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  • hace 16 años
Los sentidos del gato doméstico, al igual que los de sus parientes salvajes, están diseñados con el propósito de cazar y acabar con sus presas. Todos sus órganos sensitivos, son los de un depredador, estando adaptados para detectar el más ligero movimiento y el sonido más imperceptible, pudiendo decirse que los gatos son realmente órganos sensibles ambulantes, y prácticamente cada parte de su cuerpo recoge estímulos de su alrededor. Vista, oído, tacto y olfato son muchos más desarrollados que en la mayoría de los demás mamíferos.
Oído: Es muy agudo, y puede detectar sonidos de alta frecuencia, hasta dos octavas por encima del humano.
Olfato: Los gatos tienen sentido de la territorialidad y marcan sus dominios con olores, que sirven para advertir a otros felinos de su territorio.
Gusto: El gato tienen un sentido del gusto muy selectivo, proporcionarle una medicina mezclada con su comida, puede resultar una tarea bastente difícil, ya que normalmente es capaz de detectar cualquier aditivo en su alimento. Los gatitos nacen con buen paladar, pero el sentido del gusto disminuye con la edad.
Tacto: El gato es extremadamente sensible al tacto, y cada pelo de su cuerpo responde a la vibración más ligera, y los gatos que deambulan de noche, y los que tienen algún problema de visión, usan bigotes y pelos sensores para "ver" por donde andan. El gato, posee una especie de sexto sentido, que le permite presentir peligros naturales como inundaciones y terremotos, notar el acercamiento de una persona enemiga, o intuir los sentimientos de un hombre, esto muchos le buscan explicación debido a la perceptividad por su electromagnetismo animal y a sus bigotes, las sensibles vibrisas, que junto a los pelos del cuerpo pueden recibir, incluso a gran distancia, sensaciones que escapan a los cinco sentidos normales.

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