Un crucero de lujo

  • hace 5 años
Ni aglomeraciones en la piscina ni colas para entrar en el comedor. Además, todo un viaje repleto de toda clase de lujos y detalles. Navegar en el SeaDream es como viajar en el yate de un millonario, pero con cien amigos más. La atención es personalizada y se pueden realizar deportes náuticos, tomar bebida de calidad o comer caviar a pie de playa. El único problema es disponer de 4.000 para pagarlo. Por lo demás, todo es perfecto para irse de vacaciones.

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