RMf: Detector de mentiras

  • hace 16 años
Sean Spence, investigador de la Universidad de Sheffield, publicó un trabajo que describe los correlatos neurológicos del mentir, donde probó la mayor activación de las áreas prefrontales. Otro estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pensilvania lo ratifica: demostró que el cerebro siempre está listo para decir la verdad y que para mentir precisa organizarse: "Nuestra materia gris tiene que hacer un trabajo extra cuando va a engañar: se activan zonas del córtex frontal (que desempeñan un papel en la atención y concentración), además de otra área del cerebro responsable de vigilar los errores", concluyó el estudio.
¿Qué pasa en esa región del cerebro? Contesta la doctora Cristina Besada, jefa de Neuroradiología del Hospital Italiano: "El lóbulo frontal es el más desarrollado en el humano frente a los otros seres vivos, el que más crecimiento tuvo y el más grande, donde están muchas de las funciones superiores. Si le pido a alguien que diga palabras que empiezan con tal letra, aunque no la digan, el pensamiento activa esa zona".
Desde el punto de vista de la neurología, entonces, "la falta de habilidad para decir una mentira es anormal", dice a Clarín Facundo Manes, director del Instituto de Neurología Cognitiva (INECO) y del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro.