Alfonso Rojo: “¿Cómo se nos ocurrió poner a esta banda de ineptos y sectarios a gobernar España?”

  • el año pasado
Las violaciones han aumentado en España un 50% desde que Pedro Sánchez está en La Moncloa e Irene Montero, la cónyuge de Pablo Iglesias, es Ministra de Igualdad.

En cuatro años, se han disparado las violaciones y los asesinatos de mujeres.
En este penoso 2022 que ahora concluye, son ya 48 las mujeres que han muerto víctimas de eso que se denomina ’violencia de género’.

Y sale una tal Pam, secretaria de Estado de Igualdad y una de las cachondas que se fue de juerga a Nueva York en Falcón el pasado verano, y afirma pomposa que la culpa ‘es de todos’.
No paisana, no. A mi no me enfangue en su insolvencia.

Para empezar, yo no formo parte de esa ‘banda de la tarta ministerial’, que reparte carnets de feminismo y que Sánchez riega con la friolera de 573 millones de euros sacados de nuestros impuestos.

Millones que ustedes se gastan en chiringuitos, viajes, supuestos expertos, estudios de coña y disparatadas campañas de propaganda, en las que siempre se criminaliza a los hombres, excepto a los que declaran del sexo contrario o dispuestos a pasar por el registro para cambiar de género.

A mí no traten de pringarme con su estulticia, ni me involucren en sus tirones de pelo con el cursi Marlaska o la caradura Margarita Robles.

Por cierto y a propósito de esta última. Hay que tener descaro para salir, como acaba de hacer, criticando la Ley del Si es Si, cuando fue uno de los miembros del Consejo de Ministros que la aprobó con mayor entusiasmo.

Son ya 131 los delincuentes sexuales liberados o beneficiados por ese bodrio legal.

Bastaba tener algo en la cabeza que no fuera sectarismo y odio, para saber que dramas tan aterradores como la delincuencia sexual o la violencia machista, no se solventan con etiquetas y ocurrencias.

Ni regando con dinero público los tinglados de los amiguetes y cuando todo falla, echar la culpa al empedrado, que somos todos los españoles.

Cambiar de nombre a las cosas no modifica su naturaleza, de la misma forma que ignorar la realidad no resuelve el problema.

Hay gente mala, perversa, y frente a los psicópatas y los tarados es un error fatal apostar por la rehabilitación o aflojar la ley, como han hecho con el Si es Si.

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