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  • hace 16 años
Al estar despierta una persona, los movimientos que efectúan los ojos están a merced de centros más evolucionados que los pons. Cuando se realiza un movimiento con el ojo, el cerebro es receptor de mensajes que tienen la función de controlar la percepción. Bajo el sueño, las células nerviosas del pontino transmiten información sobre los movimientos oculares hasta los centros principales del cerebro. Ahora bien, dicha información consistiría, en ocasiones, en una llana incoherencia para el sistema cerebral que, en una persona despierta, comienza el movimiento de los ojos. Consiguientemente, se concibe al sueño como una forma de ordenar información, como una función biológica que intenta otorgar sentido a esa fuente de información incoherente. El absurdo de los sueños, teorizan ambos psiquiatras, es la falla del cerebro por integrar adecuadamente su propia información. El cerebro, tras recibir la información proveniente de los ojos en el MOR, intenta compararla con la fuente de datos disponibles en la memoria a corto plazo.
La hipótesis de que el sueño participa en la consolidación de la memoria reciente ha sido investigada mediante cuatro paradigmas:
Efectos de la privación del sueño sobre la consolidación de recuerdos;
Efectos del aprendizaje sobre el sueño post-entrenamiento;
Efectos de la estimulación durante el sueño sobre los patrones de sueño y sobre la memoria, y
Re-expresión de los patrones de comportamiento específico neuronal durante el sueño post-entrenamiento.
Estos estudios confirman convincentemente la idea de que el sueño está profundamente implicado en las funciones de la memoria en humanos y animales. Sin embargo, los datos disponibles aún son demasiado escasos para confirmar o rechazar inequívocamente la hipótesis recientemente expuesta de que la consolidación de memorias no-declarativa y declarativa respectivamente dependan de los procesos de sueño MOR y NMOR.

Categoría

📚
Aprendizaje

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