo Jesús obedeció, cómo Cristo permaneció hasta el fin.
03:30Solo por amor.
03:33Esto es lo que Dios ha hecho por ti y por mí.
03:36¿Por qué no te decides aprovechar en estos días tan particular de recibir a Cristo, de reconciliarte y hacer lo mismo que Jesús hizo?
03:49Sujetar tu voluntad a la voluntad del Padre.
03:53Con toda seguridad, tú tendrás una eterna gloria, una salvación eterna.
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