Piqui es una mujer soltera de 69 años que debe mudarse, por falta de ingresos, a un barrio más precario junto a su hija Claudia. Ambas solían vender pan casero y pastelitos todas las mañanas, pero en el nuevo barrio las ventas no prosperan. Mientras Claudia sale a recorrer el barrio vendiendo, Piqui se queda sola en casa recordando y extrañando a su hijo Manuel. El sábado se llevará a cabo una feria barrial donde ambas podrán vender su pan. La murga del barrio también es invitada y Piqui decide integrarse para bailar con ellos, sintiéndose plena y feliz.
