Vision animal

  • hace 15 años
Realizando un análisis desde los organismos más simples hasta los más complejos, podemos ver que muchos organismos simples tienen receptores luminosos capaces de reaccionar ante determinados movimientos y sombras:
Algunos primitivos protozoos, apenas aprecian la diferencia entre luz y oscuridad, pero otros son capaces de detectar la luz y nadar hacia ella.
Las lombrices de tierra no tienen ojos pero poseen cientos de células sensibles a la luz, ubicadas debajo de la piel, que les permiten orientarse .
Los insectos: verán la ubicación del néctar gracias a unas manchas ultravioletas. Poseen ojos compuestos llamados científicamente omatidios, que forman una imagen más o menos rudimentaria. Algunos llegan a dominar los 360 grados por la posición de los ojos en la cabeza y el elevado número de omatidios que poseen. Son sensibles a la luz polarizada; gracias a esto, son capaces de orientarse perfectamente, aun en los días nublados, con poca luz.
Los caracoles: en sus largos cuernecillos tienen un pequeño abultamiento con células sensibles que les posibilita la formación de imágenes, que les permiten orientarse, encontrar fuentes de alimentación o distinguir potenciales enemigos.
Los peces: no tienen una visión tridimensional adecuada, más bien estereoscópica, o con profundidad visual, muy reducida. En la medida que los ojos se ubican más hacia el frente en algunas familias, aumenta su sentido de la profundidad. Existen peces con visión bifocal simultánea; son capaces de enfocar objetos cercanos con una parte del ojo, mientras que otra parte enfoca objetos lejanos y todo esto al mismo tiempo, valiéndose de una parte distinta de la retina, denominados "de cuatro ojos", como el Anableps anableps. Mientras que en el otro extremo tenemos los que tienen ausencia total o presencia de ojos muy rudimentarios, como los peces de las grandes profundidades (abisales) o los tetras de las cavernas, Astyanax mexicanus.

Recomendada