Logopedia: Lenguaje y juego

  • hace 15 años
El juego con otros constituye un espacio fértil para el desarrollo de la lengua oral. La necesariedad de establecer pautas, acordar decisiones, colaborar, discutir, sostener desde el discurso las acciones que se suceden en el devenir de la actividad lúdica, hace que el momento de juego entre los niños se transforme en un dispositivo ideal para el despliegue y enriquecimiento de las posibilidades lingüísticas de los pequeños.

Jugar con otros lo pone de frente a la situación de combinar sus propias ideas con las de los demás, lo obliga a entablar diálogos con los otros jugadores y es en ese intercambio en el que el pensamiento y el lenguaje se potencian hacia niveles de mayores y más complejas organizaciones.

En el contexto de la institución de Nivel Inicial, las situaciones de juego que pueden plantearse son variadas y de múltiple riqueza.

Cuando un grupo de niños intenta por ejemplo, construir con bloques de madera un edificio, los acuerdos son imprescindibles para lograr un producto común. El niño tiene que explicitar sus ideas, defender sus puntos de vista, explicar hipótesis acerca del equilibrio, las relaciones entre base y altura a la hora de poner en juego la estabilidad de la construcción… etc.

Del mismo modo los juegos sociales, los juegos cooperativos, los juegos competitivos establecen situaciones de interacción tales, que se constituyen en dispositivos irremplazables para el desarrollo de estructuras de pensamiento y de lenguaje.

Uno de los dispositivos didácticos que resulta especialmente rico para desplegar estos desarrollos es el juego dramático. Esta propuesta suele plantearse para realizar con la totalidad del grupo o también en el marco de propuestas variadas en las que los niños eligen a qué jugar.