Subiré a mi torre de vigilancia y montaré guardia. Allí esperaré hasta ver qué dice el Señor y cómo responderá a mi queja.
Entonces el Señor me dijo:
Escribe mi respuesta con claridad en tablas, para que un corredor pueda llevar a otros el mensaje sin error. Esta visión es para un tiempo futuro. Describe el fin, y este se cumplirá. Aunque parezca que se demora en llegar, espera con paciencia, porque sin lugar a dudas sucederá. No se tardará.
¡Mira a los orgullosos! - Confían en sí mismos y sus vidas están torcidas. Pero el justo vivirá por su fidelidad a Dios. La riqueza es traicionera y los arrogantes nunca están tranquilos. Abren la boca tan grande como una tumba, y como la muerte nunca están satisfechos. En su avaricia juntaron a muchas naciones y devoraron a muchos pueblos.
Pronto sus cautivos se burlarán de ellos. Se mofarán, diciendo: “¡Qué aflicción les espera, ladrones! - ¡Ahora tendrán su merecido! - Se hicieron ricos por medio de la extorsión, pero ¿Cuánto tiempo puede durar esto?”. De repente tus deudores tomarán medidas. Se volverán en tu contra y te quitarán todo lo que tienes, mientras que tú te quedarás temblando e impotente. Debido a que saqueaste a muchas naciones, ahora todos los sobrevivientes te saquearán a ti. Cometiste asesinatos por toda la tierra y llenaste los pueblos de violencia.
¡Qué aflicción te espera a ti que construyes mansiones con dinero deshonesto! - Crees que tu riqueza comprará seguridad y así pondrás el nido familiar fuera de peligro. Sin embargo, por causa de los asesinatos que cometiste, deshonraste tu nombre y te costó la vida. Hasta las piedras de los muros gritan contra ti y las vigas de los techos le hacen eco a la queja.
¡Qué aflicción te espera a ti que construyes ciudades con el dinero adquirido mediante el crimen y la corrupción! ¿No ha prometido el Señor de los Ejércitos Celestiales que las riquezas de las naciones se convertirán en cenizas? - ¡Se esfuerzan mucho, pero todo es en vano! - Así como las aguas llenan el mar, la tierra se llenará del conocimiento de la gloria del Señor.
¡Qué aflicción te espera a ti que emborrachas a tus vecinos! - Los obligas a beber para regodearte de la vergüenza de su desnudez. Sin embargo, pronto te llegará el turno de ser deshonrado. ¡Ven, bebe y demuestra tu desnudez! - Bebe de la copa del juicio del Señor y toda tu gloria se convertirá en vergüenza. Derribaste los bosques del Líbano. Ahora serás derribado. Destruiste los animales salvajes; ¡ahora el terror de ellos será el tuyo! - Cometiste asesinatos por toda la tierra y llenaste los pueblos de violencia.
¿De qué sirve un ídolo tallado por hombres o una imagen fundida que te engaña? - ¡Qué necio es confiar en algo elaborado por tus propias manos, un dios que ni siquiera puede hablar! - ¡Qué aflicción te espera a ti que les dices a ídolos de madera: “Despierten y sálvennos!”. A imágenes de piedra, mudas, dices: “¡Levántense y enséñennos!”. ¿Podrá un ídolo decirte qué hacer? Aunque estén recubiertos de or