Los israelitas han de enseñar a sus hijos la ley de Jehová — El Israel desobediente se rebeló contra el Altísimo en el desierto — Se recuerdan las plagas que hubo en Egipto — El Señor escoge y bendice a Judá y a David.
aMasquil de Asaf.
1 aDad oídos, pueblo mío, a mi ley; inclinad vuestro oído a las palabras de mi boca.
2 Abriré mi boca en aparábolas; hablaré cosas reservadas desde la antigüedad,
3 las cuales hemos oído y entendido, y que nuestros apadres nos contaron.
4 No las encubriremos a sus hijos; contaremos a la generación venidera las alabanzas de Jehová, y su poder y las maravillas que hizo.
5 Él estableció testimonio en Jacob, y puso ley en Israel, la cual mandó a nuestros padres que la hiciesen saber a sus ahijos,
6 para que lo sepa la generación venidera, los hijos que nazcan; y los que se levanten lo cuenten a sus hijos,
7 a fin de que pongan en Dios su confianza y no se olviden de las obras de Dios, sino que guarden sus mandamientos;
8 y no sean como sus padres, generación contumaz y arebelde, generación que no dispuso su corazón, ni cuyo espíritu fue fiel para con Dios.
9 Los hijos de Efraín armados, flecheros, volvieron las espaldas en el día de la batalla.
10 No guardaron el aconvenio de Dios y rehusaron andar en su ley;
11 y se olvidaron de sus obras y de las maravillas que les había mostrado.
12 Delante de sus padres hizo amaravillas en la tierra de Egipto, en el campo de Zoán.
13 aDividió el mar y los hizo pasar; contuvo las aguas como en un montón.
14 Y los aguio de día con la nube, y toda la noche con resplandor de fuego.
15 aHendió las peñas en el desierto, y les dio a beber como de grandes profundidades,
16 pues sacó de la peña corrientes e hizo descender aguas como ríos.
17 Pero aun así siguieron pecando más contra él, rebelándose contra el Altísimo en el desierto,
18 pues tentaron a Dios en su corazón, pidiendo acomida a su bantojo.
19 Y hablaron contra Dios, diciendo: ¿Podrá Dios poner mesa en el desierto?
20 He aquí, ha herido la peña, y brotaron aguas y torrentes se desbordaron. ¿Podrá él también dar pan? ¿Proveerá de carne a su pueblo?
21 Por tanto, oyó Jehová y se indignó; afuego se encendió contra Jacob y el furor subió también contra Israel,
22 por cuanto no habían acreído a Dios ni habían bconfiado en su salvación.
23 Aun así, mandó a las nubes de arriba, y abrió las puertas de los cielos,
24 e hizo llover sobre ellos maná para comer, y les dio atrigo de los cielos.
25 Pan de ángeles comió el hombre; les envió comida hasta saciarlos.
26 Hizo soplar el viento asolano en el cielo, y trajo con su poder el viento del sur,
27 e hizo llover sobre ellos carne como polvo, y aladas aves como arena del mar.
28 Y las hizo caer en medio de su campamento, alrededor de sus tiendas.
29 Y comieron hasta saciarse; les cumplió, pues, su deseo.
30 No habían quitado de sí su antojo; aún estaba la comida en su boca,
31 cuando vino sobre ellos el furor de Dios, e hizo morir a los más robustos